Sin mentir la verdad (resmasterizado)

Esta es la historia de Celeste y Romina, un amor unidos por la mentira. No te lo pierdas! Son los primeros ochos capitulos masterizados! Espero que lo disfruten ahora. =) Kajla.

Sin mentir la verdad.

Capitulo I

Celeste se encuentra de pies frente a una mesa, con una mirada y expresión facial inquietante. Agarra precipitadamente una hoja y un lápiz no encontraba; revuelve un poco más el desbarajuste de la mesa del comedor y lo encuentra para usarlo. Escribe un par de líneas tropezadas con algún sentimiento furtivo, improvisando frases para disculpar lo que a continuación quería confesar. Sólo se veía una mano temblorosa como si el dolor no la dejara escribir. Se agarraba la cara, secaba su sudor de la frente y de las manos, pasaba el dorso de su mano por sus lágrimas, para luego llevarla a la pierna derecha utilizando su pantalón de pañuelo; por sus dedos izquierdos ágilmente pasaba el lápiz que utilizaba para engañarse y engañar.Celeste o no en frente de dos puertas. Toca su textura y le divierte .

Observaba las sábanas blancas que revestían sus cuerpos mientras dormitaban. Esa noche se descubrieron. Esa noche se transitaron desde la punta de los dedos hasta el mechón más frágil de la cabellera de aquella dama que sólo buscaba un poco de paz, después de haber pasado por torbellinos de intranquilidad emocional con esa persona que no supo revelarle su maquiavélica alma. La primera vez que estuvieron juntas sólo se rozaban y besaban inocentemente, irracionalmente, de tal manera que sus cuerpos se prendían como carbones de luz blanca con olor a feromonas; pero esa noche, la dama con alma impaciente después de haber soñado con ese momento, paso lo que tuvo que haber pasado, sólo sintió amor, y no era la primera vez que lo concebía, para ella siempre era su primera vez.

Se escuchaban voces y respiraciones; esa sutileza no era impedimento para seguir con la danza de almas, o así pensaba Celeste que estaba ocurriendo, ella entregaba el alma, su cuerpo y muy en el fondo no le importaba si Romina también estaba entregándolo todo; se sentía bien era lo que sabia en ese instante, había encontrado olvidar. Al amanecer, ella despertó y se fue para luego volver en un par de horas; Esa noche, por sus bocas emanaban humos de olor y sabor, era como un ritual después de un instante cargado de emociones sexuales. Para Romina era más importante ese humo que para Celeste, pero ella necesitaba también de aquella bocanada que se mezclaba con el olor de sus feromonas; como se conoce en muchos lugares, Celeste tenía un verano de mucho tiempo y el queso ya estaba en su punto.

Capitulo II

(Un mes atrás)

Ring… ring… Suena el teléfono y Celeste lo contesta escuchando: -Buenos días mi amor! Y bueno si… discúlpame por… C: -No debiste haberlo hecho así. ¿Qué hice Romina? ¿Qué pasa? R: –No eres tú soy yo, estoy confundida. Aunque no lo creas quiero hacer las cosas bien C: –Sabes algo: no me busques, ni me llames, Ok? Es mejor así! Confié en ti, me ayudaste a descubrir y aceptar lo que me había pasado, déjame en paz! Me estás haciendo lo mismo. R: –Pero celeste… Y ella precipitadamente desconecta la llamada. Luego de algunos instantes, se armó de valor y volvió donde debía regresar; allí la esperaba alguien que solía entender la situación desde otro punto de vista.

Celeste o no Toca su textura y le divierte, pero una de las puertas debe tener una astilla.

(Dos meses atrás)

Se escuchaba una breve charla a distancia en una tarde cualquiera y repentinamente, aparece un viejo amigo de Celeste en un automóvil Neón azul para invitarla a un ensayo musical que debía asistir ese día. En ese lugar se encontraban dos puertas: una que se estaba cerrando y la otra que iba a conocer superfluamente. -Mucho gusto. Romina un placer. –Celeste, igual. Romina no tenía ni puta idea que esa chica era tan buena en lo que hacia (hacer música), mucho más de lo que le habían comentado en la universidad. Toda esa tarde estuvieron compartiendo lo mejor que sabían hacer, tocar y tocar, Romina con su cajón de flamenco y Celeste con su guitarra. Desde ese entonces se conectaron de una manera, que ella decidió conocerla de verdad y dejar a un lado el mito que había escuchado; algo en ella le pareció interesante y la atracción fue fulminante en las dos. Cualquiera pudo predecir que nada ni nadie los podían separar, pero algo sucedió.

La música y las luces opacaban tenuemente, la tristeza que embargaba a Celeste y entre copas y bailes y miradas fugaces recibió un texto, dando así apertura a una atracción que se convertía en un juego y la llevaba a la curiosidad en ese instante: R: -Hola, ¿Cómo estás? ¿Estás dormida? La cara de Celeste en ese momento le cambió repentinamente, tanto así, que no comprendía por qué el cosquilleo en todo el cuerpo. –Bueno, tratando de pasármela bien. Estoy con el hermano de mi amiga en la disco, pero se me acabaron los cigarros, que fastidio. R: –Si no andara en short te llevaría cigarros y te acompañaría con un trago, pero ando no presentable jajajajaja. Esa actitud de Romina hacia Celeste fue tan indirecta y tan directa a la vez, que no deducía por qué Romina se comportaba con ella así, si sólo hace unos días la había "conocido". –No me siento bien, estoy pasando por una decepción y aun no entiendo que ocurrió. Escribió Celeste en su móvil y al instante envió. Romina responde: –No te preocupes que todo tiene solución, tú lo sabes. Trata de disfrutar, no pensar en ello y desahogar todo eso que llevas dentro. C: – Si. Sabes… he llorado mucho y es la única forma que veo que puedo desahogarlo todo en este momento. R: –Llora lo que puedas y lo que quieras llorar, que es una de las mejores maneras de drenar todo. Eso te va afectar hasta donde quieras que te afecte. C: –Gracias, me imagino que sabes quien me lastimo, es tu amiga. R: –Si. Estoy un poco al tanto o es lo que creo saber… no te preocupes. Es mas, yo le pedí permiso o mejor dicho le pregunte si no había ningún problema que yo te escribiera y me dijo que no, que podía hacer lo que quisiera contigo, me daba luz verde. Celeste o no Toca su textura y le divierte, pero una de las dos puertas debe tener una astilla .

En la mañana siguiente… Celeste se sienta en la escalera de aquel centro comercial del lado donde se encuentran los carros estacionados: -No te preocupes. No vale la pena. Me da tanta rabia ver a una niña tan linda así. Eres perfecta para cualquier mujer por Dios. No te preocupes Celeste. Sólo tú puedes salir de donde estás y nunca dudes que puedes confiar en mi cuando quieras. Sus palabras sonaban sinceras. – ¿Cómo llegaste hasta acá? Le pregunto Celeste. - Me prestaron un carro. – ¿Quién? –Iyanú (Ex-novia de Celeste). – ¿Puedo rayarlo, aunque sea no? Bromeo Celeste, pero no tanto. –Quédate tranquila, bueno me voy, ya tengo rato aquí y no quiero abusar. Mas tarde nos vemos ¿si? –bueno. Y se despidieron. Ella sólo pensaba: -Me vino a ver, pero ¿Llegó con el carro de Iyanú? ¿Qué hace ella con el carro de Iyanú? Qué descaro! Viene a ver a su ex novia en su carro. ¿Qué intensiones tiene realmente Romina? No voy a pensar más, no vale la pena.

Capitulo III

Celeste o no enfrente de dos puertas . C: -Quiero besarte. R: –Yo también pero no podemos, lo sabes. No puedo hacerle esto a Gabriela; se que te he contado que nada es igual entre nosotras, te he contado muchas cosas así como tú me has contado las tuyas, pero, la amo estoy enamorado de ella y siempre la voy a respetar, pero también se que no puedo seguir engañándome con esa relación, eso no va a llegar a ningún lado... C: –No digo que me beses, ni que te voy a besar, sólo quería que supieras que tengo ese deseo desde hace tiempo reprimido. R: – Y te digo que yo también, jajajajaja. C: –De todas formas yo tampoco podría faltarle el respeto a tu novia, porque es tu novia aún. No me gustaría que me hicieran lo mismo. Aunque ya me lo hicieron ¿no? R: –Debo decirte algo Celeste muy importante, que no debería, pero debo hacerlo, no puedo permitir que sigas pensando en la idiota de Iyanú. Es mi amiga, lo se… pero no te lo mereces, enserio. C: – ¿Qué? Dímelo.

-Celeste no te lo mereces. Dijo Romina antes de soltarle la bomba que acabaría con los engaños de Iyanú: R: -Yo las leí. Cada página, cada párrafo. No te sientas avergonzada, tú no tienes la culpa. La cara de Celeste no era normal; sus expresiones decaían con cada frase que avanzaba y golpeaban sus tímpanos, creía que estaba sumergida en una pesadilla y que Ysnovel (su mejor amiga), en algún momento u otro, la iba a despertar de tal monstruosidad acústica. R: –Lo siento por decirte esto, y no fui yo nada más quien leyó eso que le escribiste… todos los que estábamos ahí, hasta Gaby. C: – ¿Cuántos eran? R: –Aproximadamente diez personas, no estoy segura. Yo las tuve como 2 días en mí casa, leyéndolas, no podía creerlo, se las tire en su cara y le dije que era una mierda, que nadie merecía lo que ella estaba haciendo. Y no sólo eso hizo… todo el tiempo estuvo diciéndole a la gente que eras una loca que la acosabas y que no sabia que hacer contigo. Se burlaba de ti y de tus escritos. Me di cuenta que no eras así, como ella hizo creer a la gente… fue cuando te conocí… por eso que te lo estoy contando. Celeste no podía demostrarle a Romina cuanto le afectaba eso a ella, escuchar todas esas barbaridades. Esa noche, como se imaginan, lo que hizo fue llorar y llorar en el hombro de su amiga. No soltó ni una lágrima frente a Romina. Ysnovel la consoló hasta que no tuvo mas fuerza de llorar y se quedo profundamente dormida.

" AntiCeleste , se encuentra de pies frente a una mesa, con una mirada y expresión facial conmovedora. Agarra ágilmente una hoja y un lápiz no encontraba; zarandea un poco más el desbarajuste de la mesa de sus reconcomios y lo encuentra para darle uso. Escribía y borraba, escribía y se escurría el sudor de su frente, se enjugaba las gotas invisibles que desplomaban de sus sacos lagrimales; la decepción y la frustración era tal, que no había hecho otra cosa que llorar por dos días consecutivos en ese lugar, aun más que por Iyanú. Borraba y escribía; borraba porque estaba siendo dura con sus palabras fluidas y aunque ella la había hecho sufrir, no quería pagarle con el mismo lado oscuro de su moneda, sólo quería ser sincera, era todo *. La derecha es suave y enmarañada, también la tantea.* Para Romina fue injusta y hurgó lágrimas en sus ojos; aunque ella misma se haya disculpado, así lo haya expresado, no la perdono".

Capitulo IV

A veces cerraba los ojos al mismo tiempo con el lápiz carbón entre sus dedos.

La doncella sopla las velas con emoción y su mejor amiga a su lado, su criptonita y a la vez la que le daba poder sobrehumano. -Gracias Ysnovel, gracias por este día. Y se abrazaron, muy fuertes, sellando con ello todo el amor incondicional que sentía una de la otra desde hace un par de años. Allí estaba Romina también, acompañándola y pensando en proponerle lo que más ella anhelaba en su cumpleaños, en ese instante. Compartieron, bebieron, comieron y casi al terminar la reunión de cumpleaños, apartándola de la gente, Romina la llama a su lado, conmovida por el día: -Quería preguntarte algo, pero obviamente quería estar segura del momento. Se que ya hemos hablado de ello pero hoy te lo preguntaré. ¿Quieres ser mi novia? Para Celeste esas palabras fueron como una bella canción, y la respuesta acompañada de dudas fue un sonoro si, pero antes sucedió la plática.

Muchas veces hablaron de ello. Estar seguro o no del gran paso que iban a dar, aunque para otros sea un simple noviazgo, para ellas dos era atravesar un rio con un poco de corriente desajustada. – ¿Por qué crees que tenga dudas de pedírtelo? Te lo estoy pidiendo ¿No? Eres tú la que podría tener dudas al respecto por lo que sientes por Iyanú -Tú sabes por qué te lo digo Romina! Iyanú es pasado tú eres mi presente. Ha pasado una semana de haber cortado a la mujer que amas y que por alguna u otra razón no pueden estar juntas, pero se aman. Y yo nunca podré competir con eso. Se que no es una competencia, pero me da miedo que me hagas daño. Estoy empezando a sentir cosas por ti. Te tengo siempre en mi mente, también el momento en que pueda amanecer al lado tuyo, respirar tu olor, sentir tu piel, tu calor… R: -Yo también amor, sabes que no te miento, lo de Gaby y yo no puede ser. Ella tiene su vida y yo me enamore si, pero ya nada es igual. Créeme. He querido hacer las cosas bien, pero hasta ahora no me ha salido nada bien, quiero intentarlo contigo. ¿Qué dices? ¿Aceptas ser mi novia?

Capitulo V

Se incorpora en sus dos piernas y observa; observa a su alrededor y no encuentra nada, no logra escuchar nada . Te extraño… esa palabra pudo leer al momento que abría ella su celular; y un vuelco al corazón dio sólo esas dos palabras. Sus manos les sudaban y aun así, no se sentía segura con ella, pero quería confiar en ella, debía intentarlo. –Yo también te extraño, mucho. Palabras iban, palabras sacudían sus cuerpos y ansiaban verse, pero ella había ido a dar una vuelta por otra ciudad cercana y pasaron 2 días interminables pensando uno del otro. Celeste, a cada segundo, pensaba que podría estar haciendo Romina. Se le venía a su mente revuelta e inquieta cada imagen, que oraba a Dios para que no permitiera que pensara más en cosas que podrían ser mentiras o que podría darle, de algún u otro modo, poder para que se hicieran realidad. R: – ¿Qué haces amor? Te extraño. –Pensando en la inmortalidad del cangrejo. Respondió Celeste mucho después de haberle escrito también que la extrañaba. - ¿sabes por qué el cangrejo es inmortal?

J

Pregunta Romina. – No se, será porque lleva mucho tiempo en las piedras y en el océano… jajajajaja… no se. R: –No amor! Es más simple… Porque los vivos andan y los muertos desandan, en cambio el cangrejo camina hacia los lados… Celeste sonrió y suspiro profundamente. Le lograbas ver esos ojitos dormilones… esos característicos; estaba enamorándose de ella y ni siquiera tenia el valor de decirlo. –Te quiero ¿lo sabias? Expreso Celeste. R: – Si, amor yo también. -Me siento mal Romina, me siento mal porque te siento distante, siento que no estás conmigo y te quiero realmente, te necesito mi amor. Lo único que respondió Romina a ello fue: -Sólo Dios sabe cuanto te quiero y cuanto deseo olvidarla. No te preocupes que te prometo que todo va estar bien.

R: -Acompáñame a ver el futbol hoy amor y todos los días, ¿si? ¿Te paso buscando? Te aviso. Un beso mi amor. Celeste trataba de no pensar en Iyanú pero era más fuerte que ella aunque la odiara. Extrañaba sus besos y sus abrazos, todas esas noches, días, medio días, tardes, woao! Eran increíbles y eran inagotables juntas. El amor que sentía por ella y el deseo, el queso duro aún no se había ido de su cuerpo tan fácilmente, pero ahora tenía a Romina y no podía estar pensando en Iyanú, no se lo iba a permitir a ella misma. Estaban llegando al lugar donde disfrutarían del partido de futbol cuando Romina le comenta: -Mi amor va estar Iyanú aquí, ¿no te incomoda, no? Porque si no, nos vamos a verlo a otra lugar y… –No tranquila no me importa si está o no está. Quimera. Ella estaba muy nerviosa y lo que hizo casi toda la tarde que estuvieron en ese lugar fue mirarla cuando podía, observarle su boca que deseaba, su piel y a la vez odiarla por haberle hecho sufrir y ser engañada por sus caprichos infantiles y altivos. Ella podía observar y sentir como ella también la veía por el rabito del ojo. A pesar de la actitud que demostró Iyanú al sacudir el mundo rosa de Celeste, ella la amaba. La verdadera historia de Iyanú se baso y la complico la duda, lo perfecta que sentía su estabilidad con Celeste la hizo comportarse de esa forma torpe e insensata. Celeste se atrevió un instante a compararlas, a colocarlas en una balanza, claro podía sólo comparar sus aspectos físicos, porque todavía sus sentimientos no podía compararlos, ella no conocía a Romina como se imaginaba o era lo que Celeste o no, piensa hasta ahora. Sobre la arena pasos muy marcados y en su muñeca un reloj. Las horas pasan muy rápidas y muy lentas, al tropezar con las dos puertas .

Capitulo VI

(Ese mes atrás cuando sonó el celular)

Suena el teléfono y ella contesta: -No debiste haberlo hecho así. ¿Qué hice Rodrigo? ¿Qué te pasa? ¿Por qué no me cuentas? ¿Por qué cortarme por mensajitos de texto? ¿No pudiste decirme que tenías que hablar conmigo? Y aclararme ciertos puntos. Se mujer pana! ¿Me merezco esta mierda? No tuviste ni un poco de delicadeza. ¿Crees que puedo ser tu marioneta y cortar los hilos cuando quieras y como quieras? Eran muchas las preguntas por contestar. R: –No eres tú, soy yo, estoy confundida, tengo mucho miedo. Aunque no lo creas quiero hacer las cosas bien. C: -¿Qué es para ti hacer las cosas bien? Sabes algo: no me busques, ni me llames. Ok?... Me estás haciendo lo mismo. R: –pero celeste yo te quiero sólo Dios sabe cuanto… sólo Dios sabe todo lo que siento… Celeste escúchame… y ella desconecto la llamada. Celeste debía esconderse, que era lo mejor que sabia hacer en ese momento; ella la iba a buscar e iba a insistir. Aún no lo sabia, pero ella presentía cual iba a ser el final de su historia con Romina, ella ya lo había escrito en su mente, había escuchado mas a una de las voces, había decretado esa historia corta pero hermosa, tan hermosa y tan pura para ella, como todas sus relaciones, que no fueron muchas; para ella todas sonaban como su primera canción. A veces cerraba los ojos al mismo tiempo con el lápiz carbón entre sus dedos e imaginaba una canción que anhelaba ser y sentir.

Capitulo VII

Una de las puertas tiene una astilla, la otra también y a veces cerraba y sin darse cuenta tropezaba y cabeceaba para dibujar lo que quería ser.

Se sentía confundida, se sentía que era presa fácil de otro engaño, artificio doble. –Te he escrito, te he llamado y no me contestas. Por favor, quiero saber como estás. No me hagas esto. Quiero estar a tu lado. Quiero hacer las cosas bien por primera vez en mi vida. Ayúdame. Buenas noches amor, que descanses. Así termino el texto que recibió Celeste dos noches después que Romina había terminado con ella por mensajito de texto, luego de casi un mes de haberle pedido ser su chica, correctamente. Romina toca el timbre de la casa después de haber insistido con llamadas y mensajes, la cual Celeste, no algo, sino muy confundida contesto y luego de una larga conversación accedió a verla, estaba loca por verla, la extrañaba, extrañaba sus besos, sus caricias, ya no extrañaba para nada los de Iyanú, aunque todavía no se habían encontrado sus cuerpos desnudos como Dios manda, estaba enamorada de Romina; era todo.

R: -¿Cómo estás? – ¿Cómo crees? –Discúlpame por favor. No se que me pasa. No se que decirte. No se que hacer. C: –No hagas nada. Es mejor así. Se situaron muy distantes de la casa para que nadie escuchara su conversación. –Créeme te quiero, te deseo, quiero estar contigo, compartir contigo. Pero no se que me pasa. C: –Claro, si. ¿Quieres jugo de piña? Yo te busco o agua, porque yo si quiero. R: –Ok, asintió Romina. Fueron en busca del jugo conversaron un poco con las personas que estaban en la casa y luego se fueron donde se encontraban media hora antes del disfrute del paladar. R: -¿Me vas a perdonar? C: –Si. Te perdono. R:–Enserio Celeste. C.– ¿Qué quieres que te diga? Ya te dije: te disculpo, no hay problema. Pero no quiero que me busques ni que me escribas más. No quiero sufrir vale, sabes por lo que he venido pasando… R:- ¿Sigues con eso? No entiendes que ella no te quiere, te falto el respeto! Sigues empeñada en eso, ¿por qué tienes que sentirte así por ella? Olvida eso por favor. Yo no soy igual que ella. Quiero lo mejor para ti. ¿Me crees? R: –Ok. Si te creo. –Celeste! C: –¿Qué? Luego, Celeste se dirigió hasta ella y le dio un beso en la mejilla: Quédate tranquila, pero no me busques más, siento ya mucho por ti y no quiero seguir sintiendo si tú no lo sientes. Por favor. R: –Celeste pero te quiero y quiero seguirte viendo, quiero estar pendiente de ti. C: –Me hace daño verte! No quiero ser tu amiga, ¿no lo entiendes? R: –Ok. ¿Esta será la última vez no? C: –Si. Es la última vez hasta que se me pase, hasta que no sienta lo que siento por ti. Vuelve con tu novia, yo te apoyo, siempre te lo dije, a ella es a quien amas, yo no soy nadie al lado de ella. Soy una estúpida…. Y celeste quedo un rato en silencio. Romina expreso luego de unos minutos: R: -Ven quiero darte un abrazo, ¿puedo? Celeste se acerco y la abrazo con todo el amor sincero que sentía por ella. Fue un instante hermoso, se sentía bien, no podía creer que la tenía en sus brazos cálidos, Celeste se aparto un poco, y la miro a los ojos y le dio un beso en los labios que le salió desde el fondo, donde se encuentra la propia alma.

La lengua de Celeste se situaba en lo más profundo de la boca de Romina buscando su lengua gemela. Fue tan profundo ese beso, tan apasionado que nunca se compararía con el primer beso, el que se dieron en casa de una amiga en común de ellas, que no era Ysnovel obviamente. Ese beso marco el comienzo de (para ser mas específicos) 2 noches donde conocieron cada milímetro de su cuerpo, de sus olores y placer sexual. Cuando termino aquel beso con sabor a piña, que fue lo que mas le gusto a Celeste; ese sabor inigualable junto con el sabor de su amada, comenzaron otros y otros besos esa misma noche y se decían cosas tiernas; ella la miraba, la acariciaba, ella hacia lo mismo, y entre amor y besos se perdonaron, porque Romina también debía perdonar a Celeste por sus dudas y pagar sus frustraciones amorosos con ella y decidieron seguir sin el término Novias, que para mi, particularmente, era lo mismo . La mujer desnuda la despierta del espejismo.

Las sábanas blancas revestían sus cuerpos, mientras dormitaban. Esa noche se cantaron, esa noche se recorrieron desde la punta de sus dedos hasta el mechón más frágil de la cabellera de aquella dama que sólo buscaba un poco de paz y fundir el queso, después de haber pasado por torbellinos de intranquilidad emocional con otro rostro, con la persona que no supo revelarle su propia aburrida alma. Le pregunto Celeste a Romina después de múltiples caricias, besos, jadeos, respiraciones fuertes, humedad: - ¿Cómo te gusta? ¿Qué te gusta que te hagan? La respuesta fue: -Lo que tú quieras. Esa noche fue corta, luego de hacer el amor se vistieron y salieron a fumar un poco. Para ella era importante fumar en ese instante le pareció a Celeste, para ella no era tan importante; sólo lo que se respiraba en el aire era olor a colilla, feromonas y dudas. A Celeste se le podía observar arriba de la cabeza atolondrada de amor; enamorada una nubecita con un escrito: -¿Estará pensando en ella después de haberle hecho el amor? Pobre Celeste.

Se escuchaban risas y risas: -¿Qué hacías anoche con Romina? -Nada. –Jajajajaja parece que no durmieron… C: -dormimos poco, pero dormimos. –Claro después de la rosa roja color pasión que te regalo… cualquiera cae en sus brazos. –jajajajaja. -¿Y dónde fue ella? C: -Tenía cosas que hacer, eso me lo dijo ayer, tiene un ensayo, mañana es la presentación.

Movimientos rápidos pasan por su mente unidos a colores y al compás de una vieja música de vitrola logra escuchar sus propios jadeos y los de alguien más.