Sin mentir la verdad Final
Aquí se los dejo! disculpen el retraso! estaba listo hace rato, pero no me había dado tiempo de subirlo! Kajla! Tiene dos finales alternativos! este el primero! Disfrútenlo.
Capitulo VIII
No entendía muy bien la figura que observaba pero era un dejavú no muy lejano al ser despertada.
Muchas veces Celeste sentía a Romina un poco distante o distraída, esa es la mejor palabra para describirlo, distraída; como dispersa, sumergida en un pensamiento que sólo ella estaba al tanto. Tuvieron pequeñas discusiones, muy diversas, pero Romina, a pesar de que le confesaba a Celeste a cada instante que quería una oportunidad con ella, esa oportunidad la tiraba por un barranco cada día que pasaba. Romina estaba muy confundida, como cosa rara, y para completar se atrevió a aceptar un curso donde se iba a topar toda la semana con su ex novia Gaby o fue lo que ella le hizo saber a Celeste. Por supuesto esta situación hizo dudar más a Celeste y se podrán imaginar lo desastroso que pudo ser para ella. No podía hacer otra cosa que aceptar que su Romina asistiera al curso, porque no le estaba pidiendo permiso, estaba informándole que iba a hacerlo e indudablemente fueron los días más lentos y tormentosos que pudo haber pasado Celeste junto a Romina, porque lejos de ella ya era otra cosa.
Celeste sólo se decía: -no se adonde ir, pero ella si tiene donde llegar; Lo que debería hacer en realidad seria apartarme, soy yo la que esta demás aquí.
Pero, escuchaba otra voz que se parecía mucho a la de ella: -No seas cobarde, lucha por ella. ¡Según tú ya la amas! No la dejes perder así, tú misma sabe que es verdad lo que dice, no va ser completamente feliz al lado de Gaby porque ya ella tiene su vida hecha.
La primera voz sonaba como eco opacando a la anterior escuchada: -¿Acaso ella se va a preocupar de tu felicidad cuando este con ella? Porque sabes que la va a preferir a ella no a ti tonta.
Con ímpetu vociferaba la voz semejante a ella: -Le estas dando la oportunidad de conocerse y conocerte, también te digo que la estás alejando con tus dudas, no seas tonta arriésgate. Recuerda que te hace feliz, ella te hace feliz, te complementa de muchas maneras, permite conocerla.
Al final, mi querida Celeste, tomó una decisión.
Capitulo IX
Hoy, día de la presentación de Romina, Celeste se preguntaba si podría pasar otra noche más con ella, aunque sea dormir al lado de ella, sin hacer ningún ruido carnal. Llegó un poco tarde, pero llegó, y lo primero que escucho al llegar fue lo que realmente los unía: tanto la música de tacto que ella practicaba y ejercía y que se podía apreciar en ese instante y por otra parte, la música que danzaba por las venas y la garganta de Celeste. Lo que más le excitaba y le sigue excitando tanto a Celeste como a Romina era ese instante donde sus encuentros musicales eran el pináculo de sus orgasmos.
Ella solía escribir, y disfrutaba escribir y/o expresar en poemas y canciones: "Momentos para pensar en ti cuando mi alma no está unida a la tuya cuando se siente así. Como quisiera asomarme en la ventana de tus ojos y poder ver ese corazón aturdido y doloroso, que calla con un silencio después de haber oído semicorcheas. Espero navegar algún día en tu silueta tan callada y tímida. Te escribo este poema no sólo para intentar que dirijas tu atención hacia mí también para expresarte que te extraño con el alma, con los labios. Es el momento de prestar atención a estas líneas, entre líneas, entre el corazón, entre el cuerpo que no es perfecto. Fumando espero un milagro que no se si se pronunciara. Soy de carne y hueso con un corazón roto, que por escribir me lo han roto y por no escribir he dejado que huyan. No hay explicación". Ese fue el primer poema dedicado a Romina por Celeste.
La representante del grupo de Romina, conocía a Celeste y acercándose a las dos, en la pausa del primer set, le saluda y pregunta: - Romina ¿Qué paso con Gaby que no vino? Ella siempre nos filmaba las presentaciones ¿No sabes por qué no vino hoy?
Romina miro con cara de preocupación a la pobre Celeste, ella que ya venia con la idea de que lo que hacia era el ridículo al lado de ella y se inventaba y bajaba su autoestima con historias que sólo Celeste podía fantasear, no podía vivir en paz sabiendo que Romina estaba viendo a Gaby todos estos días.
Ella le respondió algo tonto a la tipa y cambiando rápidamente el tema se poso más cerca de Celeste para preguntarle si quería beber algo, ella le respondió que ya estaba tomando y se sintió la incomodidad después de la pregunta de la individua fugaz; aunque era natural que preguntase por ella, para Celeste, era un puñal en el corazón, ya que venia tolerando los encuentros entre ellas esa semana; estaba fulminantemente celosa.
Ya Celeste había ido a otra presentación de Romina y la pasó de maravilla, pero este no le fue de su mejor agrado: Ro quiero pasar la noche contigo
R: -Bueno pasémosla.
C: Pero, Made me dijo que no podíamos quedarnos en su casa hoy porque debía salir muy temprano mañana y a mi me da vergüenza quedarme en su casa también. Vente conmigo. Estoy sola en la casa.
R: No me parece Celeste, dejémoslo para otro momento oportuno. No es que no quiera amor, es que no puedo, también tengo 2 días fuera de casa y debo dormir con mi familia. No me mires así.
C: Por favor Ro! Temprano te vas para tu casa y ya!
R: No puedo Celeste, entiéndelo amor. No insistas que me hace sentir mal.
C: No quieres estar conmigo eso es todo.
La cara de frustración y de enojo que oscureció el rostro de Romina al escuchar eso de los labios de su actual amada, no tiene similitud y descripción con palabras, sólo con esa expresión de tristeza que emergió en sus ojos de cristal .
Capitulo IX
Su tez palidecía cada vez que sus ondas cerebrales caían en el espectro en nanómetros de la figura posada .
Romina se ve sentada hablando con sus amigas. Su cara de preocupación, decepción y frustración seguro la llevara a tomar decisiones sencillas, pero que a la larga no sabrá si arrepentirse o no de ellas. Del otro lado Celeste hablando con sus amigas. Ella no tenía que disipar, tenía el presentimiento de la decisión que iba a tomar su amada y que debía con el dolor de su alma aceptarlo con valentía; y en el fondo era lo que ella quería escuchar para salir corriendo; que insisto, era lo más fácil y lo mejor que sabia ejecutar Celeste en ese momento. No era el mejor momento de ella. Ella prometió no llorar más por Romina porque su perspectiva se lo increpaba así. Ella no se iba a permitir seguir haciendo las cosas mal, se dio cuenta que no podía olvidar a Gabriela y la mejor decisión era quitar del medio a Celeste, en donde se imaginaba que ella lo superaría en su tiempo adecuado y se lavaría las manos fácilmente, ya se había aburrido de su aventura con Celeste, Celeste la había arrastrado a esa decisión. Iyanú se había aburrido por lo perfecta de su relación con ella y Romina por su falta de seguridad. Así de rudo y drástico manejaron el asunto, Romina, quito del medio a Celeste para seguir con su aventura que le subía la adrenalina y Celeste lo acepto y se alejo sin chistar, deseándole lo mejor del mundo y bendiciones para ellas y por dentro pensaba: En su cuento feliz se que no estaré yo.
Capitulo X
Celeste se encuentra de pies frente a una mesa, con una mirada y expresión facial inquietante. Agarra precipitadamente una hoja y un lápiz no encontraba; revuelve un poco más el desbarajuste de la mesa del guayabo y lo encuentra para usarlo. Escribe un par de líneas tropezadas con algún sentimiento furtivo, improvisando frases para disculpar lo que a continuación quería confesar. Sólo se veía una mano temblorosa como si el dolor no la dejara escribir. Se agarraba la cara, enjugaba su sudor de la frente y de las manos, pasaba el dorso de su mano por las lágrimas, para luego llevarla a la pierna derecha utilizando su pantalón de pañuelo; por sus dedos izquierdos ágilmente pasaba el lápiz que utilizaba para engañarse y engañar. Movimientos rápidos pasan por su mente unidos a colores, estaba acostada al lado de una mujer desnuda, blanca, hermosa, temible a quien miente la verdad.
Las habían dejado solas:
C: - ¿Qué tienes Romina?
R: Me siento mal Celeste, no puedo seguir así, me hace daño.
C: ¿Tienes que decirme algo?
R: Si pero no hoy, te repito no me siento bien.
C: Ok. Pero, quiero que seas sincera conmigo porque creo que yo siempre lo he sido. Siempre te he dicho lo que siento, porque no me gusta engañarte, creo que lo sabes ¿no?
R: Si por eso no quiero hacerte daño. Está bien intuyo desde hace tiempo que no te sientes cómoda conmigo y es injusto que estés así por mí. Tú sabes que yo estoy enamorada de Gaby y me siento muy confundida y temerosa de perderte y perderla.
Aunque no se lo dijo Romina directamente, ella se sentía muy confundida y caía más en la confusión por las dudas y los problemas de inseguridad de Celeste; eso no le ayudaba mucho, estando con Gabriela no se sentía así, al contrario, se sentía excelente, se sentía ella.
Celeste también no estaba bien, ni con Romina ni con ella misma por las sombras del pasado y bueno la inconformidad que sentía al estar al lado de Romina. Ninguna de las dos merecía tal situación.
R: Celeste dame un chance para encontrarme. Dame un espacio para saber que quiero y te haré saber cual fue mi decisión cuando lo sepa.
Celeste derrumbada asintió y dijo: -Te esperare, encuéntrate. Aquí estaré siempre para ti cuando estés lista. Ya había escrito cual era su decisión en su mente, el mundo se le vino encima, y aunque estaba preparada para escucharlo, se engañaba así misma, porque nunca se esta preparada para ese tipo de escuchares y mas cuando un sentimiento verdadero esta en el medio.
Celeste le dio un abrazo y sintió como le latía el corazón a Romina, rudo en su pecho y atropellado, ahí se dio cuenta que no fue tan fácil para ella como Celeste le pareció decir todas esas palabras confusas. Se alejaron dándose las espaldas quedando así el olor de sus cuerpos en el olfato de cada una individualmente, y era terriblemente tormentoso oler el tufillo de la otra. Celeste huyo, se alejo para siempre, objeto efímero.
Capitulo VI
"Me he acercado a la música buscando la perfección de la vida, lo sutil, lo encantador, lo que no se puede comprar con dinero. El don, el don de mis manos, de los sentidos, de respirar cuando no es debido, cuando te sientes observado. Yo observe un corazón encantador al oír las notas de tus tambores, ¿Cómo es eso? Cuando tratas de sonar bien, cuando buscas la perfección se manifiesta tu corazón y a los demás haces voltear y admirarte. Nadie, absolutamente nadie podrá comprar eso, con eso naciste y es innato en ti. También en mí en las dos. Háblame en nuestro lenguaje encantador, como tus manos, que cada vez que tocan mi cuerpo tu instrumento muere de desilusión; tus manos hablan mis manos también. Mi mente esta encerrada en un laberinto oscuro, y llego la luz, y se volvió a apagar. Y yo insisto en tu silueta porque es única en el mundo, como muchas canciones que he escrito y han hablado: pudiera esperar a que te duermas y pudiera también dibujarte; cuando duermes pudiera también proteger tus sueños, quien más que yo para hacerlo. La gente puede confundir esto con algo profundo e intenso, pero Jesucristo y el mismo Dios lo hace, ¿por qué yo no? Dame un poco de tu silencio, dame un poco de eso. Me puedo parar y seguir corriendo o correr y pararme, lastima que no pueda hacer las dos cosas al mismo tiempo. Lastima que no tenga el poder de curar tu corazón moribundo, de compartir el mío con tu cuerpo, lastima que cantando tampoco pueda hacerlo; ni siquiera llegar a aturdirlo de palabras intensas, de sentimientos bonitos. Se mi amiga paralelamente de los sentido y camina en mi mar dejando huellas, para poder seguir escribiendo de ti". De la verdadera Romina, sólo quedaron los crepúsculos de ella para Celeste.
Capitulo VII
Sobre la arena pasos muy marcados y en su muñeca un reloj. Las horas pasan muy rápidas y muy lentas, al tropezar con las dos puertas. Las sudorosas sabanas pegadas a la cintura de una silueta, no se podía ver por la oscuridad, sus tobillos unidos a otros tobillos y una imagen descarga la espalda baja. Movimientos rápidos pasan por su mente unidos a colores y al compás de una vieja música de vitrola se escuchan jadeos, los suyos y los de alguien más. Siente acrecentar palpitaciones en la parte baja de su tronco y por cada vez que se movía ella y la otra figura, los sentía acelerarse aun más. No entendía muy bien la figura que observaba pero era un dejavu no muy lejano. Estaba acostada al lado de una mujer desnuda, blanca, hermosamente temible. Precipitadamente y con un brinco se incorporo en sus dos piernas, -¿Qué pasa? Se preguntaba. ¿Esto es real? ¿Quién es? Su tez palidecía cada vez que sus ondas cerebrales alertaban bajo el espectro medidos en nanómetros de la figura observada.
Capitulo XIII
Se encuentra de pies frente a una mesa, con una mirada y expresión facial inquietante. Agarra precipitadamente una hoja y un lápiz no encontraba; revuelve un poco más el desbarajuste de la subrealidad que no encajaba y lo encuentra, si, lo encuentra para usarlo. Escribe un par de líneas tropezadas con algún sentimiento disimulado, improvisando frases para disculpar lo que a continuación quería exteriorizar a la mujer desnuda.
A veces cerraba los ojos al mismo tiempo con el lápiz carbón entre sus dedos y sin darse cuenta tropezaba y cabeceaba para dibujar en sueño lo que quería ser.
Al distraerse, sólo veía su mano temblorosa como si el dolor no la dejara escribir. Se agarraba la cara, escurría su sudor de la frente y de las manos, pasaba el dorso de su mano por las lágrimas de alguien más, para luego llevarla a la pierna derecha utilizando su pantalón de pañuelo; por sus dedos izquierdos ágilmente pasaba el lápiz de carbón que utilizaba para engañarse y engañar.
Celeste o no, en frente de dos puertas. Toca su textura y le divierte, pero una de las puertas tiene una astilla, se da cuenta cuando la tiene alojada en su epidermis, no hay remedio alguno. La derecha se da cuenta que es suave y enmarañada, también la tantea y le divierte; ésta también tiene otra astilla. Una astilla saca otra astilla.
Celeste o no en frente a dos puertas. Abre la Izquierda y aparece en pies frente a una mesa; mirada y expresión facial inquietante posee Celeste o no. Agarra precipitadamente una hoja y un lápiz no encontraba; revuelve un poco más el desbarajuste de la monomanía y lo encuentra para usarlo. Sólo se veía su mano temblorosa casi invisible como si el dolor no la dejara escribir ni proyectarse de nuevo. La mujer desnuda la despierta de ese ensueño, la dama de movimientos rápidos.
Celeste o no, no están despierta sólo siguen soñando. Y aparece en frente de las dos puertas. Esta vez abre la derecha y aparece en pies frente a una mesa, mirada y expresión facial conmovedora posee Celeste o no. Se agarraba la cara, escurría su sudor de la frente y de las manos, pasaba el dorso de su mano por las lágrimas de alguien más, para luego llevarla a la pierna derecha utilizando su pantalón de pañuelo; por sus dedos izquierdos ágilmente pasaba el lápiz de carbón que utilizaba para engañarse y engañar.
A veces cerraba los ojos al mismo tiempo con el lápiz carbón entre sus dedos y sin darse cuenta tropezaba y cabeceaba para dibujar lo que quería ser y dejar atrás.
¿La mujer desnuda la despierta de nuevo del espejismo? Claro, y lo hizo;
Luego Celeste o no, observa que la espalda baja y los tobillos que se proyectaron como imágenes de dejavu eran de la dama en pelotas, y no era mas que de Ysnovel su mejor amiga. Se incorpora en sus dos piernas y observa; observa a su triste, aburrido e importuno alrededor, no la amaba, la monotonía embargaba todo su ser con ella.
La voz de la nudista, el olor de la nudista en su cuerpo era un dejavu, comenzaba a comprender. Minutos antes estaban las dos cubiertas por sabanas blancas mientras dormitaban. Ella descubrió lo que pasaba. Esa noche se transitaron desde la punta de los dedos hasta el mechón más frágil de la cabellera de Celeste o no, que sólo buscaba un poco de paz que no encontraba; después de haber pasado por torbellinos de intranquilidad emocional de su propia alma equívoca.
La mujer desnuda sabía bien su nombre y sus gustos, el olor de la nudista en su cuerpo era un dejavú esa mañana. Su mente perturbada jugueteaba con su corazón y su razón. Celeste despierta, antiCeleste sólo seguirá soñando con su amor verdadero, con Romina, que en realidad, sólo es eso un sueño.
No se sabe cuantas puertas más tuvo que abrir Celeste o antiCeleste, quien sabe o cuántas veces tuvo que enfrentarse a la mesa y al lápiz de carbón dormitantes, si la mujer desnuda contigua, cualquiera que fuera en ese momento, seguía despertándola para hacerle creer que en realidad soñaba con la vida que quería aventurar así cayera, que soñaba con la mujer perfecta.
Gracias.