Sin Medir Distancias

Mi tercera historia

Prefacio

Quien sabe realmente de qué manera se va a enamorar? o verdaderamente alguien sabe como empezara o terminara algo realmente? de la misma forma en que lo piensas, la imaginación se desboca, los pensamientos y deseos se vuelven cómplices de las eternas noches, los minutos se suicidan en los barrancos de mi ocio, trataría de invertir mi tiempo en algo más productivo pero... como censurar un deseo? como callar algo que quieres gritar, no se puede, al menos yo no puedo hacerlo...

Cap. 1

Después de tanto tiempo entregada a un ordenador dispuesto cuidadosamente en la oficina que ocupo desde hace 3 semanas llegue a la conclusión de que la esclavitud no se abolió hace mas de 200 años en mi país (se cambio a 8 horas diarias), me sentaba bien después de todo, llegar a mi casa hoy era un infierno total, solo para tener que escuchar las quejas y discusiones de Alicia, mi pareja... después de un par de años de convivencia y un previo tormentoso noviazgo las osas no iban nada bien, trataba de estar mucho tiempo fuera de casa  y así evitar tantos conflictos pero casi siempre era en vano, en especial cuando ella y mi madre confabulaban juntas, las quejas de Alicia y las de mama juntas eran un verdadero caos, cosa que no me importaba demasiado, ya que al llegar a casa ignoraba las quejas de Alicia y sostenía en brazos a mi único alivio de mi pesado día, mi hijo Miguel, aunque el no haya salido de mi vientre era la única razón por la que sentía deseos de llegar a casa, su sonrisa era mi cura, luego de sostenerlo y jugar con él y dormirse en mi regazo tomaba mi rutinario baño de las 9:00pm y me lanzaba como bala a la cama, esta vez no fui a dormir, me dispuse a leer El Caballero de la Carreta en mi computador.

  • Sara, podrías dejar un segundo de ocuparte en otras cosas y centrarte un poco en mí.

  • Claro amor, que pasa.

  • Pasa que te necesito, pasas tanto tiempo entregada a esos computadores, me desquicia.

  • Amor es trabajo, y claro que me importas Alicia, tú y Miguel son lo primordial en mi vida.

  • Pues demuéstralo, y por favor no traigas trabajo a la casa, después que tú entres por esa puerta nos perteneces a Miguel y a mí.

  • De acuerdo amor, lo siento.

  • Hay algo que debes saber Sara, Danielle vino aquí esta mañana después que fuiste al trabajo, exigió ver a Miguel, estaba demasiado asustada.

-Mierda! y tú qué hiciste? dejaste que lo viera, ella sabe que no puede hacerlo, esa imbécil no quiso nunca a Miguel, que no me venga ahora con eso de que se le despertó el instinto materno.

  • no no deje que lo viera, le pedí que se marchara y le llame a tu madre, tu jamás respondiste tu celular como siempre.

  • A partir de mañana te dejare en casa de mama, tratare de salir temprano del trabajo para poder estar más tempo con ustedes.

  • Sara, no crees que sería un poco injusto condenar a Miguel a esto...

  • De que hablas Ali, tu prima acepto darnos a Miguel y fue una adopción CERRADA recuerdas, ella no puede estar a más de 500 metros de Miguel, y si vuelve a hacerlo e va a conocer a la mala, ella no me vendrá con cuentos.

  • Pero es su hijo Sara.

  • No lo es ok!!! Es mi hijo legalmente, y en 4 meses de vida le eh dado todo el amor que esa infeliz no le dio cuando nació, Alicia ni siquiera el día que nació, que lo tuvo entre sus brazos se conmovió un poquito, no se le ablando  el corazón, me lo dio... me lo puso en las manos sin remordimientos, y 4 meses después quiere venir?, que se vaya mucho al diablo, y no estoy siendo déspota.

  • Como tú digas entonces.

  • Ya mi amor si?, sabes que es por nuestro bien, después que Miguel este grandecito hablaremos con él, nada para el será fácil, su cabeza no entenderá por que el tiene 3 madres y no 1 y un papa.

  • Tienes razón hay más cosas en que preocuparse.

  • Mañana te dejare con mama, emmm... me regalarías un beso?

  • Todos los que quieras, hace días que no me lo pedias...

  • Perdóname pequeña.

Tenia razón, entre tantos problemas nos habíamos olvidado del amor que sentíamos, solo estaba dormido y había que buscar la forma de despertarlo, nuestra situación no era nada fácil, una pareja de mujeres viviendo en una sociedad homofóbica y criticona y aparte de eso con un hijo, pensaría que todo iba a mejorar como siempre sucedía, no sabía hasta que puno llagaría, no me importaba se trataba de mi familia, de mi pequeño gran mundo, los besos de mi esposa me estaban transportando a algo más tranquilo, de nuevo su piel y la mía al tiempo, caricias furtivas, beso, termine quitándole la vestimenta, recorriendo con mis labios su anatomía como solía hacerlo al principio, como había podido perder el deseo tan estúpidamente, pero esta vez sentía ganas de hacerla mía como nunca, era el temor de perderla lo que despertaba tal deseo en mi, ella lo notaba en mi forma de tocarla de besarla, en como la miraba, mi mano se deslizaba hacia el interior de su sexo, y a medida que mis dedos entraban y salían al compás de su respiración y la mía sus ojos se clavaban en los míos...

  • No me dejes mi amor.. Ahhh...

  • No mi vida, nunca lo hare, Te Amo, Te Amo Alicia.

Abandone sus labios para posesionarme de sus senos, de su vientre, sus manos se aferraban a mis hombros, el solo escucharla suspirar y jadear me enloquecían con mis dedos aun en su interior me posicione en su sexo... lentos y desquiciantes lambetazos hacían que sus gemidos se vieran ahogados por su respiración, no quería que eso terminara así tan de prisa... me posicione en sus caderas, amarrando nuestras piernas y mis manos apoyadas en sus senos y las de ella en los míos, nuestra humedad conjugada, nuestros sexos unidos, el roce, la danza acompasada de mis caderas... gemidos... te amo... descargas de dopamina por mi sangre... Mi mujer y yo...

  • Te extrañaba..

  • Yo igual amor, voy a darme un baño.

  • Sara, quédate aquí, no te vayas.

  • Ya vuelvo, solo e daré un rápido baño, ven vamos...

la tome de la mano, ambas nos duchamos,  hicimos el amor de nuevo, dormimos abrazadas como hace tiempo no lo hacíamos, ahora solo nos preocupaba que hacer ahora con Danielle y Miguel... ya veremos...