Sin manos.....
Cuando le di dos besos, al ser presentados, le toqué el brazo y no veais qué brazo... cachas cachas. No era un hombre espectacular, de aspecto bastante normalillo, ni alto ni bajo, pero estaba mazizo.
Habiamos quedado un grupo de amigos y amigas en un conocido bar, uno de ellos cumplía 50 años y eso, hay que celebrarlo!.
Eramos más de 40 personas y se montó de manera muy informal, pero de manera que todos vieramos al homenajeado.
Mi mesa era de las más animadas, 10 personas, 8 mujeres y 2 gais, risas, buén humor, ambientazo total.
Llevaba poco rato ahi sentada cuando llegó un amigo, de una amiga, nos presentó a todas y se sentó en nuestra mesa, dijo que la veía animada y queria "juerguecilla".
Cuando le di dos besos, al ser presentados, le toqué el brazo y no veais qué brazo... cachas cachas. No era un hombre espectacular, de
aspecto bastante normalillo, ni alto ni bajo, pero estaba mazizo.
Se sentó delante de mi y mientras dejaba su chaqueta observé sin ningún disimulo su culo, sus tejanos apretados lo dejaban claro, tenía un magnífico culo.
Al rato nos descubrimos mirandonos, los dos, sin manías ni falsas vergüenzas, nos mirabamos y sonreimos.
Yo me puse seria, no quería comentarios de mis "locas" amigas, pero no dejaba de mirarle, y él a mi.
Pasó suave y lentamente su lengua por sus labios, yo cubrí los mios con una mano para tapar mi ligera sonrisa, por no hablar de mi cara sonrrojada.
Mi guiñó un ojo y lo le respondí con otro guiño. Pasé muy suave, como quién no quiere la cosa, un dedo por mis pezones, al instante se pusieron tiesos y duros, la ligera camisa de lino que llevaba lo dejó bién evidente.
Su cara era un "poema", un uuuaauuu bajini escapó de sus labios y yo... qué puedo decir, estaba ya humeda y excitada.
Crucé mis piernas y puse en práctica un ejercicio que em enseñó una amiga, contraer mi vagina ritmicamente i mover, muy suavecito el culo en la silla. El placer era delicioso, suave, pero continuado.
Mordrí ligeramente uno de mis dedos, sin dejar de mirarle ni un instante, él captó mi excitación y con una caida de ojos me indicó que mirara su pantalón donde un bulto iba en aumento.
Ver lo que le provocava me pusó todavía más nerviosa, no dejé de excitarme con mis muslos ni un momento, increible, pero vi llegar el orgasmo, lento, pero seguido.
Él, y sólo él, se daba cuenta de mi estado, cruzó sus muslos, para evitar que fuera evidente su estado.
Por suerte en ese momento trajeron el pastel, los pitidos, canciones, besos y demás, evitaron que mi orgasmo fuera escuchado por nadie, eso, que sin dudarlo, era el más silencioso de mi vida.
Él no dejó de mirarme ni un minuto, fué consciente de todo, su turbación y excitación eran más que evidentes...
Cuando calmé un poco el temblor de mis piernas besé al del cumpleaños y me fuí al baño, a recomponerme un poco, lavarme la cara y refrescarme, lo necesitaba.
A la salida, estaba en la puerta y me preguntó, sin ningún rubor, ¿te has corrido?, le sonrreí y le pregunté si le molestaba, NO, me dijo, me ha encantado!.
Así, sin despedidas, nos fuimos juntos de la fiesta, sólo un escueto mensajito al movil de mi mejor amiga diciendole que tenía un terrible dolor de cabeza.
Acabamos en su casa, otro dia os cuento cómo se aguantan 48 horas en la cama parando lo justo...