Sin inhibiciones

Como un hombre cansado de la rutina y falta de deseo llega y hace descubrir los límites de la lujuria a su nueva pareja.

Hola, mi nombre es Marcelo, lo que les voy a contar, empezó hace un año aproximadamente cuando conocí a Nancy. Yo estaba ya en problemas con mi ex esposa, no teníamos relaciones por mas de 3 meses, y tenía muchas necesidades. Soy ingeniero de sistemas y por mi trabajo debo viajar a otras provincias para capacitar a los usuarios del funcionamiento de software que yo he creado. En uno de estos viajes, conocí a Nancy, pero realmente no le presté atención, no porque no me gustaba, sino porque todavía estaba casado y no quería serle infiel a mi ex esposa. Con el pasar del tiempo, empezamos a conversar con ella por el chat interno de la empresa y nos empezamos a conocer mejor y a simpatizar mucho. Mi relación con mi ex, iba deteriorándose mas de prisa, mientras que con Demmy (nombre ficticio obviamente) empezamos a tener conversaciones muy calientes por el chat, yo le abría los ojos a otras experiencias sexuales (virtuales hasta ese momento) y a ella parecía encantarle; pronto hablábamos de sexo oral, vaginal y después de algún tiempo de sexo anal por el chat; yo no esperaba el momento para ir con ella y poner en práctica todas nuestras charlas, también quedamos que ella en la mesa sería toda una dama para mi, pero en la cama si tenía que ser bien puta, y en el chat, cuando la conversación se ponía caliente le decía mi putita, mi perrita, mi zorrita y a ella ya le encantaba eso.

Hasta que llegó el día, le fui a ver a su provincia, al volvernos a ver nos besamos en la boca muy tiernamente, talvez todavía con temor de todo lo que se sobrevendría; antes me preguntó como quieres que vaya vestida, le dije que vaya sport, pero que lleve en una mochila tacos, me preguntó que para que, le dije todo a su tiempo. Paseamos por una localidad cercana de la ciudad donde vive ella, almorzamos y llegó el momento, le dije vámonos a un hostal, me dijo vamos a hacer todo lo que hemos hablado en el chat, le dije que si, me respondió que tenía un poco de miedo, porque solo había tenido sexo una vez y no había sentido nada, le dije que no se preocupe, que esta vez, los dos sentiríamos mucho.

Al llegar al hotel, nos empezamos a besar, le empecé a coger del culo (tiene un rico culo esta mujer), las tetitas (literal), la chuchita (esa si con cariño) y nos empezamos a desvestir, me preguntó y ahora que hago, le dije primero ándate al baño y ponte los tacos y nada mas, regresó y al ver esa mujer desnuda con tacos, me la quería tirar ese momento; para mi era nuevo esa sumisión de parte de ella y ese poder mio de lograr que ella haga lo que quería, me senté al filo de la cama y le dije que quería que me mame bien rico, no terminé de decir esto, cuando ella estaba de rodillas pegándose una mamada de campeonato, me pasaba la lengua por toda la verga, después se metía todo, me alzaba a ver libidinosamente, yo le cojía de la cabeza y le empujaba mas al fondo, entrecortadamente le decía que los huevos también y ella bien obediente y bien puta me empezó a mamar los huevos también muy rico, yo hubiese querido que me siga mamando hasta el otro día, pero no hay que ser egoístas, le dije que ahora le tocaba a ella, y se puso al filo de la cama y yo igual de rodillas le empecé a mamar esa chuchita que para ese momento ya estaba hecho agua, lo cual me encantaba, le pasaba la lengua por el culo, ella empezó a cogerme de la cabeza y a empujarme mas al fondo, yo feliz de la vida con esa reacción, seguimos así un buen momento hasta que sentí que se me corrió en la cara y yo le chupaba todo lo que se me venía. Me decía rico papi, quiero mas, dame verga (en el chat ya le había instruido de cómo debía hablar cuando estuviéramos culeando), le dije perfecto mi putita, le hice poner en 4, y al principio le pasaba el glande por la chuchita y el culito pero sin meterle, me decía papi, dame verga, ya méteme, quiero verga, le hice suplicar un ratito mas, era todo un espectáculo ver a esa rica hembra en cuatro y con los tacos puestos, hasta que le metí hasta el fondo, le escuché un gemido seco y le empecé a bombear, me decía si papi, rico, dame verga, dame mucha verga, le daba palmadas en la nalga, le cogí del cabello como a potra y le trajé hacia mi, para besarnos apasionadamente, le cogía las tetitas, oía que jadeaba, ya se había vuelto a correr, cambié de posición, ella de espaldas en la cama, yo encima de ella, después piernas al hombro, filo de cama, hasta que sentí que ya llegaba el final y le inundé la chuchita de leche. Me acerqué a ella, nos besamos y descansamos un rato.

Le pregunté que tal estuvo, me dijo que le encantó, que su primera vez (y única hasta ese momento) no había sentido nada, solo un poco de dolor. Me preguntó ella que le pareció, yo le bese apasionadamente y le dije si necesitaba palabra alguna, me dijo que no, que ese beso lo decia todo. Conversamos de cualquier cosa, nuevamente nos empezamos a besar apasionadamente, empezo a besarme en el pecho, y seguía bajando, hasta que empezó a mamarme bien rico nuevamente (luego de culear me dijó que le encantaba que le verga crezca en su boca) y yo ya estaba listo para el combate nuevamente. Me siguió mamando un buen rato mas, hasta que le dije que se ponga en 4, le inserté violentamente la verga y le bombeaba, mientras metía 1 dedito en el culito, se quejaba un poco al principio pero después se dejaba estar, 2 dedos y el mismo trámite, hasta que decidí comerme ese culito virgen, me levanté un poco mas yo y empecé a intentar entrar, primero la cabecita un poquito, se quejaba, pero no decía nada, empujando un poquito mas entró la mitad y despacito, muy despacito se la enterré hasta el fondo, le dije que se quede quietita, quería sentirme bien adentro, y empezó el embate contra ese culito, hasta entonces virgen, sus ayes iniciales se cambiaron con gemidos de placer, le preguntaba que si estaba rico, me decía si papito, está rico, dame, dame, le alzé la cabeza cogiéndole del cabello se dio vuelta la cara para besarnos rico, mientras le cogía una tetita, luego baje la mano y le empecé a estimular la chuchita y esa mujer gemía y gemía de placer, yo me encontraba en el éxtasis total, dar y recibir placer me lleva a ese estado, sentía que el final se acercaba y le dije que le iba a llenar el culito de leche, me dijo si papito, dame, dame, al eyacular sentí electricidad al estar mi verga en ese culito tan apretadito y saliendo la leche como un un pequeño río de semen hacia la chuchita. Ella se acostó boca abajo, yo encima de ella, me dijo no te muevas de ahí, se siente rico. Le pregunté si le había gustado, me dijo que al principio le dolió un poco, pero que luego se sentía muy rico, que era una sensación diferente a la de la chuchita, pero igual de rica. Estábamos muy cansados, dormimos una hora o tal vez mas. Yo tenía que regresar a mi ciudad y ella también ya debía irse a su casa, le dije que nos fuéramos a bañar. Ella estaba tan agradecida de ese cúmulo de nuevas sensaciones que había sentido ese día, que me empezó a bañar a mi como a todo un rey, yo me sentía en el cielo, me enjabonó el abdomen, la espalda, de ahí se puso de rodillas y me empezó a enjabonar las piernas, le dije ya que estás ahí, no se te ofrece nada, me dijo puedo, yo le contesté claro mi putita, esa verga es para usted, y me empezó a mamar nuevamente de lo mas rico, mientras le decía cosas como que ricos labios mamones tienes, o que ricos labios golosos de mi putita, ella se excitaba mas y me chupaba con mas fuerza, yo le cogía de la cabeza y le decía que más rápido, que ya le va a llegar su lechita, ella simplemente me alzaba a ver con cara de bien puta y me seguía mamando bien rico, estuvimos así por un buen tiempo, el agua corría por nuestros cuerpos, mientras esta rica hembra le mamaba la verga de su macho –lastimosamente sin los tacos puestos, solo en la bañera le acepto eso- hasta que le inundé esa boquita rica golosa de leche que se la tragó sin chistar.

Salimos de la hostal, no sin que todos nos regresen a ver, por todos los gritos y gemidos de mi acompañante, ella con un poco de vergüenza, yo obviamente muy orgulloso de la hazaña que habíamos hecho.

Ese fue el inicio de una relación que continua y que sigue creciendo en intensidad, la última vez que le fui a ver a su ciudad, nos fuimos a un sitio un poco despoblado y le hice que en su carro me mame. Próximamente publicaré mas relatos de mis aventuras y de mis fantasías con esta mujer que me fascina como culea.

Saludos, comentarios, sugerencias de poses escriban a marcelocabreraquito@yahoo.com