Sin esperarlo

Un trio inesperado para mí con una agradable velada.

Nos conocimos en una estación del metro de esta ciudad capital, alguna vez llamada como el ombligo de la luna, ciudad de México, donde encuentras todos los pecados imaginables y puedes irte inventando otros. Nos quedamos viendo a los ojos en ese momento y de inmediato me extendió su tarjeta.

Y no era un tipo de esos que siempre encuentras en los relatos de aquí. Mucho mejor era un cabrón real, delgado y con un buen bigote. Un poco mas bajito que yo, pero los años te vuelven un mejor escaneador de los paquetes de los hombres. Se vislumbraba bastante grande, para disfrutar el mamarlo.

Le tomé la tarjeta, tenia su nombre anotado A.R. y sus números telefónicos. Me presenté con él. Que se te ofrece amigo? Y me contesta: amigo, creo que tienes algo que me gusta y que vengo siguiendo de 3 estaciones atrás. Te gustaría divertirte algún día conmigo? Y yo muy seguro le contesto: va! Uno de estos días te llamo.

Pasaron 8 días y no podía sacármelo de la mente. Parecía un árabe con su barba de dos días, muy machito el cabrón. Así que decidí llamarlo, no había pierde o se armaba algo o nada. Rápidamente nos pusimos de acuerdo, el viernes nos veríamos en su casa, hasta Neza (extrañezas del destino, que se le va a hacer), en una de las colonias mas jodidas, pero no se puede decir que ahí la gente sea pobre, solo dan el gatazo de mucho caos, de vale-madres. Nuevamente nos vemos a los ojos en el punto acordado, se veía desenfadado, con una camisa abierta y pantalón de mezclilla.

Disculpa que venga en fachas, surgieron algunas necesidades en mi casa. Tomemos el transporte. La verdad me comenzó a entrar un poco de miedo. Yo yendo a casa de este cabrón, alejado de mi casa pos varios kilómetros en el culo de una de las zonas de apariencia más ruda, a que hora saldré de aquí. Todas esas ideas te pasan en un segundo, después retomas el control de ti mismo, te gusta la adrenalina.

Lo realmente sorprendente era esa casa, desde afuera se observa ordenada, limpia, hasta unas plantas tiene sobre la banqueta (la única de esa calle). Me invita a pasar y me recibe con un abrazo. Gracias por venir amigo, me dice. Tengo todo preparado para que nos divirtamos esta noche.

  • Claro, esta noche aullaremos como locos, jejeje, le contesto aun con los huevos en la garganta.

Pasamos por un jardín, no grande, pero que rápidamente te saca del caos de la ciudad. Ya en la sala me da una cerveza, bien fría y comenzamos a charlar.

De repente se escucha un ruido en la planta de arriba.

  • Quien es? Le pregunto un poco alarmado. Nuevamente los pensamientos alertas o las fantasías mas sucias recorren mi mente rapidísimo.

  • Ah, es un amigo, contesta. Ahora mismo le llamo.

El otro cabrón baja, y A. nos presenta, continuamos la charla y mas cerveza.

Observo que comienza a oscurecer y saco a colación el tema del sexo, ya mas desinhibidos los tres comentamos que nos gusta, que si el culo, que si la verga y les pido que subamos al piso de arriba a seguirle....

Abrazo a A. y le planto un beso, largo, húmedo. Después abrazo al otro cabrón y le doy su dosis de lengua. Comenzamos a desvestirnos, sin quitarnos la mirada de encima, con morbo y deseo. En cuanto me saco la playera, aquellos dos comienzan a comerme los pezones, con rudeza. Alcanzo a sacarme la verga y noto que el otro la observa, la mirada clavada. Se inclina y de madrazo se la traga, le da unas mamadas que hace se me doblen las rodillas, mientras que con A. estamos dedicados a nuestras bocas y lenguas recorriéndonos rápidamente las cavidades. El otro buey ya se esta clavando ambos palos en su boca y sentimos el contacto de nuestros pitos humedecidos por primera vez elevándonos.

Pronto aquel cabrón se coloca sobre la cama en cuatro y bramando pide pito, se agarra el culo de una forma morbosa con su mano llena de saliva, se nota bastante dilatado ya. Con razón el cabrón de A. cuando lo vi en la calle venía alborotado, estaba fajando con su amigo y ya le había metido dos o tres dedos para dilatarlo.

  • Quieres metérsela? Adelante, todo tuyo, quiere tener lleno el culo y se nota que con tu verga lo lograrás. También le llenaré su boca con mi tolete.

  • Rápidamente me coloco el condón y le pongo lubricante a ese culo hambriento, se escuchan sus gemidos de placer y comienzo a meterme en ese agujero que me va recibiendo suavemente, mi verga se introduce bastante bien.

-Le doy unos momentos para que se acostumbre y comienzo a salir y entrar, a aflojar ese culo para que se haga de mantequilla. Los gemidos de los tres cabrones retumban en las paredes del cuarto.

  • La media luz ayuda bastante, hace que te concentres en el culo que penetras y ves la acción de su boca en el otro compañero que se la deja ir hasta la garganta. El sudor comienza a juntarse sobre las pieles del trío, y con el, los aromas que los hombres producimos y que nos gusta.

  • Sin sacarle la verga, cargo a ese culo en mis brazos y lo recargo sobre la pared para seguirle partiendo la cola al camarada. A. se queda medio enojado ya que el quería que se la siguieran mamando.

  • Le contesto: mejor métemela a mi cabrón. Coloco al otro buey sobre la cama, quedando mi culo vulnerable al tolete de mi amigo. El ni tardo ni perezoso inicia a lubricarme el culo y con mi vaivén recibo sus dedos uno por uno hasta que tengo tres manoseándome por dentro.

  • Ya con la calentura sueltas las nalgas y comencé a sentir la punta de su tranca a explorarme la entrada al recto, de súbito recibo su estocada haciendo que el culo debajo de mi también sienta el placer. A. está enloquecido, me abre el culo a cada embate que me pega, pero le pido que me de chance de bombearme a su amigo que lo tengo bien atravesado. Así que al ensartarme a ese culito, también el mío es atravesado sin misericordia, los gemidos ya son gritos. Los sudores se mezclan y el cuarto huele a huevos y culos de cabrones.

  • El tipo de abajo comienza a venirse sobre su abdomen y su pecho y al sentir las contracciones violentas de su culo sobre mi verga también comienzo a venirme y en un acto glorioso mi culo también inicia sus contracciones sobre la verga de A. el cual me grita: Cabrón, vas a hacer que me.........! Ahhhhh!!!! El calor inunda mi ano, su leche ardiente es sentida en la pared de mi recto.

Le saco la verga a mi cuate de abajo y A. me saca su instrumento, los condones llenos de leche blanca y con una mirada nos decimos todo al ver al otro bañado en su leche.

Le vaciamos los contenidos al otro para unir nuestro esperma blanco. Se lo embarramos del pubis al cuello, masajeándole los pezones a ese cabrón, embarrándole los mocos y perfumándole la piel. Claro, la cogedera continuó ya bien entrada la noche y parte de la mañana.

Esa mirada de complicidad pensamos que inició algo bastante amistoso y A. y yo hemos continuado nuestra amistad. Vamos a baños de vapor y a orgías juntos, no dudamos en decir que nos queremos y los lectores que estén aquí en la ciudad de México y alrededores quizá nos conozcan un día si en uno de esos lugares ven una mirada de: Te Vamos a Coger papá.