Sin esperanza
Breve encuentro con mi pasado.
Te arrepientes, cobarde, por no haberte follado a la vecina,
Aquella tarde de agosto, en la azotea del edificio.
Mientras su marido jugaba cartas en el bar de la esquina.
Ahora te acuerdas de Susana mientras comía tu polla
Y se acariciaba el coño sin interrupción.
Sí, antes de casarse con aquel idiota de tu mejor amigo.
Harto de consumir porno desde tu cama, sin paz,
Mientras las sabanas rezumaban esperma caliente,
Entre olores acres, un día recordaras lo que no hiciste.
Todo lo que no has vivido, resumido en carencias.
Sin haber logrado emocionarte en recuerdos febriles.
Castrado, anodino y simple. Lego de ti mismo.
Deberías haber seguido leyendo a Sade,
O haciéndote pajas con las chicas de Rossy.
Más te hubiera valido seguir soñando, que despertarte.
Siempre esperaste demasiado, menos al hacerlo,
Te podía el tiempo y tu verga desentrenada,
Desarmado, patético, y claudicante, sin fantasía.
Pudiste estrenar mujeres, decenas, si te atrevieras.
Pero sentiste miedo, de ti, y de ellas.
Hoy ya es tarde para redimirte de lujurias huérfanas.
Ahora vas a ese club de carretera, como un zorro,
Que busca sobrevivir entre gallinas cojas y ciegas.
Y encontrar rajas cansadas donde meter la lisiada.
El infierno que te espera es lo que mereces,
Para seguir existiendo sin vida, como un zombie,
Que espera, sin deseo, la visita de la parca.
Descansa de ti mismo, ahora. Sufre, pero en silencio.