Sin darnos cuenta (5)

Una enorme disculpa por la tardanza, creo que no tengo pretextos, no había podido escribir, y cuando digo no había, es por que en realidad no habían llegado a mí las palabras adecuadas, tampoco había decidido el rumbo de esta historia, espero que les agrade, infinitas gracias.

Una enorme disculpa por la tardanza, creo que no tengo pretextos, no había podido escribir, y cuando digo no había, es por que en realidad no habían llegado a mí las palabras adecuadas, tampoco había decidido el rumbo de esta historia, espero que les agrade, infinitas gracias. Quienes han esperado durante años mis continuaciones y quienes mejor decidieron huír ante esta autora tan lenta, bendiciones y gracia spor todo, les comento tamibién que pueden seguirme en Wattpad como @ClaudiaGomez968 y en twitter como @ClauxsGomez

Espero sus comentarios y valoraciones, para los autores son muy importantes, nos motivan a seguir.

Si bien no había problemas con mi sexualidad, por que ni definida estaba, quería que esos líos pasaran. Sabía que a Fer le gustaba, lo sabía desde que íbamos en secundaria, por otro lado, a mi Dany me llamaba la atención, aunque siendo realistas, para ella era algo equis. Terminó el camino a su casa y esta vez no me bajé con ella, se despidió de mi con un simple “hasta luego”, quizá la actitud de fernanda no le agradó por completo.

Regresé a casa y me fui directo a la cama. Por la mañana, Emy me despertó, me propuso ir a desayunar todos juntos, entre que dormida y no accedí, sólo una condición advertí.

-¿podemos ir sin Daniela y sin Fernanda?- pregunté con total franqueza

-Hey, ¿qué pasa hermana?- Emilio se sentó al borde de mi cama, entonces me incorporé y me recargué en la cabecera.

-Pues qué te puedo decir… Emilio tú y yo sabemos que yo soy un espécimen raro, no es que no me gusten las personas, es simplemente que no ha llegado la persona indicada- Emilio aún no lograba descifrar de qué hablaba

-Explícate- dijo lentamente

-Bueno, sabemos que Fernanda es gay… -titubee si seguir o parar

-Vale la sexualidad de las personas nunca ha sido problema en nuestra familia - dijo más relajado- ¿qué pasa?

-Pasa que Fernanda quiere conmigo- solté de golpe

-¿qué? pero si Fer es como una hermanita para nosotros- decía sorprendido

-Mira Emy yo sé todo eso, por lo mismo me extraña, pero sus repentinas invitaciones al cine solas, sus caricias ¡carajo todo!- dije molesta

-A ver, espera ¿a ti te gusta Fer?- Emilio se notaba divertido

-Mira cabrón- dije ya en tono serio, con Emilio podía llevar así sin problemas- No sé ni quien me gusta ni quien no, no sé si me gustan los hombres, las mujeres o sí seré monja- ahora emilio soltó una carcajada- lo que sí sé es que me va a volver loca, Fernada cree que Daniela quiere conmigo, por eso la trata así, por eso sus desplantes hacia ella- hice una pausa y mi hermano esperaba atento - Sólo te puedo decir que lo sé, lo siento, siento una maldita tensión enorme cuando las tengo cerca, ya no digamos más cuando tengo una de cada lado- terminé incluso cansada de explicarle a Emilio la situación

Claudia entró en mi habitación y me pidió que nos fuéramos ya, por que por la tarde sus amigas vendrían. Me vestí rápido mientras todos ya esperaban abajo y nos fuimos a desayunar, nadie le hace el feo a un delicioso menudo en domingo. Regresamos a casa pasado el mediodía, me preparé mentalmente para lo que se avecinaba, lo más seguro era que el plan de Claudia incluía a Fernanda, así que decidí huir, llamé a Gabo y quedamos en un café en el centro de la cuidad, pedimos unas cervezas y jugamos un poco de billar. Con Gabriel las cosas eran simples, no tenía que darle explicaciones ni nada por el estilo. En una de tantas jugadas, llegó a mi celular un mensaje, quise ignorarlo, pero en unos segundos llegó otro.

“tenía ganas de verte, sólo eso me motivó a venir con Clau”

“estás con Daniela?”

Solo alcancé a ver eso en la pantalla, el sólo hecho de leer los mensajes de Fernanda me ponía tensa, sin más, decidí apagar mi celular y seguir pasándola bien con Gabriel, un rato después, llegó Sofía y Alejandro, unos muy buenos amigos míos, se unieron rápido al plan, ahí seguimos hasta que a eso de las 11pm me retiré, al día siguiente tenía clases, camino a  casa decidí encender mi teléfono, y en efecto, tenía más mensajes de Fernanda.

“vendrás pronto?”

“tengo algo para ti…”

ni siquiera los abrí, llegué a casa y me fui directo a mi habitación, no quise saber si las amigas de mi hermana seguían ahí, simplemente dormí.

Por la mañana me bañé y me fui a la escuela, Gabo y Dany ya me esperaban en la entrada.

-Crudos días colega..- pronunció cabo en tono burlón

-Calla!- fue lo único que dije

-¿bebieron anoche?- preguntó Dany

-Pues aquí nuestra amiga trae mal de amores y decidió ponerse una borrachera- dijo casi gritando

-es mentira- dije sonriendo- no le hagas caso- fuimos por unas cervezas y él creyó que era borrachera- comencé a caminar hacia nuestro salón y me desplomé en una de las sillas traseras

-¿ya sabes quien se hace más vieja en una semana?- preguntó burlón mi adorado Gabriel

-¿tu suegra?- pregunté sarcástica pero muy seria

-Hoy no andas de humor ¿cierto?- Daniela me miraba como esperando algo, y gabriel sólo preguntaba tonterías

-Afirmativo pareja, así que no des lata- dije esquivando miradas de ambos concentrándome de nuevo en mi teléfono.

Jugué un rato con una nueva app que había descargado, un juego un tanto sencillo pero me entretenía perfecto. Al final, si Daniela no quería hablar, yo tampoco tenía la obligación de sacarle las palabras a la fuerza.

La semana siguió su curso, en ocasiones hablaba muy bien con Dany, en otras, ella se mostraba seria, quizá hasta fría, pero poco a poco me acostumbraba a eso, y hasta cierto punto me tranquilizaba, en todo caso, Daniela no era el impedimento para algo con Fernanda, pues ella no mostraba interés en mí, era Fernanda quien veía competencia en todos lados. Aunque tampoco eso significaba que iba a correr hacia los brazos de Fernanda, siendo tan joven no puedes sesgar tus posibilidades a algo sólo por sentirte presionada.

Y así, con las cosas en calma, llegó el día de mi cumpleaños, sabía que ese día podía ser perfecto, claro, sólo necesitaba que no estuviera Fernanda, ni Daniela. Y todo estaría bien.