Sin darnos cuenta (4)
Es un poco corto
Me recosté y Danny a mi lado, no sabía qué hacer, estaba nerviosa de estar con ella, me gustaba era cierto pero por otro lado estaba Fernanda… Dios ¿por qué me haces esto? Pensé. Poco a poco el sueño me fue venciendo y así logré dormir profundamente, al lado de mi amiga y pensando en la amiga de mi hermana. Por la mañana desayunamos y más tarde fui a mi casa, hice las tareas escolares y por la tarde jugué con mis hermanos en la piscina. En la noche nos fuimos a cenar todos juntos y mi adorada hermana invitó a Fernanda, claro sin saber lo que pasaba.
-Hola Vale- saludó Fernanda al entrar a la sala de estar
-Hola Fer ¿qué tal?- pregunté sorprendida
-Bien ¿y tú?, Claudia me ha invitado a cenar con ustedes y por eso he venido…- ¿se estaba excusando?
-Claro, estás en tu casa Fer. Mi hermana está en su habitación por si gustas acompañarla…
-¿La puedo esperar aquí?- preguntó tímidamente
-Claro…- no sabía qué decir
-Y cómo estás?- preguntó
-Bien… y por lo que veo tú también…- pero qué había dicho
-Gracias- se sonrojó
Y por fortuna mi hermana bajó y se pusieron a hablar de eventos escolares, y para variar me salí de orbita en mis pensamientos… Fernanda… Daniela, Dios ¿por qué?
El día no podía ir peor cuando llega Danny a casa, Fer la miró con cara de pocos amigos, contrario a lo que hubiera deseado me sentía desesperada, como encerrada en una jaula con dos leones, en su caso leonas.
Salimos de la casa rumbo al restaurant, Fernanda se apresuró a subir al mi auto como copiloto, Daniela se subió atrás con Claudia. Puse música tratando de distraerlas, mis padres y hermanos iban en la camioneta de mamá.
Pedimos una mesa para ocho personas, Fernanda estaba a mi lado izquierdo y Daniela a mi lado derecho.
Durante la cena y el interrogatorio de mis padres a las dos bellezas a mis costados Fernanda pasaba “sutilmente” (si es que eso existe) su pie por mis piernas. En cuanto terminó de cenar Daniela me levanté para llevarla a su casa antes de que Fernanda decidiera unirse al plan. En el camino íbamos serias, nos mirábamos sin hablar.