Sin complicaciones (3)

Deborah se quitó la camisa y su senos quedaron descubiertos, me lancé por ellos y los envolví con mis manos amasándolos y juntándolos contra mi rostro, la suavidad de su piel era exquisita...

-¡EMBARAZADAAA!-

-Por dios Anabel baja la voz tengo vecinos-

-¿Cómo te puedes preocupar por los vecinos en estos momentos?-

-Cálmate aún no se si lo estoy, es solo una suposición-

-Pero mujer ¿tu?-

Anabel tenía razón, yo que era la más responsable, la más juiciosa, jamás se esperaría de mi

-Soy humana no un robot-

Le conteste mientras caminaba a la cocina, Anabel me siguió mordiéndose las uñas

-¿Quieres un café?-

-Qué te parece un calmante-

-Jesús, te llame para que me apoyes-

-Tienes razón lo siento-

Los pensamientos se agolpaban en mi cabeza, si estaba embarazada mis días como estudiante habían finalizado, y pensar en retomarlos luego de dar a luz era una locura, sobre todo porque tendría que criar a una criatura “sola”, de pronto la imagen de Jack vino a mi mente, el en la puerta de su departamento besando a su ex

-¡Misa!-

El agua hirviendo se rebalsaba de la tasa donde estaba sirviendo café

-Hay mierda-

Dije tomando un trapo y secando el desastre

-¿Quién es el…tu sabes el responsable?-

-Eso no tiene importancia-

Le respondí sin mirarla a la cara

-Como que no importa, claro que importa él tiene que saber-

-Él es solo una aventura, nada serio-

Anabel me miro como si de pronto me hubiera salido barba y miles de brazos

-No pensé que podías hacer ese tipo de cosas-

-Ya te lo dije soy humana y no un robot, todos cometemos errores-

Y valla que era un error, todo el asunto de “solo follar y nada de complicaciones” de pronto se había tornado en lleno de complicaciones

-Entonces, que vas hacer-

-Por el momento, ir a clases-


Un dolor punzante en mi brazo me despertó, trate de moverlo pero había algo o alguien encima de él, abrí los ojos lentamente y una melena oscura reposaba sobre mi adormecido brazo, ahora recordaba la noche anterior, Deborah llorando y besándome con desesperación, contándome como su noviecillo la había engañado, suspire mirando el techo, tener a Deborah a mi lado desnuda luego de una noche de sexo bestial, era lo que había soñado por semanas, entonces, porque ahora que lo tenía lo sentía todo tan erróneo

-Buenos días mi amor-

Me saludo mientras se estiraba

-Eh…hola-

Con la agilidad y sensualidad de una gata se pegó a mi cuerpo y me abrazo besando mi pecho

-¿Qué te parece si hoy nos quedamos en cama todo el día eh?-

-No puedo-

Le dije pegando un brinco que casi la derriba de la cama, me puse los pantalones a la carrera mientras buscaba el resto de mi ropa

-Oh vamos no seas así mi amor-

Trato de tomarme de la mano pero la aleje con demasiada brusquedad

-¿Qué pasa?-

-Es solo que tengo que ir a estudiar tengo que…presentar algunas cosas-

-Ok, ok, vale dame 10 minutos y nos vamos juntos-

-¡NOO!-

Dije casi gritando

-Lo siento, yo…quédate durmiendo un rato más, luego nos vemos-

Salí casi corriendo de mi departamento, solo quería escapar de ahí, maldición pero que carajos era lo que tenía, después de tanto tiempo llorando como un marica por ella y soñando con volver a tenerla en mis brazos salía corriendo, necesitaba un café urgente, un café y una camisa de fuerza, estaba definitivamente loco


El café nunca había sabido tan amargo como esta mañana, y el libro que tenía delante normalmente habría tomado toda mi atención, en cambio me encontraba mirando al vacío con la mirada fija como una maldita zombi

-¿Misa?-

Una voz masculina me trajo de regreso a la cafetería, un hombre guapo, alto y con poco cerebro me observaba sonriendo

-Johan-

Lo salude sin mucho entusiasmo, aun recordaba el chasco de cita que habíamos tenido unas semanas atrás

-¿Te importa si me siento?-

Si

-No-

-¿Y cómo estás?-

Dios, no tenía ganas de entablar una conversación amable y menos con el

-Ocupada-

Respondí grosera

-Ya sabes lo que dicen, mucho trabajo y poca diversión-

Justamente ese pensamiento era lo que me tenía en este embrollo

-Johan no quiero ser malcriada, pero en estos momentos…-

-Me gustas Misa, enserio que sí, sé que fui un poco impulsivo aquella ves de nuestra cita pero es porque me gustas-

Valla eso no me lo esperaba y menos que me tomara de la mano como lo estaba haciendo, lo mire asombrada y sin saber que decir

-yo…-

-Buenos días-

-¡JACK!-

Mi mano voló como un rayo sobre mi regazo

-¿No interrumpo verdad?-

Pregunto mirando de reojo a Johan

-La verdad es que si-

Respondió Johan sin mirarlo y con cara de “por qué no te largas”, Jack pareció no escucharle porque simplemente se sentó

-Fui a buscarte a tu casa pero no estabas-

-Ehmm…si salí temprano-

Esta era mi oportunidad de hablar con él, decirle lo que estaba pasando

-Johan no sé si podrías disculparnos unos momen…-

-Aquí estas-

La ex de Jack había aparecido por la puerta de la cafetería, con su sonrisilla de golfa, dios como odiaba a esa mujer

-Mi amor-

Dijo estampándole un beso en los labios, todos nos miramos entre sí, y juro que si esto le habría sucedido a otra persona yo me habría muerto de la risa por lo cómico de la situación

-No nos vas a presentar-

Dije mirando a Jack y luego a la golfilla

-Deborah, Misa-

-Hola-

Respondimos las dos a la vez con ese tono de voz tan particular entre las mujeres que se odian, cargado de hipocresía, como si quisieras que cada palabra se convierta en un cuchillo que le saque los ojos

-Veo que han regresado-

Mire de pies a cabeza a la zorra  que abrazaba posesivamente a Jack

-Si-

Respondió ella dándole un pequeño beso en la mejilla

-Me alegro, ahora si me disculpan tengo clases-

Me pare y al instante los dos hombres me imitaron

-Te acompaño-

Salimos sin despedirnos de la feliz pareja, toda esa situación era demasiado para mí, hoy mismo iría a hacerme un examen y terminar de una vez por todas con todo este caos, y Jack seria eliminado de mi vida, para siempre

-¿Estas bien?-

Pregunto Johan mirándome preocupado mientras caminábamos por el campus

-Si ¿Por qué?-

  • Bueno es que estas estrujando ese libro como si quisieras romperlo-

Mire mis manos y efectivamente tenia sujeto con fuerza el libro, lo solté y relaje mis nudillos

-¿Te parecería tomar algo más tarde?-

-Johan… mi vida está en un momento de caos absoluto y lo que menos deseo es involucrarme con alguien-

-¿Es por aquel tipo verdad?-

-Yo… ¿Qué te hace pensar que es por el?-

-Por la manera como le has mirado cuando la mujer le beso-

Me sorprendió lo fácil que había deducido todo, después de todo no era tan escaso de mente como pensaba

-Si es por el-

Admití, no había razón para mentir, al menos no a él, Johan asintió y sonrió levemente viéndose algo desilusionado

-Lo respeto, pero tal parece que él ya tiene alguien-

Auch, golpe bajo

  • Johan enserio lo siento, tengo que irme-

Me aleje sin mirarlo, no podía lidiar con nada solo quería llegar a mi clase y nada más, ya estaba a escasos metros del aula cuando alguien me tomo por el brazo, y oh sorpresa era Jack

-¿Qué quieres?-

Le pregunte malhumorada

-No hemos vuelto-

-¿Perdón?-

-Deborah y yo no hemos vuelto-

-¿No?-

-No-

-Eso no parece ser lo que ella piensa-

-No me interesa lo que ella piense-

-Te has acostado con ella-

No se lo estaba preguntando y él se dio cuenta

-Si pero…-

-Jack desde un principio dijimos que esto era sin complicaciones, ataduras, ni nada por el estilo, solo dos adultos follando, no hace falta que me explique nada ok-

Me di media vuelta pero él me volvió a sujetar

-¿Es por ese tipo?-

-¿Tipo?, ¿Qué tipo?-

Le pregunte confundida

-El de la cafetería el que te tenia de la mano-

-Si es por el-

Que mierda estaba haciendo no lo sé, pero fue lo primero que se me vino a la mente, solo quería lastimarlo, así como yo lo estaba, entonces me di cuenta, estaba dolida y lastimada, verlo con su ex, saber que se habían acostado, me dolía, y la única razón para que eso sucediera era porque tenía sentimientos hacia el

-Valla-

Fue todo lo que dijo antes de voltearse y marcharse, verlo alejarse y aguantarme las ganas de ir tras él fue algo que me costó toda mi fuerza de voluntad


La frialdad de Misa en un principio era lo que me había echo embarcarme en todo este asunto, el saber que solo sería sexo y nada más había sido una idea estupenda, pero ahora, solo jodia como la mierda, verla admitir que era por ese imbécil me había hecho añicos el corazón, si, ya lo sabía, estaba enamorado de ella, era por eso que la anoche anterior con Deborah lo había sentido todo mal, bueno, solo quedaba alejarme, y dejarla en paz, la conocía un poco, y sabía que no la podría hacer cambiar de parecer ni aunque le dijera lo que sentía, pues que le aproveche el modelito ese

-Mi amor-

Carajo me había olvidado de Deborah

-Deborah creo que es mejor…-

¿Mejor que?, ¿mejor dejarla?, ¿para qué?, ¿para estar solo lamentándome por Misa?, está bien Deborah la había cagado cambiándome, pero ahora ella era lo que necesitaba

-¿Es mejor que mi amor?-

-Es mejor que vallamos a casa hoy no quiero ir a clases-


El olor a desinfectante y las paredes verdosas y desconchadas me producían arcadas, las manos me sudaban y no podía parar de mover el pie por los nervios, por fin había decidido hacerme el bendito examen

-Misa Portilla-

Una enfermera que parecía haberse maquillado en la oscuridad me señalo una silla para que me sentase

-Apriete el puño-

Me pidió mientras me amarraba el brazo con una goma, luego de unos toquecitos ubico la vena y pincho

-Tome asiento en unos momentos le daré el resultado-

Dijo llevándose el tubo de ensayo, la pequeña sala de espera estaba vacía a excepción de mí, un reloj de pared marcaba las seis de la tarde, tenía por lo menos media hora de tortura hasta que me trajeran los resultados, si resultaba estar embarazada que ¿haría?, ¿abortarlo?, la sola idea me daba retorcijones, ¿darlo en adopción?, pensar que otra familia se quedaría con una parte de mi me destruía el alma, ¿quedármelo?, eso truncaba todos mis planes y sueños y ni que decir lo que diría mi madre la perfecta y mi hermano el hijo modelo, el único que me habría apoyado habría sido mi padre, él siempre me decía que no importara que, se sentiría orgulloso de mi y darle un nieto lo habría hecho inmensamente feliz, imágenes de él jugando con una criatura rubia como yo se reprodujeron en mi mente, un árbol de navidad lleno de regalos y mi padre vestido de papa Noel dándole una bicicleta a una pequeña niña, una graduación del colegio mi padre orgulloso abrazando a su posible nieta, las lágrimas se deslizaron por mis mejillas, lo extrañaba demasiado

-Sus resultados-

Me sobresalto la aparición de la enfermera, esta me extendió un sobre y lo tome con mano temblorosa, Salí del lugar sin abrirlo, pensando aun en las imágenes hipotéticas de lo que habría podido ser si el aun estuviera vivo, y en lo que me habría dicho “ un hijo es el regalo más hermoso que se te puede dar” , yo era fuerte, capaz, inteligente, podría contra todos y contra todo, y más aún si tuviera un pedacito de mi como mi motor, suspire y abrí el sobre, leí el resultado y una sonrisa de infinita alegría se dibujó en mi rostro


-Hazme el amor-

Deborah se quitó la camisa y su senos quedaron descubiertos, me lancé por ellos y los envolví con mis manos amasándolos y juntándolos contra mi rostro, la suavidad de su piel era exquisita producto de las miles de cremas que usaba para tenerla como el trasero de un bebe, olía a fino perfume, su cuerpo firme y sin un gramo de grasa, era perfecta deliciosa, lo que cualquier hombre puede desear, entonces por qué coño no lograba tener una erección, cerré los ojos para tener mayor concentración, le agarre las nalgas y se las apreté, ella dio un pequeño chillido de placer y sus manos hábiles me empezaron a desvestir, le saque los pantalones y el pequeño hilo dental, su depilado sexo brillaba por sus jugos, me arrodille ante ella y lamí su carne, su néctar se desbordaba empapándome la cara, la tome por las nalgas y me introduje en su hendidura, ella gimió tomándome por las cabellos, empujando más mi cabeza, normalmente esto era más que suficiente para tenerme a punto de correrme, pero mi verga continuaba flácida

-Si mi amor….siiiiii-

Deborah hecho la cabeza atrás sonriendo, su orgasmo estaba próximo, continúe lamiendo, jugueteando con su clítoris, succionando la pequeña perlita y penetrándola con mi dedo

-Métemela-

Me pidió con voz profunda y respiración entrecortada, la tome de la mano y la jale al suelo, ella se recostó en las frías baldosas se abrió de piernas mientras se tocaba con una mano y con la otra se pellizcaba un pezón, su boca ligeramente abierta dejaba ver la rosada punta de su lengua, tome mi miembro flácido y lo restregué contra su centro, ella se arqueo ante al contacto

-Si mi amor… asiiii…sigue!!!!-

Trate de penetrarla sosteniendo mi polla, apretándola para darle algo de firmeza, pero al estar dentro se volvía a desinflar como un globo, luego de tres intentos me rendí

-Mierda-

-Jack ¿Qué pasa amor?-

-Me rompiste el corazón-

-¿Cómo?-

-Me rompiste el corazón Deborah, cuando te fuiste con ese tipo, me hiciste mierda, y ahora esperas que te reciba como si nada-

Fue obvio que ella no se esperaba algo así

-pero…pero…yo pensé-

-Pensante que seguía siendo el mismo imbécil que estaba tras de ti-

Con lágrimas en los ojos ella asintió levemente

-Pues muchas cosas cambiaron desde que me dejaste-

Y sí que habían cambiado, ver el cuerpo desnudo de Deborah no me producía nada y solo podía pensar en las finas curvas de Misa, me incorpore y me empecé a vestir sin mirarla, ella continuaba tendida en el suelo sin saber que auto la había atropellado

-Espero no encontrarte cuando regrese-

Al cerrar la puerta del departamento escuche un grito de rabia y algo que se estrellaba contra la puerta que acababa de cerrar, sonreí sintiéndome satisfecho, ahora solo quedaba una cosa por hacer y era ir donde Misa y decirle lo que sentía y que me acepte, así tuviera que acampar fuera de su edificio me escucharía y me daría una oportunidad, claro, estaba la pequeña complicación de el modelito ese, ¡va!, mejor no pensar en eso ahora, solo quería decirle lo que sentía, además yo no estaba mal tampoco


-¿Cuándo lo piensas hacer?-

-Mañana por la tarde-

-¿Quieres que te acompañe?-

Anabel estaba pálida como un papel y ya casi sin uñas que morder

-No hace falta tengo que hacerlo sola-

-Tú y tu autosuficiencia me enervan ¿sabías?-

-Lo sé-

Le respondí sacándole la lengua

-¿Tienes miedo?-

-Sí, pero la decisión está tomada, lo hare y no hay marcha atrás-

Anabel asintió y tomo otro trago de su te, en ese momento alguien golpeo la puerta, más bien la aporreo con fuerza, estaba parándome para abrir cuando una voz me llamo

-Misa abre-

La presión se me fue al suelo y casi estuve a punto de desmayarme, era Jack

-Anabel di que no estoy, que me eh ido-

Le pedí entre susurros

-¿Quién es?-

Pregunto ella también susurrando

-Anabel por favor solo has lo que te pido-

Ella pareció meditar unos segundos y después se negó moviendo la cabeza

-No voy a mentir a menos que me digas porque-

-¡MISA!, abre, sé que estás ahí puedo ver la luz por debajo de la puerta-

-Mierda, Anabel por lo que más quieras-

Le suplique

-Ok-

Anabel se puso de pie y fue hasta la puerta

-¿Quién es?-

-Ehmmm…hola soy Jack…un amigo de Misa, ¿esta ella en casa?-

Anabel me dirigió una mirada como preguntándome si estaba segura que debía decirle que no estaba, yo solo atiene a mover los labios articulando un HASLO, Anabel sonrió y con rapidez abrió la puerta, malvada traicionera

-Me imagino que eres la aventura-

-¿Ah?-

Anabel le dirigió una sonrisa aun confundido Jack

-Creo que tienen que hablar-

La puerta se cerró y nos quedamos solos mirándonos como imbéciles

-¿Qué haces acá?-

-Estoy enamorado de ti-

¿Había escuchado bien?

-¿Qué tu qué?-

-Lo que escuchas, estoy enamorado de ti, y no me importa si sales con ese modelito, hay muchas razones, razones de fuerza, que te harán ver que soy mejor, quizás no podre tener el cuerpo, ni la estatura, ni el rostro ni nada pero…-

-Estoy embarazada-

Las palabras solo habían salido de mi boca, como impulsadas por algo ajeno a mi voluntad, de pronto el parloteo de Jack seso, la habitación quedo en silencio, y casi, casi, se podían escuchar los grillos de fondo

-Es…es…¿es mío?-

Jack estaba estático, mirándome fijamente, y pude ver todo el miedo en sus ojos, estuve tentada a mentir y decirle que no era suyo, que era de Johan, pero estaba cansada de las mentiras

-Lo es-

-Yo…yo necesito unos minutos-

Jack avanzo hasta una de las sillas y con sumo cuidado (casi como si se fuera romper) se sentó

-Mira, no hace falta que digas nada, yo ya tome una decisión y me lo voy a quedar, mañana iba a ir a la casa de mis padres para contarle a mi madre y a mi hermano, es muy probable que me quiten la ayuda pero no me importa este hijo es mío, tampoco quiero que te sientas presionado a hacer nada, porque no es necesario, yo sola puedo-

La voz se me quebró y unas lágrimas amenazaron con brotar de mis ojos, le di la espalda para que no viera el miedo reflejado en mi rostro

-Es mejor que te vallas, como te dije no hace falta que…-

-Te puedes callar-

Aturdida me volví hacia el

-¿Perdón?-

-Que dejes de hablar tonterías, no escuchaste lo que te dije cuándo entre, ESTOY ENAMORADO DE TI-

-si te escuche pero…-

-Pero ¿Qué?, piensas que voy a huir-

-Yo…-

-Misa, te amo, no sé cómo paso, sé que nos conocemos hace poco, pero de una cosa si estoy seguro, es que te amo, y ese niño que llevas dentro es mío, y lo amo, ASI QUE DEJATE DE HABLAR TONTERIAS-

Todo mi autocontrol se vio superado por las emociones contenidas, mis sollozos se hicieron cada vez más fuertes hasta que me encontré siendo abrazada y acunada contra su pecho

-Tengo miedo-

Le dije con toda sinceridad

-Yo no, haremos esto posible-

Levante la cara y lo mire, no había ni una pisca de duda ni temor, solo amor

-Te amo-

Le dije sintiéndome feliz después de mucho tiempo

-Y yo a ti tontita autosuficiente-

Nos besamos con ternura, el futuro se veía incierto y atemorizante, pero una cosa era segura, no iba estar sola

FIN