Sin complicaciones (1)
-Solo un poco más, ya casi- Pude darme cuenta que no aguantaría más, de pronto su pulgar se posó sobre mi clítoris trazando pequeños círculos a su alrededor, mi cuerpo se tensó y el orgasmo llego al instante -SIIIII -
Solo quería ahogarme en mi vaso de vodka, normalmente tomaba un par de cervezas pero esta vez necesitaba algo más fuerte, la escena se reproducía en mi cabeza una y otra vez como una mala película, Deborah besando al tipo en la entrada de su dormitorio, el tipo tomándola con una mano por la cintura y con la otra del culo, cristo, con esa simple imagen habría tenido que ser suficiente, pero noooo, yo quería los pormenores, luego de que la parejita hubiera entrado en la habitación me acerque como un zombi a la puerta, los gemidos y risillas fueron más de lo que podía soportar pero aun así me quede como un imbécil con la oreja pegada a la madera escuchando los quejidos.
Deborah había sido mi novia desde hace unos 6 meses, decir que estaba enamorado era poco, era la mujer perfecta, delicioso cuerpo, culo duro gracias a las dos horas diarias de gimnasio, tetas espectaculares, sonrisa de niña traviesa, era mi mujer ideal, todo parecía ir tan bien maldita sea, ¿Por qué tenía que pasar esto?, ¿Qué había hecho yo para que me pagara así?, era imposible entender y en mi estado actual el tratar de pensar me provocaba un dolor de cabeza. Tome el celular y le mande un mensaje de texto,..TE AMO…, perfecto ahora si ya me podía coronar como el rey de los huevones, espere un segundo, luego dos, luego se convirtió en un minuto, luego en 5, claramente su sesión con aquel tipo no había terminado por eso no podía responder el mensaje, esta vez mi rabia guio mis dedos que marcaron las letras que se trasformaron en palabras…TE VI CON EL TIPO, SIGUE REVOLCANDOTE…esto debería tener algún tipo de reacción, suspire y tome otro sorbo, el sonido del mensaje me hiso temblar y encoger mis cojones…LO SIENTO, YA NO TE AMO…buenoooo, me esperaba otra respuesta lo admito, quizás alguna disculpa o algo así, pero ella ya había zanjado la cuestión, no habían puntos suspensivos, nooo, el capítulo había sido cerrado, las palabras THE END se extendieron ante mis ojos
-MIERDAAA-
Grite mientras tiraba el celular contra algo o alguien, un tipo de dos metros se paró de su mesa y camino a hacia mí con cara de “te voy a matar por loco y borracho”, lo espere y con una sonrisa le di la bienvenida a su puño
-¿Que te pareció la película?-
Johan me miraba expectante, su sonrisa enmarcada en los profundos hoyuelos que se le formaban en las mejillas, no quería responderle la verdad, que me había parecido un bodrio, el peor desperdicio de dinero
-Genial-
Le respondí tratando de que mi rostro no reflejara las ganas de vomitar que tenia
-Lo se…los efectos especiales estuvieron buenísimos, sobre todo la parte…
Lo deje que siguiera su explicación sobre sus partes favoritas. Anabel me había estado martirizando durante semanas para que saliera en una cita, ella pensaba que necesitaba una buena follada, o al menos algo de diversión, con los finales cerca, yo solo quería terminar con la farsa e irme a estudiar, nota mental, nunca más hacerle caso a Anabel, el tipo era guapo, pero más hueco que una calabaza en Halloween, aun me estaba preguntando como carajos había ingresado a la facultad de medicina
-Y ahora qué quieres hacer-
-ehmmm…no sé lo que quieras-
-podemos ir a TGY Fridays a tomar algo-
El lugar favorito de todos los estudiantes para emborracharse hasta perder el conocimiento, pasooooo
-La verdad es que estoy cansada, que te parece si lo dejamos para otro día-
Como para el 2030 . La cara de decepción de Johan en otro momento me hubiera hecho decir si y acompañarlo, pero luego de la peliculita y la conversación sosa, solo quería dar por terminada la noche
-Como gustes-
La reja de entrada se alzaba atemorizante, se suponía que nos debíamos besar, o al menos eso recordaba, en la secundaria solo había tenido dos citas, una con un amigo de mi hermano y otra para la graduación, y como quería terminar de una vez con el asunto de la virginidad, había follado con el tipo en el asiento trasero de la limosina, mi experiencia en temas del corazón era mínima por no decir nula, pero si quería llegar a ser una neurocirujana joven y respetada esas cosas tenían que esperar
-Ehmm…gracias-
Le dije sacando a toda velocidad las llaves de mi bolso, no quería que pensara que quería invitarlo a pasar
-¿Qué harás el próximo sábado?-
Jesús cristo, es que este chico no había tenido suficiente aburrimiento
-Johan eres un estupendo chico, pero la verdad…-
Sus labios se estamparon contra los míos, ni siquiera cerré los ojos al sentirlos, mis manos quedaran estáticas a los lados, mientras su boca se movía rítmicamente contra la mía
-No me vas a invitar a entrar-
Dijo seductoramente despegándose de mi cuerpo, Okkkkkk, este chico era demasiado escaso de cerebro o sus estándares de una cita perfecta eran bajísimos
-No-
Le dije dándole con la reja en las narices, jamás volvería a escuchar a Anabel, jamasssss!!!
Sentir la cara tres veces su tamaño normal no era nada bueno, la enfermera trataba de ser suave con mis mejillas pero era inútil, haber sido el saco de golpear humano del tipo tenía sus consecuencias
-Me gustaría que se quede esta noche para observación-
El doctor observaba una radiografía de mi brazo
-lo que usted diga doc.-
En realidad no tenía ganas de ir a casa, todo me recordaría a ella, y el dolor de la cara no sería nada comparado con el del corazón roto
-Ahora descansa-
La enfermera, bendita sea, tenía manos de seda, le hice caso y me recosté contra la mullida almohada suspirando, a pesar de no haber tenido ni un hueso roto, el dolor era fuerte, solo quería que los analgésicos surtieran efecto. La sala de urgencias estaba prácticamente vacía, no había mucho movimiento, el silencio solo se veía interrumpido por las conversaciones de algunas enfermeras
-Que te trae a estas horas por acá-
Abrí ligeramente los ojos para ver con quien hablaba el doc., era una muchacha que había visto en una de mis clases, aunque se notaba que no le gustaba, seguro que solo la había tomado por los créditos extra
-Necesitaba algo de adrenalina-
Dijo la muchacha sacando unas gafas para leer
-Como veras esta noche está tranquila, pero ahí- el doc me señalo-tenemos unas cuantas heridas, el muchacho se puso frente a un puño-
La muchacha asintió y tomo mi historia médica
-Pelea de bar-
-Así es…todo tuyo-
Dijo el doc a la muchacha mientras se alejaba
-Contusiones, laceraciones, cortes, no fracturas-
La muchacha recitaba mis dolencias sin mirarme
-No hace falta que me recuerdes cuan mal estoy-
Ella no rio de mi broma y tampoco me miro
-publico difícil-
Mi sarcasmo normalmente producía alguna risa o una mandada a la mierda pero ella permaneció profesional colocándose el estetoscopio en los oídos
-Tose-
Ordeno poniendo el frio círculo metálico en mi pecho, la obedecí y ella apunto algo en la cartilla
-Te eh visto en mi clase-
Le dije sin ninguna razón en particular, ella levanto la mirada, sus ojos eran negros
-¿Estudias medicina?-
Sus cejas se curvaron en una expresión de extrañeza
-Nop-
Ella pareció darse cuenta de algo y regreso a leer la historia medica
-filosofía-
No era una pregunta si no una afirmación
-Así es-
Le dije cerrándome la camisa
-Es que necesitamos más filósofos en el mundo-
Ahhhh, así que tenía un sentido del humor retorcido e hiriente
-Los necesitamos más que doctoras amargadas-
Sonreí mostrando todos los dientes y esperando una cachetada, pero en cambio ella me miro sorprendida
-¿Te parezco amargada?-
-¿Lo estás?-
Pareció reflexionar unos segundos antes de responder
-Una amiga me concertó una cita a ciegas con un tipo que tenía el coeficiente intelectual de un chimpancé, los finales están cerca y me hiso desperdiciar valioso tiempo en una película que en mi vida habría ido a ver y solo acepte salir para que mi amiga (la que me tendió la trampa), no me torture y sus sospechas de que soy una lesbiana negada se esclarezcan-
Su franqueza me hiso reír con ganas
-Estas amargada-
-Estoy amargada-
Dijo sonriendo y apuntando algo más en la cartilla
-¿Y por qué piensa que eres una lesbiana negada?...acaso te ha pillado oliendo sus calzones o espiándola mientras se baña-
La que se rio con ganas ahora fue ella
-Siempre eres así de listillo o el golpe te dio claridad mental-
-Auch-
La muchacha, o mejor dicho Misa (ahora recordaba su nombre), se aliso el cabello antes de emitir un profundo suspiro
-La verdad es que desde que entre a la universidad nunca eh salido con tipos, solo me dedico a estudiar, algunas personas no entienden que amo la medicina-
-¿y por eso no sales con tipos, por que amas la medicina?-
Ella asintió y se dejó caer en una silla
-Quizás tu amiga se preocupa por ti y quiere que te diviertas un poco-
Le dije acomodándome, Misa sonrió y movió la cabeza negando
-Ella piensa que me hace falta follar-
-Ohhh… ¿y te hace falta eso?-
Misa suspiro y dejo a un lado la cartilla, me miro como decidiendo que responder
-El deseo sexual no es una necesidad fisiológica, no es como respirar o comer-
-No te pedí que me lo describas, te pregunte si lo necesitas-
Ella se paró de la silla y acomodo las sabanas entre mis pies, quizás algo incomoda, ya le iba a pedir que olvidara mi pregunta cuando hablo
-No se por qué te cuento esto-
Espere unos segundos en silencio alentándola a proseguir
-La vedad es que si, a veces quiero estar con alguien de esa forma, pero todo ese asunto de la intimidad no me va, no quiero relaciones sentimentales y ni tener que lidiar con la incomodidad que conlleva eso, solo quisiera algo directo al grano y sin complicaciones, ¿me entiendes?-
Valla que la entendía, y después de la experiencia con Deborah lo que menos quería era pensar en sentimientos
-Te comprendo-
Le dije sintiéndome miserable, el amor apestaba
-Sera mejor que te deje descansar-
Me dijo colocando la historia médica a los pies de mi cama en una pequeña cajita metálica empotrada
-Podemos ayudarnos-
Las palabras habían salido de mi boca antes que pensara lo que estaba diciendo
-Perdón-
Dijo Misa mirándome sobre el hombro
-Bueno yo pienso igual que tú, eso de los sentimientos son una pérdida de tiempo, y es mejor algo más directo, sin ataduras, celos o esas estupideces-
-¿Que propones?-
Me pregunto cruzando los brazos sobre el pecho
-Como te dije “ayudarnos”, ambos queremos lo mismo, somos adultos, por qué no hacerlo-
Ella medito unos segundos, una ligera sonrisa se dibujaba en su rostro
-Sin ataduras-
Dijo ella, y yo asentí
-Directo al grano-
Continúo ella y yo volví asentir
-Lo pensare-
Dijo dándose media vuelta
Ya tenía la cara casi en un 100 por ciento recuperada, solo me quedaba un ligero corte en los labios y uno que otro moretón en las mejillas, pero después de eso todo bien, o casi bien, aun tenía que ver a Deborah agarrada de la mano con el tipo, todos me miraban como si sufriera de una terrible enfermedad terminal o algo así, mi círculo de amigos era el mismo que el de ella, y verla tratar de introducir al individuo en nuestro mundo me daba dolores de cabeza y arranques de llanto incontrolables que eran disfrazados con urgencia de ir al baño víctima de diarrea, a este paso tendría que cambiar de carrera o universidad, me sentía patético y desolado, era como si una nube gris me siguiera a donde iba empapándome en desencanto, fracaso y mierda de perro. Desde donde me encontraba podía ver a Deborah besuquear al individuo, el sin miramientos le agarraba el culo y se lo masajeaba cual panadero a su masa, hijo de puta. La clase se empezó a llenar y uno que otro amigo me lanzaba miradas de” lo siento” tanto o “mira a esa zorra”, yo solo quería volverme ciego o que las tierra me tragase, lo que viniera primero
-Hola-
Voltee a mirar quien me saludaba, y para mi sorpresa era Misa, aun recordaba nuestra conversación de aquel día en la sala de urgencias, me sentí avergonzado, el dolor y la decepción amorosa me habían hecho hacerle una proposición inaceptable aquella chica y probablemente venía a reclamarme por mi desfachatez de ese día
-Misa yo…-
Pero la entrada del profesor callo mis disculpas. La clase avanzó como siempre, con explicaciones que yo no llegaba escuchar ya que mis sentidos estaban concentrados unas cuatro filas más allá donde los “tortolos” se miraban con cara de ganas, un papel llamo mi atención, lo leí y casi me caigo de la silla por el shock, mire a Misa diciendo ¿esto es verdad?, y ella con los ojos me insto a seguir leyendo
Sin ataduras, sin celos, directo al grano, ya me decidí, como tú mismo dijiste somos adultos, así que ¿Por qué no?...
Misa esperaba mi respuesta, la volví a mirar esperando que me diga ahhhh caíste, o es una broma, pero su rostro serio permaneció igual, entonces estaba decidido, pero era una locura, sencillamente una locura
-Señorita por favor atienda-
El profesor se dirigía a Deborah, esta se estaba riendo porque su “adorado” le había metido una mano en el pantalón por detrás, no le podía dejar tranquilo el culo ni en clases, animado por aquella escena de pesadilla garabatee un sí y le devolví el papel a Misa, ella asintió para sí misma y escribió algo antes de devolverme el mismo papel
A las siete en mi casa, esta es mi dirección….
Yo la mire y ambos asentimos a la vez y nos reímos por la estupidez colectiva de la que éramos victimas
En una principio la idea había parecido ser muy buena, sexo sin compromisos, si clarooo, ahora me sentía una estúpida esperándolo, mire la hora y ya eran casi las siete, aun no me había bañado, tendría que ponerme algo limpio y maquillarme, pero de pronto reaccione, esta no era una cita, era solo sexo, algo maquinal, solo disfrutar, nada de impresionarlo, ambos sabíamos lo que queríamos punto, me sentí más aliviada, aun así un baño no era mala idea, me duche rápidamente, me puse el pijama, un pantalón de franela tres veces mi talla, una polera roída por los años, me peine el cabello y me puse desodorante, nuevamente las punzadas de nerviosismo me aguijonearon la razón, era un locura, estaba loca, el sonido del timbre hiso que saltara de la silla, observe por la mirilla y ahí estaba Jack, inhale llenando mis pulmones y calmándome, es solo sexo, me dije a misma mientras abría la puerta
-Hola-
Me saludo algo incomodo
-Hola-
Le respondí haciéndome a un lado para dejarlo pasar
-Bonito lugar-
Dijo el, sus manos estaba metidas en los bolsillos del pantalón, se balanceaba sobre los talones nervioso
-Quieres algo de tomar-
Le pregunte caminando a la cocina
-Nah, no hace falta no me quedare mucho-
No supe cómo interpretar eso
-Entonces…-
Ambos dijimos lo mismo a la vez y reímos como un par de tontos
-Es una locura-
Le dije pasando una mano por mi rostro
-Lo es-
Estuvo de acuerdo el
-Creo que es mejor olvidarnos de esto-
-¿Eso quieres?-
Su voz sonó seductora, y los bellos de mí nunca se erizaron
-Pensé que tampoco querías-
Él se encogió de hombros, como si no supiera en realidad que quería
-Estoy hecho una mierda, mi novia me engaño con un imbécil solo unas horas después de que me jurara amor eterno, estoy harto de sentimentalismos y tonterías, solo quiero olvidar por un momento-
Su rostro se había transformado en una mueca de dolor y frustración, yo jamás había estado enamorada ni había sentido esa clase de dolor pero lo comprendía, cualquier engaño era en malo, en un gesto nada propio de mi lo atraje a mi cuerpo y lo abrace, el me rodeo la cintura con sus brazos, su cara se posó en mi hombro, nos quedamos unos segundos en esa posición, hasta que sentí su nariz recorrer mi cuello, oliéndome, un cosquilleo recorrió mi espalda, su lengua saboreo mi piel, la suave humedad se deslizo por mi mandíbula y volvió a subir por mi cuello hasta mi oído, me hablo en susurros
-Sin ataduras-
Dijo moviendo su mano por mis laterales hasta mis pechos
-Sin ataduras-
Le dije haciendo a un lado la cabeza y ofreciéndole el cuello
-Sin compromisos-
Dijo y sus manos acariciaron mis senos sobre la polera
-Sin…sin compromisos-
Tartamudee
-Sin sentimientos-
Las palmas de sus manos rozaron a penas mis pezones poniéndolos duros
-sssssiiiin sentimientos-
Dije arrastrando la s. El tomo la polera y con un movimiento rápido me la saco cerrando de esa manera el trato, mis pezones duros fueron envueltos por su boca, su lengua los rodeaba mojándolos y succionándolos, su erección se apretaba contra mi pierna rogando que la dejaran salir y participar de la fiesta, se amamanto de mi mientras sus manos daban masajes a mis nalgas, se arrodillo un poco y me bajo el pantalón, yo no usaba ropa interior así que mi sexo quedo al descubierto, el me dio una última mirada antes de desaparecer entre mis piernas, su nariz se abrió paso entre los pliegues de mi sexo haciéndome temblar, su lengua recorrió la hendidura dejándola aún más mojada y resbaladiza, un dedo me penetro con cuidado, gemí aferrándome a su cabeza, su lengua se movía en círculos pequeños y su dedo me penetraba apenas, sus manos abrieron mis muslos y mi sexo, enterró la lengua en mi entrada, se alejó un poco y pude ver un hilillo de mi líquido, si seguía así me iba hacer terminar, como sabiendo lo que se avecinaba, me soltó y me tomo de las manos jalándome al suelo, me deje llevar y me arrodille a su lado, nos besamos y sentí mi sabor en sus labios, no me molesto, al contrario me éxito, su lengua hiso lo mismo con mi boca que había hecho con mi sexo, mis manos se crisparon en fuertes puños pero él las tomo y las llevo a mi senos para que yo misma me tocara, y así lo hice, me pellizqué los pezones y gemí contra su boca, el sonrió satisfecho observándome, sus ojos eran fuego, unos escalofríos pusieron mi piel de gallina, lo bese en el cuello mientras le quitaba a jalones lo que sea que traía puesto, me deshice de sus ropas y bese su pecho desnudo concentrándome en las tetillas
-uhmmmm…-
Dijo el, sus manos acunaban mis senos desde su base, apretándolos ligeramente y sobándolos en círculos que empezaban desde afuera hacia adentro hasta la misma punta dura que se habían convertido mis pezones, impaciente le tire de los pantalones lamiendo su pecho, el solo se los bajo hasta las rodillas, su verga me sorprendió, era enorme, la punta redondeada y perfecta, me recosté en el suelo y abrí todo lo que pude las piernas
-Entra-
Le dije sobándome el clítoris, al instante me penetro despacio saboreando la entrada hasta que estuvo todo dentro, ambos gritamos por el intenso placer, sus caderas ondearon contra las mías, en ligeras arremetidas, me apretó los pechos juntándolos y chupándolos, mis uñas se enterraron en su espalda, se alzó un poco y se apoyó en el suelo con ambas manos, sus caderas mantenían un ritmo lento pero firme, su polla entraba y salía de mi sin parar, el sudor corrió por su frente
-Si sigo así terminare-
Me dijo el tratando de concentrarse probablemente en su abuelita, yo aún no estaba cerca pero no le dije nada
-Aun te falta ¿verdad?-
Adivino el, mi falta de experiencia y vergüenza me hicieron permanecer callada
-¿Te pregunte su aun te falta?-
Dijo el metiéndome toda su polla de golpe haciéndome gritar y aferrarme a sus brazos, me mordí los labios por el placer pero sin responder, el sonrió y sus caderas se movieron un poco más rápido
-no me vas a responder-
Su voz era un gemido, el cerro los ojos tratando de aguantar más, yo apreté los músculos interiores de mi vagina al instante él lo sintió y abrió los ojos tanto que no me pude aguantar la risa
-Eres una niña muy mala ¿sabías?, ahora tendrás tu merecido-
Me amenazó mientras cogía mis tobillos y los levantaba a la altura de su cara, junto mis piernas y miro mi sexo, con un gesto involuntario se relamió los labios, tomo con la mano libre su polla y se la froto, despacio avanzó a mi hendidura, puso la punta en la entrada jugueteando, un picor exquisito se cebó de mi vagina que se contraía como queriendo chupar su miembro
-Te falta poco-
Dijo el seguro que era así, esta vez yo asentí mordiéndome la mano para no gritar más fuerte y despertar a mis vecinos, su verga entro en mi con un golpe duro, mordí mi mano aún más fuerte, la fricción era deliciosa y en aquella posición entraba de una manera que tocaba los puntos exactos
-Sigue…-
Le dije y el obedeció, sus embestidas eran urgentes, con desesperación
-No aguanto-
Dijo Jack apretando los ojos
-Solo un poco más, ya casi-
Pude darme cuenta que no aguantaría más, de pronto su pulgar se posó sobre mi clítoris trazando pequeños círculos a su alrededor, mi cuerpo se tensó y el orgasmo llego al instante
-SIIIII…-
Gimió el saliendo de mí en el momento preciso que eyaculaba sobre mi estómago, nos quedamos tendidos en el piso alfombrado hasta que nuestras respiraciones fueron normales
-Eso fue…-
Dije casi sin aliento
-Lo sé-
Respondió Jack riendo, esto era algo que ambos necesitábamos, placer puro.
Ya habían pasado cuatro días desde lo sucedido, aun me sorprendida de lo bien que habían salido las cosas, ese arreglo estaba resultando ser una bendición, solo esperaba que se repitiera pronto, Misa tenía la palabra, solo faltaba un mensaje de texto con la clave 911 y yo iría a donde me necesitase. Pero ahora tenía que concentrarme (o tratar) en las clases, toda mi depresión estaba teniendo consecuencias, mis notas habían bajado peligrosamente, a este paso reprobaría el ciclo, suspire tratando de no mirar el extremo más alejado donde estaba Deborah, la alarma que marcaba el fin del periodo sonó, recogí mis cosas despacio sin mirar a mi alrededor
-Jack-
Deborah me miraba incomoda y cinco pasos tras ella el mono de su nuevo novio me observaba con cara de pocos amigos
-¿Qué?-
Le pregunte tratando de no saltar a abrazarla y rogarle que volviera conmigo, estúpido patético
-Aun tienes ciertas cosas mías en tu casa y quería saber cuándo puedo pasar por ellas...veras me estoy mudando con Oddie…-
Oddie, ¿Oddie?, ¿Quién en la faz de la tierra se llama Oddie?
-…Y necesito mis cosas-
Maldita sea se mudaba con ese mal parido, ¡se mudaban juntossssss!, nosotros habíamos sido novios seis meses y a pesar que le había dicho para irnos a vivir juntos nunca había aceptado y ahora tras una semana con él se mudaban, quería agarrar al tipo y matarlo, arrancarle la piel y hacerme calzoncillos con ella, Deborah me miraba esperando mi respuesta, mi mundo se puso de cabeza, solo quería salir de ahí y no verla, quería HUIR, el sonidito de mi celular fue mi salvación, la mire y le hice un gesto con la mano para que esperara, leí el mensaje y sonriendo guarde el aparato
-¿y bien?-
Dijo ella algo impaciente
-No puedo, 911-
Le respondí recogiendo mis cosas más aprisa y pasando por su lado
-¿900 que?-
Me pregunto justo cuando estaba a punto de salir del aula
-911-
Dije mirándola sobre mi hombro, había sido salvado, ohhhhh, Misa tendría hoy una sesión especial como agradecimiento.
Continuara…