Simplemente me gustas - 5

Hola de nuevo a todos, este es mi quinto capitulo. Por favor, comentelo y valorenlo. espero que les guste, por favor‏

Felipe

El director se retiró, quería relajarme así que comencé por presentarme.

  • Buenos días estudiantes, mi nombre es Felipe Lebrón y desde hoy como lo dijo el Director M.H  seré su profesor encargado y su profesor de matemáticas.

Me giré para escribir mi nombre en la pizarra, escuchaba murmullos de nuevo pero decidí relajarme. Me giré de nuevo hacia ello para seguir hablando con los alumnos y pude notar que Mark me miraba, volví a ponerme nervioso, pero tenía que controlarme y seguir hablando con los estudiantes, opte por comportarme lo más natural que podía ser en aquel instante.

Los alumnos me miraban con atención mientras comenzaba con las clases, pero hice una pausa para conocer sus nombres y entrar con muy buen ambiente antes ellos.

  • Bueno alumnos, haremos una pausa. Quiero conocer sus nombres y que me hablen de si mismos.

Al mirar sus rostros pude notar que la idea les gustaba, hice que formaran los pupitre en círculo, logrando hacer una ronda, disimuladamente no podía dejar de verlo, se veía tan tierno buscando su lugar en la ronda.

Mi corazón se aceleraba haciendo doler el pecho, respire profundo y seguí hablando.

  • A ver, comenzare por aquí.

Me dirigía al primer pupitre que se encontraba a mi izquierda

  • ¿Cuál es tu nombre?- preguntaba mientras entre desgana contestaba.

  • Soy Carmen - su delicadeza lucia tan fingida que no convencía ni a un sapo tuerto.

Seguí así, haciendo preguntas hasta llegar a lo inevitable, volver hablar con aquel niño de ojos grises, con mi Mark ¡Joder! eso pensaba yo.

¡RIMMM! ¡RIMMM! Tenía que sonar el maldito timbre justamente ahora.

Mark

¡Wow! La vida si es que es un pañuelo, quien iba a decir que aquel hombre que por yo estar de descuidado casi me atropella, iba hacer mi profesor de matemáticas.

  • ¡Mark! Vamos, que nos toca física según dice el mural del pasillo- replicaba celeste haciendo que le pusiera atención.

  • ¿Eh?... Si, vamos.


  • ¡Entonces Mark!….. Cuéntanos por favor, porque no puedo creer aun lo de Estrella - espetaba celeste mientras Pablo, Andrés y Kris me ponían atención a lo que iba a decir.

  • Pues.... nada, solo que Estrella vino a mi casa a querer a volver conmigo y...  - no termine la frase cuando Pablo salta hacia mí a despeinarme.

  • ¡Tortolo! me imagino que le dijiste que sí.

  • Suélt... Suéltame Pablo. No, le dije que no.

Vi como Celeste se ponía algo feliz cosa que no le di importancia que digamos, Kris solo me miraba con ganas de decir ¿Por qué? pero no articulo palabra, Andrés...... Andrés le daba lo mismo.   Pablo se incorporó dejando su postura en el pupitre mientras su rostro culminaba una expresión de ¿Cómo? ¿Por qué hombre? “la tipa estaba buena”, pero no dijo nada.

Un silencio se hizo presente, pero por unos segundos.

  • Bueno... ¿Y qué tal tu verano Pablo?- decía Kris cortando el silencio inminente.

Pablo nos contaba de su verano mientras nosotros no reíamos, pues pintaba su historia con detalles sarcásticos y humorísticos. Y como no todo dura para siempre por desgracia, todo aquel momento fue interrumpido por la profesora Josefina Velásquez.

Esta profesora desde que la conocí siempre fue conocida como la inoportuna, fue mi profesora de literatura en tercero de primaria, al parecer la ascendieron para el nivel de secundaria con el cargo de profesora de física.

Su características son algo raras, lentes versión a la antigua, cabello negro con un mal gusto en los peinados antiguos, su piel es blanca y algo arrugada supongo que por los años, tiene bastante arrugas en la cara, voy hacer sincero en cortas palabras toda una “rara”.

  • Bueno estudiantes, a ver. Como es su primer día, solo preguntare algunas cosas.

La profesora Velásquez hacía preguntas de las más aburridas y así transcurría su hora y yo anhelaba que se fuera lo más rápido posible.

Felipe

¡Dios! ¡Dios!- replicaba yo mientras en eco producía un leve ruido cuando mis manos golpeaban mi frente.

Deje de hacer esto y erguí mi espalda hacia abajo posicionando mi cara en el escritorio

-Aaah-  un suspiro de desilusión invadió y salió mis pulmones.

A mi lado lateral izquierdo se encontraba una amplia ventana, donde solo deje que el silencio mis oídos, pensaba en lo increíble que podía llegar hacer este amor, que estaba creciendo.

Mi corazón empezaba a latir con fuerza mientras una lagrima de mi salió. Me dolía el pecho, y en susurros repetía “me gustas Mark, me gustas”, mi respiración comenzó a agitarse provocando  que llorara en llanto y una extraña sensación en la garganta como si de un nudo se tratase. No sé porque me ocurría eso, pero no podía evitarlo. Pero tuve que hacer un esfuerzo para controlarme o alguien me encontraría en tan vergonzoso estado.

Me reposicione a mi antigua postura, me asegure de que mis ojos no estuvieran lo suficientemente rojos para que no sospecharan que era porque estaba llorando. Decidí pararme de mi escritorio e ir afuera para tomar aire lo necesitaba.


Me encontraba fuera de la escuela, bueno solo del edificio, estaba sentado al lado de la cafetería, me tomaba una soda mientras veía a mi frontal estudiantes en la ventana, haciendo diversas señales, cosas que no le ponían atención, mis ojos los veían pero mi mente solo se detenía a pensar, no en esos estudiantes, sino en aquel niño que por un motivo que es inexplicable para mí, que desde aquel día no lo puedo dejar ir de mi cabeza.

Es raro por Carlos llegue a sentir amor, pero no como este, de una manera u otra es más intenso, más ardiente, no sabría explicarlo pero se siente diferente. Mis ojos desbagaban por cada ventana que quedaba en la parte frontal desde donde me encontraba, colocadas en filas unas arriba de la otra. No se la verdad que buscaban mis ojos, pero de pronto mis ojos y mi mente se reconectaron en el mismo instante que pude notar que como en la séptima ventana de la parte frontal de donde me encontraba, se encontraba el, se encontraba Mark.

No podía dejar de verlo, mi corazón me dolía, por tan rápido que latía, sensaciones recorría mi cuerpo, en mi mente vino numerosas fantasías, deseos y anhelos.

Mark

  • ¡Voy a morirrrr!-exclamaba en mis pensamientos- que aburrido- susurraba dejando escapar un suspiro.

Giré mi cara para ver el cielo y para ver si podía ver algo más entretenido que escuchar a la profesora haciendo preguntas tontas. En ese instante me percate que el profesor me miraba. La verdad no sé lo que me paso en ese momento porque sentí la necesidad de sonreírle. No podía dejar de verlo, al saber que me miraba a mí me resultaba atractivo, aquel momento fue interrumpido cuando pude escuchar el ruido de la puerta del salón cuando la profesora salía. Cuando me di cuenta de lo que había hecho no pude evitar sonrojarme.

¡Dios! ¿Qué estoy haciendo? ¿Qué es lo estoy pensando?- decía en mi pensamientos mientras  golpeaba repetidas veces mi cara levemente con el pupitre. Andrés se dio cuenta

  • ¡¡Oye Mark!! ¿Te sientes bien?

Me detuve y me medio gire hacia el quedando casi frente hacia Andrés

  • Si, si estoy bien - le sonreí para que no se diera cuenta de lo que pasaba y al parecer sirvió

Me a posicione de nuevo para prestar atención a la aburrida clase y aproveche y volví a mirar hacia la ventana, lo buscaba con la vista disimuladamente pero no lo encontré. Sentí una leve clavada en mi corazón, decidí ignorarlo y opte por erguir mi cuerpo, para contraer mi cara hacia el pupitre, no terminaba de acomodarme cuando escuche que el timbre sonaba para la próxima clase.

Escuche que Celeste me llamaba, alce mi cara hacia dirección dónde provenía su voz.

  • ¡Mark!

  • ¿Si, Celeste?

  • Ya tocó el timbre, vamos a la próxima clase.

  • ¡Si, vamos!

Me levante del pupitre y coloque la mochila en mi hombro. Capté que la profesora me llamaba, le hice señal que enseguida iba y le dije a Celeste que se adelantara, me acerque a la profe para ver que quería.

  • Dígame, señorita Velásquez.

  • Bueno, es que vi tu expediente el año pasado y veo que esta bajita la nota de matemáticas- me decía con tono algo preocupante-  y pues como yo era la encargada el año pasado de primer de bachillerato, decidí otorgarte algunos puntos por consideración a tus padres y a ti, pues mal estudiante no eres- me puso la mano en el hombro tras decir esto último.

  • O sea que si usted no me hubiese regalado esos puntos, no hubiera pasado- decía preocupado.

La profesora movía la cabeza como señal de afirmación a mi deducción

  • Si, así es  Mark; pero mira, yo decidí hacer eso con la única condición de que este año seas mejor en matemáticas, porque si no me veré obligada a bajarte de curso, esa es mi condición. ¿Lo entendiste?

-¡Sí!- espetaba seguido de un gracias.

  • De nada, Mark- decía esto tras una sonrisa.

Me dirigí hacia la puerta, pensando lo que me había dicho la profe Velásquez.

  • Sí que la vida me quiere, y más ahora que me tenía una “sorpresa” ¡Maldición! sí que hoy ha estado para morirse.

Entraba al salón de Historia, caminaba algo aturdido, no me importaba si el profesor me llamara la atención, mis pensamientos se adueñaban de mí, nunca fui bueno en matemática y el año pasado no dudo que me fue pésimo, pero no me esperaba encontrarme con eso.

  • ¡Mark!

  • Daré lo mejor, pero tengo miedo de fallar de nuevo.

  • ¡Mark! ¿Me escuchas?

  • Como quien dice “estoy en la cuerda floja, me tropiezo y puedo caer”

  • ¡Mark aterriza! - me alaba de la mano Kris para que la escuchara.

De una manera u otra eso hizo me irritara y le hablara de mala forma a Kris.

  • ¿¡QUÉ QUIERES KRIS!? ¿¡QUE QUIERES!?- nunca pensé que pudiese hablarle de esa manera a mis amigos y más a Kris que es la más sencilla y dulce de todos.

Vi como sus ojos comenzaban a humedecerse, todos los del aula me miraba con vista asesina, de verdad tenía razón, yo no debí hablarle así.

  • Kris, yo lo sient-no termine la frase cuando ella me interrumpió.

  • No digas nada, ¿¡Quieres!? Solo déjame en paz- salió corriendo del salón

Yo quise alcanzarla pero Andrés se interpuso.

  • Déjala Mark ¿sí?  Yo iré a buscarla, tu solo....- no termino la frase yéndose así del salón.

Todos me seguían viendo de mala muy mala manera. Ahora sí que me sentía peor.


Ya era hora del descanso, me aleje de mis amigos, quería estar solo, me senté en unos de los bancos que quedaban un poco aislado del resto del campus de la escuela.

  • Aun no entiendo ¿Por qué a mí? ¡Dios! primer día y ya todo el mundo me odia.

  • Lo se

Escucho una voz que provenía de mi espalda, me gire para ver quién era.

  • ¡Kris! perdóname por favor

  • No digas nada tonto- dijo con tono de broma-Andrés me dijo que cuando estas en las nubes, es porque algo te pasa.

Andrés tenía razón, algo me pasaba.

  • De todas maneras, me disculpo Kris.

Kris me miraba con una cara de querer confundirme – Mmm, bueno. No sé......- miro hacia el cielo y dijo- Esta bien, jejeje. Pero dime Mark ¿Qué te pasa? ¿Qué es lo que tiene tan pensativo?

Suspiré de alivio y le conté a Kris lo que me pasaba.

  • Lo que pasa, es que en el año anterior mi nota estaba muy bajita y reprobé mate y la profe Velásquez me regaló puntos para que pudiera pasar de curso, con la única condición de que este año fuera mejor, o si no volvería a repetir el año anterior.

¿Cuál era el verdadero problema? Cuando estoy bajo presión, suelo padecer de irritación con facilidad y ansiedad frecuente. Un caso extraño de mi ser. Y para mí, sí que era una cuestión bajo presión, porque si yo fallaba decepcionaría a mis abuelos y a mis padres, y en matemática soy totalmente pésimo.

Kris me miro algo sorprendida, no dijo ninguna palabra, solo puso su mano en mi hombro y juntos nos quedamos en silencio.


¡Bendiciones! Los quiero a todos, les mando besos. ¡Espero que les haya gustado!