Simplemente Marisa
Siempre me sentí atraído por Marisa, la hija de mi jefe y la directora del proyecto en el que trabajaba, siempre la miraba cuando pasaba cerca de mí y realmente me moría de ganas de cogerla.
Siempre me sentí atraído por Marisa, la hija de mi jefe y la directora del proyecto en el que trabajaba, siempre la miraba cuando pasaba cerca de mí y realmente me moría de ganas de cogerla.
Yo sabía por medio de compañeras de trabajo que Marisa se daba cuenta de mis miradas y siempre se quejaba con ellas de mi conducta, decía que acaso el no sabe que soy una mujer casada.
Pero me mantenía siempre muy cerca de ella por lo que yo suponía que tanto no le disgustaba mi acoso. Un viernes después del trabajo fui con unos amigos a un pub y allí me encontré que estaba Marisa con su marido y unos amigos.
Me acerque a saludarlos y continúe con mis amigos tomando unos tragos. Habían pasado un par de horas cuando veo que Marisa se dirige al baño, envalentonado por los tragos que tenia encima la seguí y me metí al baño detrás de ella.
Apenas entre cerré la puerta detrás de mí y le dije que siempre me había parecido una hermosa mujer pero que esta noche estaba mas linda que nunca.
Ella se limita a mirarme de arriba abajo y muy seria me dijo que estaba borracho y que mañana me esperaba en la oficina para hablar de esto que estaba pasando, luego me pidió que saliera del baño y yo la obedecí.
Estaba casi seguro que había cometido un grave error al tratar de abordarla en esa situación, pero también me llamaba la atención que me citara para hablar un sábado por la mañana en la oficina ya que ese día no trabajaba nadie. Supuse que me había dicho eso para sacarme de encima, así que al día siguiente me quede durmiendo hasta tarde. Estaba durmiendo cuando me despertó el teléfono, cuando atendí era Marisa que me pregunto que a que hora tenia pensado ir a la oficina porque llevaba mas de una hora esperándome.
Le dije que de inmediato iría para allá y me vestí y salí.
Cuando llegue a la oficina la puerta estaba cerrada con llave, toque timbre y me dispuse a esperar que el guardia de seguridad me abra, pero grande fue mi sorpresa cuando aparece detrás de la puerta Marisa que iba vestida con la misma ropa que llevaba la noche anterior en el pub.
Me miro fijamente a los ojos y diciéndome que entrara cerro la puerta con llave detrás de ella. Ahora que estamos solos quisiera hacerte una pregunta, me dijo. ¿Hasta cuando vas a seguir molestándome?.
Yo no veo en que te molesto le dije.
Siempre estas mirándome cada vez que paso cerca de ti, además anoche te pasaste de la raya, que hubiera pasado si mi marido te ve entrar al baño detrás de mí.
No hubiera pasado nada porque tu marido estaba muy entretenido mirando en el escote de tu amiga.
Ella se queda callada y yo me di cuenta de que por ahí estaba mi oportunidad de cogerme a la hija de mi jefe.
O acaso me vas a decir que no te has dado cuenta como mira a tu amiga tu marido, se le nota desde lejos que esta caliente con ella casi tanto como yo con vos le dije.
Marisa se queda pensando unos segundos, tiempo que yo aproveche para acercarme a ella y tomándola por la cintura la atraje hasta mí y la bese.
Ella trata de resistir ese beso pero yo estaba jugado e insistí y ella no tardo nada en estar explorando el interior de mi boca con su lengua. Luego Marisa se separo de mí y me pregunto que era lo que me gustaba de ella.
Todo le conteste, eres una mujer estupenda le dije, además desde el primer día que té vi no he dejado de pensar como seria el día que por fin fueras mía.
Ella sonrió y me dijo que en verdad mas de una vez había tenido sueños eróticos conmigo. Luego me pidió que me quedara donde estaba que me iba a dar un espectáculo que no olvidaría fácilmente.
Dicho esto Marisa se comenzó a tocar el cuerpo por encima de la ropa. Cada movimiento era más sensual que el anterior, mi pija estaba cada segundo más dura.
Cada milímetro de su cuerpo que tocaba me excitaba un poco más. Marisa estaba encendiéndome como un leño.
Continuamente Marisa me preguntaba si era esto lo que me gustaba mientras iba dejando a mi vista partes de su exquisito cuerpo.
Poco a poco me acerque a ella que se había sentado en un sillón de la recepción, cuando estaba bien cerca de Marisa me baje el pantalón y le metí la pija en la boca.
Marisa se traga mi pija y me hizo la mejor mamada que recuerde. Jugaba con mi glande, le daba pequeños mordiscos en toda la pija.
Me lleva en una escalada sin frenos hasta la acabada mas larga que recuerde.
Marisa se trago todo lo que salió de mi pija y recostándose en el sillón me pidió que hiciera uso de mi lengua en su concha.
Cuando ella también alcanza el orgasmo me tumbe sobre ella penetrándola de un solo golpe. Marisa se movía muy bien y muy pronto sincronizamos los movimientos para tener una cogida fenomenal.
Lentamente nos fuimos acercando al orgasmo que estallo casi al mismo tiempo, Marisa gritaba que no paráramos y eso hicimos cuando los dos acabamos seguimos con lo que estabamos haciendo y alcanzamos el tercer orgasmo cada uno.
Luego nos vestimos y cada uno volvió a su casa. Desde ese día paso horas enteras en la oficina de Marisa, y cogemos casi todos los días ahí. De vez en cuando ella inventa algún viaje de negocios y nos vamos juntos a pasar alguna semana fuera.