Silvina
Una chica muy hermosa que esconde un pequeño secreto, averigua cual es...
Silvina.
Es un buen día para caminar, decía para si Manuel, trabaja como enfermero en un hospital de segundo nivel, tenía el turno matutino, y esta vez que era su día de descanso iba a relevar a una compañera por el turno vespertino.
Manuel es alto, no flaco, ni gordo, todo lo contrario, soltero, de 27 años, trigueño, con ojos oscuros de mirada agradable...
Llegó al hospital, le tocaba estar en la consulta externa, recibiendo a los pacientes, los pesaba y medía. Manuel es aficionado a contemplar los pies femeninos, aunque pensaba él: "Hay hombres que poseen erotismo podálico"...Esto lo hacía ya que para pesarlos les pedía que se descalzaran para así obtener la talla y peso reales.
La consulta comenzó y su turno igual, pasaron varios pacientes a que llevaban calcetas o calcetines, hasta que:
Se dirigió a la puerta y grito el nombre del siguiente paciente:
-Silvina Rosas!!
Una delgada chica de 22 años se levantó, ella es blanca, de ojos color miel, labios carnosos, pechos pequeños y por lo que se veía en la blusa de pezones grandes, cintura breve, caderas de esas que dan ganas de abrazar...
-Buenas tardes - Dijo ella
-Buenas tardes señorita, pase por favor la tengo que pesar y medir, para después tomarle sus signos vitales...se quita lo zapatos y se sube a la bascula.
-Ay que pena, no me gusta quitarme los zapatos...
-Pero necesito su peso y talla reales, no las que aumentan los zapatos.
-esta bien, pero prometeme que no veras mis pies.
-Señorita, si usa calcetas los pies no se ven.
-tiene razón, pero de cualquier manera no los vea...
La chica se sacó los zapatos y en calcetas se subió a la báscula, él obediente no hizo por ver la razón por la cual la chava no quería que viera sus pies...
Silvina, pasó a su consulta, y salió.
Manuel terminó su turno, y decidió ir al centro comercial para comprar lo que en su casa hiciera falta. La imagen de Silvina estaba ahí en su mente...
-¿Por qué no quería que le viera los pies?...deben ser bonitos como su mano, blancos y tersos como toda su piel. - Se decía
llegó al centro comercial y caminaba viendo los pies de las chicas que por ahí están, llegó a la sección de frutas y verduras, estaba viendo los pies de una chica e hizo por tomar una manzana, su mano chocó con otra suave y tersa, voltearon ambos:
- Silvina!!, que sorpresa.
-Hola, eres el enfermero que me atendió el día de hoy, quiero agradecerte por tus atenciones. Te invito un café.
-Esta bien, pero ese es mi trabajo.
-No, no lo entiendes, te invito un café, vamos
Se dirigieron a la cafetería, el ordenó un Capuchino, y ella un té helado sin azucar, platicaron de muchas cosas y se dieron cuenta que compartían mucho en común, ambos se gustaron de inmediato, de esas ocasiones que el amor y la química se dan ya.
-la verdad, me gustan los hombres como tú.
-Gracias, tu eres hermosa, perfecta.
-Que galante, eres divino.
La plática siguió en el departamento de ella, le sirvió una copa de vino y ella tomaba agua.
-¿Por qué no tomas vino?
-Es que, soy diabética desde niña, dependo de insulina y debo llevar una dieta muy estricta.
-Eso no importa, lo importante es que estamos juntos - Dijo Manuel y se acercó para recibir el beso de la deseada chica.
Las caricias comenzaron a fluir por ambos cuerpos, la boca de ella en el cuello de él, las manos de él dentro del pantalón de ella, palpó las firmes carnes, una tanga se alojaba en medio de las redondas nalgas... Su pene estaba erecto totalmente, y eso lo comprobó ella al desabotonar el azul pantalón y bajar el zipper...un glande lubricado por una gota de líquido preseminal se asomó, ella pasó su dedo pulgar sobre esa zona, él gemía, y sin preguntar la boca de Silvina atrapó al erecto visitante, lo chupaba como niña a una sabrosa paleta de dulce, con su mano lo masturbaba, de cuando en cuando daba pequeños y suaves mordidas que hacían gritar de placer a Manuel...la levantó, le dio un beso en la boca y disfruto su sabor...se desnudaron...y las calcetas de Ella seguían puestas...
-Ven, te quiero sentir...-Dijo él y la recorrió de arriba abajo, lamiendo las nalgas acariciaba el clítoris, ella se agachó y el chupaba el ano de ella, la volteó y ella abriendo las piernas permitió que la lengua caliente de él se alojara en medio de sus labios mayores, el sabor que tenía era inigualable, amargo, dulzón, de aroma suave...Subió a besos por el abdomen de ella, tomo entre sus manos los pechos de la hermosa mujer, y los acarició como si fuesen a romperse en un brusco apretón...
Acostada ella, permitió que la penetrara, gemidos, movimientos, sus caderas al mismo ritmo, entre las piernas de ella, sus bocas como sanguijuelas se unieron...
El se levantó un poco y colocó las piernas de ella en sus hombros, se percató que aún estaban las calcetas "una mujer tan preciosa como esta debe admirarse completa" dijo, y con mucha maña sacó la calceta del pie izquierdo admiro un pie pequeño, bien delineado, dedos perfectos, uñas decoradas y bien recortadas, sin callos, ni juanetes, ella seguía dentro de su placer, y después sacó el del pie derecho, fue entonces que ella despertó de su orgasmo y escondió su pie quitándose de su amante...
-¿Qué pasa hermosa?
-Te pedí que no vieras mis pies, por favor no!!
-Dame la razón, ¿por qué no? El pie que vi es hermoso!!
-Es que...Esta bien, te lo diré pero si después te quieres ir, lo puedes hacer...Soy diabética...estoy propensa a muchas infecciones si no me cuido...Y hace 1 año quise acabar con mi vida por mi enfermedad así que deje de cuidarme de comer lo que fuera a veces me ponía la insulina a veces no, y un día me corté mal la uña del segundo dedo de mi pie derecho...Fue un error se infectó y me lo tuvieron que cortar...de ahí preferí cuidarme...muchos chicos no quieren salir con una amputada...
-Pero eso no me importa, déjame verlo.
Le enseñó el pie, era perfecto como el otro, con la diferencia de que faltaba el segundo dedo, haciendo un hueco entre el dedo gordo y el tercero, era una zona limpia, lisa, de piel bonita...Manuel sintió que la verga le crecía más...Sin anunciar lo que haría, llevó el pie hasta su boca, lo lamió desde el primer ortejo hasta el último, y sobre todo el hueco que ahí estaba... -Ay Dios, eso no lo había hecho nunca!!, pero se siente rico aunque es raro -Dijo ella entre el asombro y el placer...
-espera, déjame chuparte yo también - y ella se agachó y tomo en su boca la erecta verga de su amante...
-Ahora lo quiero en ese hueco - Dijo él. Y ella obedeció.
La verga fue puesta en el hueco del primer y tercer dedo del pie amputado, y comenzó a masturbarlo, primero lento para sentirlo y después los movimientos fueron aumentando de velocidad hasta que:
-AAAAaahahahaaahhh, me vengo!!!
-Hazlo mi rey, ahí hazlo!!!
Los mecos salieron a chorro, y mojaron la torneada pierna de ella, el empeine y obviamente el hueco... Siguió lento, y cuando él salió de su orgasmo, ella llevó su pie a la boca y lo lamio...Probando por primera vez el semen, ya que eso tampoco lo había experimentado...
-Fue intenso flaquita...
-Si mi rey, fue hermoso, gracias por aceptarme...
-No agradezcas y bésame.
Y se besaron.
Se vieron.
Rieron
Y el juego del amor y sexo comenzó de nuevo al atardecer.