Silvia y la familia de su novio 3

-Mira cariño, tenemos público. ¿Por qué no me limpias la polla para que termine el espectáculo, Eh? – me dijo mientras me ponía de cuclillas delante de él. -Sois increíbles, es como ver una película porno en directo. -comento mi suegro. Yo mientras estaba de cuclillas, y le limpiaba la polla a mi novio, con mi suegro sin perder detalle. -Zorrita, mira a mi padre mientras me la limpias. – me dijo, y así hice. Le limpiaba su capullo con mi lengua como si fuese un polo, mientras miraba golosa a mi suegro. -Joder hijo, menuda suerte tienes. No solo es un bombón, sino que es toda una puta. Lo que yo daría por que tu madre fuese así de guarra. – comento mi suegro sin perderme de vista. - Papá ya sabes que este fin de semana ella será la puta de todos nosotros. Hará todo lo que queráis… todo… todo. – dijo convincentemente a su padre. Me incorporé y besé a mi chico, mientras mi suegro daba las buenas noches y se marchaba a dormir a su dormitorio. Yo me fui al baño para lavarme y cambiarme de ropa. Me puse un picardías corto semitransparente de color negro, unas ligas con sus ligeros, y un tanga del mismo color. Cuando volví al dormitorio, mi chico estaba profundamente dormido en la cama (no me había dado cuenta; pero había tardado mucho en lavarme y en volver a arreglarme). Así que decidí darle compañía a mi suegro, ya que el pobre seguro que extrañaba a su mujer. Me dirigí a su dormitorio, y ahí profundamente dormido se encontraba mi suegro. Me metí en su cama, y me pegué a su espalda quedándome dormida también. Con los primeros rayos de sol que entraron por la ventana, la situación había cambiado, ahora era él, el que se encontraba a mi espalda, y por el bulto que notaba en mi culo, parecía que estaba de buen humor.

Silvia y la familia de su novio 3

Marcos que hasta entonces había permanecido en la distancia pajeándose, me traía un regalo. Una copa llena de su leche.

-Toma zorrita, por haberte portado tan bien – dijo sonriéndome.

Cogí la copa y me tragué su leche, notando como caía espesa y caliente por mí garganta, mientras mi suegro miraba atónito.

-Muchas gracias por follarme y darme vuestra leche. Seré vuestro depósito de semen el resto del fin de semana. Aprovecharme por favor- dije mientras me chupaba los dedos con los que había recogido el semen de mi suegro, y les sonreía.

Después de eso me incorporé, me recompuse y cenamos en el salón, mi suegro, mi chico y yo, ya que mi cuñado se fue a cenar a su cuarto, para hablar con su novia por Skype.

Nosotros después de cenar subimos a dormir, o eso pensaba yo.

Mientras subíamos las escaleras, mi chico me daba cachetes en mis nalgas.

-Vamos zorrita, que estoy deseando follarte - dijo mi chico mientras me daba más nalgadas.

-Joder hijo ¿enserio te la vas a volver a follar?.  – pregunto mi suegro sorprendido.

-Claro papá… ella aguanta eso y mucho más. ¿Verdad preciosa? – me pregunto mi novio.

-Claro cariño. Suegro eso no ha sido nada, estoy acostumbrada a que sean más duros y más pollas, las que me follan. – conteste sonriendo.

Mi suegro se quedo mudo. Una vez arriba mi suegro se fue para su dormitorio y mi chico y yo fuimos al nuestro.

-Cari antes de nada, quiero darle las buenas noches a tu hermano. ¿Te importa?-  pregunté sabiendo la respuesta.

-Claro zorrita, pero no tardes que te tengo muchas ganas. – me contestó sin titubeos.

Al ir por el pasillo hacia el cuarto de mi cuñado, pude oír que estaba hablando con alguien, así que abrí la puerta con cuidado y sin hacer ruido.

Ahí tumbado sobre su cama estaba mi cuñado, que tenía su portátil sobre su torso mientras hablaba por Skipe con una chica, (supuse que era su novia).

-Hola- dije muy bajito, casi inaudible.

El puso cara de sorpresa, a lo que su chica le pregunto:

-¿Ocurre algo?-

-No, no… era mi padre deseándome buenas noches. – Contestó nervioso.

Mientras a mí, se me ocurrió una maldad. Me subí sobre su cama, y me puse a cuatro patas entre sus piernas, poniendo mi boca en su paquete, por encima del pijama.

-¡¡¡Joder!!!- exclamó.

-¿De verdad que estas bien?. – volvió a preguntar ella.

-Estooo… si, si. Es que me he acordado de algo que tengo que hacer mañana. – dijo él, lo mejor que pudo.

-Bueno… si quieres colgar genial, pero pensaba enseñarte mis tetas. – le dijo ella (Joder con la niña, apuntaba maneras).

Mientras yo, le bajé los pantalones, y le dejaba caer con mi lengua mis babas a su capullo, al tiempo, qué con mis manos, le pajeaba y le masajeaba los huevos.

-¡¡¡Ostia puta!!!- exclamó sobresaltado y evidentemente excitado.

-¡Genial!, si tantas ganas tienes… mira- le dijo ella.

Yo mientras tanto seguía a lo mío, lamiendo desde la base de su tronco, hasta su frenillo, y recogiendo por el camino con mi lengua mis propias babas y su presemen.

-¡Siii…joder! Qué maravilla- exclamaba temblándole las piernas.

-¿Tanto te gusta?. Pues mira. – le contestaba ella sin sospechar que su cuñada le estaba comiendo la polla a su novio.

Yo tenía su capullo en mi boca, mientras lo recorría con mi lengua.  La sacaba, me golpeaba con ella en mi lengua y en mi cara llenándolo todo de babas, para acto seguido volver a engullirla, e intentar meterla hasta mi garganta.

-¡Ooooh…siiii…me corro joder! .Dios pero qué guarra eres… - exclamó mientras su polla se estremecía y disparaba su semen en mi boca, mi cara, mi pelo y llegaba hasta mi espalda.

-¿Enserio te has corrido solo con verme las tetas y lamerme yo misma los pezones? – preguntó ella extrañada.

-Si, si… es que estaba muy cachondo y me han encantado tus tetas Laura. -contestó él, mientras yo me incorporaba y restregaba su semen por mi cara, recogiendo los grumos con mis dedos y chupándolos.

Me despedí de él, lanzándole un beso y guiñándole un ojo, mientras él seguía con los ojos como platos hablando con su novia.

Cuando Marcos me vio entrar en la habitación con la cara y el pelo manchados con algo de semen, se rio.

-Jajajaja, que cabrona. Vaya manera de dar las buenas noches… lo has dejado seco.- dijo burlonamente mi chico.

-Ya sabes que me encanta vaciaros los huevos. Ahora fóllame nene. – le dije poniendo mis manos sobre los pies de la cama, y poniendo mi culo en pompa.

-Muy bien zorrita, ahora veras como te dejo el culo. – dijo mi chico azotándome el culo hasta ponérmelo rojo.

Me bajó el tanga hasta mis rodillas, y metió su cabeza entre mis piernas escupiendo en mi ano, y lamiendo mi coño mientras iba metiendo sus dedos en mi culo.

-Ooooh… siiii… cabrón sigue…aaah. – exclamaba yo, con mi coño chorreando.

Abrió mis nalgas de par en par y metió su lengua dentro de mi ano, sin parar de jugar con mi clítoris.

Yo estaba super cachonda, con mi coño chorreando, y mi cara y pelo pegajosos por la corrida de mi cuñado. Estaba deseosa de que me follara, bueno en realidad quería que me reventara a pollazos.

-Vamos métemela ya joder… quiero tu polla dentro de mí. Vamos reviéntame. – dije fuera de mí.

Saco su polla y la restregó por fuera de mi coño, empapándola en mis propios jugos, justo antes de empujarla en mi ano.

-¡Toma puta ansiosa!¡Toma polla!. – grito agarrándome fuerte por mi cintura, y metiendo su polla hasta los huevos en mi culo.

-Aghh…siii… cabrón… fóllame… fóllame duro. – gritaba, mientras yo misma empujaba mi culo hacia aquella maravillosa polla.

Ante mis gemidos, el aceleró sus envestidas; sus huevos golpeaban mi coño, y yo suplicaba que me tirará del pelo.

-Te gusta que te reviente el culo…Eh puta – me decía mi chico mientras con una mano me tiraba fuerte del pelo, y con la otra me cogía del cuello, estrangulándome suavemente para aumentar aún más mi excitación.

  • ¡¡Siii… aaahh… reviéntame mi culo…siii… córrete en mi culo cabrón!!. – le gritaba.

Mi chico ya no pudo aguantar más y se corrió con su polla metida hasta los huevos en mi culo, inundándome mis intestinos de semen caliente, y yo me corrí como una cerda, mientras mi coño se convertía en una catarata.

-¡¡Toma leche maldita zorra!! – me gritaba mientras su polla aún convulsionaba en mi culo.

Cuando saco su polla de mi interior, noté mi ano completamente abierto, y salir cuajarones de semen, que caían al suelo y chorreaban por mi entrepierna.

Fue entonces cuando nos percatamos de que mi suegro estaba en la puerta, contemplando el espectáculo que habíamos dado.

-Mira cariño, tenemos público. ¿Por qué no me limpias la polla para que termine el espectáculo, Eh? – me dijo mientras me ponía de cuclillas delante de él.

-Sois increíbles, es como ver una película porno en directo. -comento mi suegro.

Yo mientras estaba de cuclillas, y le limpiaba la polla a mi novio, con mi suegro sin perder detalle.

-Zorrita, mira a mi padre mientras me la limpias. – me dijo, y así hice.

Le limpiaba su capullo con mi lengua como si fuese un polo, mientras miraba golosa a mi suegro.

-Joder hijo, menuda suerte tienes. No solo es un bombón, sino que es toda una puta. Lo que yo daría por que tu madre fuese así de guarra. – comento mi suegro sin perderme de vista.

  • Papá ya sabes que este fin de semana ella será la puta de todos nosotros. Hará todo lo que queráis… todo… todo. – dijo convincentemente a su padre.

Me incorporé y besé a mi chico, mientras mi suegro daba las buenas noches y se marchaba a dormir a su dormitorio.

Yo me fui al baño para lavarme y cambiarme de ropa. Me puse un picardías corto semitransparente de color negro, unas ligas con sus ligeros, y un tanga del mismo color.

Cuando volví al dormitorio, mi chico estaba profundamente dormido en la cama (no me había dado cuenta; pero había tardado mucho en lavarme y en volver a arreglarme).

Así que decidí darle compañía a mi suegro, ya que el pobre seguro que extrañaba a su mujer. Me dirigí a su dormitorio, y ahí profundamente dormido se encontraba mi suegro. Me metí en su cama, y me pegué a su espalda quedándome dormida también.

Con los primeros rayos de sol que entraron por la ventana, la situación había cambiado, ahora era él, el que se encontraba a mi espalda, y por el bulto que notaba en mi culo, parecía que estaba de buen humor.

Me giré y vi que mi suegro seguía dormido, así que pensé en despertarlo y aprovechar aquella erección matutina.

Metí mi mano en sus pantalones, y cogí su polla que se encontraba dura como una piedra (benditas erecciones matutinas), lo pajeé suavemente y mientras notaba como aquel trozo de carne palpitaba en mi mano, no lo pensé dos veces y me senté sobre él, aparté mi tanga hacia un lado, e introduje la polla de mi suegro en mi coño.

-¡¡Oooh… siiii…!! - exclamé, debido a la excitación de cumplir una de mis fantasías más ocultas, la de follarme a mi suegro.

-¡Joder…! ¿Qué…qué…haces? – preguntó mi suegro titubeando.

-No es obvio suegro… te estoy follando – contesté moviendo mis caderas, y poniendo mis manos sobre su pecho.

-Ya veo…, y vaya coño que tienes joder. – dijo agarrándome fuertemente por mi cintura.

Yo no paraba de moverme arriba y abajo, metiéndome aquella polla tan profundamente como me fuera posible.

-¿Te gusta suegro… te gusta lo que ves?  ¡Ah…! ¡AH…! ¿Te gusta que tu nuera sea tan puta? - le pregunté sin parar de moverme.

-Me encanta, eres increíble… y toda una puta joder – dijo mientras me bajaba los tirantes del picardías, y dejaba mis pechos al aire y botando.

Le sujete las manos y le bese enrollando nuestras lenguas, como si besase a mi chico, y sin parar de follar, mientras mi coño no paraba de chorrear con la polla de mi suegro golpeando mi útero.

-Vamos suegro, cógeme fuerte mis pechos, pellizca mis pezones… Aaaah… vamos… córrete en mi coño cuando quieras… vamos… córrete… lléname mi coño con tú leche… por favor- Le dije casi suplicando.

-¿De verdad puedo correrme dentro de ti? – pregunto mientras me chupaba los pezones y me agarraba fuerte de mi culo.

-Siii… coño… corraseee…aahh… no se preocupe… aahh… corraseee… - le contesté, mientras en la habitación no paraba de escucharse el “Chop, chop…” de mi coño encharcado, botando sobre su polla.

  • Pues toma leche puta… toma la leche de tu suegro… - dijo convulsionando, y agarrándome con fuerza por mi cintura e inundando mi coño con su leche caliente.

-Aaaahhh… siiiiii… dámela todaaaa… - exclamé, mientras movía mis caderas exprimiendo hasta la última gota de sus huevos.

Caí rendida sobre su pecho, notando como su polla todavía daba los últimos estertores dentro de mí.

Cuando me quité de encima, me di cuenta de la enorme corrida que mi suegro me había obsequiado; ya que el tenía su polla y sus huevos cubiertos de semen, y por mi entrepierna chorreaba una cascada de semen.

-Vaya suegro, parece que llevabas tiempo sin descargar ¿No? – le pregunté mientras estaba de pie sobre él en la cama, y aprovechaba para recoger con mis dedos el semen que salía de mi coño, y me los metía en la boca para saborearlo.

  • Ni te imaginas… pero que buena estás y que guarra eres joder – contestó mientras se sentaba, sin parar de mirarme fijamente.

-Espera, no corras... Relájate – le dije volviéndole a tumbar, mientras le empujaba con mí pie.

Me arrodille a sus pies y sujete su polla, que ya se había arrugado, y comencé a lamer sus huevos, recogiendo los restos de semen de su enorme corrida, y cuando hube terminado con sus huevos, pasé a su polla. Tiré de su prepucio para a detrás, y con la punta de mi lengua, fui recogiendo los grumos, que aún quedaban en su polla.

-Diooos… eres increíble. Ahora déjame que te devuelva el favor – me dijo, mientras me cogía de mis piernas y me tumbaba en la cama; abriéndome mis piernas de par en par.

Metió su cabeza entre mis piernas y comenzó a comerme el coño, como hacía mucho que nadie me lo comía. El muy cabrón sabía lo que hacía, y se notaban los años de experiencia que de seguro tenía. No pude contenerme y le cogí con fuerza de su cabeza, empujándolo contra mi coño.

-Jodeeer… que maravilla… - exclamaba yo mordiéndome los labios.

Me cogía con fuerza de mis piernas, y con su lengua frotaba mi clítoris con una habilidad que nunca había visto; mientras metía sus dedos dentro de mi coño, recogiendo su propio semen, y me los metía en mi boca, para que los chupara y lamiera, golosa.

-Aaaahh… cabrón… me corrooo… aahhh… siiii… - gritaba yo, corriéndome y apretándole su cabeza contra mi coño.

Después de eso me quede tumbada en la cama, exhausta y feliz, mientras mi suegro me sonreía y se marchaba al baño.

Al cabo de un rato, me recompuse y me fui al baño a limpiarme; para luego cambiarme de ropa en mi dormitorio donde ya no sé encontraba mi novio. Me puse el traje de sirvienta sexy y bajé al salón, donde se encontraban mi suegro y mi chico, hablando animadamente.

-Buenas zorrita, ya te has divertido bastante ¿No?. Pues venga, a hacer el desayuno – me dijo mi chico guiñándome el ojo.

Una vez desayunaron, tanto mi suegro, como mi novio, se marcharon juntos al club de pádel, dejándome sola en la casa con mi cuñado.

Sobre las 12 de la mañana, alguien llamó a la puerta de la casa; y yo como buena sirvienta, fui a abrir. Cuál fue mi sorpresa, al ver a dos chicos que parecían tener más o menos la edad de mi cuñado, e imaginaros la cara que pusieron al verme vestida de sirvienta sexy.

-Ho..hola. ¿Está Rubén? – pregunto el más alto de ellos y el menos agraciado, de manera titubeante.

-Si, claro… pasar. – les contesté.

Les indiqué que se sentarán, en el salón, y fui a avisar a mi cuñado, pero justo antes de subir, bajó por las escaleras, saludando a sus amigos, que no paraban de mirarme y desnudarme con la mirada.

-Silvia tráenos algo de beber y de picar. – me ordeno mi cuñado.

Así que preparé una bandeja, con bebidas y comida, y se las llevé. Cuando se las serví en el salón, los amigos de mi cuñado estaban con los ojos como platos y la boca abierta. Ya que al agacharme se me pudo ver todo el canalillo, y mi culo con mi tanga negro.

-Silvia te voy a presentar a mis dos amigos, que no paran de babear por ti – dijo mi cuñado, presentándome como la sirvienta, a Mario y Álvaro, que tenían 18 y 19 años respectivamente.

Mario era un chico fibroso y bien parecido, de una estatura parecida a la mía (algo más de 1’70); en cambio Álvaro se notaba que estaba en plena pubertad, ya que su cara así lo mostraba, por los números granos que la adornaban, pero en cambio era el más alto de los tres y el más fornido.

Mi cuñado se situó detrás de mí y pegándose a mi espalda, sujeto con fuerza mis pechos, casi como si se los ofreciera a sus amigos. Ellos flipaban por como me sobaba mi cuñado y sobretodo, porque me dejara a hacer.

-¿Chicos qué os parecen sus tetas? – dijo mi cuñado, mientras bajaba mi vestido hasta mi cintura, dejando al descubierto mis pechos.

-¿Es esto una broma Rubén?- pregunto incrédulo Álvaro.

-Silvia, contéstale tú por favor- me ordeno, sin parar de sobar mis pechos.

-No, no es ninguna broma, estoy aquí para complacer al señorito Rubén y hacer lo que el deseé– contesté siguiéndole el juego a mi cuñado.

-Son impresionantes… ella es impresionante – dijo Mario acercándose hacia mí.

Ambos chicos se acercaron a mi dubitativos, pero sin dejar de mirarme fijamente.

-¿Puedo? – me pregunto Mario llevando sus manos a mis pechos.

-Claro, ella esta aquí para complacerme y por lo tanto a vosotros. ¿Verdad Silvia? – me inquirió Rubén.

No contesté, solo actué; así que sin dudarlo les cogí las manos a ambos, y las puse sobre mis pechos, a la vez que restregaba mi culo contra el paquete de mi cuñado.

Ambos chicos, comenzaron, a chupar y lamer mis pezones torpemente, mientras mi cuñado ya con la polla fuera, la restregaba contra mis nalgas.

-Chicos… tranquilos…sentaos y dejarme hacer – les dije ante la ansiedad que mostraban.

  • Joder, esto no puede ser real… es como una peli porno – exclamaba Mario.

-Si sentémonos, ella sabe muy bien lo que hace, os lo aseguro. – dijo mi cuñado.

Así qué haciéndome caso, se sentaron los tres en el sillón, con sus pollas guardadas; excepto mi cuñado, que ya se la había sacado, y se estaba pajeando.

Comencé sentándome sobre Álvaro, el chico menos agraciado y con una erección evidente bajo aquel pantalón de chándal. Le besé en los labios suavemente, mientras el no paraba de cogerme el culo, las tetas, la cintura… era un pulpo. Me percaté que no sabía besar, así que deduje que su experiencia con mujeres debía ser más bien escasa o nula, pero eso solo me motivaba aún más (me encanta cuando son tan torpes y ansiosos).

Le dije que sacara su lengua, para chupársela, mientras sujetaba sus manos sobre mis senos. Él estaba frenético, estaba cachondo perdido, y más aún que lo iba a poner.

Me incorporé para quitarme el traje de sirvienta; quedándome solo con mis ligas, mi liguero y mi tanga negro.

-Madre mía… eres una diosa – exclamaron casi al unísono, Mario y Álvaro.

Sonreí, y me puse de cuclillas delante de Álvaro, llevando mis manos a su polla por encima de su paquete. Agarré su pantalón y calzoncillos, y se los bajé hasta los tobillos; dejando ante mí una polla de dimensiones normales. Se la cogí con mis manos suavemente y lo descapullé, para acto seguido comenzar a lamerlo y chuparlo desde su base hasta su capullo.

-No jodaaas… no puedo aguantar jodeer… ¡¡¡me corrooo!!! – exclamó mientras se corría en mi cara, boca, pelo y manchándome hasta las tetas.

Mario y mi cuñado, comenzaron a reírse sin parar de su amigo; mientras yo intentaba quitarme el semen de mis ojos y mi pelo.

-Joder chico, la que me has liado -dije sonriéndole.

-Pe…perdón -dijo completamente colorado.

-Que maricona estas hecho- le dijo despectivamente Mario.

-Yo te enseñaré como hay que tratar a esta zorra – dijo mi cuñado incorporándose, y tirando de mi trenza.

-Aah… cuidado- me queje.

-¡Calla y chupa, zorra! – me grito mi cuñado, mientras me metía sus huevos en mi boca, poniendo su polla sobre mi cara, y sujetando mi cabeza.

Mario al ver esto, se animó y se bajo sus pantalones, sacando su polla y restregándola por mi cara, a la vez que mi cuñado comenzó a follarme la boca.

-Eso es zorra, trágatela toda cojones – me decía cada vez más fuera de sí.

-Ahggg…mmm… - era lo único que salía de mi boca, mientras mi barbilla y mis pechos se llenaban de mis babas.

-Esto es mejor que una peli porno, joder. Menuda guarra – comentaba Mario, a la vez que lo pajeaba con mi mano.

Mi cuñado, me tiró sobre el sofá, me aparto el tanga y me abrió las piernas de par en par, metiéndome su polla en mi coño hasta los huevos. Su amigo no perdió el tiempo, y mientras mi cuñado me follaba, él aprovecho mi boca vacía y me la metió hasta la campanilla.

-Toma polla puta… toma… - exclamaba mi cuñado golpeándome mi útero con fuerza.

-Aaahh… cabrones…aghgg…- exclamé mientras Mario me follaba la garganta, y mi cuñado me destrozaba el coño.

-Calla joder y traga ostia – me ordenaba Mario, mientras empujaba todo lo que podía mi cabeza hacia su polla.

Así estuvimos unos minutos, hasta que ambos se corrieron. Uno inundándome mi coño y otro, casi directamente en mi estómago.

-Siii… toma mi leche putaaa…- gritaba mi cuñado corriéndose.

-Tío, se lo ha tragado todo joder… que pedazo de guarra – comentó Mario, corriéndose en boca.

Yo completamente abierta de piernas sobre el sofá, y acalorada, me pasé mi mano por mi coño lleno de semen y mis pezones, mirándoles mientras me mordía mi labio inferior.

-¿Ya habéis terminado, chicos? Es una lástima, pensaba dejaros follarme los tres a la vez por todos mis orificios – les dije desafiante, lamiéndome los pezones.

-¿Enserio puta? Ahora veras- dijo mi cuñado.

-Soy toda vuestra, pero ellos deben utilizar preservativos para follarme – les dije, aunque no podía quedarme embarazada, solo por si se rajaban.

Continuará…

Si os gusta, hacérmelo saber por favor, bien en los comentarios o en mi correo, donde os contestaré en el menor tiempo posible.

Besos y que llevéis muy bien la cuarentena.