Silvia y la familia de su novio

Suavemente comencé a lamerle la punta de la polla, y con mi lengua recorría todo su tronco lentamente, él seguía sin abrir los ojos, solo respiraba entrecortadamente, mientras recogía con mi lengua los fluidos que goteaban de su uretra como si fuese dulce almíbar.

Silvia y la familia de su novio 2

-Ojalá no nos esperara nadie. Te ibas a enterar como te iba a dejar el bikini – dijo antes de darme un buen morreo.

Cuando bajamos a la piscina, a mi cuñado y a mi suegro les salió una sonrisa de oreja a oreja, todo lo contrario que a mi suegra, que se le puso cara de muy pocos amigos (si eso era posible). Pero yo estaba dispuesta a subir la apuesta, así que me pasé todo el tiempo que estuvimos en la piscina provocando a mi cuñado y a mi suegro. Me apoyaba en el filo de la piscina mostrándoles mi culo y mis tetas, me rozaba con ellos en el agua, y con cualquier excusa los abrazaba o dejaba que me cogieran en brazos.

Mi chico, su padre y su hermano, estaban encantados.

Cuando terminamos de estar en la piscina, podía observar como mi cuñado y mi suegro, tenían unos bultos sospechosos en sus bañadores (Así que al parecer había conseguido mi objetivo).

-Nena los has puesto a tope- me susurro mi chico al oído, mientras me abrazaba por detrás.

-Jajaja…¿Te parece mal?- le pregunté mientras le miraba sonriéndole.

-Eres mala…¿A ver hasta donde eres capaz de llegar?- dijo casi desafiándome (Eso era una mala apuesta, porque quería vengarme de mi suegra, y utilizaría cualquier arma que estuviese a mi alcance para conseguirlo).

Mi suegra y mi suegro entraron en la casa medio discutiendo (era evidente que la causa parecía ser yo).

Marcos viendo la situación, fue hablar con sus padres. Yo mientras tanto me fui a la ducha de la planta de abajo.

Antes de meterme en la ducha pude oír voces en el salón; parecía que mi chico y sus padres estaban discutiendo.

Me quité el bikini, y me metí en la ducha bastante nerviosa por la situación que yo parecía haber desencadenado.

Mientras mis pensamientos me asaltaban, y el agua caliente de la ducha acariciaba mi cuerpo, desde mis pechos hasta mi coño. Alguien entro apresuradamente en el baño.

-Perdón, perdón…- dijo a modo de disculpa mi cuñado, mientras se sacaba la polla y comenzaba a mear.

Joder con mi cuñado, vaya polla que gastaba. No era especialmente grande, pero si bastante gruesa, y eso que no estaba ni cerca, de estar en todo su esplendor.

-¿Pero qué demonios haces?- dije mientras no apartaba mi mirada de su polla.

-L-lo siento no era mi intención, pero no aguantaba más y además con el jaleo que hay formado por mis padres, no me apetecía pasar por delante de ellos- dijo nervioso.

-Bueno pues ya que estas aquí… ¿podrías ayudarme?- le pregunté mordiéndome el labio inferior.

-¿E-en qué?- dijo titubeando.

Era evidente que yo lo ponía nervioso, y resultaba muy mono ver como mi joven cuñado no me miraba ni a los ojos.

-¿En qué crees…?- le dije mientras salía completamente desnuda de la ducha.

Se quedó mudo, y no sabía dónde meterse. Tan nervioso lo había puesto que todavía no se había guardado ni la polla.

-Cuñadito, creo que te alegras de verme- le dije al observar que su polla se estaba poniendo dura solo con verme desnuda.

-P-perdona, se me olvidó- dijo apresuradamente intentando guardársela.

-Jajaja, tranquilo no pasa nada, somos familia- le dije mientras me acercaba a él y se la cogía suavemente con mis manos.

-¿Q-qué haces?- dijo muy nervioso, pero sin apartarse.

-Vamos cuñado, seguro que muchas chicas ya habrán jugado con ella. ¿No?-  le dije mientras tiraba para atrás de su prepucio, dejando libre su brillante glande.

Todo esto mientras me bajaba a la altura de su polla, y le bajaba los pantalones.

El cerro los ojos y comenzó a respirar agitadamente, mientras sentía mi aliento cerca de su polla.

Suavemente comencé a lamerle la punta de la polla, y con mi lengua recorría todo su tronco lentamente, él seguía sin abrir los ojos, solo respiraba entrecortádamente, mientras recogía con mi lengua los fluidos que goteaban de su uretra como si fuese dulce almíbar.

A la vez que notaba palpitar en mi mano aquella hermosa polla, usaba mi lengua para recorrer su frenillo y la corona del glande.

-¡Jodeeeer…! eres increíble. – exclamó cogiéndome la cabeza.

-Abre los ojos y mírame – le dije mientras golpeaba mi cara y mi lengua con su chorreante polla.

-Mira como estas poniendo a tú cuñadita-

Mi cara y mi lengua estaban cubiertas de líquido preseminal, y recogía con mi lengua los hilos de presemen de su polla.

Por fin logró mirarme a los ojos; y pude ver en su mirada que no se creía lo que estaba ocurriendo, su cuñadita le estaba comiendo la polla, como ninguna otra niñata de las que se follaba se lo había hacho jamás.

-Ahora úsame a tú antojo… fóllame la garganta- le dije mirándole fijamente y pasando mi lengua por toda su polla.

Su mirada era de no entender que le estaba pidiendo.

-Joder, no me hagas explicártelo- le imploré.

-Coño, cógeme la cabeza y méteme tu polla en mi boca hasta que tus huevos golpeen en mi barbilla- supliqué.

Por fin reacciono, y cogiéndome del pelo fuertemente, metió su polla poco a poco en mi boca, hasta que sus huevos toparon con mi barbilla.

-Vamog… mag… fueghte…- dije como pude mientras con mis manos lo agarré fuertemente de sus nalgas y lo atraía hacia mí. Mis babas se entremezclaban con sus fluidos y chorreaban por mis comisuras de los labios hasta mis tetas. Eso ya fue el detonante, para que por fin empezara a follarme literalmente mi garganta.

-¡Joder, que pedazo de puta eres! No puedo creer que te la tragues entera. Noto como mi polla golpea en tu garganta zorra. - dijo enterrando su polla cada vez más fuerte en mi boca. Había pasado de estar cortado, a ser un salvaje.

Yo estaba tan cachonda, que comencé a masturbarme frotando con ansia mi clítoris, mientras con mi otra mano tiraba de mis duros pezones.

Él se percató de eso y ya no pudo aguantar más, corriéndose en mi garganta, boca, cara y tetas.

Y yo mientras él se apartaba, seguí de cuclillas, tocándome con ansía, mientras tragaba y notaba caer el semen por mi cara hasta mis tetas, e incluso mi ombligo.

-Ah jodeeeer…. Siiiii- dije mientras me corría de placer cubierta por el semen de mi cuñado.

-Guaaauu Silvia- dijo sorprendido y con los ojos como platos mi cuñadito.

-Menuda guarra eres- comento mientras sonreía.

-Jajaja no lo sabes bien- le contesté mientras recogía con mis dedos su semen de mi cara y pechos, y me los llevaba a la boca para limpiarlos.

-Te has quedado a gusto. ¿Eh?- le dije mientras le cogía los huevos suavemente.

-Ufff, no lo sabes bien. Aunque me he quedado con ganas de follarte. - contestó sin ruborizarse.

-Bueno quizás en otro momento…¿Quién sabe?- le dije de manera burlona.

Después de esta sesión improvisada de sexo, el salió primero del baño y yo naturalmente me volví a duchar. Para esta vez sí, salir del baño ataviada con una toalla y subir para vestirme.

Mientras salía del baño, escuche en el salón como mi chico y su padre hablaban, y de como mi suegra ya no sé escuchaba.

Así que decidí cruzar por el salón a ver que había ocurrido, aunque claro se me había olvidado que solo llevaba una toalla que cubría desde mis pechos hasta un poco más, debajo de mi culo.

-¿Silvia, que haces así?- me pregunto mi chico.

-Perdón, es que me acabo de duchar y no sabía muy bien por donde subir-

-No pasa nada hija. Es que tu suegra acaba de montar un numerito.-  respondió mi suegro.

Entonces mi chico y su padre me contaron que mi suegra se había marchado a un hotel, el tiempo que yo estuviese allí. Al parecer yo no le había caído muy bien, y como mi suegro y mi chico me habían defendido, decidió irse ella.

Así que yo estaba en un a casa fantástica con tres hombres para mi solita, y mi mente ya estaba pensando como iba hacerlo para seducir a mi suegro y conseguir ser la puta de los tres. Pero mi chico ya tenía algo en mente, que por supuesto yo ni imaginaba.

-Papa, creo que esto es una oportunidad para ti- dijo de manera convincente.

-¿Por qué?- contesto confuso mi suegro.

-Ven Silvia- dijo mi chico mientras me ofrecía su mano.

Me acerqué a él, y cuando llegué a su altura, se situó detrás de mí.

-Mira papa, esto será tuyo si quieres- dijo eso mientras me quitaba la toalla dejándola caer a mis pies y cogiéndome los pechos y alzándolos como ofreciéndoselo a su padre.

-¿Qué dices?- contestó mi suegro un poco cortado.

Yo mientras mi chico hacia eso, palpé con mi mano por encima su pantalón. Joder la tenía como una piedra, parecía que en cualquier momento saldría de su escondite y me follaría ahí mismo delante de su padre.

Me giré y le comí la boca a mi chico mientras el me agarraba con fuerza mi culo.

-Anda sube y espérame en la habitación, que ahora iré- dijo esto mientras me daba un cachete en mi nalga.

Subí tan rápido como pude, mientras mi chico se quedó hablando con su padre.

Después de un rato esperando, en el que aproveché para vestirme con un tanga, un sujetador de encaje y un camisón de tirantas corto, de color. Mientras no paraba de pensar en que estarían hablando, se me hacía el coño agua de pensar en que podría follarme a los tres, y así joder a la bruja de mi suegra.

Al rato subió mi chico, y al verme así vestida se me abalanzó.

-Joder que buena estás perra- dijo mientras me tumbaba en la cama, y sin quitarme nada, echó hacia un lado mi tanga y me folló con ganas en el borde de la misma, como hacía tiempo que no lo hacía.

-Si…ah…fóllameee…- gritaba sin importarme que me oyeran.

Me sujetaba con fuerza de mis piernas completamente abiertas para él. Su polla rozaba con fuerza el interior de mi coño, su capullo golpeaba mi cervix, y a la vez que sus huevos hacían de tope golpeándome fuertemente.

-Que maravilla de coño joder. A qué quieres follarte a mi hermano y a mi padre. ¿Eh puta? -dijo sin dejar de follarme.

-No…ah…no…solo soy tuya…- contesté como pude. Aunque lo cierto es que me moría de ganas de que ser la puta de los tres ese fin de semana, y más aún cuando recordaba con las ganas que me había quedado de follarme a mi cuñado en el baño.

  • Que puta mentirosa eres. Estas deseando que te follemos los tres zorrita- mientras me agarraba con una mano del cuello y apretaba lo justo para que me costará un poco respirar. Lo cual aumentaba mi excitación al sentirme follada de ese modo tan rudo, me ponía super cachonda.

-Haré lo que quieras cabrón, pero no pares de follarme-dije desesperada a punto de correrme como una loca.

El me sujeto entonces fuertemente por mi cintura, a la vez que yo movía mi coño hacía él con ansia.

-Siiiii…me corrooo…Toma leche jodeeer…- grito mientras inundaba mi útero de semen caliente y su polla daba los últimos estertores dentro mí.

Yo también me corrí como una cerda, mientras sentía como mi coño goteaba semen. Dios que pedazo de polvo (aún lo recuerdo).

Me puse de cuclillas a los pies de la cama, y cogiendo su hermosa polla, se la limpié hasta dejarla reluciente con mi lengua, mientras mi coño chorreaba de semen.

-Entonces serás nuestra puta durante todo el fin de semana. ¿de acuerdo? - dijo mirándome fijamente a mis ojos.

  • Ya sabes mi repuesta…soy toda tuya, haré lo que tu quieras- le contesté sin perderle la mirada, a la vez que recorría su polla de arriba abajo con mi lengua.

Después de eso, Marcos sacó de su maleta un traje erótico de sirvienta. Era un traje de sirvienta muy corto, con ligas y ligero negros, y los pechos casi al descubierto. Me hizo ponérmelo sin sujetador, y solo me permitió llevar un tanga de hilo dental, de color blanco.

El muy cabrón parecía haberlo planeado todo… como siempre.

Me sentía y me veía como una actriz porno, lo cual solo hacía ponerme super cachonda. Acto seguido, antes de bajar me puso un collar y una cadena al cuello.

-Ahora ya estás lista. Como una autentica perrita. – dijo mientras me besaba.

Bajamos al salón y Marcos llamó a su padre y a su hermano. Ambos se quedaron de piedra al verme.

-Os presento a la nueva sirvienta durante este fin de semana. Hará todo lo que queráis, y donde queráis, sin rechistar. – explicó.

-¿Estas de coña?- dijo su hermano que no salía de su asombro a pesar de habérsela comido hacia poco en el baño.

-Marcos…yo…no creo que esto este bien- dijo su padre titubeando.

-No, ni mucho menos. A demás ella ya tiene experiencia follando con la familia. ¿Verdad cariño?- me preguntó, dándome una palmada en el culo.

-S-si- contesté dubitativa.

-Bueno os lo diré yo. Ella folla con su padre y con los amigos de este. Ella es toda una putita y esté fin de semana es toda nuestra- dijo sin parpadear.

Mi cuñado me miraba con deseo y mi suegro con asombro, pero ambos permanecían petrificados, sin hacer nada.

Así que Marcos decidió que era hora de romper el hielo.

-Vamos preciosa, enséñales lo que sabes hacer. - dijo empujándome suavemente hacia ellos.

Me acerqué a ellos que permanecían de pie y sin quitarme ojo. Cuando llegué a su altura, llevé mis manos a la entrepierna de ambos, y para mi sorpresa noté la dureza de sus pollas a través de sus pantalones. Ellos permanecían ahí quietos sin hacer nada. Cuando me giré sin quitar mis manos de sus entrepiernas, vi a mi chico sentado en el sillón con su polla en la mano. Lo miré fijamente a los ojos mientras me mordía mi labio inferior, y masajeaba las pollas de su hermano y su padre por encima de sus pantalones.

Pasé ya claramente a la ofensiva para hacerles reaccionar, así que cogí sus manos y las puse sobre mis pechos. Ahí fue cuando ya por fin reaccionaron y comenzaron a sobar con fuerza mis tetas. Siendo mi cuñado el primero en sacarme un pecho y comenzar a mordisquear y chupar mi pezón; para continuación ser mi suegro quien se uniera un poco más cortado.

Mientras tanto yo metí mis manos en sus calzoncillos, continuando con mis trabajos manuales, que parecían ser correspondidas por aquellas dos pollas que empapaban mis manos y su ropa interior.

Mi cuñadito me bajo el traje hasta la cintura, dejando completamente mi torso desnudo y mis tetas completamente expuestas a sus lenguas y bocas.

-Hermano ¿Es esto lo que quieres? – le dijo mi cuñado a mi chico mientras me empujaba hacia el suelo, para ponerme de cuclillas a la altura de sus pollas.

-Es vuestra, podéis hacerle lo que queráis. Desahogaros con ella. – contestó mientras seguía pajeándose.

Saqué sus pollas brillantes, y chorreantes de sus pantalones. La boca se me hacía agua. Iba a cumplir una de mis mayores fantasías, follarme a mi cuñado y a mi suegro a la vez.

Yo estaba de cuclillas lamiendo, chupando y golpeando mis pezones con aquellas dos pollas que no paraban de chorrear.

-Joder, menuda lengua de seda tienes… ¡Puta! - exclamaba mi suegro mientras golpeaba mi lengua con su polla.

Mi cuñado paso a cosas mayores situándose detrás de mí, subiendo mi falda hasta la cintura y bajando mi tanga hacia mis muslos.

-No pienso correrme otra vez en tu cara como antes cuñada. ¿Puedo follarla sin condón? – pregunto a su hermano.

-Claro joder, podéis follarla por donde queráis y correros donde os de la gana. No os preocupéis, toma la píldora. – contestó Marcos.

Me puse a cuatro patas, para facilitarle la penetración a mi joven cuñado, mientras yo seguía dedicada a la polla de mi suegro.

Restregó su polla por mi clítoris, y falló varios intentos de metérmela. Bien por el ansia o bien por los nervios, tuve que cogérsela con una mano e indicarle el camino de entrada a mi coño.

-¡Jodeeeer…vaya coño tienes! – exclamo mientras me cogía fuertemente por mi cintura, e intentaba meterme los huevos ( os esa impresión me dio por las envestidas que me daba ).

-Aaaaah…siiii…ahhh…¡fóllame cabrón! – gritaba desesperada mientras yo misma empujaba mi culo hacía él. El “chof chof” que se escuchaba al golpear mi culo contra sus huevos y mi coño empapado, me ponía todavía más y más caliente.

Por supuesto no me olvidé de mi suegro; quería que disfrutara de la puta de su nuera. Así que intente tragarme su polla entera hasta mi garganta, cosa que me resultó difícil por las envestidas de mi cuñadito. Aunque al final lo logré, y conseguí tener a mi cuñado barrenando mi útero y a mi suegro follándome la garganta, ( yo estaba en el paraíso, no os podéis hacer una idea de lo que estaba disfrutando, y lo cachonda que estaba por la situación ).

-¡Hija de puta…se la traga entera!- exclamaba mi suegro, mientras ya sí, me cogía del pelo con fuerza.

Lastima que no aguantará más.

-Me corro, me corroooo…- grito mi suegro mientras sacaba su polla y yo abría mi boca sacando mi lengua y esperando lo inevitable. Así se corrió en mi cara, pelo y boca, llegando el semen hasta mi espalda.

Mi cuñado en cambio estaba haciendo gala de un aguanté que no esperaba en alguien de su edad.

Tanto fue así que decidí cambiar de postura y sentarme sobre él. Lo monté cual amazonas, movía mis caderas para sentir aquella polla aún más y cogía sus manos para que me sobará fuertemente mis tetas. El pobre ya no aguanto más (imaginaros a mi sobre vosotros, moviendo mis caderas, teniendo mi traje por la cintura, mi tanga en mi tobillo, las medias rotas, la cara llena de semen y yo misma lamiendo mis pezones y masturbándome mientras inundáis mi coño con vuestro semen calentito). Resultado, corrida segura de mi cuñado en mi útero.

-Mierda me corroooo… ¡toma leche joder! – grito mientras me llenaba de su semen.

-Si jodeer… lléname…llenameeee…- grité yo corriéndome de gusto.

Me incorporé, y el semen chorreaba por mis muslos cayendo también sobre mi cuñado, y eso no podía ser, así que me agache sobre él y lamí sus piernas y chupe su polla para dejarlo completamente limpio.

-Eres la ostia joder. Menuda guarra…- dijo mi cuñado mientras terminaba de limpiarle su semen.

Marcos que hasta entonces había permanecido en la distancia pajeándose, me traía un regalo. Una copa llena de su leche.

-Toma zorrita, por haberte portado tan bien – dijo sonriéndome.

Cogí la copa y me tragué su leche, notando como caía espesa y caliente por mí garganta, mientras mi suegro miraba atónito.

-Muchas gracias por follarme y darme vuestra leche. Seré vuestro deposito de semen el resto del fin de semana. Aprovecharme por favor- dije mientras me chupaba los dedos con los que había recogido el semen de mi suegro, y les sonreía.

Continuará…