Silvia y Jessi (8)

Para "celebrar" que hoy soy el autor del día, ahi va un anticipo de la "saga" de Silvia H. "... Jeje, ya habeis dado tema para una canción al rapero del segundo, jeje... pobre chaval... ese se la casca en el ascensor!..."

Tardaron en abrir. Creo que llamé mil veces al timbre antes de decidirme a marcar el móvil de Luis. Me respondió con un gruñido.

  • ¿Qué pasa, que no oyes el timbre?

  • ¿Timbre? ¿qué hora es?

  • Las 11 pasadas, capullo... ¿aún en la cama?.

  • Joder, ¿qué haces a estas horas?

  • Dejarme el dedo en tu puto timbre, creo que se ha enterado todo el vecindario menos tú. Anda, salta de la cama y abreme, tontolaba...

Otro gruñido y colgó el teléfono.

Seguía sin abrir. ¿Se habría vuelto a dormir el capullo este? Iba a llamar de nuevo cuando oí la puerta

  • ¡Ya era hora! Vaya cara que llevas

Me respondió con otro gruñido ininteligible mientras volvía por el pasillo “armado” solo con un pantalón de pijama que pisaba a cada paso

  • Jeje, ¿a que hora acabasteis anoche, golfos?

Se dejó caeer en el sofá... no parecía que hubiese habido demasiada fiesta, apenas un par de vasos y un cenicero casi vacío

  • A la una se fue Pedro - entendí de su balbuceo - hoy tenía partido

  • Pues habrá llegado en forma, jeje. Entonces os acostarias pronto, ¿no?

  • Vaya noche! ...Se la ha pasado entre mis piernas, con la polla a modo de biberón, ...jeje

Sonreía sin fuerzas apenas, pero se le veía muy relajado y feliiiiz...

  • Ya entiendo las ojeras. ¿Un cafelito?

Se levantó del sofá pesadamente...

  • Ya lo hago yo

  • Para mí cerveza, ya hace horas que estoy en danza. Voy a ver que tal está la invitada

  • No se si podrá levantarse - le oi decir desde la cocina

Desde la puerta de la habitación sí que se veía el “campo de batalla”. Se supone que un piso de soltero siempre tiene un poco de leonera, pero Luis tiene fama de ser muy “apañao”... aquel caos no podia ser solo “responsabilidad” suya, jeje

Pero Jessi no estaba, era fácil deducir dónde se había metido por el murmullo de la ducha que estaba en el baño. Volvi al salón. Lo dicho, el Luis es muy “apañao”. En la mesa un brick de zumo, dos tazones, la cafetera y una jarrita con leche, mantequilla, mermelada ...y mi cerveza. Jeje, seguro que necesitaba (necesitaban) reponer fuerzas.

  • ¿Quieres algo con la cerveza?

  • Claro, pero prefiero lo que me ofrezca Jessi, ya sabes

  • Jeje... ¿la has despertado?

  • Salvo que haya saltado desnuda por la ventana, debe estar en el aseo

Cuando Luis traía un plato con tostadas y yo daba el primer trago al quintillo, Jessi entró en escena... espectacular. Envuelta en una pequeña toalla que dejaba al descubierto la mayor parte de sus muslos, con el cabello mojado y una sonrisa que le hacía más brillante la mirada.

  • Hola

  • Buenos dias, preciosa, tú tienes mejor cara que el anfitrión... ¿qué le hiciste para dejarlo tan hecho polvo?

  • Polvo... si, de eso se trata -murmuraba Luis - ¿tostadas?

  • Mmmm... ¡qué bien que huele!... Tengo un hambre...

  • ¿Que no comiste ayer suficiente? - Le dije mientras la acercaba a mi tomándola por la cintura y le estampaba un profundo morreo

  • Es que hicimos demasiado ejercicio - contestó Luis - ¿verdad?

  • Ven, sientate... - palmee mis piernas, ni lo dudo.

Mientras Luis le preparaba un tazón “¿leche y cafe?” “si, por favor...” mis manos se adentraron por la toall, recorriendo y amasando su cuerpo desnudo... se le notaba despejada, nada que ver con la apariencia de Luis, sin querer (bueno, tanto como “sin querer”) mis manos fueron a su entrepierna, jugue un poquito a recorrer sus labios vaginales con mis dedos y a probar la entrada de su gruta. Jessi enderezó su espalda, bien por la sensación, bien por facilitar que siguiera hurgándo en ella... levantó la cabeza gimiendo cuando entraron mis dedos en su coño... hasta Luis se quedó embobado admirándola, sobre todo al soltar el nudo de la toalla y dejarla desnuda. Jessi cerraba los ojos, hacía ligeros movimientos con el pecho y sus cadera y suspiraba ...y suspiiaba ...y suspiraba. Y ese suspiro unido al tacto de su piel,  hizo que la sangre se me agolpara en la entrepierna, poniendo a “salivar” a mi cada vez más endurecida polla.

Susurré “un momento” la levanté suavemente empujado su culo y me desabroché el pantalón... costó desenradarla por lo tiesa que estaba, pero logré liberar mi polla palpitante... Tomé a Jessi por la cadera y la senté sobre ella hundiéndosela hasta el fondo... No fue un suspiro sino un gemido (casi grito) lo que soltó cuando sintió mi nabo invasor.

Ahora ella era la que tomaba la iniciativa, cabalgando sobre mí entre gemidos.

  • Bueno, ¿espero a servir esta leche hasta que te hagas la otra? Lo digo porque no se enfrie... el desayuno, claro - comentaba divertido Luis... y empalmado, como indicaba la “tienda de campaña” de su pijama

  • No, no - dije tomando a Jessi por las caderas para que ralentizara la velocidad de su cabalgada (que amenazaba avanzar mi corrida) - sirve, sirve la leche. La perrita se la va a tomar como debe ¿verdad?

Dificil tenía responderme entre suspiros acompasados. De todos modos quise entender en el movimiento de su cabeza que no iba a oponer resistencia alguna a mi “travesura”, jeje.

  • Bebe... bébete la leche como buena perrita.

Jessi apartó el pelo con la mano y se puso a lamer la leche directamente del tazón... la escena ya era de por si excitante (hasta Luis se pajeaba sin disimulo frente a nosotros ya liberado del pijama) pero quise añadirle un punto más de morbo empujándola por la nuca hasta meterle la cabeza en el cuenco

  • Vamos, perra, mete tu morro, traga leche como debes...

Ahora yo marcaba el ritmo de la follada mientras mantenia su cabeza pegada al tazón, hasta que noté su incomodidad para seguir tragando, aparté mi mano y Jessi levantó su cabeza de golpe, esparciendo parte sobre la mesa y parte sobre.... ella misma.

Cuando giró la cabeza para mirarme entendí porqué Luis no podía soltarse la polla y la agitaba con más brío... desde las cejas hasta la barbilla su cara lucía una líquida mascarilla blanca que goteaba hacia sus pechos... algunas gotas pendían de su pezón, tambaleándose hasta caer... dios mio!!, debía haberme quitado los pantalones pero ya era demasiado tarde... y mi polla no iba a aguantar tampoco el paréntesis adecuado. Aún así la levanté, la giré retirándome un poco de la mesa y volví a encajarla sobre mi polla sacándole un nuevo gemido estridente.

  • Jodeeer! -gritamos al unisono Luis y yo - La tomé por el pelo para acercar su cara hasta que pude hundir mi lengua en su boca, mi cara se empapó de leche, pero ya daba todo igual, la besé apretandola por la nuca, luego repasé con mis dientes su cuello y bajé hasta el delicioso pezón que aprisione en mi boca

  • Muerde...

La palabra había salido de los labios de Jessi y mi respuesta fué instantánea... apreté con los dientes el sonrosado saliente de su pecho

  • ¡Más!

No era una indicación, sonaba a orden y no solo no quería desobedecerla sino que mi polla coincidia en aplaudir su deseo... de no ser por la leve separación entre mis dientes superiores e inferiores creo que le habría partido el pezón en dos pues el resto de dientes chocaban entre si.

La puta me cogía la cabeza con sus dos manos y me aplastaba contra su pecho impidiendo que me pudiese separar de ella, cosa que, por otra parte, no tenía la más mínima intención de hacer.... es más, a falta de otra boca, aprisioné con mis uñas su otro pezón y apreté cuanto pude... logrando de Jessi otro de esos orgasmos tan bestia como el que contemplé la tarde anterior, hasta creí que me rompería la polla con sus movimientos... esa polla que también estaba escupiendo incesantemente, en forma de semen, toda la tensión acumulada en mis cojones desde que había tomado el coche esta mañana para venir a verla.

Me enganché a ella, rodeándola con mis brazos y apoyando la cabeza entre sus pechos. Jessi se volvió hacia la mesa para tomar una servllleta con que limpiarse cuando ante sus ojos la mano de Luis le ofrecía una tostada, digamos, “especial”.

No hizo falta que dijera con que estaba embadurnada, la textura era inconfundible y su polla fláccida corroboraba de dónde había salido... después dicen que yo soy el pervertido.

Jessi pasó de mirar la tostada a mirar a Luis, sonrió, la tomó con la mano y le dió un mordisco. Se volvió hacia mí comiéndosela, entre bocado y bocado pasaba su lengua por el labio superior para limpiar los restos de la “crema”, siempre sonriendo, con una mirada tan pícara que volvia a poner morcillona mi agotada polla.

Necesitaba un descanso, dejé a Jessi en mi silla y me fui a la cocina. Luis se cuida de lujo, siempre tiene a mano ibéricos, patés o quesos que harían la delicia de cualquier gourmet. Tomé una de las rebanadas que quedaban en la tostadora, la “aliñé” con un aceite que olía de vicio, una rebanada de queso y un par de lonchas de chorizo... ¡que mejor manera de recuperar fuerzas tras un estupendo polvo!

A volver a la mesa Jessi se habia vuelto a envolver con la toalla, conversaba con Luis mientras tomaba una tostada, esta vez con mermelada, jeje. Me senté en un lateral para verlos bien (y evitar la tentación de volver a meterle mano).

Hablaban de sexo (¡que raro!¿verdad?) Jessi le reconocía que le estaba gustando eso de exhibirse y le contaba la cara de pasmarote que se le habia quedado al de la zapatería de ayer, jeje

  • Ni una sola vez me miró a los ojos... estaba clavado en lo que veía bajo mi falda

  • Y tú seguro que tenías las piernas cruzadas ¿verdad?

  • Jeje, pues imagina... los muslos siempre separados para que se me viera bien desde abajo, era genial verlo de rodillas ante mi, para ponerme o sacarme cada zapato tardaba una eternidad... si hubiese querido me prueba todos los zapatos de la tienda, jeje... - comentaba divertida - ¡estaba empalmadísimo! Me enseñó unos zapatos encantadores, carísimos, con un tacón de aguja finísimo... creo que por puro capricho suyo pues ni se lo había pedido... se lo “agradecí” apoyando la punta del tacón en su bragueta... sudaba a mares... si llegamos a estar solos me folla ahí mismo

  • Contra tu voluntad, claro

  • Seguroooo... yo también me sentía mojadísima... eres un cabrón, Carlos. Yo antes nunca hacía eso

  • Pero te pone...

  • Como una cerda... eres un cabrón, depravado...

  • ...como a ti te gusta!

Los tres reimos a carcajadas.

  • ¿Y que es de Silvia? -pregunté

  • ¿No eras tú quien sabía de ella?

  • No la he vuelto a ver desde... ya sabes. Ganas no me faltan, pero....

  • Ya supongo, ya.

  • ...Porque sigue con el novio, ¿no?

  • Claro. Es un buen braguetazo. El tipo cobra una pasta ...y si, encima, le puede poner los cuernos cuando le apetezca, jeje.

  • ¿No se casaba dentro de poco?

  • Este verano, van a aprovechar las vacaciones para el viaje de novios... No están los tiempos para escaquearse del curro y menos siendo el de los dineros...

  • Entonces, habrá que organizarle la despedida de soltera...

  • ¿que coño...? Uy-uy-uy! ¡que sonrisa más sospechosa! No, no... ahí no hay nada que rascar, seguramente la organizará su cuñada y no me extrañaría que fuese hasta la suegra... ¡como no le montes una fiesta otro dia!, jeje

  • ¿La suegra...? Mmm.. que morbo

  • Tío, ¡tú estás mal! ¿cómo vas a montarle un pollo a Silvia delante de su familia y la de su novio? Estas fatal, Carlos... y deja esa sonrisa que me pones de los nervios, ¡que no tío, que no va a comerse ese marrón por más que te apetezca!

  • Mmm.. commmeeer

  • Joder, tío! va en serio! pareces el Hommer Simpson... que te lo digo en serio. Todavía no se si la cosa irá de discoteca o se lo montarán en el chalet de los suegros

  • En una disco, claro

  • ...porque tu lo digas

  • ¿Acaso no eres su mejor amiga?

  • ¡Que no te pases. tío! que yo no voy a hacerle ninguna faena a Silvia... y menos a dos días de casarse

  • Si será todo muy discreto

  • ...pero ¿que estás pensando?... ¡que no, que no me lo digas!, ¡no quiero saber nada! ¡A mi no me vas a meter por medio! No quiero líos

  • Pero si yo soy muy formalito

  • Tu eres un grandísimo cabrón y se te va la olla

  • Te quejaras tu mucho de como te lo has pasado conmigo

  • Ufff! el día que te conocí estuviste a punto de ganarte una patada en los huevos, que lo sepas

  • Mira tía, yo te cuento y tu decides

  • El “no” ya lo tienes, no te canses...

  • Bueno, pareja, yo voy a ducharme - cortó Luis

  • Yo también tendré que volver a ducharme, estoy pringosa - le sonrió picarona - ¿te acompaño?

  • Ni se pregunta - contestó euforico

La escena me recordó un episodio de “Modern Family” cuando la exuberante Gloria pregunta a su sesentón marido si quiere ducharse con ella... Ed le contesta que si alguna vez le dice que no le pegue un tiro, jeje

En fin, mientras ellos se pegaban el lote a remojo, a un buen amigo como yo le tocaba recoger los restos del desayuno... ¡si es que soy una joya, jeje! Luego me critican, por ahí

Me pareció esperar una eternidad, pero aún no eran las 12 y media cuando apareció de nuevo Jessi “entoallada”

  • ¿Y mi ropa?

  • En el coche... ¿y tú collar?

  • En la habitación... ¿es que nunca tienes bastante?

  • ¿Y tú? … anda traetelo.

Me miró con una especie de regaño, pero ni discutió, se volvió sobre sus pasos y al poco regresó, con la toalla... y la correita al cuello con la cadenita colgando

  • Deberías llevarla siempre puesta, te queda genial

  • ¿Y mi ropa?

  • Jo que pesada, ahora bajamos a por ella

  • ¡Pero no voy a ir asi desnuda hasta el coche!

  • ¿Porqué no? No creo que nadie se quejase... al contrario

  • Y una mierda. ¿Y si nos topamos con algún vecino?

Luis llegaba en ese momento abotonándose la camisa

  • ¿Qué pasa con los vecinos?

  • Qué tu amiguito quiere que baje al coche en bolas a por mi ropa

  • Ni de coña... ya tengo bastantes malos rollos con algunos vecinos para que encima...

  • Bueno, dejale una camisa

  • ¿Y unos pantalones? Faldas no tengo, jeje

  • Le vendrían grandes. De todos modos una camisa tuya le sentará casi como un vestido. Yo la elijo - dije levantándome del sofá para ir a la habitación

  • Ni lo sueñes. No te voy a dejar hurgar solo en mi armario

  • Pues la elegimos juntos, esperanos, guapa.

La elección no fue complicada, yo sabía que buscaba y Luis se dejó convencer. Cuando regresamos Jessi se había despojado de la toalla, el asa de la correa estaba sobre su coño y ella hacia zapping... una mano en el mando y los dedos de la otra jugueteando con el pezón.

Se giró para mirarnos

  • Es que es su vestuario ideal, mírala, está en su salsa

  • Toma la camisa que te ha elegido éste - cortó Luis acercandole una camisa blanca, evidentemente con su puntito traslucido. Jessi se levantó, se la puso y abotonó hasta que yo le detuve las manos y le desabotoné justo hasta el botón que quedaba inmediatamente bajo sus pechos

  • ¿Y el collar?

  • Eso es innegociable. ¿Para que iba a dejarte ese estupendo escote sino es para lucirlo?

  • ¿Porque eres un salido?

  • Eso también, pero no me negarás que no le sienta estupendamente, ¿eh, Luis?

Bajó su mirada condescendiente y se dirigió hacia el pasillo al tiempo que pillaba las llaves de un plato de vidrio. Yo lo que pillé fue el extremo de la cadena a su collar.

“De esta me nominan” murmuraba Luis mientras caminabamos hacia el ascensor a modo de plegaria para no toparse con ningún vecino.

  • Como aparezca Doña Concha yo no os conozco...

  • Tranqui, Luis, tampoco es para tanto, no se le ve nada

  • Se le trasparenta que te cagas! No me vengas con...

El ascensor paró en la planta baja... al abrirse la puerta nos topamos con un chavalote que se quedó de pasta boniato al vernos... bueno, al ver a Jessi, pues su mirada se quedó pegada a ella hasta que desaparecimos de su visión girando por el pasillo.

Yo creía que Luis iba a maldecirme, pero se reía con ganas

  • Jeje, ya habeis dado tema para una canción al rapero del segundo, jeje... pobre chaval... ese se la casca en el ascensor!

La acera estaba desierta... la de enfrente no, jeje, algunos clientes de la terraza aprovecharon el espectaculo gratuito. Doblamos la esquina... Luis tres metros por delante con la cabeza gacha (“no les conozco, no les conozco”), yo tirando suavemente de la cadena, no era cuestión de forzar la caminata de Jessi sobre esos tacones.

En el descampado estabamos solos (al menos en apariencia, ni se me ocurrió mirar a los balcones), pulse la llave y abrí el capó. Jessi se agachó hacia su ropa.

  • No, no - le corté

  • ¿Qué?

  • Sácate la camisa y adentro

  • ¿Tú estás loco? - Los dos se me quedaron mirando como pasmarotes

  • Que si... - comencé a desabotonar la camisa - no querrás arrugarle la camisa a Luis

  • Que yo no me voy a meter ahí dentro

  • Bueno, pues ve andando -tiré la camisa al asiento de atrás y cerré el capó - Vamos Luis

-...Pero, ¿serás capaz de dejarme aquí en bolas?

  • ¿Apostamos algo?

  • Me pondré a gritar

  • Mejor, así vendrá más gente a verte... ¿que decides?

Agachó la cabeza, refunfuñó algo y dijo

  • Abre el capó

  • Así me gusta, obediente... si te lo estás pasando genial, niña

Abrí el capó y saqué una bolsa

  • Un momento, antes de entrar... pon la manos en la espalda

Obedeció, se estaba poniendo roja como un tomate y el pecho se le aceleraba mientras unía sus manos con una correita...

  • Como esta oscuro tampoco necesitas ver - una mascara de esas que se usan para dormir cubrió su visión.

  • Y esto es puro morbo... me lo he encontrado esta mañana - le introduje una bola roja en la boca que se ataba a la nuca con una correa.

  • ¡Perfecto!

  • ¿Nos vamos ya? - se impacientaba Luis mirando a todos lados

  • Un segundo que le haga una foto, ¡está  estupenda!

Saqué un par de fotos con mi móvil y la tomé por los hombros

  • Adentro, perrita, vamos a pasear un rato

La acomodé en el maletero y cerré la puerta del capó. Luis se montó moviendo la cabeza y profiriendo no-se-cuantas maledicencias sobre mi

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