Silvia Presentando mi suegro a papá

Después de aquel fin de semana que pasé en casa de mis suegros en Madrid hacía ya unos meses, mis suegros se habían divorciado por razones evidentes, y mi suegro se había ido de Madrid a vivir a Valencia, lo que había resultado en un menor contacto con él. De hecho, hacía unas semanas que mi chico no sabía nada de él, y sin embargo ahí estaba, en mí puerta y conmigo en ropa interior.

Silvia "Presentando mi suegro a papá"

Acabábamos de salir del confinamiento en casi toda España, y yo llevaba separada de mí padre desde entonces con el que solo había tenido contacto por teléfono. Mí chico al tener un trabajo que lo exponía tanto al maldito Covid19, no quisimos correr riesgos con mi padre y se alquiló un apartamento poco antes de que nos confinaran.

Yo estaba deseosa de verle y poder follar con él para descargar toda esa frustración sexual que me había invadido todo el confinamiento. Aunque nuestras conversaciones telefónicas siempre habían acabado con mis braguitas empapadas, y haciéndome un dedo, totalmente frenética, o destrozando la polla de mi chico cuando volvía a casa.

Por motivos de trabajo, Marco se iba pasar cerca de una semana fuera, así que aprovechamos para que mi padre volviese ese lunes a casa, al menos una semana.

El lunes cuando ya mi chico se había ido, sonó el timbre de la casa, yo dando por sentado que sería mi padre salí corriendo del cuarto hacía la puerta en ropa interior.

Cuando abrí la puerta sin mirar por la mirilla, me quedé de piedra.

-Joder, menudo recibimiento preciosa- dijo para mí sorpresa mi suegro.

-H-hola…-dije titubeante, no por nada raro sino más bien por inesperado.

Después de aquel fin de semana que pasé en casa de mis suegros en Madrid hacía ya unos meses, mis suegros se habían divorciado por razones evidentes, y mi suegro se había ido de Madrid a vivir a Valencia, lo que había resultado en un menor contacto con él. De hecho, hacía unas semanas que mi chico no sabía nada de él, y sin embargo ahí estaba, en mí puerta y conmigo en ropa interior.

-¿Puedo pasar?- pregunto un poco desconcertado también por mi actitud.

-Si, si…Claro- dije dejándole entrar mientras intentaba cubrirme un poco con las manos.

-¿Enserio te vas a tapar después de lo que vivimos e hicimos aquel fin de semana? o ¿ Es que acaso esperabas a otra persona?, porque por lo que veo mi hijo no está. – dijo mirándome de arriba, abajo.

-No, no… Solo me estaba vistiendo y pensé que su hijo se había olvidado algo, por eso salí así. – Le respondí lo más convincente posible.

Le invité a pasar al salón, mientras yo aproveché para ponerme una camiseta de tirantes de mí chico, que me llegaba hasta los muslos y me quedaba bastante amplia. Era lo que solía usar para estar por casa.

Le ofrecí algo de beber y me senté en el sofá de al lado, mientras hablábamos de todo lo ocurrido por la puta pandemia y de su divorcio. Aunque no tardo en sacar el tema del fin de semana que pasé en su casa.

-Es increíble, pero te ves aún más hermosa que aquel fin de semana. Te favorece muchísimo el pelo corto. - dijo piropeándome mi suegro.

Era cierto que no hacía ni un día que había cambiado mi look, me había cortado mi larga melena, y me había dejado una media melena por encima de los hombros con flequillo, y añadido a mi color rojo caoba habitual, mechas de color negro. A mí chico le había entusiasmado el cambio, y parecía que a su padre también.

-Gracias, a su hijo también le ha gustado mucho- dije mientras él no me quitaba ojo de encima.

-Aún recuerdo tu cuerpo desnudo botando sobre mí, de tus pechos perfectos moviéndose descontroladamente arriba y abajo mientras les chupabas las pollas a mi hijo y a sus amigos. Aún puedo notar como mi polla entraba en tú culo y te lo llenaba de leche compitiendo por el sitio con la polla de mi hijo que llenaba tú coño… Aunque aquello me costase mi matrimonio, sigo pensando que mereció la pena… De hecho, mira cómo me pongo recordándolo. - dijo agarrándose la entrepierna.

-Pues yo siento mucho que por mi culpa os divorciaseis. Si hubiese sospechado que su mujer nos pillaría, nunca lo habría hecho. - dije casi ruborizada.

-Yo lo que lamento es no poder repetir lo que aquel fin de semana. Mira cómo me pones la polla. – dijo sacándose su polla del pantalón.

-De verdad que lo siento…- dije mientras veía como su polla estaba dura como una roca, y de su capullo emanaban unas gotas de presemen.

-Pues yo lo que quiero es que te hagas responsable de este desastre. -dijo incorporándose y viniendo hacia mí con su polla en la mano.

Me la puso en toda mi cara a la altura de mi boca, mientras de su polla caía un fino hilo de líquido preseminal.

-No por favor… Aquello fue un error... – dije intentando evitar lo que ya era imposible.

-Silvia te lo suplico, solo una mamada. Es que estoy completamente obsesionado contigo. – dijo suplicándome mi suegro con su polla en mi cara.

Me sentía responsable de todo lo que le había sucedido, y además me daba un poco de lastima. Así que abrí mi boca y sacando mi lengua comencé a recoger las gotas de presemen que salían de su capullo.

-¡Uffff…dioooss…que lengua tienes joder…!- exclamó mientras su polla palpitaba en mi boca, y sus piernas temblaban de placer.

Levanté su polla, y comencé a lamer y comerle los huevos, a la vez que con mi mano lo masturbaba suavemente.

El comenzó a ponerse frenético e incontrolable, y cogiéndome de la cabeza exclamó:

-¡Si puta comete los huevos de tú suegro!. ¡Oooh…! ¡Diooos…!-

Yo sorbia y lamía sus huevos, mientras mi mano se ponía chorreando del líquido que emanaba de su capullo.

-¡Joder ya no aguanto más! – exclamó mientras se abalanzaba sobre mí.

Se echó sobre mí, y apartando mis braguitas hacia un lado me penetró sin muchos miramientos.

-¡Aaaah, cabrón…! ¿¡Qué crees que estás haciendo!? – dije intentando quitármelo de encima, aunque sin mucha convicción.

El me sujeto fuertemente por mis piernas mientras me las abría de par en par, y me metía su polla hasta los huevos.

-Dios, deseaba tanto follarte… Tu coño es una jodida maravilla, tan prieto y a la vez tan esponjoso y suave. Que suerte tiene el cabrón de mi hijo. – dijo sin parar de bombear su polla dentro de mí.

-Aaaaah…aaahh… Viejo cabrón… Te gusta follarte a tú nuera. ¿Eh? – dije mientras le ponía sus manos sobre mis pechos.

Estaba hambrienta de sexo y aunque no era ni por asomo con quién esperaba desahogar mis más bajos instintos, me valió igual. Nada más notar aquella polla en mi coño, hizo que me pusiese super cachonda.

-¡Me corro, me corro…!¡Toma leche joder!. – exclamó mi suegro convulsionando y llenándome de lefa caliente.

Justo en ese momento, sonó el timbre de la puerta, así que rápidamente lo mandé al baño y yo me recompuse lo mejor que pude.

Al abrir la puerta, vi a mi padre. Con tanto lio se me había olvidado de que venía. Así que ahí estaba yo, con mis bragas empapadas en el semen de mí suegro delante de mi padre.

-¡Hola papá! – dije entusiasmada de verle después de tantos días.

-Hola preciosa, bonito corte de pelo- dijo mientras me daba un pico, y un cachete en mi nalga.

Mi padre se acomodó en el salón mientras le llevaba una cerveza fría, justo cuando mi suegro apareció por el pasillo.

-H-hola…¿Y tú quién eres?. - dijo mi padre mientras me miraba con cara de sorpresa.

-Si papá él es Eduardo el padre de Marco, ha venido a pasar unos días. Eduardo él es Antonio, mi padre. – dije presentándolos.

Mi padre le estrecho la mano, mientras ambos se sentaban en el salón y comenzaban a hablar de la actualidad.

-Cariño, tráele algo de beber a tú suegro. – me ordeno mi padre.

Cuando volví ellos charlaban muy animados. Supongo que, al tener una edad muy similar conectaron de primera hora.

Le serví la cerveza a mí suegro, cuando irremediablemente la fuerza de la gravedad y una cantidad de semen imposible de contener por mi braguita hizo que unas gotas de semen cayesen al suelo, mientras otras chorreaban por mis muslos.

-Cariño, algo está goteando al suelo. – dijo mirándome fijamente.

Joder se me había olvidado con toda la tensión del momento.

-Nos perdonas- dijo mi padre mientras me agarraba del brazo y me llevaba a la cocina.

-¿Qué cojones era eso?- me preguntó mí padre casi enfadado.

-N-no es nada -contesté, esperando que lo dejara pasar.

Acto seguido metió su mano entre mis piernas sacándola empapada en semen.

-¿Y esto? Esto es semen joder. ¿Qué ha sido con tú suegro? – dijo poniéndome la mano llena de semen delante de mi cara.

-N-no…papá, es que follé con Marco antes de irse y se me olvidó lavarme -le contesté mintiéndole.

-Zorrita mentirosa…Estoy deseando follarte cariño. – dijo mi padre.

Yo como respuesta, solo le cogí la mano que había sacado de mi coño lleno del semen de mi suegro, y le lamí toda la palma de la mano, y continué chupándole dedo a dedo como si fuesen cinco minipollas.

Mi padre repitió la operación metiéndome mano, e incluso metiendo esta vez un par de dedos en mi coño, y recogiendo un poco más de semen que metió en mi boca usando sus dedos, follándome la boca como si fuesen pollas. Yo chupaba y lamía sus dedos, poniéndome muy cachonda.

-Joder hija, como me pones. – dijo cogiéndome la mano y llevándosela a su entrepierna. Joder la tenía como una piedra, y yo la deseaba dentro de mí, aunque ahora no era el momento.

-Papá espera a esta noche, te juro que te lo compensaré con creces. – le susurre suavemente al oído, mientras con mi mano le agarraba fuerte el paquete.

-Eso espero hija, eso espero- me contestó mientras me giraba y poniéndome contra la encimera, me agarro con fuerza mis pechos y pego su paquete a mí culo. A la vez que me besaba el cuello, me susurro al oído:

-Esta noche te voy a destrozar pequeña golfa- dijo mientras me daba un cachete sonoro en mi nalga. Yo no respondí, solo me gire y le bese. Nos besamos no como padre e hija, si no como si fuésemos dos jóvenes amantes. Enrollábamos nuestras lenguas y mezclábamos nuestra saliva con un deseo lleno de lujuria, una lujuria multiplicada por mil, por lo prohibido, por el incesto, un incesto que no nos importaba. Solo nos deseábamos.

La voz de mi suegro que venía del salón nos sacó de nuestro trance.

Mi padre salió de la cocina y yo me fui al baño a limpiarme el poco semen que aún me quedaba en mi interior.

Mientras me duchaba, escuchaba hablar y reír a mi padre y a mí suegro, no podía imaginar de que estarían hablando o riendo. Por un momento mi imaginación voló, y me vi a mí misma en el salón provocando a dos hombres maduros de cincuenta y pico largos, babeando por follarme, por abusar de mí, por usar mí culo y mi boca sin descanso, por el incesto de follarme a mi suegro y a mí padre a la vez, mientras me compartían usándome a su antojo. Imaginando esto y casi sin darme cuenta, comencé a darme con el chorro de la ducha en mi coño, mientras con mi otra mano me pellizcaba y retorcía mis pezones. Estaba super cachonda, y tanto me temblaban las piernas que tuve que sentarme en el plato de la ducha.

Me metía mis dedos en mi coño a la vez que me frotaba mi clítoris de manera desenfrenada, hasta alcanzar un orgasmo apoteósico. Me imagine llena y cubierta del semen de mi suegro y mi padre, a la vez que me chupaba los dedos imaginando que eran sus pollas llenas de mis jugos y semen.

-¿Estas bien cariño? Llevas una hora aquí dentro. - pregunto mi padre del otro lado de la puerta, sacándome de inmediato de mi fantasía; fantasía que estaba como loca por realizar.

-Si, si papá. Ya voy- contesté mientras salía de la ducha.

Pasamos el resto del día tranquilos comiendo y viendo la tele, con algunos cruces de miradas, algunos roces casuales… En fin, algo más o menos normal.

Llegada la noche nos fuimos a dormir cada uno aun sitio, mi suegro al dormitorio que normalmente ocupaba mi padre, mi padre en el sofá del salón y yo en mi dormitorio.

Al cabo de una hora aproximadamente me levanté, y fui a buscar a mi padre al salón. Al pasar por el pasillo vi que la puerta del dormitorio donde estaba mi suegro estaba abierta, así que pasé con cuidado para no despertarlo.

Cuando llegué al salón, vi a mi padre sentado en el sofá.

-Joder pensé que te habías olvidado de mí. -dijo susurrando.

-¡Chissst! ¡Chsss! -le dije poniéndome el dedo en la boca.

Le cogí de la mano y sin hacer ruido volvimos a mi dormitorio, y nada más entrar cerramos la puerta.

Yo llevaba como siempre para dormir una camiseta amplia que me descubría un hombro, y que me llegaba por los muslos todo acompañado por unas braguitas de Hello Kitty blancas y rosas.

Nada más cerrar la puerta mi padre me cogió por mi culo en volandas, y nos enrollamos como dos novios, mientras nuestros corazones palpitaban de excitación.

-Papá túmbate en la cama – le dije entre jadeos por lo intenso de los besos que nos habíamos regalado.

Mi padre no rechistó, simplemente se tumbó con una evidente erección que luchaba por salir de su bóxer. Yo deseaba volverlo loco y que follará como nunca, y que mejor que hacerle un baile erótico. Así que comencé a moverme arriba y abajo mostrándole mi culo, mientras me tocaba mis pechos por encima de la camiseta, y me chupaba el dedo índice como si fuese su polla.

-Hija de puta como me pones - dijo intentando incorporarse, cosa que le impedí empujándole de nuevo a la cama y negándole con lo cabeza.

-No,no…solo estoy empezando. – le dije mordiéndome el labio inferior.

Seguí con mi baile, cuando me quité la camiseta y se la tiré a la cara para mostrarle como me tocaba el coño por encima de mis braguitas y me pellizcaba mis pezones.

Me puse a horcajadas sobre él, cogiéndole las manos y poniéndolas sobre mis pechos, mientras no paraba de mover mis caderas sobre su polla que prácticamente estaba ya fuera de su bóxer.

-¡Y una mierda, ya no aguanto más! – exclamo tumbándome sobre la cama, y sin quitarse los bóxer, ni a mí las braguitas, se sacó la polla y me la metió hasta los huevos.

-Aaah…aaah…siiii…sii…- gemía yo con la polla de mi padre.

-¡Toma polla pequeña zorra calientapollas! ¡Toma polla! – me gritaba mi padre fuera de sí, mientras se escuchaba "chop,chop" en toda la habitación, y mi coño estaba completamente encharcado.

-¡Joder mierda…! ¡Me corro, me corro…! ¡Toma la leche de papá, toma…!- exclamó

El pobre no pudo aguantar más y se corrió abundantemente en mi interior, tanto que mi coño se desbordo de semen.

Cayo prácticamente derrotado y jadeante a mi lado. Aunque yo estaba lejos de estar satisfecha, ya que me había quedado a medias, y necesitaba más polla, pero mucha más.

Me puse inmediatamente a chuparle y limpiarle la polla, incluso le metía la lengua entre el prepucio y el capullo recogiendo los grumos de semen que aún quedaban (que es algo que sé que os vuelve locos).

-Dios hija, que puta eres- dijo intentando recuperar el aliento.

Yo no le contesté, solo chupaba y le miraba a los ojos como una niña buena, mientras sentía como su semen salía de mi coño y me manchaba los muslos, y mis braguitas.

-Papá necesito más, mucho más- dije con cara picará mientras su polla iba perdiendo firmeza en mi mano.

-No te preocupes, he venido preparado. En el bolsillo del pantalón que está en el salón, encontraras unas pastillas de color azul que un amigo me ha dado y que el usa cuando va de putas. - me indico mi padre.

Así que sin perder el tiempo abrí la puerta, y salí al pasillo solo con mis braguitas y en completo silencio. Mientras los grumos de la leche de mi padre goteaban por mis muslos al suelo.

Aproveche para meterme en el baño, y con papel higiénico quitarme lo más gordo, y ya puesta me quite también mis braguitas que estaban inservibles.

Salí de nuevo al pasillo completamente desnuda y a oscuras, cuando me detuve enfrente de la puerta de mi suegro, ya que me pareció ver moverse algo en la cama, aunque con tanta oscuridad me era imposible saber que ocurría.

Cuando mi vista se adaptó a la oscuridad, por fin pude intuir que ocurría bajo aquellas sabanas. Mi suegro se estaba haciendo una paja de manera frenética.

-¿Qué estás haciendo?- le interrumpí.

-Joder por poco me matas del susto- respondió.

Yo no pude evitar reírme, ya que era verdad que el susto tuvo que ser grande.

-Perdona, jajajaja...- dije riendo.

  • Si ríete, peor por poco me arranco la polla del susto. Y además que haces andando completamente a oscuras y desnuda a estas horas.-

-¿Sabes que en esta casa está prohibido hacerse pajas? - le dije poniendo mi mano sobre su entrepierna por encima de la sabana.

-Y qué querías que hiciese, con los gemidos que dabas. – dijo bajando la sabana que estaba empapada en presemen, y descubriendo su polla dura como una roca.

-Pobrecito, ¿estabas aquí solito tocándote mientras yo follaba aquí al lado? – le pregunte acercando mi boca a su polla, mirándole fijamente.

Abrí mi boca apenas a un centímetro de su polla para que su polla notara el calor de mi boca.

-¡Joder… Cométela ya! – exclamo dándome con su polla en mi boca y en mi cara.

Saqué mi lengua y recorrí el tronco desde la punta hasta la base de sus huevos.

-Vaya, vaya…ya decía yo que tardabas demasiado en encontrar las pastillas – dijo mi padre desde la puerta encendiendo la luz.

-Antonio, perdona es que…- dijo mi suegro sin saber muy bien que decir.

-Papá, yo te lo puedo explicar…- intente interceder yo. Aunque cualquier explicación con la polla de mi suegro en mi mano y habiéndome visto comérsela, sobraba.

-Callaos los dos, aunque no me haga ninguna gracia ver al padre de mi yerno follarse a mi hija. Se perfectamente el putón de hija calientapollas que tengo, por eso mismo, esta noche Silvia te vamos a follar hasta que nos duelan las pollas. ¿De acuerdo consuegro?. – dijo mi padre con cara seria, pero con su polla en la mano.

-Si claro, ¿si a ella le parece bien? – dijo mirándome.

Yo no conteste, simplemente me puse a cuatro patas en los pies de la cama, y comencé a chuparle la polla a mi querido suegro como una posesa.

-Menuda puta de hija tengo- dijo mi padre saliendo de la habitación, para volver un minuto después con una bolsa de pastillas azules y una botella de agua.

Vi como mi padre se tomaba una y le ofrecía otra a mi suegro, mientras yo le daba con los dientes pequeños bocaditos, en el tronco de la polla.

-Ahora vas a saber lo que es de verdad es follar con dos hombres maduros, maldita zorra- me dijo mi padre metiendo su cabeza en mi coño y mi culo.

El muy cabrón pasaba su lengua llena de babas desde mi coño hasta mi ano, dedicándose con especial fervor a este último.

Yo chupaba y lamía la polla de mi suegro, y notaba como si las venas de su pene fuesen a estallar de un momento a otro.

-¡Vamos chupa, chupa!- bramaba mi suegro cogiéndome del pelo, y follándome la boca.

Mi padre comenzó a penetrarme por mi culo, y notaba como aquella polla se abría paso a través de mi esfínter que luchaba por adaptarse a una polla que estaba más grande y dura que de costumbre; hasta que logró alojarse por completo en mi ano.

-¡Aaahh…aaahh… mi culooo…! – grite como pude, porque mi suegro no dejaba de follarme la boca.

-¡Diooos que pedazo culo tienes hija mía! ¡No veas como me aprietas! – exclamó mi padre acelerando sus envestidas.

Yo sentía mi culo completamente abierto y encharcado por el presemen de mi padre. Notaba sus huevos colgando golpear contra mi coño, mientras mi suegro no paraba de alojar su polla en el fondo de mi garganta.

-¡Su hija es mucho mejor que una puta! ¡No veas como la come! ¡Puede estar orgulloso! – le dijo mi suegro a mi padre, mientras no paraba de agarrar mi cabeza y usar mi boca y mi garganta para su disfrute.

Cuando mi suegro alojaba hasta los huevos su polla en mi garganta, y me provocaba que se me saltaran algunas lágrimas, yo aprovechaba y lamia sus peludas bolas.

-¡Aghhh…sluttt…Mmm…! – gemía yo guturalmente por la enorme dedicación que me otorgaban aquellos dos viejos verdes.

-Si que estoy orgulloso, aunque la verdad me da celos compartirla. – dijo mi padre mientras me daba unos azotes en mis nalgas, y me agarraba con fuerza de mi cintura, intentando llegar con su polla a mi estómago.

-¡Mierdaaa…me corrooo…me corrooo…! – exclamaba mi suegro.

-¡Vamos puta trágate el semen de tu suegro! – dijo mi padre empujando y manteniendo mi cabeza con la polla de mi suegro alojada en mi garganta.

Notaba convulsionar la polla de mi suegro e inundarme el estomago con ese sabor amargo y espeso tan característico que tiene el semen.

-¡Buagh…! ¡Coff…cofff! – fue lo que salió de mi boca cuando mi suegro sacó su polla palpitante de mi garganta, además de algunas gotas de semen y unos espesos hilos de babas.

Mi padre que estaba cerca de acabar, tiro de mis brazos hacía atrás, hasta pegar su pecho a mí espalda y ponerme completamente erguida con su polla barrenando sin para mí ano. Mientras me follaba de esta forma, aprovecho para cogerme con una mano del cuello, y con la otra frotarme el clítoris de manera intensa.

-¿Te gusta…? Te gusta ser un mero objeto de placer de dos viejos… ¿Eh?- me dijo susurrándome al oído.

-¡Si, siii…! ¡Soy toda vuestra…! ¡Hacedme lo que queráis! ¡Aaah…! ¡Me corro, me corro! – grité corriéndome como una loca, mientras de mi boca caían hilos de babas con el peculiar color del semen un poco añejo de mi suegro.

Mi padre aumento el ritmo y la fuerza de sus envestidas ante mi corrida, mientras mi suegro se puso de pie en la cama, y con su polla aún bastante dura comenzó a restregarme su capullo por mis pezones.

-¡Diooos… Me corro… Me corro en tu puto culooo… Toma la leche de tu padre joderr…!- exclamó mi padre dando las últimas envestidas en mi culo, mientras notaba como su semen inundaba mis intestinos.

Al sacar mi padre su polla de mi culo fue como abrir una botella de champan, su corrida caía a borbotones poniendo perdida la cama.

Yo estaba rendida y satisfecha, pero como pronto averigüe, aquellas pastillitas azules que mi padre y mi suegro se habían tomado iban ocasionar que se pasaran el resto de la noche follándome sin descanso.

Pero eso ya lo dejaré para otro relato, por que este se alargo más de lo esperado.

PD: El morbo de la situación, y sobre todo las ganas de complacerles en todo, hizo que esta experiencia fuese única para mí.