Silvia la sumisa 3

El día después,fué igual o más intenso, y el comienzo de otra aventura

Silvia la sumisa parte 3

Después de la sesión de sexo más intensa y guarra que había tenido en mi vida, ellos se quedaron sentados en el sillón, y yo me disponía a ducharme, cuando Marcos me cogió de la mano y me dijo:

Marcos: Dónde crees que vas?

Silvia: A ducharme, me habéis dejado toda llena de semen y pegajosa.

Marcos: De eso nada, vas a dormir así.

Silvia: Pero….

Marcos: Chicos me voy a dormir con Silvia, así que cuando queráis os vais, o dormir aquí, como queráis.

Yo que todavía me temblaban las piernas, y me encontraba pegajosa por el semen de aquellos tres, me fui a la cama con Marcos; ha decir verdad no sé ni qué hora sería, solo se que era de noche, mi camisón, mi tanga, y mis ligas estaban empapadas, de semen tanto del que me habían derramado dentro de mi, como sobre mí, era una sensación extraña me encontraba sucia e incómoda, pero a la vez, era un recordatorio reciente de lo que me acababa de suceder; así pase el resto de la noche, hasta que a alguna hora cerca del amanecer, noté como unos dedos jugaban con mi clítoris y mis pezones, yo que todavía estaba despertando, me encontraba un poco desorientada, quién fuese sabía lo que hacía, sus dedos me estaban poniendo empapada, de repente escuché un susurro en mi oído:

Mario: Buenos días putita, te gusta despertarte así, eh?

Yo me asusté un poco, porque no sabía dónde estaba Marcos.

Silvia: Y Marcos?

Mario: Está en la cocina, me ha dicho que te despierte, y eso hago, putita.

Silvia: Vale ya estoy despierta, déjame por favor.

Mario: jajajaja crees que te voy ha dejar, mírate estás empapada zorra.

Eso era verdad, aquellos dedos habían conseguido ponerme al borde del orgasmo.

Mario: Pero no te creas que te vas a correr tan fácilmente, ahora te toca a ti.

Y se bajó los pantalones y los calzoncillos, y emergió una de las pollas que me habían hecho gozar la noche anterior; allí estaba yo sucia todavía de la fiesta de esa noche, y otra vez contemplando esa polla, que rezumaba líquido pre seminal, brillante y dura, me disponía a hacerle una mamada, cuando Mario me paró.

Mario: Tranquila, jajajaja, serás puta, espera.

Marcos apareció en ese momento por la puerta del dormitorio, cogió una silla y se sentó a los pies de la cama, Ramón apareció también al lado de el, permaneciendo de pie; me miraron y se rieron.

Marcos: Nena no tuviste suficiente anoche, putita?

Silvia: Yo….el ( no me salían las palabras)

Marcos: Shhhhhh, silencio, no pensarás dejar a mi amigo así verdad?

Silvia: Marcos quieres que se la chupe?

Marcos: No soy Marcos, ¡ZORRA! Soy tu amo, está claro.

Un escalofrío me corrió por toda la espalda, y a la vez u a sensación de excitación increíble.

Silvia: Perdone amo, quiere que se la chupe?

Marcos: Eso está mejor zorrita, !NO! no quiero que se la chupes, quiero que te folle la garganta, está claro?

Silvia: Si mi amo. ( No sé porque, pero que me hablase así, me excitaba, era una sensación difícil de describir)

Así que Mario me coloco con la cabeza en los pies de la cama, quedando mi cabeza colgando ligeramente, en esa postura, podía mirar a los ojos a Marcos, que me miraba fijamente. Mario cogió en esa postura y me ató las manos a cada pata de la cama, acto seguido pegó un tirón fuerte de mi camisón, rompiéndolo y dejando mis pechos al descubierto, cogió un consolador de mi mesilla y me lo introdujo en mi coño, y acercó su polla a mi boca.

Mario: Vamos puta, empieza

Silvia: slurp, slurp..

Yo intentaba meterme aquella polla en la boca, pero debido a mi falta de movilidad, lo único que conseguía era restregar, aquella polla por mi cara, y a duras penas lamerla, hasta que Mario, se cogió la polla y me la metió en la boca.

Mario: Vamos traga, ¡PUTA! ¡TRAGA!

Silvia: aghhhhh, aghhh, ahg

Sus huevos golpeaban mi nariz, la saliva caía por mi cara y a duras penas podía respirar, parecía querer llegar a mi estómago, mientras me tragaba la polla de su amigo, Marcos no dejaba de mirarme a los ojos.

Marcos: Follale bien la garganta, dale duro.

Esto parecía excitar más a Mario, que parecía querer matarme con su polla, ya que me la metía tan profundo, que no podía respirar, a la vez que me sujetaba por el cuello, para notar como su polla me llegaba hasta la laringe; Pablo se situó entre mis piernas, y empezó a mover el consolador, adentro y afuera de mi coño, fallándome con el, creía que me moría, Marcos mientras me veía así, empezó a masturbarse, mirándome a los ojos, que yo debía estar poniendo en blanco.

Ramón: Mi turno puta, te voy ha follar tu coñito y te voy ha llenar de leche.

Silvia: aghhhhh aghhh ahg aghhhhh…..

Ramón: Toma puta toda adentro, aahhh, Dios que coño tienes puta, te lo voy a reventar a pollazos.

Mario: Joder PUTA, me corro, ahhh, me corro, toma tragatelo todo, siiiiii ahhh.

Silvia: Glups Glups glup,

Me tragaba aquella corrida con la desesperación de poder respirar, mientras Ramón se empleaba a fondo con mi coño, yo estaba a punto de correrme.

Ramón: Puta que coño tienes, me encanta, te follarian a todas horas, cabrona.

Silvia: siiiiii follame ahhhh ,siiiiii follame, seré vuestra puta, seré lo que queráis pero follame.

En esas Marcos, se acercó a mí cara, y pajeandose se corrió en mi cara, mientras Ramón me follaba sin piedad, no se puede describir con palabras la excitación que tenia, y la satisfacción de ser usada de esa manera.

Ramón: Me corro aaaahhhh, si toma puta, aaaahhhh

Silvia: Si llename, cabrón llename aaaahhhh, sí lllenameeeeeee.

Nos corrimos los dos a la vez, fue algo indescriptible, así que después de la sesión de anoche, volvía ha estar llena de leche, por dentro y por fuera.

Me desataron y me dejaron descansar; a Dios gracias, por qué no podía más, me levanté como pude y esta vez sí, me pude duchar mientras ellos estaban desayunando, mientras lavaba mi cuerpo, de todas aquellas corridas, notaba como mi coño goteaba, y me sentía plena, por haber conseguido satisfacer, de esa manera a tres hombres. Cuando salí de la ducha Pablo y Mario estaban en la puerta para irse, y yo solo con una toalla que me tapaba lo justo.

Marcos: Nena despídete, que se marchan, y dale las gracias por haberte follado, putita.

Silvia: Gracias por haberme follado y haberme entregado vuestra leche.

Mario: El placer a sido nuestro puta, estoy deseando volver ha verte.

Ramón: Joder cómo estás hija de puta

Marcos abrió la puerta, justo cuando yo les estaba besando en la boca a Mario y a Pablo, y saliendo de enfrente a mi puerta, mis vecinos, dos hombres de unos 45 o 50 años, que se quedaron atónitos, (imaginaros, a vuestra vecina buenorra, comiéndose la boca con dos hombres delante de su novio, envuelta en una toalla que apenas tapaba nada) pero eso será otra historia.

Continuará….