Silvia H (7 - Jessi aún)

Seguía llevando el collarín... lo llevaba tan natural que creo que ni se daba cuenta. Pero el dependiente sí, por supuesto... y también estaba seguro de que “algo” de lo que había acontecido en la habitación debía haber llegado a sus oidos... y su entrepierna, pues presentaba un bulto delatador.

Lo prometido es deuda. Para “descansar” un poco le pasé el ipad con las fotos en plan pase de diapositivas... ¿dije descansar? ¡Y una leche! no llevaba ni la mitad de fotos vistas y ya estabamos enganchados, jeje.

Bueno, en honor a la verdad confesaré que, además de las fotos, yo también tuve algo de culpa... verla en pelotas, sentada en plan buda con cara de entusiasmada  viendo las fotos de la noche con Silvia... pues mis manos se fueron a buscar su entrepierna, a pellizcar sus pezoncitos que tan fácil eran de poner firmes, jeje.

Jugue con los deditos en su coño, le abría los labios, hundía un dedito y, una vez humedecido, lo deslizaba por su clítoris... un inocente jueguecito... cada vez hundia más el dedito, cada vez frotaba con más energía el clitoris que se iba endureciendo... un mordisquito en el pezón y... Jessi dejó de mirar la pantalla para clavar sus ojos en los mios... el ipad fue a parar a la mesita y ella sobre mí, se lanzó como una tigresa a hundir su lengua en mi boca, aplastar sus tetas sobre mi pecho y frotarse el coño con tanta gana que hasta mi agotada polla recobró el brío.

Cuando la notó ya en forma, la agarró con su mano como quien coge un palo (o un vibrador) y se lo encasquetó en el coño mientras se sentaba sobre mí.

¡Por dios, que salvaje! si no se cargó la cama (o a mí) fue puro milagro... los gritos y gemidos debian oirse hasta en el edificio de enfrente... y, como podía, me enganchaba a sus pechos o su culo para impedir que de una de esas embestidas se saliera y me crujiera la polla...

Fue uno de los orgasmos más salvajes que recuerdo... de pronto se paró y empezó con movimientos secos de caderas y moviendo la cabeza arriba y abajo mientras gritaba algo asi como “ya” o “más”... salió de mí se acostó entre mis piernas y cogiendo como antes mi polla con la mano y engullendola como si fuese un perrito caliente... tal como estaba de “acogedora” su garganta creo que no hubiese tenido problema de engullirse incluso los cojones...

Imposible soportar un minuto más, mi polla decidió premiar el asedio de Jessi con un buen surtido de leche calentita que la señorita tuvo a bien degustar hasta la última gota... cuando me miró con esos ojos de glotona sonriente, con sus dientes sobre mi capullo maldije lo lejos que estaba la cámara de fotos... esa expresión debía haberse inmortalizado, aunque seguidamente comprendí que habrían muchos más momentos similares... no se si era yo el culpable de haber destapado el “tarro de las esencias” de Jessi, pero esa zorra insaciable apartó definitivamente de mi cabeza la estúpida gruñona que conocí aquel estupendo viernes.

Por supuesto no siguió viendo las fotos... las dos horas habían pasado volando (y de largo), nos vestimos comentando que me había quedado con las ganas de hacerle fotos, me enteré que no tenía novio desde hacía más de 6 meses ...y que con él fue su último polvo (ahora me explico las ganas, jeje), que conocía a Silvia desde el “cole” y que siempre iba de mogigata

  • Calientapollas

  • Bueno, un poco sí, porque le gusta provocar a los tíos, con su ropa, su manera de decir las cosas... seguro que el éxito que tiene de comercial tiene bastante que ver con eso. Pero luego nada.

  • Pero si tiene novio...

  • ¡Y formal!... yo solo recuerdo tres o  cuatro ligues y creo que este es el que la desvirgó... figúrate

  • ¡Qué desperdicio! Un cuerpo tan apetitoso y tan poco usado

  • ¿Y yo que? jeje ¿me vas a decir que no estoy buena?

  • Tú eres una zorra de cuidado. Te debes haber comido más pollas que sandwiches...

  • Bueno, jeje, unas cuantas

  • ¿Y porqué eres tan borde?

  • Tío, no veas como agobia tener la etiqueta de ser siempre “la que traga”... claro, comparada con Silvia soy un putón verbenero

  • ¡Es que lo eres!

  • Si, jaja, tendrás queja tú... y quita esa mano de ahí o no vamos a salir de aquí en la vida.

Ante tamaña “insinuación”, cambié el destino de mi mano: de su coño a su culo... para darle un cachete invitándola a salir de la habitación

Seguía llevando el collarín... lo llevaba tan natural que creo que ni se daba cuenta. Pero el dependiente sí, por supuesto... y también estaba seguro de que “algo” de lo que había acontecido en la habitación debía haber llegado a sus oidos... y entrepierna, pues presentaba un bulto delatador

  • Nos hemos pasado casi media hora - dije

  • Bah, no importa... no pasa nada

  • Hombre, por lo menos una propina si se merece el hombre - dije volviendome hacia Jessi

Me sonrió, se mordió el labio y se fue directamente a arrodillarse ante el tipo, que permanecía absolutamente inmovil antes sus manejos de abrirle la bragueta, sacarle la polla y... ¡El timbre! ¡Qué oportuno!

  • Seguid, seguid, ya abro yo - dije ante el desconcertado recepcionista

Una parejita feliz... ¿novios o amantes?... tanto da, eran casi de la misma edad, menos de 30 seguro... ella estaba como un queso, con un sonrojo que destacaba graciosamente sobre su piel blanca y ojos verdes, un vestido discreto a medio muslo y un pecho que latía a mil por hora... El chavalote aparentaba ir de “avezado en estas lides y sin miedo a nada”

  • Pasad, pasad, dentro os atenderán.

Jeje, el dependiente se había “atrincherado”  tras el mostrador, a Jessi no la veía pero por el vaiven del tipo me pude imaginar muy bien donde estaba

  • Con baño, quince euros, sin baño di-diez

  • Sin baño

  • ¿Cu- antas horaaas?

Gelipollas no era el chaval y supongo que su novia, o lo que fuera, también se percató de la movida, pero fue el chico el que se arrimó al mostrador para echar una furtiva mirada a lo que pasaba tras él

  • 2 horas, ¿te pago ahora?

  • Si, por favormmmm...  Segunda puerta - el dependiente se mordía los labios. Puso las manos sobre el mostrador para acercarse más a él e impedir que el chico siguiese admirando el espectáculo.

Tras pagarle, sonriendo el chaval tomó por la espalda a la novia y se encaminó al pasillo bajando la mano hasta su culo, pero ella se lo apartó rápidamente... ¡bendita inocencia!

Se acabó, las manos dentro del mostrador me sugerian que estaba manteniendo la cabeza de Jessi... conociendola seguro que estaría intentando sorberle hasta el tuétano.

La muy puta salió de detrás del mostrador relamiéndose, con los labios enrojecidos y se volvió para decirle:

  • Gracias

Pude aguantar la risa hasta cerrar la puerta, después Jessi me acompañó riendo hasta casi llegar a la calle... Era ya de noche...

  • Joder, son casi las 11

  • ¿Y ahora que?

  • Tienes más ganas de marcha ¿eh, so puta?

  • Tio, deja de llamarme puta o me mosquearé.

  • Por los cojones te vas a mosquear... ya te tengo pillado el punto. - y le endilgué la mano en la entrepierna

  • ¡Para!

  • Vamos a tomar algo, ¿hace?

  • A la cafetería es que habiamos quedado, jeje...

  • No... mejor, se me ocurre otro sitio

  • No se... ¿puedo fiarme?

  • Tu sabrás ¿puedes fiarte de mi?

  • No.

  • Arrea y caga... ¿no te lo has pasado bien?

  • Me das miedo tío. Me has calentado como hacía siglos pero tienes una mala idea que acojona pensar que vendrá después.

  • Prefieres irte a casa a pegarte pajas con el canalaplus?

  • Eso lo haceis los tíos, jaja... de todos modos tendría que cambiarme.

  • En el maletero tienes la ropa que hemos comprado

  • ¿y mis pantones?

  • De pantalones nada

  • Eres un cabrón

  • Y luego soy yo el que insulta... va, si te gusta - la vi entrar en el coche- No, no, cambiate aquí fuera... dentro del coche es más incómodo... y, además no puede verte nadie

¡Anda que se cortó la muy zorra!... se despelotó , en la acera, junto al coche, ni siquiera una prenda y luego otra: en bolas totalmente antes de ponerse el top y la falda de la cremallera... Eso hizo que se ganara una hostia... el tipo que pasó con su novia por al lado!, jeje... pobresico, ¿pero que esperaba su chica? ¿que mirara para otro lado? Colleja al canto y gruñido.

Joder con la Jessi! No se si estaba mejor desnuda o con ese top que marcaba los dos estupendos bultitos de sus pezones y esa falda cuya cremallera parecía la autopista a lo más profundo de su coño... la cogí de la correa del cuello, le estampé un beso en la boca que hundió toda mi lengua y la solté dándole un sonoro en el culo.

  • ¡Vámonos que no respondo!

  • Jejeje... si ya no puedes más

  • No, a este paso me vas a vaciar hasta el tuétano.

Como era de esperar, el trayecto en coche fue de lo mas ameno... mi mano pasaba más tiempo en su muslo que en el cambio de marchas... y ella manejó con habilidad la palanca que encontró en la bragueta de mis pantalones.

Nos detuvimos frente a un bloque de edificios frente la playa, apenas bajó del coche cambié su correa... esta era de metal, de esas que puestas al reves sirven de castigo a los perros rebeldes... y la cadena gruesa. Para lo que puediese venir (y ponerla mas nerviosa) coloqué las correitas de gato en sus muñecas, colgando un pequeño mosquetón en la anilla para que fuera sencillo juntarlas cuando quisiera.

En cuanto entre al ascensor le dije que se quedara en bolas. Poco hubo de esforzarse, antes del segundo piso ya solo portaba la correa y la cadena... estupendo. Hasta el septimo piso estuve jugando con mis dedos en su coño... aguantó como pudo las ganas de moverse.

No se que hubiese pasado si llegan a llamar al asecensor mientras subimos o si al recorrer el pasillo algún vecino hubiese aparecido... a estas altura me importaba muy poco, y viendo lo nerviosa que estaba Jessi me encontraba entusiasmado.

Llegamos a la puerta...

  • Ponte de cuclillas, coge con la boca el extremo de la correa, y pon tus manitas junto a las tetas, como si fueses una perrita que quiere que la saquen a pasear... y no se te olvide mover el rabo, jeje

Pulse el timbre. Si Luis no estaba en casa el corte para nosotros sería tremendo... si estaba, pero acompañado de algún ligue, el corte sería para él... “Carpe diem” ya no había vuelta atrás... El ruido de pasos indicaba que, al menos, Luis si estaba... Se abrió la puerta

  • Joder!, Ostias!...

¿Cómo puedo describir su cara?... Imaginate en su posición: abres la puerta de tu casa y te encuentras una tia buena en bolas, con su cabeza a la altura de la bragueta, mirándote y moviendo el culo, y ofreciéndote en la boca, una correa para que tires de ella... ésto a un enfermo del corazón no se lo puedes hacer porque lo dejas en el sitio..

  • ¿Podemos pasar?

  • Carlos, Ostias!, pero que...?

  • Jeje, no sabía donde ir y he pensado que quizás podíamos pasar un rato.

Cogí la correa de su boca y se la entregué a Luis. que no paraba de “escanear” el cuerpo de Jessi.

  • Vaya leche!... por supuesto que podeis pasar

Jessi intentó seguir a cuatro patas a Luis que tiraba de su cadena, pero apenas pudo dar unos pasos, se incorporó y le siguió sonriente... hasta llegar al salón donde había sorpresa.

  • No te he dicho que tenía visita

Sentado en el sofá, evidentemente con los ojos como platos, estaba Pedro.

  • Mira quien acaba de venir... y acompañado

  • Joder tío, ¿como te lo haces?

Jessi permanecía sin moverse, con la cabeza baja y los brazos caidos a los lados de su cuerpo que agitaba los pechos al ritmo de su acelerado corazón

  • ¿Os acordáis de Jessi, la amiga de Silvia?

  • Me hubiese acordado, seguramente no llevaba el mismo vestido cuando... ostias!, ¿no es la tía aquella del bater?

  • La misma zorra que me montó el pollo con Sonia en la boda, jeje, saluda puta

  • Ho-hola - dijo Jessi, aun temblando y con la mirada en el suelo.

  • Asi no, puta, ponte de rodillas entre sus piernas y saludale como sabes

Giró su cabeza hacia mi, con una mirada mezcla de odio y temor.

  • ¿Qué miras? Tan divertida que venías!... no de digas que te corta el rollo comerte un rabo, anda, no te hagas de rogar que seguro que el pito de Pedro ya tiene ganas de que se lo liberes.

Agachó de nuevo la cabeza, Luis soltó la correa y Jessi caminó sumisa a arrodillarse ante Pedro que no hizo el más leve moviento mientras ella le abria la bragueta, le sacaba la polla y comenzaba a pasear su lengua por ella lográndo una erección inmediata... su lengua se deslizó a lo largo del miembro y al llegar al capullo abrió la boca para tragarsela consiguiendo la reacción espontanea de Pedro

  • Joder! Joder! Joder!

Jessi mantenía un mete-saca constante en su boca mientras Pedro resoplaba y Luis y yo permanecíamos de pie admirando la escena, casi sin atrever a movernos para no estorbar la escena.

  • Ya me explicaras como te lo haces - dijo Luis

  • Sexappeal - le contesté - Jeje, no se, las oportunidades hay que aprovecharlas. Esta tía prácticamente se me ha echado encima, es un zorrón de mucho cuidado.

  • Ya me percato, ya.. lo que no me explico es como has destapado su tarro de las esencias, jejeje... se está merendando a Pedro con una gana!

Los gritos de Pedro delataron su corrida... y luego un “para!, para!” mientras sujetaba la cabeza de Jessi que ya no podía succionarle más... Jessi se pasó la mano por los labios y asomó una sonrisa en ellos al ver la expresión de agotamiento de Pedro.

  • Me toca - dijo Luis sentándose al lado de su amigo y cogiéndole la argolla del collar de Jessi - A ver si aun te queda apetito, pequeña, porque este nabo tiene muchas ganas de probar tu boca.

No puso la más mínima resistencia, en cuanto saltó la polla fuera de los pantalones, Jessi la engulló como si fuese un perrito caliente, provocando temblores en Luis.

  • Joder que boca! - extendió los brazos sobre el respaldo del sillón y se dejó comer levantando y bajando su mirada del techo a la estupenda mamadora.

No tardé en acercarme. Aprovechando que Pedro salió hacia la cocina para reponerse me senté junto a Luis y desabotoné mi bragueta para liberar la tensión.... de mi polla. Acaricie la cabeza que subia y bajaba entre las piernas de mi amigo.

  • ¿Te importa si la compartimos? La puta esta me ha puesto como una moto

  • En absoluto, así no acabaré tan rápido, jeje

Cogiéndola del pelo encaminé la boca de Jessi hacia mi polla. Ella sacó la lengua, pero yo no quería una lamida, con ambas manos le cogi la cabeza y hundi mi polla en su boca. Marqué el ritmo de la mamada, apretando su cabeza y manteniéndola llena de rabo hasta que notaba que no aguantaba... una, dos, tres veces... la aparté hacia Luis

  • Eres puto vicio, zorra, vamos a darte un poco de caña a dos puntas. Te gustará.

Me coloqué tras ella, comprobé hundiéndole mis dedos, que su coño estaba muy acogedor... con la otra mano aplastaba su cabeza contra la polla de Luis.

Meti dos dedos, luego tres... luego mi polla palpitante que le estremeció tanto que dejó de mamar.. Luis le tomó por la cabeza y volvio a encajarsela en su polla

  • No, no. niña, no me puedes dejar así ahora.

  • ¿Sabes, Luis? A esta puta aún le falta un poco de entrenamiento en tragar sables - dije reduciendo mis embestidas a su coño

  • No lo parece, oye, se está portando como si lo hubiese hecho mil veces.

  • Primero, ha de aprender a no apoyarse para que su cabeza caiga más libremente sobre la polla.

Di un golpe en su nalga para alertarla

  • Las manos en la espalda, puta

Obedeció al instante, saqué una correita de mi pantalón y le até las muñecas, al tiempo que Luis le tomaba de la nuca para que siguiera con la mamada.

  • Mucho mejor así, claro.¡Dónde va a parar!

  • Ya te decía... ¿Y qué? ¿Ya le entra toda tu polla?

  • No, aún le falta un poco... ¡Es que me la ha puesto más tiesa que un palo!

  • Pues para eso le hará falta ayuda, ¿verdad zorra? - la tomé del pelo al tiempo que le soltaba una palmada en el trasero - ¿quieres que te te ayude Luis?

  • Sib... -dijo con la boca casi llena

Nueva palmada más contundente

  • ¿Esa es manera de responder? A ver ¿como se piden las cosas?

Sacandose la polla de la boca se dirigió a Luis

  • Por favor ¿me ayudas a meterme tu polla?

  • Será un placer ¿cual es el plan?

  • Yo me la tragaré hasta donde pueda y tu me hundes la cabeza un poco más

Nuevo azote

  • Pero ¿como sabrá cuando ha de ayudarte?

  • Si, cuando haya llegado levantaré un dedo para que me hundas más la polla

  • Jooooder tia, encantado de ayudarte....

La cara de Luis al decir ésto era un poema, mi polla cada vez se endurecía más, sobre todo cuando la ví levantar el dedo, los dos la “perforamos” a conciencia... Jessi salió de la polla tosiendo

  • Ufff... no ha estado nada mal, casi rozas con la nariz

  • Seguro que puede hacerlo mejor, ¿verdad puta?

  • Si

Azote

  • Si, puede entrar más... si me ayudas

Nuevo intento y un “jodeeeer!” salió de los labios de Luis inundando la habitación... nuevas toses

  • ¡Toda!, ¡ha entrado toda!. ¡Que boca tienes, nena!

El “juego” siguió, enganchado a sus caderas comencé a follarmela rápidamente, Jessi mezclaba sus gemidos con el ruido de las mamadas, pronto no hizo falta que Luis “ayudara” sus labios engullian completamente su polla aplastando su cara contra su barriga... “joder, joder, joder, no aguanto más, me corro” Luis se retorcía en el sofá entre gritos... paró, cogió la cabeza de Jessi

  • Toda puta, tragatela toda

No necesitaba la orden, Jessi se aferraba a la polla como si tuviera el clítoris en el paladar... yo tampoco pude aguantar la escena y nos unimos en los gritos y espasmos mientras mi polla se vaciaba en su coño a chorros... uno... dos... tres... cuatro...

Caí redondo sobre la alformbra, la cabeza de Jessi sobre los muslos de Luis que aprovechó para quitarle la correa que le aprisionaba las muñecas, cosa que ella aprovechó para engancharse a la pierna de Luis.

Oí el tintineo del hielo en un vaso y la voz de Pedro

  • ¿Chupito?

En cuanto pude recuperar la vertical comencé a vestirme, Jessi seguía aferrada a la pierna de Luis que se abandonaba sobre el respaldo del sofá, mientras Pedro acariciaba el pelo de la chica.

  • Me abro

  • ¿Ya? pero si acabamos de empezar

  • Vosotros, yo llevo toda la tarde... quizás la zorra esta aún tenga fuelle, pero a mí me ha dejado seco, mañana nos vemos

Jessi se volvió para mirarme

  • ¿Nos vamos?

  • No, guapa, me voy. ¿Te espera alguien?

Dudó antes de responder

  • No se... no creo

  • Pues quédate, seguro que Luis estará encantado de compartir cena y cama contigo esta noche, ¿verdad?

  • ¡Ya te digo!

  • Pe... pero... ¿mi ropa?

  • Está en el coche, mañana te la traigo, esta noche no creo que la vayas a necesitar.

Me despedí dándole un beso en la frente

  • Buenas noches, zorrita, seguro que este par de garrulos te tratarán como una reina esta noche, ¿verdad?

  • Jejeje... mejor aún. Voy a preparar un piscolabis, - dijo Luis - porque supongo que aparte de mi leche querrás tomar algo más, jeje... No te esperas un poco, Carlos? Vino, patés..

  • Nooo... que me conozco... mañana más. Cuidaos... y cuidadla.

  • Ni lo dudes.