Silvia h. 17 - el convite

Y al acabar el vals se abrió la veda. Silvia y el novio fueron pasando de mano en mano (ella más) aceptando todos los bailes. El aviso que tenían los “bailaores” era claro: si una mano bajaba de su cintura, para él había acabado el baile… y la noche. Ya se podía despedir del “final de fiesta"

Supongo que el trayecto en limusina hasta el restaurante fue más relajante. Ni siquiera usé la opción de conectar el vibrador por móvil. Imagina la cara que se le hubiese quedado al novio de haber visto a su ahora esposa corriéndose sola, jeje-.

El fotógrafo también se portó. No se giró ni un momento desde el asiento delantero, solo les fotografió la entrada y salida del coche.

La entrada al convite fue otra cosa. Les hicimos un pasillo de entrada a los recién casados. Mientras el cornu… perdón, el marido saludaba eufórico, como si acabara de ganar la Champions, la cara de Silvia fue mutando a medida que iba reconociendo pollas amigas… perdón caras amigas… hasta la mirada asesina que nos dedicó a Jessy y a mí, estratégicamente ubicados al final de la fila. Estaba hasta el chaval que tuvo la potra de coincidir con nosotros aquella noche del reencuentro. Con un empalme que le hacía estar tocándose el paquete a menudo.

¿Qué comentar de la boda? Lo típico: las dos copas para romper, el lanzamiento de ramo, un aperitivo con pase de fotos de los novios desde su más tierna infancia, algún parlamento familiar, el “que se besen” o “¿qué se le dice a la novia? Guapa…”. En fín

Tras el corte del pastel y mientras se producía el reparto de tarta y algunos brindis, la Jessi que le quita el sitio a la novia y se pone a charlar, a tontear con el novio. Silvia que se sale del salón y… una mano que la empuja hacia un pasillo lateral: la mía

  • No. ¿Qué? déjame?

  • Vamos, vamos, ¿no me concederás el primer polvo de casada?

  • QUEEEE??? Estás loco, nos pueden…

Un empujoncito y atravesamos la puerta del pequeño almacén, con mis manos surcando todo el vestido y mi boca intentando alcanzar la suya… Me hace “la cobra” varias veces, pero cuando mi mano consigue por fin encontrar su “tesoro” entre tanta tela, abre la boca por la sorpresa… o para quejarse, tanto da, el caso es que consigo mi objetivo.

  • Por favor, Alberto me estará buscando.

  • Qué va!, Lo estará entreteniendo Jessi hasta que vuelvas

  • Non, no… sois… - dos dedos en el interior de su coño y se queda sin palabras.

La muy puta como se resiste. Me abraza y me aparta, me acepta los besos pero también los esquiva, mueve sus manos para bajarse la falda pero no le pone mucho ímpetu… En resúmen, el tira-y-afloja acaba con Silvia apoyada con las tetas sobre una cajas y mi polla entrando y saliendo de su coño mientras gime, me llama cabrón, me dice que pare… y acaba corriéndose al tiempo que le inundo su cueva.

  • Estas loco, estamos locos - suelta con la respiración aún agitada y haciendo por recomponerse el vestido - dame las bragas

  • No.

  • ¿Cómo qué… ? ¿No querrás que vaya por ahí chorreando?

  • Es precisamente lo que quiero… - abro la puerta del almacén y la empujo lo justo para dejarla fuera.

Hace el amago de ir hacia el aseo, pero la interceptan tres amigas que, dando saltitos la arrastran hacia el salón

  • ¿Dónde estabas? vamos que tiene que comenzar el baile

Cuando regresó al salón, después de oír los primeros compases de la música, mi primera mirada es hacia la mesa nupcial, donde Jessi, divertida me hace unas señas inequívocas: el dedo índice entrando en el círculo que hace su otra mano con el pulgar y el índice. Le “respondo” con el pulgar hacia arriba y me contesta con el meñique y el índice levantados… le señalo el suelo, a los pies de la pareja bailarina… pero la tenue iluminación no refleja las gotas que seguro van cayendo al suelo deslizándose desde los muslos de Silvia.

Y al acabar el vals se abrió la veda. Silvia y el novio fueron pasando de mano en mano (ella más) aceptando todos los bailes que les propusieron. El aviso que tenían los “bailaores” era claro: si una mano bajaba de su cintura, para él había acabado el baile… y la noche. Ya se podía despedir del “fin de fiesta” posterior.

Igual con la bebida. Unos ojos achispados o una palabra o frase inconveniente y los dos tíos que nos “había prestado” Ricky le quitarían la borrachera en la fuente del patio.

Así que la cosa transcurrió normal. Por los colores que le saltaban a Silvia de vez en cuando imagino que alguno se saltó el protocolo diciéndole cosas al oído… nada destacable, Silvia apartaba la cabeza con una sonrisa fingida y… a por otro bailarín.

Los mayores “excesos” fueron el manteo del novio y la novia. Por suerte el ampuloso velo no llegó a descubrir la “accesibilidad” de su sexo… Al novio si que casi lo despelotan: quedó en mangas de camisa, sin botones, porque los subastaron tras acabarse los trocitos de corbata. Fue una buena puja, sacaron tanta pasta que les asombró tanto a ellos como a sus progenitores.

El que no tenía instrucciones de controlar la bebida era el novio. cada vez que Silvia intentaba serenarlo un grupo de amigos se lo llevaba para seguir la juerga… Así que a nadie le resultó extraño que la feliz pareja se despidiese antes de tiempo.

Con la ayuda de los dos “armarios ropero” de Ricky logramos subir a la habitación y acostar al feliz marido en su camita.

Silvia volvió a mostrarme esa cara de espanto que tanto me pone cuando se fueron los colegas y le solté:

  • Al fin solos…

  • Carlos, no, por favor mi no… mi marido está aquí

  • No. Tu marido está ausente… y la noche es jóven

  • Qué- qué quieres decir? la fiesta ha acabado, el convite…

  • El convite sí, la fiesta no

  • Por favor, es mi boda…

  • Si. Un día inolvidable, te lo aseguro

  • Por favor, no… ya me has follado, ¿qué más…?

  • ¿Hola??

Una voz vino de la entrada a la habitación, ni siquiera habíamos oído la puerta abrirse

  • ¿Hola? ¿Estáis? - repitió la voz

  • Carlos, por favor, para, vete… hay alguien

  • Anda... ve a ver quien es

Apurada, Silvia salió de la habitación para toparse con

  • ¿¿Don Eusebio??

  • Te he dicho que no me llames así, niña. Menos ahora que eres mi nuera.

El tipo se acercó a Silvia tomándola de la barbilla

  • Lo-lo siento, Eusebio, es que…

  • Hola Carlos

  • Ho... ¿Os conocéis?

  • Claro, Silvia, él es el que ha organizado esta boda… y lo demás

Sin soltar la barbilla de su nuera, Eusebio se acercó lo suficiente para darle un piquito en los labios

  • Que? no… eh? estooo… - la cara de desconcierto de Silvia era muy expresiva

  • Vamos, vamos, putita, ahora empieza la verdadera fiesta… quítate el faldón ese

  • QUE?? No, Don Rodrigo!. Usted es…

  • Qué no me llames de usted, caray. Si, soy tu suegro ¿y? - Un nuevo piquito que cogió a Silvia por sorpresa y le llevó a retirarse un paso atrás

  • No… su hijo, mi… ¿putita?

  • Mi hijo es un cornudo, lo sé. Y ahora está durmiendo la mona ahí al lado y tú eres una putita que hace tiempo suspiro por ver como engulles mi polla

  • NOOOO!!!... Su esposa…

  • Mi esposa está follando con Ricky en otra habitaciòn… ¿te acuerdas de Ricky? el dueño del bar de tu despedida

  • No, no puede ser… yo no

  • Tú si puedes… vamos quítate ese faldón que es muy incómodo para arrodillarte

  • Pero… está casado…

  • Joder, ya se. Vale, ya lo hago yo…

Las manos de Eusebio fueron a la cintura de Silvia, para girar el faldón y poder librarse de él. Ella intentó sujetarlo para impedirlo pero un manotazo de su suegro dejó bien claras sus intenciones.

  • La puta de mi mujer está con Ricky y cuando él se canse de ella, Oscar se la llevará a que la revienten un grupete de colegas suyos. Pero no te preocupes, me han asegurado que mañana por la tarde estará presentable para despediros en el aeropuerto… ¡Joder!

La exclamación de Eusebio respondía a la visión de las estupendas piernas de Silvia y…

  • Y sin bragas, mucho mejor, menos faena… anda sácate el top… o como se llame

Como ella parecía bloqueada, ayudé yo, desde atrás a liberarla de la parte de arriba del vestido, quedando solo con el corsé, saturado de manchas de semen reseco que intentó tapar con sus brazos recibiendo otras palmadas de Eusebio para conminarla a no hacerlo

  • Bufff! la verdad es que está espectacular ¿cuantas corridas hay ahí putita? Ni lo sabrás claro… bueno, cuando acabemos me lo llevaré para mi sala de trofeos

  • Eusebio… por favor, no es lo que piensa, yo no soy…

  • Eres una zorra y te gustan más las pollas que a un niño las piruletas… Vamos, arrodíllate y sácamela que me va a reventar ahí encerrada.

La protesta era inútil. Eusebio tomó con firmeza sus hombros y empujó hasta hacerla caer de rodillas frente a él, frente su bragueta

  • vamos, sácala ya

Resignada y, aunque lentamente, la nuera procedió a bajar la cremallera, descorrer el cinturón… mientras Rodrigo seguía

  • No puedo dejar que alguien entre en mi familia sin investigarlo, niña, así que te he hecho seguir… cuando apareció Carlos en escena mi primera intención fue enviarte a la mierda, pero después de hablar con él confieso que me siento feliz de no haberlo hecho.

Me ha pasado todos los videos de tus hazañas. Ricky es mi socio. El bar de tu despedida es mío, nuestro. Se lo cedí a Carlos cuando me contó la movida. Joder, el tipo este me encanta. podría ser guionista porno… ¿qué haces? No la mires tanto, chupa, abre la boca…. Aaaaasí….

Eusebio controlaba la mamada empujándola por la nuca. La boca de su nuera había acogido troncos más grandes, por lo que a su suegro no le costó nada encajarla hasta tocar con sus huevos la barbilla.

Lloraba, alguna lágrima caía por la cara de Silvia, quizás por el esfuerzo, quizás por la situación, mientras el rostro del suegro mostraba su profunda satisfacción

  • Ahhhahgh!! qué ganas te tenía putita. El cabrón de mi hijo no merece una zorra como tú, es un capullo… Tu estas hecha para que te adoren los hombres, que te usen hasta dejarlos secos. Vamos a pasar mucho tiempo juntos, nuera. Voy a tener a mi hijo de viajes de negocio todo el tiempo y tú y yo vamos a pasarlo muy bien, a viajar a montar fiestas… me va a hacer ganar mucho dinero, putita

  • No…. no - Silvia hizo el ademán de acabar la mamada, pero la firme mano de Eusebio volvió a enfundarsela por completo

  • Calla y come, zorra. Y ensalivala bien para que entre suave en tu culito

  • ¿QUE? NO, Eso no…

La hostia sonó como un trallazo. No se la esperaba, nunca lo hubiese creido. Llorosa, temerosa, mientras calmaba el ardor de su mejilla veia a su suegro amenazante

  • Que sea la última vez que te sacas la polla de la boca sin mi permiso ¿entiendes, puta?

  • Eusebio, por favor - intenté mediar, pero…

  • Tú calla, Carlos, una puta debe aceptar cual es su posición y la de esta es de rodillas, frente a mi con la boca abierta para chupar polla o tragarse mis meados… ¿te queda claro? Portate bien y te trataré como una reina, hazme enfadar y lo pasaras muy mal

Silvia permanecía acurrucada, temerosa, incapaz de pronunciar una sola palabra

  • Vale, has perdido tu oportunidad de lubricarla más date la vuelta, levanta el culo y apoya tu cara en el suelo, voy a hacerme tu culo antes de que te lo destroce Oscar

  • Oscar??? Nooo???

  • Si puta - fue diciendo Eusebio mientras colocaba en posición a una sumisa Silvia con cara de espanto - Te va a dejar el culo como la boca del metro, se lo prometí y cumplo. Si te lo raja no hay problema pues no volveré a usarlo hasta que volváis del viaje…. y donde vais hay una clinica que te pueden hacer las curas

  • Por favor, Eusebio no dejes… AAHHHH!!!!

  • Adentro de una tacada!... ¡Qué gusto! hacía tiempo que… pues no está tan abierto como creía. La última enculada así fue a una chiquita de 20… una aprendiz de puta que quería trabajar en el club. En cuanto vio el rabo de Oscar se rajó y no volví a verla… suerte que yo ya lo había estrenado

  • Oscar, Eusebio, por fa…

  • Carlos ven, que te chupe, a ver si deja de hablar que me desconcentra

No me hice de rogar, me senté en el suelo y… manejaba su cabeza: arriba-abajo-arriba. El que no callaba era Eusebio

  • Lo único que lamento, si te lo deja inservible, es por el resto de invitados…

  • Invitados? Que invi…?

Un golpe en la nuca y vuelta a mi polla

  • ¿Qué te he dicho de dejar de chupar? En las habitaciones de este pasillo están los invitados a tu boda, todos los que tienen un trozo de corbata del novio o un botón te van a follar, a rellenar de leche ¿porque te crees que han pagado tanto? Tú de aquí vas a salir en bolas, con la correa al cuello y si pasa algún otro cliente del hotel pues lo apuntamos a la fiesta! Pero el primero será Oscar, que después se ha de llevar a tu suegra con sus amigos…. y yo me iré a reventar a tu cuñadita, la bollera.

Al cabrón se le notaba que le entusiasmaba la idea de follar a su hija, incluso se diría que imitaba los movimientos que pretendía hacer con ella, sacarla dejando apenas medio capullo en el agujero para volver a enfundarla de golpe hasta el fondo.

  • Me la van a preparar dos amigas bolleras como ella, atadita, ojos vendados, tapones en las orejas por si se me escapa algo… y una polla de plástico en la boca hasta que la cambie por la mia despues de haberme hecho su culo.

Ese fue el punto que le faltaba. Su imaginación provocó el estallido en las entrañas de Silvia. Yo tardé un poco más, solo un poco, en llenar su boca.

Eusebio no se complicó para quitarle el corsé, con una navaja cortó los hilos y liberó su torso…y sus tetas. Ayudó a su nuera a enfundarse los guantes blancos de novia que lucía en el banquete antes de fijar sus manos con unas esposas en la espada, le colocó el collar… el cabrón llevaba en el bolsillo un lápiz de labios rojo intenso que usó, como pudo y supo, en los de Silvia. Ese rojo destacaba sobremanera con el blanco del poco atuendo que le quedaba: liguero, medias, zapatos de tacón, diadema.

Lamió las lágrimas que aún resbalaban por las mejillas de su nuera, enfundó la cadena con el mosquetón al collarín y tirando de la novia salió de la habitación rumbo a la de al lado.

  • ¿Vienes, Carlos?

Dudé. ¿Seguir a Silvia? ¿ O ver como Eusebio se folla a su hija y, de paso, a ver si me toca algo también?... creo que prefiero la segunda opción

¿FIN?

Epílogo:

  • Carlos?

  • Sí… ¿quién eres? No te tengo en…

  • Adriana…

  • No caigo. ¿que Adri…?

  • En el bosque… mi perro y la tuya jugando con el frisbee

¡La puta de oros! ¡qué caña! ¡La tía del perro me ha llamado! Joder, qué pasada… Ni en sueños imaginaba…

  • Claro, joder ...soy muy malo para los nombres. ¿qué tal lo llevais?

  • Yo… sí… bien, bien

  • Y me llamabas por…

Silencio… solo oía su respiración a través del auricular y algo al fondo, quizás la tele… No había colgado, era pura indecisión

  • No se si he debido llamarte.

  • ¡Que sí, mujer! No te cortes, hay confianza

  • No te conozco

  • Bueno, hemos compartido juegos con, jejej, nuestros…

  • He pensado mucho…

  • Eso puede ser bueno… o malo, según lo que…

  • Lo que me dijiste

  • Sospecho algo pero… confirmamelo

  • Sobre lo… ¿dejarías que Rufo monte a tu chica… digo, a tu perra?

La resaca me desapareció de golpe… tampoco bebí mucho, pero una noche tan larga

  • Ufff!¡ Por supuesto! Encantado de que intimen nuestras mascotas… y ellas también, seguro

  • Pero… no se

  • Todo es hablarlo, como quedar, donde, cuando…

  • Mis padres tienen un chalet…

  • ¿Vives con tus padres?

  • No, no, yo… bueno creo que no ha sido buena idea

  • Va mujer, no te cortes… solo era por preguntar

  • Ya van poco por allí, son muy mayores…

  • Genial, pues un fin de semana de estos podemos quedar los cuatro…

  • No se…. ufff!, parece tan irreal

  • Va mujer… seguro que desde entonces has estado viendo videos de zoofilia

Silencio… “Quien calla otorga”

  • no pasa nada, Adriana, a mi tambien me gusta el porno y eso de tias con perros, caballos…

  • ¡Joder!

  • No pasa nada, en serio....

  • Una cosa son las fantasías pero… no sé…

¿Se me estaba echando atrás? No, hombre no…

  • Yo soy de probarlo todo… ¿vas a dejar que eso te siga rondando la cabeza por los siglos…?

Silencio

  • Si me has llamado es porque quieres… bueno, verlo en directo, no a través del ordenador

  • No se si quiero.

  • Sí quieres. No te engañes. La mejor manera de quitarte eso de la cabeza es probar…

  • Yo… vale

Fue casi un susurro, una aceptación entre dientes pero que me sonó como un grito. Esto promete, pero… ¿y si le damos una vuelta de tuerca…?

  • Bien, estupendo… solo es acordar el día… y las condiciones

  • ¿Condiciones?

  • Sí, claro, es una monta de perros, una transacción, me gustaría algo a cambio…

  • ¿Quieres que te pague?...

  • ...En carne

  • ¿QUÉ? ¡Estás loco! ni en sueños, vete a la mierda… si ya sabía.

  • Tranqui tía… no pasa nada, podemos llegar a algún otro acuer…

  • No me vas a follar, tengo novio…

Deliciosas campanitas en mi mente “tengo novio”, una de las excusas más recurrentes cuando ansían ser infieles. No es que “no quiero, no me gustas…” sino que es “él otro” ¿y si se entera?

  • Mira, va… te reformulo la propuesta. Me la juego. Te llevo a mi perrita, que la monte tu…

  • Rufo

  • Eso, la monta Rufo.. y si la cosa se pone morbosa… Yo también tengo parienta

  • Ni de coña

  • Yo nunca haría nada que no quisieras, ni siquiera mi perrita está atada a mí por un chantaje ni chorradas de esas

  • No, no…. no creo… ni de coña

  • Vale, tú piénsatelo, dale vueltas y decides. De todos modos la tengo fuera 15 días más o menos… acaba de casarse

  • ¿QUÉ? Estais enfermos?

  • En el sexo lo unico anormal es no practicarlo, decía Freud. Pues sí, se acaba de casar con un cornudo, esta noche ha follado con todo el mundo menos con él… y hoy se van de viaje de novios a Cuba, así que no dudo vendrá reventadita por los mulatos… pero a la vuelta...

  • No. Va dejalo…. no quiero saber nada de eso, ha sido una estupidez

  • Tú piénsatelo… y ya me llamas… mira a Rufo, imaginatelo culeando a una rubiecita a cuatro patas frente a tí, llenándola de leche… Si no te pegas pajas en 15 días, no es necesario que me llames. Un beso

No colgó. Seguía oyendo sólo la tele o la radio de fondo… esperaba también oír sus jadeos, confirmar que su mano libre estaba machacándose el clítoris, pero si lo hizo fue muy discreta. En el minuto y pico que siguió activa la llamada no pude oirle.

¿Continuará?