Silvia H (10)

"... se estaba masturbando ansiosa. Veía su cara apoyada sobre el sillón, hacia mí. De vez en cuando abría los ojos, me miraba, sonreía y volviéndolos a cerrar se relamía los labios sacando buena parte de su lengua…"

“¡Lo que hay que hacer para pegar un polvo!”

El pensamiento me ha salido espontáneo. En realidad es mucho más que un polvo, al menos en mi mente calenturienta.

Pero aquí estoy, llevo más de una hora de plantón. Menos mal que la terracita es agradable. debería pedir otra caña antes que el camarero me mire con mala cara por ocupar una mesa sin consumir.

Lo del “plantón “ también es relativo, pues Silvia no sabe que estoy esperando abordarla cuando salga de casa, de ese postigo que tengo en mi punto de mira desde hace... bueno, Pedro me ha chivado que Alberto, su novio, estaba este finde de Congreso en Madrid, así que me ha parecido una buena oportunidad para intentar pasar un rato (o dos) con ella.

Ayer no salió de marcha, por lo que las 11 ya es buena hora para salir de casa, ¿no? Digo yo, a comprar el pan o lo que sea...

Bien, pido otra caña, si cuando la acabe aún no ha salido tendré que entrar yo a buscarla.

….

¡Puto periódico! cada vez es más corto y el iphone ya se me está quedano sin batería... ¡mira que están sosas estas patatas! están “revenías”!... tendría que haber mirado la fecha de caducidad en la bolsa antes de tirarla... joder, que gruñón estoy!

Un momento... ¿esa es Silvia? Pero no “va” sino que “viene”... ¿por dónde coño ha salido de casa? ¿Y cuando? Da igual...

  • ¡Silvia!

Su cara es todo un poema, ni una sonrisa... al contrario, como si hubiese visto un fantasma... o al mismo Hannibal, jeje.

  • ¿Te acuerdas de mí?

  • Yo... esto... si...

  • ¡Cómo olvidar una velada tan deliciosa! ¿Verdad? - Al llegar a su lado le di un beso en los labios al tiempo que la tomaba de la cintura

  • No, Carlos, yo - Hizo ademán de apartarme con el brazo... pero sin mucha convicción, pues mi mano en su cintura pudo más.

  • ¿Te apetece una caña?

  • No, yo... es que.

  • Ya veo. llevas la compra... bueno pues invitame tu a una en casa.

  • No, Carlos, mejor otro día...

  • O prefieres que te folle aquí mismo - le susurré acercándome a su oreja y bajando la mano hacia su culo

Roja como un tomate... su mirada inspeccionaba los alrededores por si había algún conocido. Tuve que ser yo quien tomase la iniciativa.

  • Venga, te acompaño

  • Pero Carlos yo... -su voz sonaba titubeante, temblorosa, su pecho latía acelerado... su nerviosismo le impedía tomar decisiones... más a mi favor.

Tomé una de las bolsas de la compra

  • No me dirás que no lo pasaste bien conmigo... con nosotros

  • Yo, bueno... es que iba muy...

  • Muy caliente, como ahora... seguro que el coño te está chorreando.

  • No digas eso... estoy muy nerviosa. mejor otro día.

  • ¡Qué más da el día! Aprovechemos el momento... ¿o es que te arrepientes de lo que paso?

  • No es eso... bueno, si... no, no, es que...

  • Ya veo, estás hecha un lio... en un rato estarás más centrada, seguro. Tú déjame hacer

  • No, Carlos, por favor...

En cuanto traspasamos el postigo de su casa me hice su boca.... un beso lento pero profundo... Silvia se abandonó, desarbolada, cerró los ojos y se dejó hacer... dejó que mi lengua traspasara y recorriera su boca...

  • Tu también me tenias ganas... no puedes negarlo

Le empujé del culo para entrar al ascensor, volvió su cabeza como reprochándome el gesto, pero no era una mirada de enfado, más bien de susto, rebuscaba en la mirada que no hubiese ningún vecino mirandonos.

Cuando se cerró la puerta dejé la bolsa en el suelo y le estampé otro beso profundo, volvió a dejarse invadir por mi lengua, ni siquiera mostró el más mínimo rechazo cuando mi mano fue a su culo para aplastarla contra mi…

  • No deberías llevar nunca pantalones -le dije separándome un poco y agarrando su entrepierna con mi mano.

Ella cerraba los ojos, la boca le había quedado entreabierta tras mi "invasión". La mano del culo pasó a estrujarle el pecho, por encima de su camisa… solo reaccionó cuando comencé a desabotonarla. Me miró suplicante musitando un "no" mientras tomaba mi muñeca.

Con un nuevo beso sellé su boca mientras mi mano seguía su tarea… el sonido del ascensor indicaba que ya habíamos llegado. Mientras se abría la puerta intentó cerrar la camisa que ya mostraba parte de su sujetador, pero la tome de la mano para impedirselo.

Al abrirse la puerta apareció un chavalote vestido de rojo con su funda de pizzas, apenas nos prestó atención al cruzarnos en el ascensor , solo un escueto "buenos días", pero Silvia de todos modos bajó la mirada, como ya no hacía ademán de rebelarse, solté su mano y la tomé del culo…. supongo que el pizzero sí que estaría mirando mientras se cerraba la puerta del ascensor. Seguro que acudirá rapidísimo la próxima vez que le llamen de esta planta, jeje.

Mientras sacaba las llaves del bolso seguí desabrochando botones, ruborizada, nerviosa, tardó en encontrar la llave y abrir la puerta, ya comenzaba a bajarle la camisa de los hombros cuando entramos, oi el pomo de una puerta antes de que Silvia cerrara la suya y se apoyara sobre ella, con el corazón acelerado, los pechos rebotando dentro del sujetador que ya estaba completamente al aire… con un último movimiento acabé por sacarle la camisa y aplastando mi cuerpo contra el suyo sobre la puerta, la bese… mi "juguetona" mano ahora se ocupaba de desabotonarle el pantalón… la cremallera cedió cuando mis dedos resbalaron por su monte de venus adentrándose entre sus bragas hasta alcanzar un hueco que mi dedo anular notó mojadísimo.

Un intenso suspiro mientras levantaba la cabeza hacia el techo delataba que mi dedo había encontrado el "tesoro"… comencé un mete-saca frenético con mi dedo que le arrancaban gemidos sin control. Se agarró con ambos brazos a mi cuello, sintiendo que las piernas le flaqueaban.

Solté mi "presa" de golpe y Silvia se encogió con un profundo gemido.

  • Bueno, mi puta, vamos a ponernos cómodos

La guié hacia el interior de la casa, detrás de ella fui abriendo el sujetador… Al llegar al salón me planté frente a ella, acabé de sacarle el sujetador y mis dedos fueron en busca de sus pezones endurecidos.. después fueron mis dientes los que tomaron su pezón derecho arrancándole nuevos gemidos… ¿dolor o placer? esa es siempre la duda cuando os dientes van cerrándose cada vez más sobre el apetitoso botón… De ser dolor tampoco sería insoportable, pues en ningún momento hizo ademán de detenerme.

Levante mi cabeza, tomé su barbilla y me quedé mirándola a los ojos.

  • Bueno, putilla, desnúdame

Con mis manos sobre sus hombros la empujé hasta ponerla de rodillas, liberó mi cinturón, abrió mi bragueta y soltó mi polla que salió como un resorte hacia su cara… intentó limpiar la punta del líquido que ya la empapaba pero detuve su mano y con dos dedos le separé los labios introduciendo mi polla en su boca.

La tome por la nuca mientras metía y sacaba mi polla de su boca, lentamente, acompasadamente.

  • Acaba de desnudarme… sin sacarte la polla, puta.

Le costó un poco pero logró sacar los zapatos y el pantalón mientras yo seguía "disfrutando" de su boca… tanto que debía ir parándola de vez en cuando para evitar llenarla demasiado pronto de mi leche… Le tenía ganas y ahora, de rodillas ante mí, quería que mi excitación se mantuviera lo más posible.

  • Ven

Sacandole la polla me retiré hasta sentarme en el sillón que tenía tras de mí… Silvia me siguió caminando de rodillas, siquiera levantó la mirada, su vista no iba más allá del miembro que había estado alcanzado su garganta…

  • Mucho mejor así - ahora era ella la que marcaba el ritmo de la mamada… pero demasiado formalmente para el calentón que llevaba. La tomé del pelo y la bajé hasta mis huevos.

  • Saca la lengua… más. Trabajate mis cojones. La lengua fuera, sácala más.

Aplastaba su cabeza contra la base de mis huevos, luego con el pelo en mi mano, guiaba su lengua hasta la punta de mi polla y se la introducía en la boca…. una vez, otra… ¡dios! ¡voy a correrme!

Pare su cabeza en seco, con media polla dentro de su boca

  • Sácate los pantalones, puta

Demasiado ceñidos, le costó sacarlos. Las bragas salieron al mismo tiempo, enredadas en él.  Ahora la visión de las nalgas era espectacular… ya no aguantaba más

  • Sube, puta.

  • Ponte condón - me miraba suplicante

  • Sabes que no uso… y tampoco creo que lo prefieras a sentir como te lleno el coño. Sube ya!

Tomándola del pelo la hice incorporarse y empalarse sobre mi palpitante polla. ¡Benditos sillones sin reposabrazos! Silvia abrió su piernas y comenzó a introducirse mi polla. Poco a poco hasta que la hundí tomándola de las caderas… eso no fue un gemido sino un grito en toda regla que pareció hacer temblar el edificio. La muy zorra parecía bastante necesitada de rabo, porque comenzó a cabalgarme deprisa mientras jadeaba como quien hace un maratón al ritmo de los 100 metros… pincé sus pezones con mis uñas y sus gritos se mezclaron con temblores… definitivamente la niña no padece del corazón pues de lo contrario la taquicardia la hubiese dejado en el sitio.

La polla tampoco me respondía, mis intentos por retenerme fueron inútiles, ella había tomado ya una decisión irrevocable e inundaba de chorros de semen el coño que la acogía… Sus espasmos enloquecieron más Silvia… y a mí!

El descontrol finalizó con Silvia rendida sobre mi, yo con los brazos tendidos a los lados del sillón… Nuestra respiración resumía lo que acababa de pasar… sin resuello. Como pude tomé a Silvia y la tumbé sobre el sofá mientras yo me sentaba a su lado, bajos sus piernas.

Agotados, sin aire… hasta me pareció oír un amago de ronquido en Silvia

No se cuanto tiempo permanecimos en esa posición hasta que mi polla me sacó del letargo, el roce de sus piernas, el recuerdo de lo que acababa de pasar, la visión de ese apetecible cuerpo a mi alcance …y una febril imaginación de lo que podía pasar a continuación despertaron "mi bestia dormida". Cuando mis manos comenzaron a acariciar sus muslos paso de morcillona a posición de atenta… y cuando mis dedos se adentraron en esa gruta rebosante de jugos y semen ya alcanzó dimensiones considerables.

Silvia también reaccionó pronto a mi incursión en sus "intimidades": suspiró, me miró a los ojos, aprisionó mi muñeca con sus manos y volvió a cerrar los ojos elevando el pecho… no se si sus manos pretendían que me apartara o hundiera más mis dedos… en cualquier caso pronto me soltaron y cayeron a plomo… una hacia el suelo, otra sobre su estómago… que poco a poco fue subiendo hasta el pezón… Efectivamente Silvia también estaba despertando.

Seguí jugando con su coño, aprisionaba entre los nudillos su clítoris, se lo frotaba, le hundía los dedos en el coño, …dos, tres,… volvía a juguetear con su clítoris, lo tomaba con las uñas estirándolo un poco, lo frotaba arriba y abajo… de nuevo dentro de coño: tres dedos, cuatro… Con mi mano cogí su pelvis levantándole la cadera: cuatro dedos dentro de su coño, el pulgar sobre su clítoris.

Dentro del coño mis dedos se movían, con fuerza, rápido.. Silvia se pellizcaba los pezones con sus manos y su cabeza se agitaba de una lado a otro… No fue difícil reconocer su corrida, los gemidos fueron "in crescendo" hasta el alarido… finalmente se incorporó sentándose, cogió mi mano y la apartó de golpe. "Más no" dijo cayendo rendida de nuevo a lo largo del sofá.

  • Eres un cabrón

  • ¿Cabrón? Y tú borde… ¿no has visto como me has puesto el rabo?

  • Necesito aire

  • Vale, respira pero entre mis piernas.

Esbozó un gesto de disconformidad pero obediente rodó hasta el suelo y se arrastró hasta quedar acurrucada entre mis piernas, con su rostro apoyado en mi muslo.

Su mano fue a parar a mis huevos, los acarició y luego se posó sobre mi polla, tomándola con suavidad y comenzando a subir y bajar por ella.

  • No me convencen tus pajas… mejor con la boca, puta

  • No soy una puta

  • Eso lo arreglaremos pronto, pero te llamaré como quiera, puta.

  • No me gusta que me llames así - dijo comenzando a besar mi polla

  • Pero a mí si. Puta. Puta. Puta… te debes acostumbrar a escucharlo - la tomé de la barbilla y la miré fijamente - vas a responder a eso como si fuese tu propio nombre, puta. Para que te hagas a la idea cada vez que te llame puta te meterás mi polla en la boca, puta

  • Yo…

  • Come, puta - cogí su cabeza y la dirigí hacia su destino. Ella pretendía llevar el ritmo pero mi polla estaba a punto de reventar y preferí marcar yo el ritmo, primero moviendola por la nuca y luego cogiendola por el pelo. No pude aguantar más

  • Traga puta - intentó separarse al notar los primeros chorros pero no puedo librarse de las manos que le aprisionaban la cabeza… hubo algún amago de arcada pero puede acabar dentro de su boca… cuando solté su cabeza la sacó tosiendo, un poco de leche le cayó sobre las tetas… la tomé con los dedos y se la metí en la boca.

  • Saboreala… habrás comido mucha leche ya, no?

  • No, me cuesta.

  • Ya le acabarás pillando el gusto, voy a hacerte tragar litros, puta.

Me miró. No se si era rebeldía o sometimiento, pero no iba a permitir lo primero.

  • ¿Que has de hacer cuando pronuncie tu nombre, puta? - le dije mientras tomándola de la nuca la dirigía hacia mi fláccida polla. Se la introdujo y la sacó

  • No me gusta

  • A mí sí. Puta.

No hizo falta dirigirla, una sola mirada hizo que ella sola se introdujera mi polla… excelente. Es una estupenda sumisa… vaticino geniales veladas futuras.

  • No se que tienes, porque me pones tanto.

  • Quizás es que lo necesitabas… un poco de sexo no-convencional desarrolla la imaginación más calenturienta, puta.

Genial. Como un autómata volvía a degustar mi polla al oirlo.

  • Pero me caso en dos semanas.

  • Mejor aún. No quiero tenerte colgada de mi, solo usarte cuando me apetezca…

Otra mirada desconcertante.

  • Puta

Otra respuesta obediente...

  • Puta. Es genial, ojalá pudiese hacer lo mismo para hacer callar a la parienta, jeje.

Un sonidito de móvil.

  • Te llaman

  • Es un wasap.

  • A ver

  • No, por favor

  • A ver, puta, pásame tus pantalones

Ni un asomo de rebeldía, agachó la cabeza hacia su chupete y me alcanzó su pantalón

  • Vaya, es Jessi… que si estás en casa. Ya le respondo yo. Una pena que no sea tu novio, me hubiese gustado que charlaras con él con  la boca llena.

Una mirada de reproche asomó a sus ojos. Quizás de enfado.

  • Puta

Se acabó la rebeldía. En cuanto bajó la cabeza la mantuve presionando la nuca.

  • No te preocupes, no soy tan borde. Tampoco quiero que rompas con él, eso de los cuernos me pone aún más.

  • No puedo seguir así. Me caso…

  • Ya me lo has dicho, en dos semanas. Por cierto, ¿dónde es la despedida de soltera?

Me encantó su cara suplicante

  • No, por favor, no hagas…

  • Puta

Esta vez le costó un poco volver "a la faena"… pero lo hizo y volví a mantenerla con la boca ocupada para poder seguir.

  • Ya sabes que haré lo que quiera. Y cuanto más nerviosa te ponga más me gustará…. y a tí también, puta. ¿Dónde es la despedida?

  • No lo sé. Lo organiza mi cuñada.

  • Ya le preguntaré a Jessi cuando venga.

  • ¿¿Va a venir?? Por favor, vete…

  • Puta… Así… No te preocupes, ya me la he follado… y ya sabe de tu "aventura" ¿o no habéis comentado nada?

  • Un poco, pero...

  • Puta, puta, puta, puta… mejor así, déjame hablar. No te agobies, yo no iré a tu despedida, pero sí que conozco un negrito bien "armado" que me gustaría ver encajando tu boca.

  • No, no… estará mi cuñada, mi suegra…

  • Y el negro zumbón, puta… La verdad es que lo que más me gustaría es que te rompiera el culo con su "armazón" en pleno escenario para que todas pudieran hacerte fotos y colgarlas en internet… pero ya habrá tiempo de que pruebes esos tamaños en un lugar más "íntimo".

  • No, no..

La tomé de la barbilla para mirarle fijamente a los ojos

  • Si, puta, te vas a comer un rabo enorme… y estoy seguro que está semana te correrás mil veces sólo pensando como será ese rabo y en la situación.

  • No podré…

  • Si podrás. Ya se me ha ocurrido la manera de que se lo comas a salvo de miradas indiscretas… menos la de la cámara que lo grabara.

  • No…

  • Puta

Sonó el timbre.

  • Tu amiga ha llegado… ¿le abres tú? En bolas, claro.

  • ¿Y si es un vecino?

  • ¡No veas la alegría que le darías… está bien, iré yo… pero quédate a cuatro patas, con la cabeza sobre el sillón.

  • Por favor, ponte algo…

  • ¡Qué pesada!… Si seguro que es ella. Pero bueno, me pondré el pantalón

Jeje. La bolsa de la compra seguía en la entrada... bueno, pero ahora tocaba atender a la “invitada”..

Ya me había imaginado la cara de sorpresa de Jessi al verme ahí y así… por eso también había pensado mi saludo.

  • Pasa, hemos empezado sin tí

  • ¿Qué haces tú aquí????

  • Lo normal, follarme a tu amiga… y de paso enseñarle un poco de modales.

Le estampé un beso en los morros, mi lengua entró sin oposición hasta el fondo de su boca, mientras mis manos enganchaban su culo firmemente y le iba subiendo la minifalda con los dedos, hasta notar su culo desnudo solo separado por el hilo de un tanga.

  • Pero cierra la puerta, ¿no?

  • Bueno, aunque tampoco creo que se disgustara el vecino si está en la mirilla, jeje

Cerré la puerta y la conduje hacia el interior tomándola del culo y jugueteando con el hilo del tanga

  • ¿No habíamos quedado que las minifaldas son para usar sin bragas?

  • Pues quitamelas.

  • Mejor que lo haga tu amiga

Habíamos llegado al salón. Una sonrisa iluminó la cara de Jessi.

  • Ha llegado tu amiga, puta, mueve el culo para saludar.

Silvia movió  sus caderas, arriba, abajo, derecha…

  • Perdona, pero tengo que darle el chupete.

Me senté en el sillón y Silvia cogió mi polla con su boca. Tomándola del pelo la moví arriba y abajo… mi polla volvía a recuperar el ánimo.

  • Es que la estoy enseñando a que cuando oiga que la llaman se meta una polla en la boca - Levanté su cabeza tirando de su pelo - ¿verdad, puta?

Solté su pelo y la cabeza de Silvia volvió a su labor

  • No pares puta, que ya se está recuperando mi polla. Y tu niña, móntate sobre ella y dame un beso.

Divertida, Jessi montó "a caballo" sobre Silvia, sin apoyarse completamente sobre la espalda para no hundirla, y alargó la cabeza con la boca abierta.  Con el beso aproveché para sobar sus pechos… la camiseta permitía alargar fácilmente el escote y puede meter una mano entre el sujetado y su pezón… y apretarlo.

Silvia comiendo mi polla, Jessi comiendo mi boca… delicioso momento. Lástima haber de interrumpirlo, no quería volver a vaciarme en la boca de Silvia teniendo tantas otras opciones que querría probar.

  • Baja - dije a Jessi - Arrodíllate.

Obedeció, poniéndose al lado de Silvia… levanté su cabeza y la encaré hacia la de Jessi.

  • Tantos años de amiga y seguro que no os habéis dado nunca un beso con lengua.

Silvia retiró su cabeza hacia atrás y me miró.

  • ¿Qué pasa? Es tu amiga… y te aseguro que tiene una boca deliciosa.

Tomándolas por la nuca las acerqué. Jessi fue quien tomó las riendas de la situación, con la lengua fuera, a modo de estilete, buscó los labios de Silvia y la hundió en ellos, la rodeó con sus brazos atrayéndola hasta su pecho. Silvia titubeó un poco, no sabía que hacer con sus manos, así que hube de orientarla: levanté sus brazos para que abrazara a su amiga y lo hizo sin resistirse.

Jessi se envalentonaba. Ahora amasaba el pecho de su amiga con la mano y daba pequeños pellizcos en su pezón. Silvia se abrazaba más a ella sin soltar su boca.

Tomé la mano de Jessi y la conduje hacia el coño de su amiga. Entendió rápido. Inmediatamente comenzó a hundir sus dedos en él y agitarlos arriba y abajo provocando que Silvia escapara de su boca para poder gemir como una posesa, boca abierta, ojos cerrados.

Jessi aprovechó para morder su cuello y yo me levanté, tenía la polla como un palo y la hundí en la boca de Silvia mientras su amiga seguía follando con los dedos. Turno de Jessi. Tomándola de los cabellos pasé mi polla de Silvia a ella y comencé a follarme su boca… primero rápido, pero después despacio… iba introduciendo en su boca hasta que notaba su arcada… salía y volvía al proceso, cada vez un poco más profundamente.

Jessi gritaba, mi polla quería reventar… la saqué de golpe de esa acogedora prisión, me tumbé en el sofá y la calmé como pude, presionandola por la punta… ¡faltó poco!

  • Bueno, putas, creo que es injusto que Silvia esté en bolas y Jessi aún no haya podido librarse de la ropa. Levanta, tu amiga te desvestirá.

Silvia intentó incorporarse, pero la mantuve por los hombros.

  • Tu no. Comienza por las bragas, para eso es mejor estar de rodillas.

Obedeció. Hurgando bajo su minúscula falda tomó los hilos de las caderas para bajarle el tanga, Jessi fue levantado las piernas hasta liberarse de él. Silvia iba a tirar de su falda pero la detuve

  • No, ahora que está libre, saboréala un poco… ¿cuántos coños has comido, puta?

Me cogió por sorpresa que se llevara mi polla a la boca antes de responder ¡aprende pronto esta zorra!

  • Nunca

  • Pues mira, siempre hay una primera vez… hazle un buen trabajo, niña, como si estuvieras comiéndote el tuyo. Seguro que le gusta lo mismo que a tí.

Levantó un poco su falda y se la dejó a modo de sombrero… La expresión de Jessi me indicaba que había llegado a su "destino" ¡y que le encantaba!. Posó su mano sobre la cabeza de Silvia, pero no para guiarla sino para hundir sus dedos entre su pelo, juguetear con él.

Quedarme solo de espectador hubiese sido un desperdicio… primero tomé el móvil de Silvia que estaba a mi lado y les hice unas fotos, luego me incorporé para besar la boca entreabierta de Jessi.

Entre ambos sacamos su camiseta y hubo de ayudarme con el maldito cierre del sujetador… Sus pechos lucían muy apetitosos: mi boca fue a uno de ellos y mi mano al otro… la zorra estaba en la gloria, ahora sí que apretaba a Silvia contra su entrepierna desvelando que el orgasmo estaba llegando… con un griterío de manera salvaje.

  • Jodeeeeerr!!!

  • ¿ya te has corrido, puta? Qué poco aguante

Al oír la palabra "mágica" Silvia había cambiado la ocupación de su boca… sonreí complacido. Jessi y yo coincidimos con las manos sobre su cabeza, ella la acariciaba, yo la tomaba del pelo para marcar el ritmo de la mamada.

  • Venga, ocupados de mi polla, quiero ver quien so lo hace mejor. De rodillas

Hombro con hombro, culo con culo (el de Jessi aun "tocado" por una falda que, subida, dejaba ver el final de sus nalgas). Se iban turnando para comerme la polla, en ocasiones las tomaba de la cabeza para juntar sus bocas a ambos lados de mi polla, o ponía una a lamer mis huevos mientras la otra la entraba y sacaba de su boca… El mayor de los placeres. Podría quedarme así toda la vida pero había de acabar, demasiadas veces había tenido que parar para evitar la corrida. Tomé a Silvia por el pelo y me la encaré.

  • Quiero hacerme el culo de tu amiga, prepáramelo. Lámelo y lubricado bien para que me entre fácil.

Creí que Jessi diría algo al oír que le iba a petar el culo, pero siguió su mamada sin inmutarse mientras su amiga caminaba a cuatro patas hasta ponerse tras ella

  • Hunde bien la lengua, quiero que me resbale al entrar.

Tomaba sus caderas y hundía su cabeza entre las nalgas… otra foto para la posteridad.

  • Métele un dedo

Jessi dio un respingo al sentir al "intruso" y sacó la polla de la boca, pero tomándola por la nuca la hice volver a la tarea.

  • Pues si un dedito te sorprende, ya veremos que pasa cuando entre mi polla. Dos dedos.

Silvia obedeció.. Jessi se estremeció pero no pudo hacer nada con mi mano presionando su nuca. Había llegado el momento.

Me levanté, Jessi hundió su cabeza en el sillón.

  • Chupa, puta

Obediente zorra. Me follé su boca para que mi polla alcanzó su máxima rigidez.

  • Siéntate en el sillón. Tu amiga querrá devolverte la estupenda comida de coño que le has hecho.

Introduje un dedo en el delicioso agujero que iba a perforar mientras que con la otra mano mantenía mi polla en forma. Silvia se sentó, levantó las rodillas apoyando los pies en el asiento y tomó la cabeza de Jessi para que comenzara.

Faltaba algo… no quería interrupciones… alcancé mi pantalón, le saqué el cinturón y lo usé para juntar las muñecas de Jessi sobre la espalda, lo más arriba posible, le di el extremo a Silvia para que la mantuviera tensa.

Otra vez el dedo… un poco de lubricación con el liquido preseminal y luego coloqué la punta de mi polla sobre su cerrado destino. La introduje un poco, apenas medio prepucio para encararla bien y… el grito.

Enganchando su cadera con mis manos fui introduciendo suavemente toda la extensión de mi polla en tan acogedor agujero… suavemente para mi, porque Jessi pegó un grito desgarrador que Silvia asustada hubo de parar tapando su boca con la mano… se agitaba tanto que el cinturón se había aflojado pero ahora era yo quien mantenía sus muñecas aprisionadas con mi mano.

  • Ya está dentro mi puta, ahora solo falta que se acomode para que la goces como una loca.

No podía moverse, no podía gritar, pero las dos siguientes veces que la saqué casi por completo para volver a hundirla le noté la tensión… luego fue relajándose, y entraba más suave, no necesitaba mantener las muñecas, así que use la manos para abrir las nalgas y esta vez de un golpe seco, introducirla completamente en su culo, hasta que la base del tronco chocó con la entrada de su culo… tampoco Silvia le dejó gritar aprisionando la cara contra su coño… y mi polla reventó.

Los propios espasmos de la corrida eran un mete-saca tremendo…Hasta Jessi seguía moviendo las caderas buscando alargarlo un poco más cuando caí sobre su espalda derrengado.

Me derrumbé sobre el suelo

  • Me habéis secado, putas…

Aunque apenas podía abrir los ojos si que pude apreciar una sonrisa maliciosa en Silvia dejando el sillón y acercándose a cuatro patas hasta mi polla… algo limpió con la mano antes de introducirsela  en la boca.

  • No, dejame, ve a limpiar el culo de tu amiga, vacíale mi corrida.

Obedeció de inmediato, la vi hundir su lengua en el culo, poner los morros de chupar… la zorra de Jessi, mientras, liberada de la opresión de las muñecas, se estaba masturbando ansiosa. Veía su cara apoyada sobre el sillón, hacia mí. De vez en cuando abría los ojos, me miraba, sonreía y volviéndolos a cerrar se relamía los labios sacando buena parte de su lengua… hijadeputa… me hubiese gustado meterle la polla hasta sacársela por detrás, jeje… pero intuía que necesitaría varias horas para recuperarme.

Silvia ayudaba metiéndole los dedos en el coño mientras le chupaba el culo y ella se frotaba el clítoris hasta sacarle brillo… Claro que Silvia también se tocaba, mas suavemente… suavemente? …se tocaba? ¿Y eso? ¿de dónde había sacado el vibrador ese? Embelesado con Jessi no había visto el "movimiento" de Silvia, aunque debía estar muy cerca de ella.., ¿en la mesita? ¿en el sofá? ¡Menudo zorrón! dejando a “mano” los juguetitos…

Jessi primero, Silvia inmediatamente después, gemidos, jadeos, temblores y unos rostros dignos de ser fotografiados... pero estaba demasiado lejos el móvil... otro día será!

La escena parecía un campo tras la batalla… Desperté estirado en el suelo con dolor de cuello, Jessi también lo sufriría cuando despertara, sentada en el suelo, con la espalda apoyada en el sillón pero la cabeza suelta sobre el hombro… la que mejor se lo hizo Silvia, tumbada boca abajo en el sofá, emitía unos pequeños y acompasados ronquidos que eran casi una nana, soporíferos… el culo respingón que sobresalía me hizo tocarme los huevos… pero una cosa es la mente, el deseo de hacerme ese tentador culo y otra… la cruda realidad que me mantenía la polla en estado SSPM (solo sirve pa mear).