Silvia 2

Las cosas no son lo que parecen, en torno a Silvia se había guardado un secreto, que lo puede cambiar todo

Terminamos los dos sudorosos satisfechos y agotados, eran casi las siete de la madrugada cuando nos dormíamos.

A la mañana siguiente, aún en la cama hablamos de lo sucedido, le dije.

Lo que paso anoche creo que no esta bien. Soy tu tío y en teoría, tengo que cuidar de ti.

Con una candida sonrisa me respondió.

Anoche me cuidaste muy bien, los dos somos ya adultos, tu un poco más que yo y tengo claro que solo es sexo.

¿Espero que no lo tomes como otra cosa, sabes que es solo eso verdad?

Mi respuesta solo podía ser.

¡Si claro! sé que es solo sexo, pero de todas formas creo que no esta bien.

Silvia respondió

¡

Si esta bien

! si tu eres capaz de entender que es bueno para ti, para mi también lo es, porque lo que necesito en este momento, es sexo sin compromiso ni presión.

Nos fuimos juntos a la ducha, no tenía sentido ir por separado después de la noche que habíamos pasado, nos vestimos, salimos a desayunar y después fuimos a comprar algunas cosas que necesitábamos.

Al llegar a casa fui al estudio e hice algunas llamadas, a algunos clientes para informarme de la urgencia del trabajo que tenia en marcha, a otros para decirles directamente que me había surgido un contratiempo y que me retrasaría en la fecha de entrega.

Como es normal, dedicábamos la mayoría del tiempo al sexo, me sentía raro, es una niña y no por la edad, más bien por el parentesco que nos une.

Sin comentarle nada decidí hablar con su madre, mi prima Alicia, en una de las salidas que hice solo, aproveche para llamarla, era casi mediodía.

Fue una conversación muy corta, cuando le dije.

Hola Alicia ¿Qué tal estas?

Nosotros estamos bien, ¿Le pasa algo a la chica?

Con dolor de corazón le dije.

A la chica no le pasa nada "malo", pero te tengo que decir que sin buscarlo, nos hemos enrollado, no es nada serio, los dos sabemos que es solo sexo, pero quería que lo supieras.

Su respuesta me dejo un poco desconcertado.

Mañana iré a Madrid a primera hora, tenemos que hablar.

Podemos quedar a comer en algún sitio y lo hablamos.

Me respondió.

¡No! busca un hotel con servicio de habitaciones para que nadie nos interrumpa, lo que tengo que decirte es serio, te llamare cuando esté en el AVE.

Sin esperar respuesta colgó.

Al regresar a casa Silvia me pregunto si me pasaba algo, que hacia mala cara, le respondí que al día siguiente tenia una reunión con un cliente y que no sabia cuanto duraría.

Me dolía mentirle, ella no tenia la culpa de que quienes la rodean seamos tan complicados, después de comer hicimos una "siesta" muy agitada, aunque yo estaba algo distraído pensando en las palabras de Alicia.

Esa noche fue muy especial, puse de mi parte todo lo que pude para que fuera así.

Cuando nos acostamos, comencé a acariciarla, solo pensaba si no seria la ultima noche, que pasaría con ella en mucho tiempo, cuando me besaba parecía que también ella intuyera algo pues lo hacia con ansia, quizás es que notara mi desasosiego o que simplemente mostraba su natural fogosidad.

Cuando se dedico a lamer besar y chupar mi polla, lo hacia con una extrema dedicación, pero no me hizo terminar y cuando estaba en todo su esplendor, se la saco de la boca y se puso en cuclillas sobre mí, mirándome con una sonrisa "inocente" me dijo.

Creo que ya es hora de que me encúles, es algo que estoy deseando toda la semana y hoy por fin no tienes escapatoria.

Cuando le replique que ¡Si! pero que trajera alguna crema del baño, sin contestar se apunto el capullo a la entrada y fue bajando lentamente hasta llegar al fondo, se estuvo quieta unos instantes para después ir subiendo hasta casi salirse para después bajar, lentamente al principio, más deprisa después, hasta que acabo por dejarse caer de golpe en cada bajada.

Tenía los ojos en blanco, yo le acariciaba el clítoris con dos dedos, eso junto a los primeros espasmos, lograron en mí que empezara la que creo, que ha sido hasta el momento, la corrida más prolongada de mi vida. Fue algo apoteósico, se retorcía clavada en mi, mientras acariciaba mis pezones y yo los suyos con una mano, mientras la otra seguía con su clítoris, por fin se venció hacia delante, hipando me dijo.

Pase lo que pase, procura no olvidar estos momentos, para mi son muy importantes, espero que para ti también.

Callo unos instantes hasta que pudo continuar.

Sé que esto lo pararemos en algún momento.

Lo que no quiero es que se acabe.

Cuando te necesite, me gustaría poder contar contigo, aunque estemos con otras personas.

Entonces se calló mientras le acariciaba todo lo que quedaba a mi alcance y le besaba el cuello, su cabeza estaba enterrada entre la mía y el hombro. No cambió de posición, hasta mucho rato después de que mi erección hubiera desaparecido por completo, se tendió a mi lado y abrazados nos dormimos.

A la mañana siguiente me levante pronto, me duche deprisa y salí enseguida al coche, fui a un hotel cerca de la estación, donde reserve una habitación para ese día y la noche por si era necesario y me quede en el bar del hotel esperando la llamada de Alicia.

Me llamo diciendo que había tomado el tren de las 9, que llegaría a las 10.30 más o menos, fui a la estación a recogerla, nos besamos en las mejillas aunque ella lo hizo muy cerca de mis labios.

Por el camino comencé a decirle que yo

Me corto con un después hablamos.

Subimos directamente a la habitación y solo entrar le dije.

Lo siento mucho Alicia, no fue nada planeado, solo surgió, Silvia estaba muy desanimada y yo ya sabes.

Me respondió.

De eso ya hablaremos después, tengo algunas cosas que contarte, pero para eso tendríamos que estar los dos en igualdad de condiciones.

No entendía a que se refería y se lo pregunte.

Alicia me dijo.

Desde que me case, no he estado con ningún otro hombre y ya me esta haciendo falta, ¿no te importaría recordar viejos tiempos?

Eso me desconcertó un poco, yo esperaba una bronca por estar con su hija y lo que quería, era acostarse conmigo.

No entendía ese proceder, aunque me apetecía mucho "recordar" los encuentros que tuvimos en nuestros tiempos mozos.

Es idéntica a Silvia, solo que mide 20 Cm. menos de estatura.

Se abrazo a mí y comenzó a acariciarme mientras ronroneaba como una gatita.

Tardamos poco en estar los dos desnudos, ya sobre la cama, comenzó a lamer mi cuerpo y recordé la primera vez que lo hice yo con ella, al principio comenzó a reír, hasta que alcanzo un primer orgasmo, pero de eso habían pasado casi 24 años.

En esta ocasión fue ella la que se estaba encargando de mi, se notaba que había seguido practicando, dejando claro que es una verdadera artista, trate de acariciarla, pero se coloco entre mis piernas hasta que sin poder aguantar más, tuve una sensacional corrida que se encargo de tragar en su totalidad.

Al terminar se tendió a mi lado y me dijo.

He de confesarte un par de cosas, después puedes hacer dos cosas, lo que mejor te parezca según tu criterio.

Una seria levantarte e irte, dejándome aquí.

La otra hacerme el amor como nunca antes y tratar de vivir con lo que te diga.

Bueno le dije yo, tampoco creo que sea tan grave.

Su respuesta fue un tanto enigmática.

Solo te pido que no me interrumpas, no creo que pudiera continuar, cuando termine si quieres preguntar algo hazlo.

Cuéntame lo que quieras Alicia le dije estrechándola más entre mis brazos.

Se abrazó muy fuerte a mi, cerro los ojos y comenzó diciendo.

La última vez que nos acostamos, aquella Semana Santa, ya

hacia más de un año que salía con Jesús

, lo que pasa es que mi padre no quería que emparentáramos, parece que nuestros padres se conocían de algún mal asunto, nunca lo hemos sabido.

Habíamos decidido estar juntos y para eso dejamos de tomar precauciones y follábamos a "pelo", ante un embarazo hubieran tenido que tragar, casi un año así y no me quedaba, fue alrededor de esa visita tuya cuando quede embarazada de Silvia.

Por casualidad, tenemos el mismo grupo sanguíneo las dos. Es el 0.

Como sabes nos casamos ese mismo verano y Silvia nació "sietemesina", para que nadie dijera que me case de "penalty", lo que no sé seguro, pero he sospechado siempre, es que Silvia fuera tu hija, cuando fuimos a por la segunda, tarde dos años en quedarme embarazada.

Que la buena o mala fortuna os haya convertido en amantes, es algo que tiene difícil arreglo, me dijiste que solo se trataba de sexo, si ambos lo tenéis claro, no tiene que haber problemas.

La culpa de esta situación es solo mía y asumo la responsabilidad, no puedo atribuirte una carga moral, que en definitiva no es tuya, ahora ya esta todo dicho bueno en realidad no, tu tienes la ultima palabra.

Dicho esto se callo y comenzó a temblar, esperando quizás alguna extraña reacción por mi parte.

Lo que hice fue, besarla tiernamente y después decirle.

Lo hecho, hecho esta, Silvia y yo seguiremos un tiempo más, el que ella necesite hasta que decida seguir con su vida, en cuanto a ti tengo algunas ideas.

Le di la vuelta poniéndola de espaldas a mí, le acaricie los pezones, mientras con la otra mano guiaba el capullo, por entre sus cachetes para ir penetrándola lentamente por el culo, después la abracé por la cintura. Nos giramos para que quedara encima de mi, dejo caer las piernas por fuera de las mías apoyando los pies en la cama, yo tiraba de sus pezones marcando el ritmo de un magnifico vaivén, al que ella colaboraba ayudándose de los pies.

Cuando comenzaron los espasmos paró, salió de mí y dándose la vuelta, se acuclillo ensartándose otra vez, en esta ocasión era ella la que votaba como una posesa, los espasmos aparecieron más intensos que antes lo que provocó en mi un orgasmo, que la fue llenando por completo de mi caliente esperma, me miraba con cara de satisfacción hasta que rendidos los dos, se abalanzo sobre mi pecho y entre suspiros consiguió decirme.

¿Esto quiere decir que no me odias, por callar todos estos años?

Le respondí en un susurro.

¡No! no te odio, al menos eso parece ¿No?

Hay algo más, me dijo.

De un tiempo a esta parte Jesús se preocupa más de los perros y la caza que de mí, ni siquiera sabe que he venido,

¿Podré visitarte de vez en cuando? Solo para tener imágenes frescas que recordar, cuando me haga "un dedo" pensando en ti.

Solo se trata de organizarnos, ven tu o iré yo cuando acordemos, solo tenemos que ser un poco discretos.

El resto del día lo pasamos casi sin hablar, tuvimos sexo y ni de comer nos acordamos, a las cinco la acompañe a la estación para que regresara a Zaragoza.

Sobre las seis llegue a casa, Silvia me pregunto que tal me había ido con el "cliente". Me supo muy mal tener que mentirle.

Bien, creo que no tendré problemas con él.

Mira que he preparado de cenar me dijo en tono jovial, cenamos y esa noche le hice el amor con mucho, mucho cariño.

Estuvimos juntos disfrutando de una muy buena relación, basada solo en el sexo y el cariño que nos teníamos, hasta que.

Dos meses después me dijo que ya estaba preparada para regresar a Zaragoza y recuperar su empleo, donde había pedido un permiso.

El día que marcho me dijo.

Espero poder seguir viéndote, aunque de vez en cuando te encuentres con mi madre, no le digas que lo sé, pero lo sé.

Le asegure que nos veríamos y de lo otro no le respondí.

Me seguí viendo, tanto con Silvia como con Alicia, aunque nunca comente cosas de la una a la otra.