Sigue la historia será todo un engaño 22
Otra vez te equivocaste, nueva profesora, más colchoneta, se agranda la familia, fiesta familiar, temporada de pileta, nace banda 12, nuestra primera vez, primaria, aclaración, nueva carrera.
Otra vez te equivocaste.
Como no iba ni por los departamentos ni por la escuela, no quería forzar la situación con Cristina y con Gladys, para ver a Elizabeth hablaba con Jacinto y él la acercaba dónde estaba, después la venía a buscar…
Una situación de mierda, me ponía tenso, no me sentía bien…
Me la pasaba en el diario y en la televisión, trabajaba mucho y me metía en todo, trataba de embotarme con las cosas para hacer.
Teresa trataba de que la cogiera, se acomodaba sobre el escritorio, se levantaba la pollera y me mostraba que no tenía bombacha.
En otras veces, cada vez que se ponía así se la metía, primero por la concha después por el culo, pero estaba cabreado, me había molestado su razonamiento sobre la actitud de Cristina, para ella lo que hizo no tenía demasiado importancia, yo me había prometido que acá en Iguazú tendría únicamente de pareja a Jennifer…
Y ahí estábamos, ella al principio se lo tomaba en broma, cuando vio que me mantenía firme, empezó a tratar de forzar las cosas, me arrinconaba, me acosaba, trataba de zafar con delicadeza, a veces empujaba un poco, hasta que un día explotó.
Si no me vas a coger no vengas más al diario, para lo único que te quiero es para que me eches unos polvos.
Dorys y Camila la escucharon, me había gritado, se vinieron a la oficina corriendo…
Cuando entraron, con mucha tranquilidad le pregunté…
Cómo dijiste Teresa, repetí lo que acabás de decir…
Que si no vas a cogerme no vengas más al diario!!!
Tomé mi agenda, mi foto familiar de arriba del escritorio y agachando la cabeza salí, otro desengaño, este me dolió, yo a Teresa la quería, creía que lo nuestro era un poco más que unos polvos, la verdad me dolió más que lo de Cristina…
Dorys y Camila corrieron detrás de mí.
No le hagas caso Tito, anda nerviosa, Tito ella te ama, Tito no te vayas, Tito volvé.
Miren chicas métanse en sus cosas y dejen de pensar que todo es una boludés, maduren que parecen unas idiotas!!! Les grité.
Salieron llorando a mares…
Pasé a hablar con Jennifer, le conté la situación y le dije que por lo menos un mes no iba a volver a verla, estoy muy dolido y no quiero estar por acá.
Lamento que vos seas la que tiene que sufrir también, pero entendeme…
Si mi amor te entiendo, vení…
Y me hizo una mamada espectacular, para que te vayas tranquilo y en premio a serme fiel con Teresa, llamame todos los días…
Nueva profesora.
Como Josefina tenía indicaciones médicas de reposo absoluto, Silvina era la que daba las clases de aeróbic, yo las de baile…
Silvi, ya venía haciendo de ayudante de Josefina hace bastante, por lo tanto se sabía todas las rutinas, yo tuve que ir a ver a Josefina por ese tema, me explicó las rutinas, no era nada difícil, pero yo empecé a innovar, las mujeres enloquecidas, con los movimientos sensuales que les enseñaba…
Entre los más jóvenes armé un conjunto de malambo, no tenía nada que ver con la enseñanza de salsa o ritmo caribeños, cuando vuelva Jose se va a cabrear, ja, ja.
Más colchoneta.
Y me había dado por la cumbia villera, éramos la sucursal de la bailanta…
Silvina se prendía con el aeróbic, la academia sonaba música bailantera a toda hora ja ja…
Cuando se fueron todos los alumnos nos pusimos a bailar salsa con Silvina, al ir pasando los minutos cada vez nos rozábamos más, yo ya le ponía mi miembro en la rajadura de su culo, ella tenía esas mallas elastizadas que le marcaban el cuerpo, nos acostamos en una colchoneta y estuvimos cogiendo un largo rato, después la lleve al altillo, la puse en cuatro, se agarraba de la bañadera, se la metí por el culo, me acordaba de Josefina, que placer sentir que te aprietan tanto el miembro, de ahí al hidromasaje, otro polvo…
Se agranda la familia.
Como si fuera una madre que hubiera tenido muchos chicos, Vanesa tuvo a mi hijo Juan Mendoza sin ningún contratiempo, nació de parto natural, con 3,800kg, cabello castaño oscuro, ojos claros, una hermosura, no es porque sea mi hijo, no, qué belleza que es…
Al otro día le dije a Vanesa que viniera a vivir a casa, aclaramos que no de pareja estable conmigo, sino en nuestra casa, con Silvina y conmigo, y que cuando naciera Pablito, le iba a pedir a Josefina lo mismo…
Vanesa se acomodó en el cuarto de huéspedes del primer piso, sacamos una cama y pusimos la cuna…
En éstos días la agencia de autos usados la atendían Yésica y Lumila…
En el caso de Josefina, no fue tan fácil, estuvieron luchando por un problema de presión, de no sé qué cosa, el asunto es que duró el parto como dos horas, yo cortaba bulones en la sala de espera, conmigo estaban todos.
Silvina abrazada a mí, no me largó en ningún momento, cómo la quiero, Nacha, Sofía, Camila, Camilo, Yésica, Lumila, Luisa, Rosa, los maridos de las chicas, hasta Vanesa había dejado a Juancito con la madre, todos sabían que el parto era difícil.
Cuando el médico vino hacia nosotros, al mirarlo no supe interpretar su cara, casi me meo, cuando dijo que todo había salido bien, que tanto la madre como el bebé estaban en perfectas condiciones, Pablito, 3,500kg, rubio de ojos claros, precioso, que mañana les daban el alta, todos saltamos de alegría.
Era tanta la tensión que muchos nos pusimos a llorar, a mí parecía que me iba a estallar el pecho, que boludo…
Josefina, vendió su casa, todo el dinero lo invirtió en la compra de autos y vino a vivir con nosotros, tiene el cuarto de planta baja, ahí agregamos una cuna…
A la semana hicimos una…
Fiesta familiar.
Le pedí a Silvina si no podía ir a buscar a su hermana Elizabeth a Iguazú, ya lo había arreglado con Jacinto, que a su vez lo habló con Cristina, lo mío era bastante autoritario, o hacés lo que te digo o te saco todo…
Muchas opciones no tenía la pobre Cristina, (ya la estoy empezando a perdonar, no ves que soy un boludo, pensé). Además de mis cuatro hijos, Silvina, Elizabeth, Juan y Pablo, los amigos, fue un mes de todas fiestas, los cumpleaños, Elizabeth 6 y yo 42, navidad y año nuevo…
En medio de todos los bailes, los asados, las guitarreadas, las canciones, no sé si estaba medio borracho pero quedé que iba a ir a la universidad con Silvina a estudiar psicología…
Temporada de pileta.
La casa era lo que se dice un loquero, por dónde ibas había alguien, Silvina seguía con la academia, Josefina desde una silla también daba clases, no descansaban, era un ir y venir de chicas, chicos, grandes, menos mal que entraban por el portón lateral.
Por ese portón también entraban las compañeras de Silvina, las amigas del secundario y del magisterio, venían a la pileta, se pavoneaban con esas biquinis diminutas, yo siempre estaba dispuesto a hacer asado.
Ojo , iba a buscar a Vanesa y a Juancito, como 20 éramos algunos días, cuando traía a Vanesa y a Juancito se enganchaban Yésica con Rubén y Lumila con Sonia y los de casa, llamábamos a Nacha con Linda, a Luisa y a Rosa, hasta los camilos con Sofía…
No digo que éramos como treinta…
Nace banda 12.
En medio de la distribución de vino, (ya está quedando poco en la bodega, voy a comprar para llenarla, pero no tan caros, pensé), se armó un conjunto bailantero.
Silvina, Chichí (una amiga de Silvina), Cecilia (amiga de Silvina, hija de Claudia, la que tiene el marido estanciero), Vanesa, Yésica, Lumila (tienen la bailante en la sangre), Sofía, Rosa, Luisa y Camila de coro, yo de director, Josefina de musicóloga, va la que tocaba el órgano…
Camilo y los muchachos de espectadores, empezamos como broma, después cuando me agarró la obsesión, les dije si no quieren ensayar en serio durante una hora nada más, con seriedad, acomodé a Luisa, Rosa y Silvina, de primeras voces, tenés que ver y oír cómo cantan Rosa y Luisa, cómo viven las canciones, de segundas voces quedaron Chichí, Cecilia y Camila, de coro y bailarinas todas las demás, las más jovencitas adelante…
Surgió una grupo musical de 10 mujeres, le dije si querían integrar en serio este grupo y si ensayábamos unas veces más y si a modo de aventura nos presentábamos en alguna bailanta…
La idea era divertirnos no trabajar de eso…
Qué dicen…
Camilo y los muchachos me miraban, no sabían si putearme o felicitarme…
Todas estuvieron de acuerdo, ensayaríamos dos veces a la semana…
El problema para acomodar los días, que los trabajos, los hijos, las parejas, la casa, se estiraron de un lado, de otro, al fin pudimos establecer los días y horarios de ensayo…
Con todas las chicas y con los muchachos hemos tenido que sacrificarnos e ir a las bailantas, la madre de Vanesa, con su hermanito y la madre de Nacha, se quedaban en casa cuidando a todos los chicos, con lo cobrado por el trabajo se iban al bingo y Vanesa cuidaba al hermano…
Pedro, Ernesto (los maridos de Yésica y Lumila), Camilo y yo teníamos que bailar con todas…
Además de divertirnos a lo loco, de bailar hasta desmayar, de transpirar a mares, sacábamos conclusiones, después discutíamos, ahí los hombres también opinaban, algunas observaciones fueron de mucha utilidad…
Sobre todo esa que las chicas tenían que actuar todas con shorcitos bien chiquitos, tratando de mostrar tetas y culos, muy sabia opinión, casi los capan…
Nuestra primera vez.
No les podía decir que fue con vos, que lo que me hiciste sentir fue maravilloso, que desde ese día entendí la diferencia de coger a hacer el amor, con vos aprendí además de esa diferencia, las distintas posiciones, todo lo que una debe saber para dar y recibir placer…
Tito creo que están convencidas de hacerlo por primera vez con vos y ya son mayores, no como yo que tenía quince años, así me decía Silvina.
Había hablado con Chichí y con Cecilia, para que las dos tuvieran su primera vez conmigo, separadas eso sí…
Chichí tiene 20 años y Cecilia 21, saben lo que quieren, no es que las estoy engañando, si lo miramos desde otro punto de vista, el que va a ser usado soy yo…
Pero quién no quiere ser usado por dos adolescentes…
Con Chichí estuvimos en una cabaña de lujo en el Tigre, llegamos el viernes a la tardecita y nos fuimos el lunes cerca del mediodía…
Ella estaba nerviosa, en la lancha que nos traía yo la había abrazado, ella me pasó su brazo por la cintura y se relajó un poco, pero cuando bajamos de la lancha, otra vez a temblar…
Chichí ayudame a llevar estas bolsas le dije.
Habíamos comprado en el supermercado las provisiones necesarias para pasar tres días, espero que no nos hayamos olvidado de nada, había armado listas, lo estuve pensando como tres días este encuentro y meticuloso como soy, cada uno con su changuito, nos pasamos unas horas de los más relajados, acomodamos todas las cosas, en la cabaña había una heladera grande, una televisión grande, un hidro masaje grande y fundamental una parrilla grande.
Qué querés cenar esta noche…
Trataba de ser lo más natural que podía, ella al ver que no iba de entrada a montarla, se relajó, primero comenzó a ayudarme a preparar la ensalada, a salar la carne, a prender el fuego a tomarnos unos vinitos.
Mientras se hacía una carne que pusimos a la parrilla, me puse a tocar la guitarra, cuando toqué unos temas melódicos se puso a cantar, con media voz, con sentimiento, se acercaba a mí, yo tocaba y le sonreía, se acercó tanto que me besó suavemente, le respondí sin demasiada emoción, me estaba conteniendo, quise que todo surgiera naturalmente, los dos sabíamos a lo que veníamos, el asunto es cómo se iba a dar…
Pareció que se relajó totalmente, sonreía y reía con alegría, le serví la carne, ella me sirvió la ensalada, después de comer nos pusimos en la galería, la hice sentar entre mis piernas, mirando el río.
La masajeaba, la acariciaba, creo que no podía estar más necesitada de mimos, la levanté con mis brazos y como una pareja de recién casados la introduje a la casa, fuimos directamente al dormitorio, la deposité muy suavemente en la cama y la comencé a besar y acariciar.
Ella pereció que le había agarrado la urgencia, me desvestía velozmente, cuando quedó toda desnuda la comencé a besar, desde la boca hasta sus labios vaginales, pasando por sus pechos, su estómago…
Lamí, besé, chupé, mordisqueé su clítoris, acabó dos veces, yo chupaba todos sus jugos, cuando creí que era el momento le acomodé sus piernas sobre mis hombros y muy lentamente le fui metiendo mi miembro, al comienzo, por más que estaba muy lubricada le incomodó un poco, cuando llegué a su himen la miré a los ojos…
Amor, un poco más y vas a dejar de ser virgen, sigo…
Si, lo deseo…
Y empujé.
Ay, muy suavemente dijo.
Empecé a sacar, después a meter, con cada empuje entraba un poco más, al rato estábamos cogiendo como dos descosidos, acabó varias veces, yo una y con la pastilla azul de cien la tenía firme como rulo de estatua, probamos varias posiciones, nos dormimos como a las cuatro horas…
A la mañana me despertó con una mamada, esa mañana, después de mucho dilatar, en base a crema, vaselina y dedos tuvimos sexo anal, al principio estaba un poco asustada después me cabalgaba como una amazona…
Nos pasamos un fin de semana a pura comida y sexo, me parece que he despertado una fiera, siempre estaba lista y exigía, decí que las pastillas funcionan, el lunes parecía que habían pasado años de experiencia…
Ella quería seguir en la semana, en todo momento, tuve que hacerle notar que el trato era únicamente para debutar, que no lo tomara cómo una obligación tener que coger todos los días, que esperara conocer un muchacho al que querer…
Me parece que no le gustó mucho mi planteo…
Con Cecilia fue diferente, fuimos a un hotel cinco estrellas, también nos pasamos un fin de semana, pero ella no tuvo ningún problema, apenas entramos a la habitación me empezó a besar, a sacarme la ropa, me arrastró a la cama, yo también empecé a desnudarla, al rato estábamos cogiendo.
Me parece que lo de primera vez, mmmm, pero no lo sentía, cogía mecánicamente, una vez que acabó, se durmió, yo a mirar televisión, a las horas estábamos cogiendo de nuevo, acabó y quiso dejar…
Firmemente no la dejé salir de mis brazos, esperá que acabe yo le dije…
También probamos de todo y por todos lados, el lunes ningún planteo de seguir nada…
Me dijo…
Mi mamá quiere que la llames…
Creo que si le preguntan por mí, no me conoce…
(mucho no la entusiasmé, pensé)…
Primaria.
La verdad es que me arrepentí, hubiese dejado que vinieran Cristina y Gladys al comienzo de la escuela primaria de Elizabeth, ella estaba muy contenta con tenerme ahí con ella, pero me imagino que estaría más contenta si también estaban la madre y la abuela…
Le dijimos que tenían que trabajar, me contestó.
Sé que están peleados y que no las querés ver, perdonalas papá, cuando mamá habla de vos llora…
(la puta madre para la próxima cambio, pensé)…
Aclaración.
Disculpame no sabía lo que decía, me extralimité, no quise en ningún momento decirte que te vayas, Tito sabés que te quiero, por favor volvé no soporto estar alejada de vos. Teresa trataba de convencerme, de disculparse, de que la perdonara…
Mirá Teresa, creo que te equivocaste por tercera vez, la primera puede que no te hayas dado cuenta, cosa que no creo, cuando elegiste a las chicas como tus amantes en lugar mío, sabías lo que hacías, no me dolió que las eligieras, me dolió que no hayas tenido la delicadeza de decírmelo, me descartaste poniendo mis cosas en bolsas a un costado, como algo usado que no te interesa más.
Yo supe todo eso, lo supe porque he tenido, muchísimos encontronazos con situaciones parecidas, sé que piensa la que obra como lo hiciste vos…
Lo dejé pasar, por el amor que te tenía, estaba cómodo y por lo que parece vos también…
La segunda cuando te conté lo de Cristina y saliste con que no había que darle tanta importancia, empecé a pensar que vos estabas equivocada conmigo y la tercera cuando crees que yo soy tu birome, tu agenda.
Nooo!!! no soy algo que podés descartar si no te gusta más! Yo siempre fui alguien que te amó y respetó, pero te confundiste, crees que por ser más joven o porque me pagan un salario, vas a poder humillarme…
Estás muy equivocada Teresa, haceme un favor andate pavoneándote cómo la señora que sos, que ganaste otra vez, desde ahora si querés que firme algo me lo mandás por correo o sino andá a buscar a Juancito, me rompiste el corazón va a pasar mucha agua bajo el puente para que vuelva a amarte como te amé…
Agachó la cabeza y salió llorando…
Cuando vinieron Camila y Dorys a interceder las saqué cagando, les dije otra vez que se ocuparan de sus cosas, que dejaran de hacer el papel de boludas, que maduraran que pensaran para el futuro, estaba cabreado, también se fueron llorando otra vez…
Nueva carrera.
Llegamos en la moto, eran las tres de la tarde, la dejamos en el estacionamiento, íbamos caminando tranquilamente, cuando llegamos al aula, entramos y cada cual se fue por su lado.
Las clases tenían los horarios más variados, algunos días a la mañana y otros a la tarde, el primer día nos reunieron en el aula magna.
Silvina se acomodó bastante lejos de mí, al principio me sentía desubicado, siempre quise hacer una carrera universitaria, pero las obligaciones no me dieron tiempo, ahora ahí estaba.
Si bien ya era grande, no desentonaba tanto, primero que no soy tan viejo, tengo 42 y poseo un buen físico, tengo el pelo exageradamente corto, parezco un militar, por si me empiezan a salir las canas…
Al rato estaba rodeado de chicas y de algunos muchachos, nadie parecía importarle que yo estuviera ahí, dieron los lineamientos generales, nos dividieron en diferentes secciones, menos mal que Silvina y yo quedamos en la misma…
Con los mismos horarios, después de una hora nos dieron un descanso, para que vayamos por un café dijeron.
Quedé con Sigris y Nelly en la misma mesa, dos jovencitas de 20 años, venían de la zona oeste, dónde yo viví dos años, en la casa de mi tía…
Me estuvieron interrogando, si era casado, si tenía pareja, les dije que no era casado y que tenía varias parejas, ja, ja, habrán creído que faroleaba, pero la verdad es que es la realidad…
Esas dos chicas atrajeron a tres muchachos y empezamos a formar un grupo de seis…
A mí me decían papi, las chicas estaban bastante cómodas conmigo y parece que no le querían dar bola a los muchachos, por lo tanto quedamos un grupo de tres…
Silvina tenía un grupo grande, había más o menos la misma cantidad de varones que de mujeres, por lo que me fijaba, no tenía preferencia por ninguno…
No es que sea cuida, es que miro…
Tampoco me contaba nada, yo tampoco le contaba de mis compañeras, ella ni me preguntaba…
Ese año transcurrió sin demasiadas exigencias, o será que estudiábamos como dos excelentes alumnos…
Continuará…