Sigue así, no pares

Un hombre y una muejr se conocen y disfrutan juntos.... o no.

"Necesito, necesito..., así pienso mientras abro la puerta de casa , cansada sin saber que al otro lado tendré lo que necesito. Hace un par de días que me siento rara, no sabría cómo explicártelo, de ser....

Me quito el abrigo y pongo un CD sin mirar el título, pero vaya suerte , es Barry, mi gran amigo de los momentos especiales. Enciendo un cigarrillo y me dejo caer en el sofá. Cierro los ojos y sueño.

En mi sueño apareces tú, tranquilo y sonriente, muy seguro de saber lo que yo necesito y con la confianza de poder dármelo sin reservas, sin peticiones, sólo con esa sonrisa a medias que tanto me gusta. Llevas un ramo de flores que me ofreces diciendo te quiero y dándome un beso, de los que parecen no tener final. En es momento mi amigo Barry se ha puesto a cantar "Let’s the music play" y parece que mi cuerpo responde. Me tiendes la mano y cuando me levanto me pegas a tu cuerpo como si fuera una segunda piel. Bailamos y disfrutamos del momento, del beso y seguimos moviéndonos al ritmo de la música.

Tus manos han empezado a marcar la figura de mi cuerpo y con un - te deseo - me das la vuelta juntando mi espalda con tu pecho. Me haces cerrar los ojos y dejarme llevar. Tus dedos ya han empezado a buscar esos rincones que conocen pero que quieren volver a encontrar, y lentamente me desabrochas los botones de la blusa, me quitas la falda y me separa de ti para observarme con esa mirada de deseo que tanto me excita. Me pides que me termine de desnudar, sin prisa, y que siga bailando para ti, moviendo las caderas con un contoneo muy sensual. Te has sentado en el sofá para contemplar mi lenta exhibición, dándote tiempo para ver todo mi cuerpo, sin reservas, sin pausa. Noto que tu también has reaccionado y no puedes evitar tocar ese miembro que parece tener mucho que decir, pero todo llegará.

Me lees en los ojos que te necesito y te acercas a mí de nuevo. Ahora puedo notar mejor los impulsos de tu polla intentando salir de los ajustados pantalones, pero tendré que esperar. Me pegas a ti de tal manera que casi no puedo respirar y tus manos acarician suavemente mis pezones que se ponen duros enseguida, pidiendo más y más atenciones.

Sigue así, no pares.

Una de tus manos ha decidido buscar más allá y baja por mi vientre para una pequeña incursión en el misterioso centro del placer, consiguiendo que de mi boca salga un profundo suspiro. Sigue así, no pares. Empiezo a estar muy húmeda y tú te has dado cuenta, y sigues con la deliciosa tarea de hacerme perder el mundo de vista. Estoy cada vez más y más húmeda y cada vez que retuerces mis pechos las sensaciones son más fuertes. De pronto abro las piernas y cogiendo tu mano la pongo en el centro de mi coño y las cierro de golpe, pero hoy mandas tú y deseas verme más cachonda.

Sigue la música y a su ritmo te has separado de mí y empiezas a desnudarte tocándote como me gustaría hacerlo. Ya han caído los pantalones y los calzoncillos y tu verga está más tiesa y dura de lo que jamás había visto, pero lo mejor está por llegar. Te giras y me enseñas descaradamente el culo, como invitándome a entrar en lo más profundo de ti, orden que cumplo pronta y a placer. Mientras te chupo y lamo todos tus rincones, tus manos siguen sin darme un respiro, pero vigilando no llegar al orgasmo antes de lo previsto.

Ya no puedo aguantar más, mi cuerpo tiembla con cada caricia , mis pezones están tan erectos y mi vagina tan chorreante que creo que voy a explotar de un momento a otro, pero tú me conoces bien y quieres que hoy sea especial. Me separas de ti y moviéndote al ritmo de Barry te tocas esa enorme polla, subiendo y bajando ambas manos por ella, resiguiendo el contorno de todas tus partes bajas y obscenas, poniendo las yemas de tus dedos en cada uno de los poros de tu piel. Sigue así , no pares.

Un beso y una mirada sirven para juntarnos cada vez más. Mi entrepierna guarda tu mayor secreto sin dejar de moverlo, por delante, por detrás, el ritmo crece y nuestras embestidas también. Llegó el momento de conocer mis más oscuros rincones y me penetras un par de veces haciendo que todo mi cuerpo se estremezca de placer, pero no, tú me prefieres a cuatro patas mostrándote con descaro todos mis agujeros. Ahora le toca el turno a tu lengua suave y caliente recorrer esos senderos y con tu dedo en mi clítoris creo llegar al orgasmo. Ingenua de mí, tú no has hecho más que empezar.

Sin darme tiempo a respirar coges el vibrador y lo introduces con fuerza en mi raja, moviéndolo con ritmo desenfrenado y pausas muy estudiadas para no llegar al final sin ti. Introduces tu apéndice erguido por mi culo y ahora sí, esto es una locura. Nos dejamos llevar. Sigue así, no pares, no pares, creo que me voy a desmayar de placer y mis gritos y gemidos te indican que ya no puedo más que me corro nuevamente, salvajemente, para ti, contigo.

Me dejo caer en el sofá, extasiada, exhausta, pero siguen las sorpresas al ver que tu pene sigue ahí, tieso esperando mis besos y caricias. Respiro y pienso que ahora me toca a mí. Te pongo el culo en pompa y mi lengua y mis manos te tocan, te besan, te chupan el culo, la verga, los huevos, todo está bajo mimando. Te llegó el momento. Cuando introduzco todo tu miembro en mi boca parece que todo tu cuerpo empieza a temblar, y con mi lengua repaso cada milímetro de tu cuerpo duro, desde el glande hasta la base, lo hago bailar dentro al son de la música. Lentamente, ahora más deprisa y por fin llega el final deseado y buscado. Te corres dentro de mi boca con todas tus fuerzas, tu jugo baja por mi garganta hasta quedar sobre mis pechos.

Necesito... ahora sé lo que necesito. Un beso, un te quiero, una sonrisa a medias y unos brazos que me rodeen hasta quedarme dormida. Necesito... te necesito.

El CD se ha terminado y abro los ojos esperando encontrarte, pero sólo ha sido un sueño, un húmedo sueño que espero se haga realidad porque mi cuerpo empieza a estar cachondo y te necesito en carne y hueso para..."