Siesta y sexo

El placer de la siesta entre hermanos.

Esta historia ocurrió hace muchos años, éramos una familia compuesta por mis padres, mis hermanas, Soledad de 15 años, Maria de 13 , y yo, Javier, de 17. Ocurrió en una tarde de verano. En aquella época, en la profunda Castilla la Vieja, las madres obligaban a los chicos a hacer la diaria siesta; en casa solíamos hacerla los tres juntos en una habitación situada al norte de la casa, por ser la más fresca en verano, mis dos hermanas, y yo, nos tumbábamos en la cama y hasta el día de autos nunca había pasado nada. Esa tarde, mi madre nos mandó, como cada tarde, a la habitación y nosotros obedecimos, ella tenia que salir y no quería que nos saltáramos la siesta. Mi hermana pequeña, Maria, se acostó un el lado derecho, Soledad en el centro y, yo, a su lado a la derecha. Maria se durmió rápidamente, pero Soledad no paraba de moverse dando vueltas entre los dos; por mi parte, fingía dormir al tiempo que no quitaba ojo de lo que hacia Soledad. Por vez primera comencé a sentir un desea sexual hacia ella. Fingiendo que dormía la abracé con mi brazo y noté como ella, en vez de repeler mi abrazo, se encogía más hacia mi cuerpo; poco apoco fui colocándome de tal manera que mi picha se situaba detrás de su jovencito culo. Poco a poco mi ardor iba en aumento, mi cipote había adquirido unas dimensiones espectaculares y lo tenia situado tras al culo de mi hermanita. Por su agitada respiración noté que estaba muy excitada y comenzaba a mover el culo hacia mi picha; dejé de disimulos y la acompañé en ese bamboleo excitante que me estaba quitando el sentido. De repente Soledad no pudo aguantar más y dándose media vuelta se situó frente a mí. Ahora era su vagina la que aguantaba el bamboleo de mi cipote, abrazándome y moviéndose como si ya estaríamos follando, Soledad me dijo:

-¿lo hacemos?

-bueno- dije yo, al tiempo que mis dedos se introducían en su pequeña y lubricada vagina

Ella se levanto el vestido que llevaba puesto y retirando las bragas hacia un lado me obsequiaba con una idílica imagen. Su sonrosada vagina, mojada, escasa de bello pubico, se ponía a mi disposición para ser penetrada por primera vez, yo estaba muy nervioso, había sacado mi paquete que continuaba apunto de estallar delante de aquel tesoro. Bajando mi cabeza hacia su chochito, comencé a lamer con pasión aquella maravilla de almeja fresquita, mi lengua no paraba de chupar el clítoris mientras ella no cesaba de retorcerse de gusto. Pasado unos minutos, Soledad reclamaba que la penetrara: -¡metemela ya, por favor!- decía ella. Cesé en mi mamada y quitándome la ropa que llevaba puesta, me quedé completamente en bolas, ella, por su parte, hizo lo propio; entonces fue cuando pude ver aquellos pequeños senos, con sus pezoncitos tiesos, comencé a chuparlos despacito, mientras mis dedos no cejaban de frotar su lubricada vagina. Soledad no cesaba en menear mi espléndida tranca. Después de un rato con esta tarea, Soledad se tumbo en la cama y, yo, más berraco que un burro, me dispuse a penetrarla. Separó sus piernas esperando a que yo hiciera el resto, puse mi cipote en su rajita e intente penetrar mi tronco en aquella pequeña cueva, no era posible, no entraba.

-Ponla tu- la dije

-vale- contesto ella, mientras agarraba mi instrumento con una mano y con la otra ayudaba a abrir sus labios vaginales.

La tenia en la punta y comenzaba a apretar, ella parecía que comenzaba a dolerle algo y con sus mano sujetaba mi tronco, -muy despacito, Javi- decia. Poco apoco mi pene se introducía en el chocho de mi hermano, mi excitación ya no tenia limites y de un golpe seco, la introduje buena parte de mi paquete, Soledad dio un pequeño grito de dolor.

-¿la saco?- pregunté

-¡no, no! continua despacito, por favor, no pares-

Así lo hice, al rato la vagia se había adoptado a mi pene y estábamos los dos corriéndonos al tiempo. Fue una corrida maravillosa.

La historia se repitió en infinidad de ocasiones. Mientras Soledad y yo follabamos como locos, mi hermana más pequeña, dormía su diaria siesta. ¿O no. . .?

Esa será otra historia.

Si alguna mujer (solo mujeres por favor) desea continuar en privado: javipardinas@hotmail.com