Siesta con mi cuñada

Que dos corridas que tuve en la hora de la siesta con la putona de mi cuñada.

Me llamo Raúl tengo 49 años y cada día tengo mas ganas de follar, me gustan las mujeres maduras mayores que yo con un buen culo y cuantas más grandes las tetas mejor. Siempre estoy pensando en lo mismo en coger alguna mujer y penetrarla. Pues estoy casado pero mi mujer tan solo me deja que le eche uno o dos polvos al mes. Así que de esa forma comprenderéis por que no hago nada mas que pensar en hacer el amor.

Bueno y os voy a comenzar a contar mi historia:

Ocurrió este invierno, fuimos a casa de mi cuñada a comer mi mujer y yo, allí se encontraban mi cuñada y su esposo. Ella tiene 64 años pero una vitalidad y un culo que no dejo de mirárselo. Aquel día llevaba sin hacer el amor con mi mujer más de un mes, y hembra que veía ya se me ponía la polla a cien. Nos recibió en pijama y se le notaban los pezones de forma exagerada, yo no hacia nada mas que mirárselos y estaba a punto de estallar, no hacía nada más que pensar como podría hacer para darle un buen "achuchón"

Estuvimos comiendo y cada vez que me servia un plato apoyaba en mi hombro todas sus tetas lo que hacia que me elevase el calentón que ya tenia.

Al acabar de comer nos dijo que habían comprado un colchón infable para las visitas y nos pusimos a inflarlo en el salón para probarlo. Después nos tumbamos los cuatro en él, al mismo tiempo que veíamos el televisor, y dábamos algunos saltos para ver el aguante del colchón. Al momento mi cuñado se fue a su habitación a echarse la siesta y mi mujer se fue también al cuarto de estar para ver otra pelicula. Y allí nos quedamos tendidos solos mi cuñada Josefa y yo.

Estabamos viendo la televisión en el colchón, ella se dio media vuelta, entonces empece a tocar mi rabo y poco a poco iba creciendo yo no aguantaba más pero y si la tocaba y comienza a gritar con mi mujer y mi cuñado en el mismo piso. De todas formas tenia unas ganas tremendas de intentarlo y me puse manos a la obra.

Entonces acerque mi rabo a su culo y la agarre por la cintura como si estuviese durmiendo, ella estaba notando ese bulto y no hizo nada entonces apreté mas y ella no decia nada yo no sabia si seguir o dejarlo pero en ese momento Josefa me coge la mano y me la pone en sus tetas, que tetas más hermosas empece a acariciar sus pezones con mis dedos y tenia mi polla a cien, le baje el pantalón del pijama y con mi polla le rozaba su culo estaba sujetando con una mano mi polla subiendo y bajando con mi polla por su culo tan necesitado estaba que me corrí sin más y le eche toda mi leche en sus muslos.

Josefa se dio la vuelta y me dijo que pasa que mi hermana no te da lo suficiente, entonces sin más dijo ¡te vas a enterar! Cogió mi polla se la metió en su boca y me limpio con su lengua el resto de esperma que me quedaba en la polla poco a poco iba subiendo la erección y subió encima de mi cogió mi polla y la metió en su almeja llevaba un ritmo exagerado sube-baja baja-sube yo me comia sus pezones y con las manos le cogía el culo para poder apretarla mas que gusto que placer me estaba dando la puta de mi cuñada, ella gemia y gritaba reprimida para que no nos escuchasen, como me gustaba sabia hacerme lo que a mi me gustaba. Y asi estuvimos mas de media hora hasta que volví a derramar el resto de esperma que me quedaba en mis huevos.

Que dos corridas que tuve en la hora de la siesta con la putona de mi cuñada, al momento nos quedamos dormidos y nuestras parejas no se enteraron de nada cuando fueron al comedor tan solo nos miramos y una mirada complice nos hizo mantener nuestro secreto hasta hoy e incluso hemos aumentado el numero de secretos entre Josefa y yo.

Si alguna de vosotras quiere echarse la siesta conmigo …….