Siéntete libre, mariposa

Tras mucha tensión acumulada, ella finalmente tiene un desliz con un compañero de estudio a sospechas de su pareja.

Era la cuarta o quinta vez que quedaban solos, de hecho hacía mucho tiempo que no se veían, pues las últimas veces había notado bastante tensión.

Se conocieron en una sala de estudios, él estudiaba oposiciones para policía y ella para subinspección de trabajo; se había generado un grupillo de gente que solía ir regularmente a la sala y fueron creando amistad, hicieron algunas quedadas al cerrar las salas de estudio tras la pandemia, pero poco a poco el grupo empezó deshacerse hasta que a la última quedada sólo asistieron ellos dos.

Coma no había mucha confianza se generaban situaciaciones un poco extrañas,  pero se siguió manteniendo el contacto hasta que decidieron volver a quedar. Se ponían al día de sus vidas, hablan de temas banales al vez que conseguían profundizar en algunos aspectos interesantes, eran unos conocidos que se caían bien, aunque quizá algo de tensión se podía empezar a intuir...

Ella tenía pareja, esto lo había comentado en varias conversaciones con el grupo de la sala, incluso llegó a contar anécdotas sexuales vividas con él. Este a su vez estaba enterada de todo, sabía cada vez que quedaban y pudo predecir la tensión casi antes de que ocurriese, aunque ella inicialmente lo negaba, finalmente lo tuvo que confirmar.

De echo, por eso hacía tiempo que no quedaban, ella empezó a encontrarse un poco incómoda por como ellos podían sentirse, pues a pesar de que tenía muy claro que quería seguir con su pareja, no sabía como podía afectar a los sentimientos de su amigo. Por una parte había bastantes cosas de él que le gustaban, aunque hubiese otras que no le convenciesen, en alguna ocasión pudo apetecerle besarle cuando se entontraba junto a él.

Su pareja era bastante abierta, conocía por ella todos esos sentimientos y la invitaba a que se dejase llevar si el cuerpo se lo pedía. Ella no quería, pues pensaba que su amigo podría llegar a sentir algo un poco más serio por ella y no quería enredar la situación.

Pero allí estaba, otra vez quedando con él a solas, en una velada aparentemente normal, de todo un poco, hablando del día a día, el futuro y esas cosas generales; cenaron, quizá se podía palpar algo de tensión, pero el era muy respetuoso y distante, jamás diría algo que se fuese de tono.

Ese día habían quedado un poco tarde, pues ella tenía clase de ingles y él turno de tarde, ninguno tenía que madrugar demasiado y ya llevaban varios días posponiendo la cita. Terminaron de cenar ya con el restaurante casi recogido, decidieron ir a dar un paseo, pues era una noche de verano bastante fresca y les apetecía un helado, entre semana, no había gente por la calle y podían disfrutar tranquilamente de la conversación.

Ya con el helado en mano se dirigieron a la playa, había un muro con un poco de césped en el que podías no mancharte los pies y disfrutar de la brisa marina, se sentaron y fue ahí donde ella pensó:

  • Por qué me meto en estos fregados?

La tensión acumulada se palpa en el ambiente, se había generado un silencio bastante incómodo y con la tontería del helado y la brisa marina ella empezó a tener un poco de frío; iba bastante fresca, llevaba los pies descubiertos con unas sandalias, una faldita larga pero muy ligera y una camiseta ancha, la brisa le recorría las piernas y se le metía por los laterales de la camiseta, la piel se le erizo y se encogió con un escalofrío. Él lo percibió y le pregunto si tenía frío, ella asintió con la cabeza y sonrío frotandose los brazos.

De repente se sorprendió, pues él no solía actuar así, siempre era muy reservado; acababa de pasarle el brazo por la espalda a la vez que se la frotaba para que entrase en calor, algo parecido a un abrazo que hacía que la tensión se dispararse; ella levanto la cabeza para sonreírle con una cara un tanto avergonzada, la cara de él estaba sobre la suya por lo que sin querer sus mejillas se rozaron, ambos se quedaron separados a unos centímetros, no sabe cómo pasó, si fue él, si fue ella o si fueron los dos, pero sus lenguas se acariciaron en toda su superficie mientras que sus labios sellaban la unión, de repente todo se cortó, separandose y mirándose a los ojos sin mediar palabra.

Ella se levantó un tanto estresada, él no pudo decir nada, se había quedado bloqueado.

Sobre su cabeza pasaban millones de cosas, que había sido ese beso? lengua con lengua, muy limpio, carnoso y húmedo, había estado genial, pero claro, socialmente esto estaba fatal visto, ella tenía pareja, como iba a actuar así; su mente la frenaba mientras que su entrepierna estaba deseando frotarse con él, cómo podía ser?

Desesperada, cogió por inercia el telefono móvil, no sabía si para mirar la hora o para qué, al iluminar la pantalla vio un mensaje de su pareja que decía:

  • Siéntete libre, mariposa.

A la puuuuuta mierdaaaa, se apresuró hacia él sentándose sobre su regazo mientras lo cogia del cabello y retomaba la situación donde unos instantes antes lo habían dejado, fuera tapujos, esta vez se iba a dejar llevar. Él cayó de espaldas sobre el césped; sin separar sus bocas mientras se deslizaban, inevitablemente sus pelvis se rozaban, de repente ella sintió como un chorrito de fluido corría por sus braguitas.

  • Estas  totalmente desatada tía, que esta pasando, tía?

Se decía a si misma en su cabeza, parecía una quinceañera dándose el lote en un parque. Él, sin embargo, reservado, pues ella le causaba mucho respeto y admiración, parecía pasivo, pero su nivel de excitación era aún mayor. Pubis con pubis notaba como su pene estaba completamente erecto y eso aún la excitaba más. Una lluvia de pensamientos cruzados pasaban por su cerebro mientras  que una ola de sensaciones pasaba por su entrepierna.

Mantuvieron unos instantes besándose, sin hablar, sus pelvis seguían rozandose de manera suave, casi por inercia, él sentía un fuego que no podia soportar, la miro y le dijo muy serio con voz entre cortada:

  • Pf... Estoy a tope...

Ella sonrío:

  • Yo igual y qué hacemos? A pesar de todo sigo teniendo poco de frío... Quizá podríamos ir al coche, no se... O cada uno a su casa? Igual la estamos liando un poco...

La inseguridad seguía rondandole la cabeza, casualmente los coches estaban aparcados a una calle de allí. Durante el breve trayecto él no pudo evitar el impulso y la beso en cada esquina hasta que llegaron a su coche, ella no se resistio, su coche estaba unos metros calle abajo por lo que parararon en el coche de él; siguió besandola mientras la apoyaba contra el el maletero, en ese momento no era capaz de parar, llevaba muuucho tiempo deseando que esto ocurriese y no daba crédito; tuvieron otro momento de bloqueo, se palpaba cierta inseguridad y nadie se atrevía a dar el paso, se miraron con vergüenza y él le pregunto si quería entrar en el coche, ella sin mediar palabra hizo un gesto con la cabeza indicándole que abriese la puerta. Ya le daba igual, el dejarse llevar y la excitación le podían.

Ella entro primero, casi no habían cerrado la puerta cuando ya estaban enganchados de nuevo, total el lío ya estaba armado... sin vacilar se remango la falda y se sentó sobre él, su clítoris palpitaba fuertemente y demandaba roce, volvieron a besarse unos instantes, el estaba un poco parado, se le notaba incluso como ligeramente asustado, ella le cogió una mano y se la introdujo bajo la camiseta hasta posarla sobre sus pechos.

Fua, que estaba haciendo?? Él estaba deseándo que eso ocurriese desde hacía meses!! Sus pechos eran una de las grandes maravillas de este mundo, imposible no haberse fijado en ellos, tenían algo ipnotico. Los intentaba acariciar sobre el sujetador, eso no molaba, necesitaba sentir el contacto de la piel, su textura y calor, hábilmente soltó el broche del sujetador; plash... Como ella estaba ligeramente inclinada hacia delante, el sujetador salto y los senos aparecieron empujados por su propio peso, por fin podía disfrutar de ellos como él quería, eran tersos, redondos y suaves, se percibían unos pezoncitos de un tamaño perfecto súper diritos, ella gemía de placer pues era posiblemente el punto más erogeno de su cuerpo, pero claro, eso él no lo sabía, o quizá si se lo habia contado?

En otra ocasión, por vergüenza, jamás hubiese cogido sus manos para posarlas sobre ellos, tendría que haber salido de sí mismo, pero hoy pasaba de esas cosas; mientras el seguía explorando suavemente sus senos y sus lenguas se entrelazan, ella con un gesto apresurado sacó su sujetador por un lateral de la camiseta, le molestaba; sin procurarlo, sus pechos asomaron disimuladamente bajo la camiseta, los corazones latian a mil; él se separo un instante y le dijo:

  • Por favor, puedo verlas? siempre he estado prendado de ellas y me encantaria poder contemplarlas para generar una imagen en mi mente que nunca se borre.

  • Disfrutalas

Le susurro ella con una sonrisa orgullosa mientras hacia un gesto para que se sirviese, el levanto la camiseta y se quedó unos segundos con cara de atontado, eran preciosas, eran perfectas,  no sabía como saciar la sensación que se le generaba en el interior... ella, con cara de pícara volvió a sonreírle y le dijo:

  • Puedes seguir tocandolas...

Sin vacilar, como un bebé, empezó a besarlas suavemente a la vez que las acariciaba con sus manos, sabían a gloria bendita!! Ella estaba a tope, eso le encantaba y cada vez frotaba más su pelvis contra la de él, notaba su pene súper erecto y eso hacia que le estimulase cada vez más el clítoris, se notaba empapada. Justo en ese instante, él, que no podía más, metió una mano bajo su falda; efectivamente, estaba completamente empapada, había  fluido por todo su tanguita y se desprendía mucho calor en la zona, cuando sintió la humedad sobre sus dedos casi eyacula, tuvo que controlarse para no liarla, estaba demasiado excitado. Aparto suavemente el tanguita y empezó a deslizarse por su vagina, primero a nivel general, luego los alrededor de los labios menores, todo resbalaba mucho, era un auténtico placer para los sentidos, estaba alucinando, no daba credito que eso estuviese ocurriendo, aunque estaba más concentrado con esta nueva sensación, no separaba su boca de uno de los pezones mientras sujetaba el pecho firmemente con la mano, lo lamia suavemente sin estar demasiado concentrado en ello.

Ella miraba hacia el techo del coche, gemia y le acariciaba el pelo de él con una mano, estaba que no cabía en sí, creía que en cualquier momento iba a llegar al orgasmo y tenía que controlarse para no hacerlo; unos segundos después el introdujo los dedos en su vagina, dio un respingo de placer, pero toda la energía sexual la tenía concentrada en el clítoris, estaba deseando que se centrase en él... Le pidió que se lo acariciarse en círculos.

Ya no podía más, metió la mano dentro de sus calzoncillos, a pesar de llevar un pantalón corto bastante flexible, la goma de la cintura no le dejaba mover bien la mano así que le pidió por favor que se bajase los pantalones.

Hubo un momento de parón mientras tanto, ella tenía muchas ganas de tocarle el pene, quizá hasta de que la penetrase, pero no sabía si tenía condón, le daba verguenza preguntar y tampoco tenía claro que quisiera hacer eso en ese momento, dejo pasar ese pensamiento y se dispuso a masturbarle mientras él continuaba centrado en su clítoris y pechos. En este momento la excitación era total!!! los gemidos llegaban a un punto que casi mareaban, pues eran silenciosos y acelerados.

Él se separó un segundo de sus senos para decirle que no creía lo que estaba pasando, que llevaba mucho tiempo deseándola y que nunca había sacado valor para echarle huevos, pues le acojonaba, que era una diosa famosa en la sala de estudio, que olía increíblemente bien y que le encantaba como lo miraba con esos preciosos ojos azules; y así era, ella lo miraba fijamente a los ojos mientras seguía masajeando su pene de arriba abajo, cada vez con más intensidad.

Volvieron a besarse sin parar de acariciarse, pocos segundos después noto como él se estremecía, gemía fuertemente mientras empezaba a empaparle toda la mano, él estaba llegando al orgasmo y eso la hizo explotar y gemir con fuerza, oreja con oreja, ella noto como salía un chorrillo de fluido de su vagina, estaba siendo un orgasmo intenso, como arrancado de lo más profundo de las entrañas. Se quedaron unos segundos inmóviles, las manos seguían en la parte más íntima del progimo, las cabezas sobre los hombros y la respiración intentando recuperar su curso natural.

Finalmente ella se separó, se sentó a su lado, lo miro y dijo:

  • Que ha pasado? La hemos liado un poco, no?

Soltando una carcajada nerviosa como remate. Él, con ojos de cordero degollado:

  • Hostia Nuria, llevaba mucho tiempo deseando que esto pasase... No me he podido controlar.

Ella le sonrío y le dijo que en más de una ocasión habia tenido ganas de besarle también, pero al final tenía una pareja y estaba muy a gusto con ella, no entendía porque le surgían esos sentimientos y tampoco quería liar la madeja:

  • Lo que pasa es que me mola quedar contigo, me siento muy a gusto y te tengo muchísimo aprecio y si, que te voy a decir, me llamas la atención, pero como muchos lo han podido hacer antes y lo harán después, eh.

Ella, como siempre soltando su remate final para quitar hierro a la situación y que el tío no se venga arriba.

  • Jajaja, yo también notaba algo, pero si, como tenías pareja, no sabía realmente qué estaba pasando, ni como actuar, la verdad.

  • Bueno, a ver, el está enterado de todo, eh, osea yo se lo cuento todo, no hay secretos entre nosotros. De hecho él ya me decía desde el principio que yo te interesaba, jajaja, pero calla, que incluso me ha sugerido que nos probasemos, dice que hay mucha energia acumulada y eso no es bueno, que si no nos quitamos la espina nos acordaremos toda la vida, que mientras no se le haga daño al otro y se haga de manera limpia hay que ser libre y hacer lo que a uno le apetezca.

Él se sacó una carcajada extraña...

  • En serio? Hostia, yo eso no podría tío... a ver, por la parte que me toca, lo he disfrutado muchiiiisimo, ni te imaginas y por tu parte que tienes pareja, pues mira, me alegro de que él piense así... Menos movida para ti! Jaja.

Ella lo miro a los ojos y le pregunto si su sentimiento era limpio, si no le afectaba demasiado que ella tuviese novio, esea, si eso que acababa de ocurrir podía afectar a que siguiesen manteniendo una relación de amistad...

Él le contesto que no pasaba nada, que si bien es cierto sentía cosas por ella, era una amistad como muy profunda que no había tenido con más amigas, pues tenía un toque de atracción que lo hacía más intenso, pero que bueno, que no estaba pillado como tal, quizá el hecho de que ella tuviese pareja mantenía los sentimientos más controlados, osea que momento estaba la cosa controlada.

  • Bueno, a pesar de haberla liado un poco, hemos liberado algo de tensión acumulada, dejémoslo como un desliz y vamos a ver cómo evoluciona esto, a mi me molaría seguir manteniendo el contacto contigo, me caes muy way y no quisiera que esto de hoy nos distanciase demasiado.

  • Es que vaya cosas más raras jajaja, pero bueno, sí sí yo también tengo ganas de seguir manteniendo el contacto contigo, por supuesto, por lo menos hemos liberado un poco de tensión si, esperemos que esto no sirva para que tengamos ganas de más... hay que ser conscientes de la situación, si.

Ya era tarde, la libido había bajado un poco y decidieron que era hora de irse a casa, salieron del coche para despedirse, de nuevo se palpaba un poco de nerviosismo en el ambiente, al final de todo no sabían muy bien como actuar.

Ella, traviesa, le dio un piquito y le dijo:

  • Buenas noches, capullo.

Para irse hacia su coche y alejarse por la carretera.

Sola, camino a casa donde la esperaba su pareja, su mente volvía a revolotear sin parar; hostia, qué movida la que acaba de ocurrir, se planteaba como se lo iba a contar a él cuando llegase a casa, o ya lo haria mañana, era tarde... La verdad es que por una parte se sentía fuerte y libereda por haberse dejado llevar, tenía el apoyo de su pareja y además gracias al orgasmo se iba muy relajadita a dormir, su mente empezaba a relajarse...

  • HOSTIA, me he dejado el sujetador en su coche!