Sientate y obedece

Eres un cornudo sumiso que disfruta entregándome a su mujer.

Siéntate y obedece.

Siéntate allí, en el sillón frente al sofá.

Yo me voy a sentar en el sofá, pero junto a tu mujer.

-. ¡Menuda jaca!, ¡Estás muy buena so guarra!, la digo nada más ponerme a su lado.

Vaya cara de asco que me pone tu puta. Si fuera por ella se habría levantado y me habría abofeteado. Es más, cuanto más la insulto más parece enfurecerse. Conmigo fijo, pero a ti te mataría. Seguiré insultándola.

-. ¿No la has avisado? ¿En serio no la has advertido de lo que la va a pasar?

Ni respondes. En qué estarías pensando, ¿verdad cornudo?

Bueno zorra, que sepas que me gusta verte así. Sentada, las piernas juntitas, con esa falda de tubo tan años sesenta. Las manos sobre las piernas, la cabeza un poco agachada. Sin mirarme, sin levantar la cara.

Me levanto y me acerco a ti, cornudo. Me pongo detrás y te sujeto la cabeza obligándote a mirar. Me recreo en su estampa.

-Estate atento, verás cómo me lo paso con esa puta.

Vuelvo a su lado. La coloco un hombro por encima. Como si fuéramos dos adolescentes en el cine. Una mano roza su seno por encima de la blusa blanca. Un pellizco en su seno.

-. Cornudo se te cae la baba. Ya tienes el rabo tieso y esto no ha hecho más que empezar.

La giro la cabeza, la obligo a besarme. Con lengua, por su puesto.

-.¡Qué bien besa esta puta! te digo. No es cierto, pero sé que así te provoco y te caliento más

Mi mano la toca las tetas por encima de la ropa. Lo hago con ansia, apretando sus pechos entre mis dedos. Descolocando la tela.

Desabrocho la blusa. Solo un par de botones.

Meto la mano por dentro, seguro que así verás como la toco las tetas.

-. Cornudo mira para aquí, mira, estoy tocando sus tetas, no sus tetas no, estoy tocando tus tetas. Ella sigue sin mirarme.

La obligo a levantarse. La giro, te da la espalda. La siento en mis rodillas, no te mira, está de espaldas a ti.

La meto la mano por dentro de la blusa. La hago daño, un gemidito tú no sabes de qué es.

-. Desnúdame puta. Ahora tu cornudo, desnúdate.

-. Muy bien, ahora quiero que me desnudes a esta puta.

Me rio. Casi ni te dejo acercarte.

-. Tío estás patético caminando con la polla tiesa, acercándote a tu mujer. Déjalo, lo haré yo. Sí, que te sientes, que la voy a desnudar yo.

La doy la vuelta ahora quiero que lo veas, la abro las piernas la levanto la falda. Aparto las bragas. Meto mis dedos dentro de esa pelambrera. Al final cuando me canso de jugar la arranco las bragas y te las tiro a la cara.

-. ¿Sabes cornudo que tengo la polla dura?. Me la voy a joder delante de ti y esta puta se va a correr.

-. ¿Tú qué opinas so zorra? ¿Quieres?.

Ya sé que no va a responder, pero así te humillo más.

-. Joder cornudo, esta puta no dice nada. Mira, la toco las tetas y no dice nada. Ya sabes, quien calla otorga.

Me sigue mirando con cara de asco. Mejor.

-. Estupendo, te la voy a hacer una puta de verdad. Ya verás en cuanto se corra.

-. Tú, so puta, mírame la cara. Así so zorra. Mira, te vas a correr y cuando te corras ya verás.

Te mira con gesto de odio. De vez en cuando con interrogantes miradas. Seguro que está pensando algo así como que qué habrás hecho para entregármela así.

Si supieras que solo es por tu vicio por tu egoísmo. No hay otra causa ni ninguna otra explicación. Eres un cornudo sumiso que disfruta entregándome a su mujer.

La beso. Ahora ya puedes ver como la blusa esta medio abierta. Ves como sobo la carne de sus pechos. Ahora saco uno por encima del sostén.

Ella sigue con las piernas cerradas, en su modosita postura, aunque tú sabes que ya su coño está al aire.

-. Mira cabrón me estoy poniendo las botas.

La obligo a masturbarme. Me gusta.

-. Ahora levántate. Fuera falda.

-. Muy bien, ahora tócate el coño. Si so puta, caliéntame el chumino, ¿no te mueves? ¡Vamos puta quiero que te hagas unos dedos delante de ese cornudo!.

-. Eso es... así, tócate bien la rajita. ¿Ves su carita cacho cornudo? La está gustando.

La verdad es que es mentira, ni yo me lo creo, tiene una cara de vergüenza terrible.

-. ¿Tienes los dedos mojados? Dáselos a que los chupe tu marido. Bien. Muy bien. Súbete encima de mí, que no te vea la cara cuando te folle. De frente a mí. Así no sabrá si te ha gustado o no meterte mi rabo tieso. Que se quede con las ganas de saberlo.

Fuera sostén. No entiendes porqué lo hago aun con la blusa puesta. Es algo incómodo. Todo tiene su explicación. Oyes como rasgo la blusa. Oyes los botones al caer al suelo. Sus pechos salen disparados pero no puedes verlo. Están frente a mi cara.

Sabes que mi boca se va a apoderar de ellos. Me voy a comer esas tetazas, te las voy a dejar moradas a chupetones. No podrás ver los lametones que la voy a dar.

-. Venga guarra. Solo quiero que ese cornudo vea como te clavas en mi rabo. Pero antes, tócate el clítoris zorra. Quiero oírte gemir.

-. Cornudo, la voy a lamer los pezones, me dijiste que eso la ponía más cachonda ¿no?

-. ¡Eh! Mira cómo ese cornudo se la menea. Como un puto mono.

Con su mano en el coño vuelve la cara asombrada. Su mirada interrogante lo dice todo. Bajas la mirada. Te estás masturbando. Te estas tocando el rabo. Vuelve la mirada hacia mí.

-. Si, putita, no me mires así, ese de ahí atrás lo está desenado... quiere que te folle, quiere hacerte una puta, entregarte a otros hombres, ir contigo a locales de intercambio, publicar tus fotos desnuda en internet...

Es suficiente con tu silencio para demostrar que no miento. No sé qué hará ni como se lo tomará. Solo sé que cierra los ojos. Ahora mi polla está en su entrada.

Se deja. Se deja llevar.

csdsumiso@hotmail.com