Siendo infiel a mi novia con su hija
Vivir con mi novia tenía el problema de vivir con su bella hija.
Si bien lo que a continuación relato no se si se puede calificar de incesto o de infidelidad, en cualquiera de los casos tengo que admitir que fue un impulso muy primitivo el que me empujó a caer en lo que a continuación relato.
Gisell es el nombre de mi pareja en curso con 32 años muy bien puestos… morena de cabello negro chino por debajo del hombro, piernas largas y torneadas, le falta un poco de cadera, cintura estrecha, pechos pequeños 32B (los prefiero así) y un rostro por de más expresivo… desde antes que empezáramos a salir yo sabía que ella tenía una hija que por aquel entonces tenía unos 12 años, una niña muy simpática que había sacado completamente la imagen de su madre y con quien de igual forma llevaba una buena relación.
Todo inició como algo casual entre Gisell y yo en una fiesta de fin de año de la compañía en la que trabajamos, donde el ambiente y las copas hicieron su efecto y tras un mutuo acuerdo nos escapamos a un cuarto del hotel donde se llevaba a cabo la fiesta.
Gisell: Necesito un respiro –me dijo tras concluir la tanda de música que acaba de tocar el grupo que amenizaba la fiesta—
Yo: Salgamos un momento.
Fue así que de forma muy natural llegamos al lobby del hotel… Gisell se sentó en un pequeño sillón… fue ahí donde me di cuenta lo atractiva que lucía con su vestido de una pieza corto y espalda descubierta… el sudor perlaba su cuello (por que en ellas se verá tan sexy eso y en nosotros no jaja).
Yo: no estaría mal tener un cuarto para descansar un momento, no?
Gisell: pues no estaría mal.
Yo: gustas –le tendí la mano-
Gisell: es en cerio?.
Yo: De cualquier forma tenía que buscar donde quedarme ya que no tengo intención de volver por la madrugada a mi casa
Gisell: Los cuartos aquí son caros
Yo: un pequeño lujo de vez en cuando no está mal.
Con una sonrisa que más bien expresaba duda tomó mi mano y caminamos a la recepción del hotel… el cuarto efectivamente era caro, pero la posibilidad valía la pena y si no sucedía nada de cualquier forma creo que pasaría bien la noche… tras comentar que no llevábamos equipaje ya que éramos de la fiesta que se llevaba a cabo en uno de los salones de eventos del hotel, nos dieron la tarjeta del cuarto.
Llegamos al cuarto… había una expresión divertida en la cara de Gisell, creo que ella se preguntaba al igual que yo si solo descansaríamos un poco y volveríamos a la fiesta… entramos, el cuarto valía cada peso que se había pagado por él, era espacioso con una cama kingsise una sala, pantalla Led, una ventana con una vista privilegiada de la ciudad… el baño era igualmente espacioso con regadera modernista y varias amenidades.
Gisell se sentó sobre la cama y se dejó caer de espaldas dejando sus pies colgando.
Gisell: Los pies me están matando!!
Yo: Solo a ti se te ocurre traer tacones tan altos cuando sabes que vas a estar bailando –dije mientras me aproximaba hasta ella.
Gisell: Pero tienes que admitir que nos hace lucir muy bien.
Yo: de eso no tengo duda
Me hinqué frente a ella, tomé una de sus zapatillas y la retiré… pude notar que se puso tensa, más no dijo nada, lo cual lo interpreté como una aprobación a seguir… hice lo mismo con la otra, sus pies estaban bien cuidados con la pedicura que exigía la ocasión… le hice un poco de masaje en cada uno
Gisell: auhh!!! Eso se siente bien.
Subí un poco por la pantorrilla, la respiración de Gisell se detuvo unos segundos al igual que mis manos, no podía dejar de ver sus piernas,, subí un poco más hasta llegar a la mitad de su muslo subiendo un poco su falda donde me detuve… podía ver entre sus piernas, su ropa intima era lisa de color negro… de momento no supe que hacer… yo quería seguir, descubrir su cuerpo y saciar la excitación que en ese momento me inundaba por ella.
Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando ella se puso de pie rompiendo mis pensamientos… me incorporé casi al mismo tiempo listo a disculparme pensando que el momento había pasado y que volveríamos a la fiesta.
Gisell: estas seguro de esto
Yo: no
Acto seguido Gisell llevó sus manos a su espalda bajó el cierre, abrió el vestido y lo dejó caer al suelo… la escena me resultó sumamente erótica, no solo por la acción sino por haber observado cómo caía su vestido descubriendo un cuerpo bien torneado y una lencería negra compuesta por un brasier especial para lucir con ese vestido en particular y un biquini a la cadera… pude percibir su aroma, el calor de su cuerpo y el perfume que usaba completaba la embriagadora escena.
Se aproximó a mí y comenzó a quitarme la corbata, desabotonar mi camisa… poco a poco me ayudó con cada prenda hasta que quedé en bóxers que ya mostraban mi evidente erección... la abracé con la intención de quitar lo que le quedaba de ropa y poder aspirar su aroma.
Disfruté cada movimiento bajar sus bragas y descubrir que llevaba un depilado a la brasileña… le indique que se recostar e inmediatamente llevé mi boca a su sexo… Gisell abrió sus piernas y subió sus rodillas para dejarme el espacio necesario… mi lengua la recorría por completo, primero superficialmente luego internamente llegando tan adentro como me era posible, sus flujos vaginales se mesclaban con mi saliva… Gisell se retorcía ante el estimulo.
Gisell: Para!..Para! – me dijo con la respiración entrecortada y retirando mi cabeza con sus manos.
Gisell: Para, no quiero terminar aún.
Gisell se incorporó y con una sonrisa picara se arrodillo frente a mí, tomo mis bóxer y tiró de él liberando mi miembro que quedo apuntando a ella… Gisell se quedó viendo con cierta curiosidad, cosa que se me hizo raro ya que no había nada de especial o espectacular (soy un hombre promedio… ni grande ni nada en especial… o quizá ella esperaba más o que se yo), mis pensamientos fueron interrumpidos…
Gisell: tanto te excito?? –y dicho lo anterior tomó con una mano mi miembro y con un pase de su lengua por el glande retiró una gota de liquido preseminal que amenazaba con caer… el tacto de su mano y el rose de su lengua me provocaron un fuerte escalofrió que aparentemente a ella le causó gracia.
Gisell me vio a los ojos e introdujo mi miembro a su boca, succionaba y lo envolvía con su lengua… la calidez, humedad y la forma de moverse me tenía totalmente sacado de mi llevándome a mover casi de forma inconsciente las caderas de atrás hacia a delante penetrándole la boca, cosa que ella permitía aun cuando esto por momentos le ocasionaba arcadas al sentir el contacto de la punta con su garganta.
Yo: Para! –fue mi turno de pedirle que se detuviera, la tomé de los hombros y le indique que se pusiera de pié.
Gisell: Todo bien?? – me dijo divertida al tiempo que con sus manos se limpiaba la boca.
No podía dejar de verla su cuerpo me parecía exquisito, el calor del momento hacía que su aroma fuera aún más embriagador, quería poseerla, poseerla ya!... sin embargo fue ella quien tomó la iniciativa, se dirigió a la cama y poniéndose en cuatro bajando su cabeza hasta que esta quedó acomodada en una almohadilla dejando todo su trasera expuesto… no había nada más que decir (por un momento pensé en el hecho de que no traía condones, pero no quise arruinar el momento)… me acomodé tras de ella, apunté con mi miembro a su húmeda vagina, la tomé de las caderas y la penetré de un solo golpe llegando al fondo de ella que soltó un quejido… era delicioso estar dentro de ella… repetí la maniobra saliendo completamente de ella y volviendo a envestir… una, dos, tres veces más hasta que tomé un ritmo firme pero fuerte, tomé su cabello y tiré de él… sus gemidos se hacía más fuertes y continuos, no podía dejar de pensar en el hecho de que nunca e había imaginado como sería ella en la intimidad y ahora observaba como se movía su cuerpo y mi miembro desparecía en ella rítmicamente … no se cuento tiempo pasó, no creo que haya sido mucho cuando de pronto su cuerpo se tenso conteniendo el aliento y soltó algunos gritos mientras enterraba su cara en la almohada… por mi parte sentía como su vagina se contraía y ante aquel espectáculo que era el orgasmo de Gisell me deje ir en un fuerte orgasmo tomando con fuerza sus caderas pera realizar un par de fuertes envestidas derramándome en su interior con fuerza hasta que ambos caímos a la cama tendidos…me encontraba sobre ella sintiendo como mi erección menguaba saliendo de su húmeda vagina acompañado de un poco de semen que escurrió.
Gisell: sabes? No siempre esperamos que sean tiernos, ocasionalmente nos gusta que san bruscos, gracias. –me confesó aún con un poco de falta de aire en su voz.
Yo: perdón por el arrebato… pero la verdad tu cuerpo y aroma incitan… tu sabes.
Gisell: ah! Si?... desde cuándo?. –preguntó pícaramente, definitivamente me había pillado en un momento de sinceridad post coito.
Yo. No me hagas hablar de ello… cosa de hombres de lo cual no me siento muy orgulloso jeje. –por fortuna no preguntó más y solo rio junto conmigo.
Gisell: Me gustaría quedarme aquí, pero creo que debemos de volver a la fiesta antes que nos extrañen.
Yo: podríamos volver más tarde…
Gisell: si podríamos… -- esto último lo dijo con una sonrisa picara que prometía ser el inicio de algo.
Como lo platiqué de inicio éste relato trata de incesto o infidelidad según quiera verlo el lector y si bien lo anterior espero haya sido de su agrado de quien realmente quiero hablar es de la hija de Gisell. Habían pasado casi 3 años desde nuestro encuentro en aquel hotel donde iniciamos una relación y finalmente decidimos intentar vivir juntos.
Karla, como se llamaba su hija, en esos años, como la mayoría de las adolescentes, tuvo un cambio espectacular, era una verdadera copia de Gisell con un cuerpo hermoso… mi llegada al departamento de ellas fue complicada, eran dos mujeres acostumbradas a vivir solas (entiéndase, sin hombres en casa) no faltaron un par de accidentes donde entraba al baño cuando Karla estaba saliendo de la regadera o pasaba frente a su cuarto cuando se estaba cambiando y todo por la costumbre de no cerrar las puertas sin contar las ocasiones en que Karla nos pilló a su madre y a mi en plena faena… no podía evitar de cuando en cuando toparme con la ropa interior de Karla y pensar como se vería con alguna de esas tangas o conjuntos.
Mi relación con Karla era buena, casi se podía decir que éramos los mejores amigos ya que nunca intenté tomar el rol de padre… tengo que admitir que me decepcionó un poco descubrir que no era virgen (cosa que me dio a entender en una plática que tuvimos).
Gisell y yo trabajábamos en el mismo lugar y a causa de trabajo resultó que la enviaron de viaje por casi una semana… en otro tiempo ella hubiera rechazado la responsabilidad para no dejar sola a su hija, pero esta vez estaba yo y decidió irse con toda tranquilidad dejando a Karla conmigo.
La segunda noche que estuvimos solos era un viernes, Karla volvió temprano de con sus amigos a petición mía para no estar preocupado por ella mientras su madre no estaba… Karla no prestó mayor resistencia a ello y llegó puntual a las 9 como lo había prometido.
Karla: ya llegué!! –gritó al tiempo que cerraba la puerta.
Yo: bienvenida!! –me dio gusto que cumpliera el trato –de verdad discúlpame por haberte hecho volver temprano, pero es para tranquilidad de tu madre y mía.
Karla: no te preocupes, no es la primera ni la últimas vez que saldré… y mira traje una película para no aburrirnos. –me tendió la caja con la película.
Yo. Perfecto!… prepararé unos sándwiches para comer en la sala.
Karla: va!, me cambio y te ayudo.
Karla se fue a su cuarto y yo me puse a preparar… de reojo volteé a ver la caja de a película… había oído de ella… sabía que había sido controversial por sus escenas subidas de tono con sexo explicito.
Karla bajó con su ropa de dormir, playera de tirantes sin nada a bajo como se podía percibir y short corto (por si fuera poco para mi perturbada mente).
Yo: sabes que esta es una película clasificación D?
Karla: si ya se –dijo un poco apesadumbrada –pero está de moda y todos dicen que esta buena… anda di que si – lo ultimo lo dijo en tono de niña pequeña mientras daba saltitos… la escena no podía ser más provocadora.
Yo: Esta bien… pero si tu madre se entera que te dejé verla me mata.
Karla: no se enterará… mañana devolveré la película y será nuestro secreto.
Nos acomodamos en la sala, cada quien en un sillón y pusimos la película… tal y como lo esperaba no habían pasado ni 15 minutos cuando empezó la primera escena de sexo… Karla no quitaba la vista de la pantalla, no sé si por pena o porque no quería perder detalle, yo volteaba a verla por momentos, su pijama me resultaba muy sugerente… tras varias escenas de sexo su pezones resaltaban bajo la delgada tela y Karla lucía un poco inquieta.
Finalmente concluyó la película me sentía realmente excitado y estoy seguro que ella también debía sentirse perturbada.
Yo: que película tan interesante quisiste ver Karlita.
Karla se levantó para guardar de nuevo la película en su caja, mientras yo no podía quitar mi vista de sus pechos, de sus piernas, en verdad me estaba comiendo todo su cuerpo con la vista sin disimulación alguna hasta que finalmente se giró hacia mí y me sacó del transe.
Karla: uff!!.. pues si estaba fuertecita… pero bueno, creo que mejor ya me voy a dormir y mañana mismo devuelvo la película y aquí no pasó nada.
Yo: me debes una Karlita… no creo que a tu madre le guste que veas estas películas… anda ya vete a la cama. –le dije divertido… aunque en mi interior la excitación estaba al tope… como quería decirle “vete a mi cama” en lugar de “…a tu cama”.
Karla se retiro tras darme un beso en la mejilla y yo me quedé un rato viendo TV, estaba esperando un momento para irme a mi cuarto y masturbarme hasta bajarme aquella calentura… iba caminando a mi cuarto cuando al pasar por el de Karla oí un pequeño gemido… no me resultaba raro imaginar lo que estaba sucediendo en ese cuarto ya que claramente ella también estaba excitada… me quedé un momento parado frente a la puerta esperando poder oír más… por la posición de la perilla en la manija no estaba puesto el seguro… de hecho ninguno de nosotros acostumbrábamos a poner el seguro… al ya no escuchar nada y superar el primer impulso de entrar, me fui a mi cuarto.
Me desnudé frente al espejo del tocador, me sorprendía y me hacía sentir un poco culpable tener semejante erección a causa de la hija de Gisell… me metí bajo las sabanas desnudo como estaba, pretendía masturbarme cuando tocaron la puerta y antes que pudiera decir algo se abrió la puerta.
Karla: Puedo pasar??
Yo: claro que si, que pasó?? –dije mientras la poca luz que había en el cuarto me permitía apreciar el camisón que vestía Karla; corto, de tirantes… dejaba a la vista sus hombros, parte de sus escote, sus pezones se marcaban bajo la tela y sus piernas lucían hermosas.
Karla: Puedo quedarme contigo?? –preguntó dirigiéndose a la cama.
Yo no había atinado a contestar cuando ella ya comenzaba a meterse bajo las sabanas mientras me revolvía por evitar que se diera cuenta que me encontraba desnudo... Karla finalmente se acostó de costado viendo hacía mi.
Karla: no se por qué no puedo dormir.
Yo: La película fue un poco inquietante… relájate y descansa. –eso ultimo lo dije esperando hacerle entender que yo me sentía igual y que su presencia me perturbaba.
Solo estaba esperando que ella se durmiera con el fin de poder ir al baño y ponerme ropa… pero eso no sucedería… uno de sus brazos se extendió hacia mi tocándome en un costado a la altura de la cadera… el roce fue momentáneo casi fugas… pegue un pequeño salto.
Karla: estas desnudo?? –pregunto con una naturalidad que dejaba muchas dudas.
Yo: si, lo siento, no me diste tiempo de ponerme algo. –no hubo respuesta a mi afirmación.
Pasaron quizá algunos minutos, Karla se encontraba acostada boca arriba y yo estaba casi de lado debido a que no quería que se notara en las sabanas la erección que estaba decidida a no desaparecer… Karla emitió un suspiro (que momentos después entendería que fue de resignación), segundos después note el dorso de su mano que se deslizaba por mi vientre hasta llegar a mi miembro donde serró su mano presionándolo… tomé aire por la impresión.
Karla: puedo?? –dijo al tiempo que iniciaba una masturbación suave.
Yo: Karlitahhh… –no atiné a decir nada más… mi mente me decía que aquello no estaba bien… pero la excitación se impuso y la dejé seguir.
Karla: no le diremos nada a mi mamá, tranquilo.
Dicho lo anterior, Karla se incorporó corriendo las sabanas al mismo tiempo dejándome desnudo recostado frente a ella con su mano masturbándome… sus labios estaban entre abiertos, su respiración era agitada, Karla estaba tan excitada como yo.
Karla: Quieres que te diga “papi”, puedo ser tu hija o tu amante. –dijo arrodillada sobre la cama a un lado mío.
Mi cerebro se debatía entre la razón y la perversión… y la razón definitivamente estaba perdiendo… mi conciencia se debatía cuando ella hizo una pausa, tomó su camisón y lo levantó para sacarlo por su cabeza quedando únicamente con un pequeña tanga que hacía juego… aquel acto fue lo que terminó con mi ya muy poco cordura.
Yo: “Hija”, eres hermosa!! –estas palabras llevaban implícitas mi derrota.
Karla sonrió y recostándose a mi lado llevó su cabeza hasta mi miembro que engulló apasionadamente… por momentos hacía pausas para lamer mis testículos, me masturbaba por momentos con su mano para luego volver a engullir mi miembro… aquello era totalmente electrizante.
Yo: Hija!! Me voy a venir. –dije con la voz entrecortada dejando que fuera ella quien decidiera si recibiría mi semen en su boca o solo dejaría que todo se derramara… no me importaba.
Karla: hazlo papi… hazlo –y dicho eso ultimo se comió por última vez mi miembro.
Karla había acelerado nuevamente los movimientos de su boca hasta que sentí como estallaba en un fuerte orgasmo en el que todos mis músculos se tensaron… Karla recibía cada disparo de semen en su boca… no se cuento duró aquello, pero si se que largo e intenso, conforme fue menguando las contracciones Karla fue relajando sus movimientos.
Karla: lo hice bien “papi” –me dijo mientras me sonreía y masajeaba mi miembro con su mano.
Me incorporé casi violentamente, la tome por los hombros y la tendí en la cama situándome sobre ella… me estaba volviendo loco, y ella lo disfrutaba… comencé a besar su cuello, baje por sus hombros, atrape con mi boca uno de sus pezones, lo chupé, lo lamí, lo mordí mientras Karla gemía ante cada estimulo… seguí bajando hasta toparme con su ombligo seguí bajando por su vientre mientras mis manos comenzaban a bajar su tanga para mostrarme su parte más intima completamente depilada… una vez con la tanga fuera separé sus piernas y besando la parte interna de sus muslos fui bajando hasta que mi boca se fundió con sus labios vaginales.
Yo: sabes exquisito hija –empezaba a sentirme en el papel.
Karla: te gusta mi sabor papi uummmhh!! –gemía sin reparo.
Mi lengua exploraba todo su sexo y mis manos no dejabn de recorrer todo su cuerpo… Karla casi temblaba… aparentemente aquello también era muy fuerte para ella.
Karla: papi!!... ya no puedo… cógeme papi… cógeme, hazme tuya.
Me incorporé un poco para verla, su piernas abiertas, su sexo húmedo, su mejillas sonrojadas y su pecho subiendo y bajando por una respiración acelerada no me dieron lugar a tener dudas… me acomodé sobre ella y de misionero la penetre de una sola vez.
Karla: papiiii!!! Te siento papi.
Yo: siénteme hija… siente a tu papi –jadeaba dejándome llevar por el juego… ya habría tiempo de analizarlo en otro momento.
Empujaba penetrándola una y otra vez… su piernas me abrazaban y sus matos se aferraban en mi espalda.
Karla: papi me vengo… aaahh… me vengommmmmhhh!!!.
Karla tenía su orgasmo que nos empapó a ambos y yo luchaba por contenerme… quería más de ella, así que apenas vi que concluía su orgasmo, hice una pausa y la giré para penetrarla desde atrás… forcejeábamos un poco entre carisias y un poco entre el juego de seducción… mi miembro resbalaba por sus caderas… cuando sentí que estaba en posición de penetrarla proyecte mi cadera al frente.
Karla: Ricardo!! –dijo mi nombre (finalmente dejó el papi que tanto me perturbaba) en un grito ahogado al tiempo que apretaba las sabanas con sus manos.
Fue cuestión de un par de segundos para darme cuenta que no la estaba penetrando por su vagina, sino que había comenzado a entrar por su ano, volví a empujar con lo que mi miembro se deslizó por completo (los fluidos vaginales que estuvo expulsando ayudaron a que esto fuera posible) me quede quieto un momento abrazándola… Karla no hizo nada por safarse o quitarme, permaneció quieta y mantenía el cuerpo relajado.
Nunca había tenido sexo anal, ni con Gisell que de hecho era la mujer con quien más había experimentado posiciones y fantasías, y tengo que admitir que estaba siendo realmente excitante además de placentero, las paredes anales abrazaban con firmeza mi miembro… habían pasado lo que creo yo fueron cerca de 2 minutos.
Karla: hazlo suave. –dijo con voz baja y con morbo en la intención –hazlo papi… nadie me lo había hecho por ahí, eres el primero.
Tengo que admitir que aquello me excitó en sobremanera… saqueé la mitad de mi miembro y empujé nuevamente con firmeza, podía sentir como se iba relajando el esfínter de Karla, repetí el movimiento de forma pausada un par de ocasiones más
Karla: ya no te contengas… soy tu niña, soy tuya.
Yo: hija….
En ese momento inicie un mete y saca casi frenético… la excitación acumulada explotó en ese momento, sus nalgas se estrellaban contra mi pelvis mientras castigaba su anito que había sido virgen hasta ese momento… Karla se aferraba a las sabanas con su frente clavada en el colchón soportando el castigo… yo ya no me contenía en lo más mínimo, buscaba llegar al orgasmo sintiendo el cuerpo de Karla bajo el mío… en un instante Karla levantó su rostro tomando una bocana de aire abriendo mucho los ojos para luego cerrarlos apretándolos…
Karla: me vengohhhh!!!
Para sorpresa tanto de Karla como mía, empezó a dejarse llevar por un fuerte y profundo orgasmo… Karla gemía casi descontroladamente.
Yo: Karlita!!!, me vengo Karlita aaaahhhh!!!
Estallé en un fuerte orgasmo pocos segundos después de que ella inició el suyo… Karla dejó caer su cuerpo ya sin ninguna fuerza mientras yo continuaba viniéndome hasta que en un último fuerte empujón paré… me quedé un momento sobre ella sintiendo como mi erección bajaba y salía de ella… cuando recuperé el aliento me recosté a un lado de ella, tomé una de las sabanas y cubrí parcialmente nuestros cuerpos.
Amanecimos abrazados… aún no podía creer lo que había sucedido por la noche y como suele suceder los remordimientos llegaron.
Karla: estoy un poco adolorida –dijo entre bostezando y estirándose –estuvo delicioso!
Se levantó y contoneándose como para que yo pudiera ver su fabuloso cuerpo se dirigió al baño del cuarto ante mi vista atónita… me levanté y fui hasta el baño donde ella se estaba metiendo a la regadera, me quité la ropa y entre cuando ella ya se estaba enjabonando, cosa que aproveche para acariciar su cuerpo resbaladizo por el jabón, cosa que me provocó una erección que no pensaba desperdiciar, así que le di vuelta e inclinándola me acomodé para penetrarla desde atrás.
Karla: si!!! papi, que sentirte de nuevo. –dijo casi jadeante de placer.
Yo: eres hermosa… una verdadera tentación –dije mientras acariciaba su espalda enjabonada y entraba y salía de ella en un va y ven rítmico.
Karla: quieres hacérmelo como anoche?
La pregunta quedó un momento suspendida en el aire… supe que se refería a su anito… si bien no me era lo máximo hacérselo de esa forma, tenía algo que me daba morbo, así que apunte a su ano empujando suavemente aprovechando el jabón que abundaba.
Karla: no tienes que contenerte papi… sáciate con tu hija mientras mi mamá no está.
Yo: oh hija… eres exquisita –y dicho lo anterior empuje hundiéndome hasta el fondo de Karla.
Karla: aaahhh... te siento… hazlo, no pares hasta venirte… soy tuya papi… aaahh!!! –sus palabras fueron interrumpidas al momento que inicié un vaivén acelerado.
Yo: ay! Hija… te deseaba desde hace tiempo –finalmente lo dije más como una confesión que como un cumplido para Karla.
Y dicho lo anterior empecé a venirme dentro de ella en un orgasmo por demás placentero… salí de ella tomando aire… en ese momento me di cuenta que ella no había terminado así que en cuento ella se incorporó y giro para quedar frente de mi la abracé con un brazo y mi mano libre se coló entre sus piernas para introducir 2 dedos en su vagina y comencé a masturbarla… sentía como su respiración se aceleraba y sus manos se aferraban a mi hasta que casi silenciosamente estalló en un orgasmo enterrando su frente en mi pecho.
Cuando finalmente concluimos, terminamos de bañarnos platicando de cosas cotidianas.
Yo: Karlita –le llamé
Karla: lo sé, será como si nunca hubiera pasado.
Yo: más bien te iba a preguntar si me dejarías visitar tu cama en el futuro. –sonreí en complicidad con ella.
Karla: creo que puedo ser tu amante cuando no esté mi mamá y tu hijita mimada en otros momentos jajaja.
Pasaríamos muchas aventuras Karla y yo, pero de eso escribiré en otro momento.