Siempre tendremos París VI
Entré en el departamento con el anillo guardado en una pequeña cajita en mi bolsillo y unas flores en las manos, unos girasoles, sus favoritos, no podía perder tiempo, tenía todo en contra Pero no lo encontré, solo silencio, la cama revuelta, más silencio, soledad y una maldita nota escrita a mano en sobre las sabanas. Se había ido .
Mis estimados y estimadas:
Se que muchos me odiaran por lo que estoy haciendo... pero no he encontrado la inspiración para hacerlo de una manera diferente...
He incoporado algunas de mis canciones favoritas para complementar un capitulo tan cursi y triste como este....
Esta vez va sin dedicatoria...No puedo esperar que les guste, pero de todas formas alli se los dejo...
A estas alturas la introducción está demás… aquí va esta nueva entrega de este sin sentido…
Roma, Julio de 2012
Sucio, el ser más rastrero y desdichado del mundo, así es como me siento en este justo momento. El recuerdo de una noche de locura en donde mi cuerpo fue poseído por dos hombres, uno envuelto en una pasión desbordante cuyo solo aroma me transportaba al umbral del placer y el deseo, otro cuya fuerza animal se anidaba en la rabia, la envidia y el deseo de venganza, me consumía; y era este ultimo el que esta mañana me miraba con ojos derrotados, dispuesto a seguir compartiéndome, a no ser el único en mi cama, porque en mi corazón sabia yo muy bien que no había espacio para nadie más. Y eran sus ojos la puerta precisa para mirar su alma y verla desgarrada, adolorida… ¿de que otra forma podría yo sentirme? Había hecho todos los esfuerzos para destrozarle el corazón a Isaac y sin embargo él seguía a mi lado.
- Perdóname Isaac, por favor…
-No hay nada que perdonar Eduardo… Quiero que sepas que yo estoy dispuesto a esto y mucho más por ti…
-Calla por favor, calla, no me sigas haciendo sentir peor de lo que ya estoy. Tú no merecías esto, no nos merecíamos esto… MALDITA SEA!
Y rompí a llorar… Así como cuando uno trata de contener y reprimir siempre sus emociones, tratando de hacerse el fuerte, el indestructible, el impenetrable… tanto que terminas convertido en un dique que al romperse se hace indetenible y solamente puedes llorar y dejar salir todo eso que día a día vas acumulando, perdiendo el miedo a la vergüenza, a sentirte vulnerable ante alguien, sintiéndote roto por dentro, vacío, inmensamente triste. Me dolía respirar, mi cerebro no podía procesar una sola idea más, estaba en pleno colapso emocional, me había derrumbado. Lloraba desconsoladamente arrodillado en el piso, mientras la tibia luz de la mañana romana se colaba por las ventanas y me hacía sentir más ridículo, desnudo, tirado en el piso, con el rostro bañado en lagrimas, y él allí, viéndome, impasible, desbordado por mi reacción, pero allí.
Un monstro, que me dejé llevar por las emociones, que no supe manejar inteligentemente la situación, que sucumbí a los encantos de un chico guapo, cuando tenia al hombre de mi vida al lado… No lo merezco, recordaba sus ojos mientras la noche anterior embestía con su tranca al italiano, y todas las cosas terriblemente tristes que dijo en mi oído mientras ambos compartían mi espacio interior. Una triste y maldita puta, en eso me convertí. ¿Cómo pude llegar a tanto? ¿Cómo pude hacerle tanto año a este hombre que ahora me abraza y me consuela?, sentado en el frio suelo de mármol, desnudos y con mirada compasiva.
Lloré como hacía años que no lo hacia, como cuando las lagrimas son tantas que ya no saben a nada, cuando las amígdalas te duelen, cuando tu voz se ha hecho ronca, cuando no puedes respirar por la congestión, tus ojos de hinchan… y él seguía allí, tras casi una hora de llanto.
-Vamos mi amor, levántate, ya has llorado mas de lo que tu hermoso rostro permite. Debería ser un crimen hacerte llorar de esa forma. Yo debo arreglar unas cosas, pero tú, ve a tu habitación y recoge tu valija. En unas horas nos vamos de aquí…
La idea me rondaba desde anoche mismo. Necesitaba sacar a Eduardo y alejarlo de Paolo y verlo así tan frágil, vulnerable, me hizo tomar la determinación.
-¿Qué dices Isacc, te has vuelto loco? Pero si apenas llegamos y nuestros boletos a Madrid son para dentro de unos días. No te preocupes, de verdad, esto no ha sido…
-Eduardo, no te estoy preguntando. Recoge tus cosas y nos vamos, nos vamos a ser felices. Acabo de verte tocar fondo como creo que nadie más lo ha hecho en el mundo y no he podido hacer otra cosa que enamorarme mas de ti, acabo de descubrir que mi razón de ser es hacerte feliz, nunca más verte llorar de esa forma y es lo que pretendo hacer. Así que no me discutas y arréglate, partimos en coche al medio día… ¿Querías conocer la costa Mediterránea, no? Pues, tu deseo será concedido…
Derretido, así me hizo sentir con sus palabras. Era raro que Isaac tomara ese tipo de decisiones y por primera vez me sentí confiado dejándome llevar, descubrí fascinación en la fuerza y seguridad de sus palabras, sentí que lo hacia para protegerme y eso me llenó de felicidad entre tanto desastre de vida que llevaba.
-Está bien, a partir de ahora mi vida y mi felicidad están en tus manos, llévame a donde quieras, seré feliz de solo estar a tu lado…
Solo un beso podía cerrar este momento tan íntimo y extremadamente cursi que estábamos viviendo. Me fui hacia su cuerpo, nuestra desnudez colisionó en dos pieles que se atraían, que se amoldaban la una a la otra, como una misma piel. El roce con sus labios hizo que me erizara por completo, esa extraña sensación que solo su boca me generaba; nuestras lenguas jugueteaban y se conectaban intercambiando nuestros fluidos, dulce, su boca siempre ha sido dulce, sus labios tiernos. Pero hoy había un elemento especial en sus besos, quizás era la incipiente y varonil barba de tres días que él llevaba, su aroma natural, o la fuerza con la que me tomaba abrazado a mi cintura, o sus manos recorriendo mi espalda para luego sostener mi rostro entre sus ellas y suavemente morder mi labio inferior, sus dientes pellizcaban la piel de mis labios y ante cada sensación de dolor una descarga eléctrica ligera me hacia sentir cosquillas y sonreír, todo en conjunto me hacia sentir en presencia del hombre que deseaba tener a mi lado para el resto de mis días…
Nuestros falos comenzaron a dar muestras de vida entre tantas caricias y en medio del beso eterno que nos estábamos dando y que deseaba sinceramente nunca terminara, estaba dispuesto a soportar cualquier dolor físico después del “ejercicio” de la noche anterior, con tal de demostrarle a Isaac que solo él podía disponer de mí como quisiera, pero una vez mas me hablo suave pero firme, mirándome a los ojos, mientras recuperábamos el aire tras separarnos un segundo:
-No tenemos tiempo bebé…por favor toma tus cosas mientras yo resuelvo todo… Ya tendremos tiempo para amarnos.
Todo parecía idílico, de un momento a otro Isaac, mi Isaac, había logrado convertir un triste episodio con amargos recuerdos de una noche desenfrenada en una interesante aventura futura en la que estaba dispuesto a dejar a un lado la actitud infantil que hasta ahora había condicionado mi accionar en relación a todo lo que sucedía entre nosotros. Isaac se había vestido rápidamente y después de revisar algo en la computadora se asomó en la puerta de mi habitación diciéndome que volvería al rato, yo terminé de recoger mi equipaje y sin darme cuenta estaba metido en su habitación recogiendo sus cosas y armándole la valija, en el fondo quería salir de allí con él lo mas rápido posible y por eso decidí adelantar, fue así como me encontré sonriendo como un idiota ante la posibilidad de compartir mi vida con él, vivir juntos, dormir juntos, ser felices juntos… y entonces mi Voz en Off retumbó dentro de mi, serena y preocupada, por primera vez seria y alarmada:
-Sabes que más que nadie me emociona esto que estamos sintiendo, tanta felicidad, tanta dicha, tanto sueño… Pero sabes tambien que es solo eso Eduardo, un sueño, disfrútalo mientras puedas, pero prepárate para el final, porque debes estar consiente de que el final está cerca, que esto no es para siempre, sus vidas van por caminos diferentes… Eduardo por favor, se inteligente y evítate mayores sufrimientos.
Por supuesto que todo no podía ser tan perfecto. Ya una primera alarma se me había activado con el beso, y esto, era la confirmación de la punzada que se instalaría en mi pecho por los próximos días hasta aquella futura noche en la que abandonaría Madrid con el corazón hecho pedazos.
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-Baja bebé… quiero que veas algo antes de yo subir a recoger mis cosas…
-Ya tengo todo listo amor…lo tuyo y lo mio… y aquí esta la chica de servicio para entregarle la llave. Bajo de inmediato con todo…
-Perfecto, así me gusta… jajajaja.
Había decido alquilar un coche deportivo descapotable para llevar a Eduardo por toda la costa mediterránea hasta que llegásemos a Madrid, pasaríamos por Florencia, MonteCarlo, Barcelona. Mientras, Vanessa se encargaba en hacernos reservas en pintorescos y románticos hoteles para pernoctar, serían varios días de camino, pero tenia que aprovechar para mostrarle lo mejor de mi, para volverlo a enamorar, claro que estoy intranquilo porque nuestros días juntos se agotaban inexorablemente, pero también estoy confiado en lograr convencerle de que se quede conmigo…para siempre.
Justo en el momento en que Eduardo salía del lujoso portal del edificio en donde viven sus tíos, un Ferrari 458 Italia color rojo se detenía frente a nosotros y del que bajaba un Paolo sonriente:
-Buon giorno amore mio ... pronti a camminare in giro per Roma?
La sola presencia de Paolo me había petrificado en el medio de la acera, y al parecer Isaac había captado mi imposibilidad de responder de forma alguna a la pregunta formulada por el italiano. Sabia perfectamente bien que lo sucedido la noche anterior había sido responsabilidad de todos, pero no podía sacar de mi mente que la intensión de Paolo con la champagne y sacando a Isaac y Vanessa de juego había sido premeditada, y luego la forma tan complaciente en la que recibió a Isaac dentro de él mientras… Ya! No más… necesito alejarme de esto…
-Paolo lamentablemente debemos irnos de inmediato a España – Dijo tranquilamente Isaac.
La mirada del italiano pasó de Isaac a mí y luego al esplendoroso coche descapotable que nos esperaba, para luego cambiar su semblante sonriente a otro mucho más sombrío y decir visiblemente irritado:
-¿Y se piensan ir en este coche hasta el aeropuerto? O ¿es que acaso se están dando una escapada romántica sin mí? …¿Qué paso Eduardito, no crees poder aguantar otro round como el de anoche? Estuviste fenomenal, eres un puto delicioso…
Todo pasó tan rápido que no supe ni en qué momento sucedió que cosa. Primero, que me dolieron las últimas palabras pronunciadas por Paolo, especialmente porque eran la verdad y por más que tratara de no pensar en eso, así me seguía sintiendo. Lo cierto es que no se de donde Isaac se le abalanzó a Paolo y estampo su puño en el rostro del italiano, que desconcertado y con el labio sangrante quedó sentado en la acera al perder el equilibrio.
-Escúchame bien italiano de mierda… Que sea la última vez que le hablas así a mi novio. Eduardo, móntate en el coche, ya…
-pero…
-YA!... y a ti que te quede claro, no quiero más nunca cerca de mi chico… estas advertido. Perdiste italiano, acéptalo.
Isaac abordó el coche y sin siquiera mirarme ni decirme nada arrancó. Mientras por el retrovisor pude ver como Paolo se levantaba del suelo y nos veía perdernos entre las congestionadas calles de aquella Roma Eterna.
-Estas muy equivocado españolito fiyo della gran mignotta… Esto no está decidido aun, el culo de tu chico será mío tantas veces como yo quiera, cuésteme lo que me cueste… VAFFANCULO!
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-¿Te duele mucho la mano? - Fue lo único que atiné a decir ya recién cuando el coche se desplazaba por la A90, tras casi 30 minutos sin dirigirnos la palabra.
-No bebé, todo está bien…
-Gracias… por defenderme y por lo que dijiste… eeeh… ¿es verdad que ahora somos novios? A mí nunca me preguntaste nada…
Isaac volteo a verme con su típica cara de niño travieso, sonreído, había vuelto a ser el mismo de siempre, pero más seguro…
-De ti aprendí que contigo no vale la pena preguntar o pedir permiso, somos novios y punto.
-Jajajajaja… No te equivoques chavalín, te aprovechas del estado de embrujo en el que me encuentro por ti…
-Cállate y dame un beso Eduardo… y escucha esta linda canción:http://www.youtube.com/watch?v=nFWaISSTMJo&feature=related
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Jamás imaginé que este viaje tomaría el ritmo que aceleradamente adquirió desde que Isaac tenía el control de todo. Yo me sumí en un mundo idílico, sin restricciones, sin miedos, sin traumas, acallando las voces de alarma, entregado por completo al amor, al disfrute al placer de vivir la vida en plenitud. Él era todo un caballero, pícaro, romántico, atento, vamos el chico perfecto para despertar a su lado y pasar horas y horas viéndolo dormir solo por el simple gusto de sentirlo a tu lado. A los 25 años y después de una vida amorosa mas que desastrosa no sentía mariposas por nadie en ningún lado, pero con Isaac lo que sentía era paz, sosiego y felicidad, algo un poco más concreto que un montón de bichos revoloteando dentro de ti.
Firenze, Prato, Génova, San Remo, Montecarlo, Nisa, Cannes, Marsella, Montepellier, Girona, Barcelona hasta llegar a Madrid. Siete días de paisajes y recorridos espectaculares, de amor, de pasión, de entrega… En definitiva fue una semana inolvidable, que siempre estará grabada en mis recuerdos, especialmente aquel atardecer en Mónaco:
No tengo idea de donde saca Eduardo la energía para recorrer las calles de todo pueblo en el que nos hemos detenido hasta llegar acá, y apenas entrar en Montecarlo y ocupar la habitación del hermoso hotel que nos había reservado Vane, se alistó y me dijo:
-Sé que estás agotado por todo el camino y por manejar, así que quédate a descansar acá mientras yo salgo a dar una vuelta de reconocimiento por el Principado, ¿vale?
-Joder macho, quédate aquí conmigo y descansemos juntos…
-Amor, ¿Quién te manda a traerme a Montecarlo? Jajajaja. Ya vuelvo, lo prometo….
Mónaco es un curioso lugar en que se mezcla historia muy antigua con los negocios, el dinero y el hedonismo; originalmente fue una colonia fenicia comercial y militar que pasó luego a los griegos, a los romanos, genoveses, franceses y por último y salvo algunas interrupciones, a sus actuales líderes, es decir, la familia Grimaldi. Maquiavelo, en sus obras, hablaba de las virtudes de Mónaco como principado y sitio estratégico para el control de la Costa Azul y la navegación por el Mediterráneo: ello no es casualidad, pues los fenicios sabían muy bien lo que hacían a la hora de seleccionar los sitios donde fundaban sus colonias y bases. Me encantaba este paraíso fiscal de la costa mediterránea, está cargado el espíritu de glamour heredado de la Princesa Grace.
Después de haber dado una larga vuelta por el kilometro cuadrado que ocupa la extensión de micro país, y con el delicioso calor que hacia a orillas de mar, retorné al hotel y al entrar en la habitación no encontré a Isaac sobre la cama, donde se suponía debía estar descansando. Escuche una música suave proviniendo de la sala de baño cuya puerta estaba abierta, al asomarme no pude hacer otra cosa que embelesarme con la imagen y recostarme del marco de la puerta y contemplar.
Isaac se encontraba sentado en la orilla de la tina del jacuzzi mientras esperaba que esta se llenara, vaciando en simultáneo una buena cantidad del jabón espumoso en el agua, parecía in niño jugando a hacer espuma. Su cuerpo estaba cubierto solo por una bata de baño de blanco impoluto, debajo estaba completamente desnudo, y desde donde yo estaba podía verse la abertura de la bata que dejaba expuesto parte de su pecho y el muslo izquierdo, y de cuando en cuando su hermosa herramienta asomaba en la entrepierna. El seguía sin percatarse de mi presencia y mientras parecía disfrutar de su ritual de baño, yo me empalmaba como un adolescente con la visión tan erotizante que estaba disfrutando de mi chico.
Con su blanca mano Isaac se masajeaba el cuello mientras mantenía sus ojos cerrados y su respiración se iba haciendo más profunda y espaciada. La otra mano se encontraba en contacto con el agua, la bata se abría cada vez mas pues el nudo de la cintura se había aflojado y ya mostraba claramente todo su paquete y su pecho lampiño, en el que resaltaban sus pezones rosados claro. Se levantó y terminó de deshacerse de la tela que lo cubría dejando a mi vista directa su trasero de gloria, duro, redondo, pero fue una visión fugaz pues de inmediato se sumergió en la tina, acostándose y relajándose, cerrando nuevamente los ojos.
Aproveche su momento de relajación para desnudarme, me dejé solo los calzoncillos, me coloque justo detrás de donde tenía recostada su cabeza y lentamente me acerqué a sus labios para darle un tierno y dulce beso.
-Mhmmm, pensé que nunca te ibas a acercar… tenias más de 20 minutos excitándote como un vouyer en la puerta del baño…
-Te veías tan lindo que me parecía un pecado interrumpirte…
-Pero si eso es lo que más quiero…
Isaac hablaba con los ojos cerrados mientras mis manos subían y bajaban por sus pectorales de mármol blanco, coronados por las circulares formas de sus pezones erectísimos. Lo masajeaba aprovechando la suavidad que el jabón y el agua le imprimían a su piel, él se limitaba a suspirar y mi respiración se agitaba cada vez más, las palabras sobraban cuando tomándome de la mano hizo que me introdujera en la tina junto a él. Sentado sobre el fondo yo, Isaac abrió espacio entre mis piernas y recostó su espalda sobre mi pecho, echando su cabeza hacia atrás nos fundimos en un romántico beso que era acompañado por mis caricias que estimulaban su verga bajo el agua, comprobando que su erección era tan fuerte y sólida como la mía. Estuvimos en esa posición no se durante cuánto tiempo, besándonos y acariciándonos, hasta que se notaba que la temperatura de nuestros cuerpos se elevó de tal manera que ya ni el agua lograba encubrir el ardor que ambos estábamos sintiendo.
Isaac se levanto y tomándome de la mano salió de la tina, llevándome consigo en dirección a la cama, ambos empapados y destilando agua por todo el piso de la habitación, enlazados por nuestras lenguas en un beso interminable con sabor a gloria. Una vez en la cama, me tumbó de largo a largo, subiendo sobre mí hasta que su boca se apoderó de mi cuello y mi oreja derecha, no podía evitar gemir del gusto que me estaba proporcionado...
-Esta noche quiero que estés dentro de mí, que me hagas tuyo por primera vez... Dijo Isaac con voz ronca en mi oído, y sin darme oportunidad siquiera de responder tomo mi verga entre mis manos y la dirigió a la entrada de su tibia cueva.
Nuestros ojos se trabaron en una dura contienda de resistencia por ver quién era el primero en parpadear mientras lentamente se enterraba mi estaca en su cuerpo. Su estrechez era indescriptiblemente cálida, su rostro no evidenció ni una muestra de dolor, lo cual me sorprendía y excitaba sobremanera. Quedó totalmente sentado sobre mi pelvis cuando finalmente cerró sus ojos y un gutural sonido se escapó de su garganta, era una mezcla de placer y dolor, de entrega y pasión. Estuvo sentado sobre mí por un rato mientras su recto se acostumbraba a mi polla, y de repente comenzó él mismo a moverse, hacia arriba y hacia abajo.
Mis ojos no daban crédito a la transfiguración de su cara mientras yo masajeaba su próstata con mi pene clavado en sus entrañas, gemíamos, sudábamos a cantaros, nuestras pieles enrojecieron y nuestra manos viajaban sobre el cuerpo del otro sin límite ni restricciones, aproveche la forma como se dejaba hacer mientras me cabalgaba ahora con fuerza y sin interrupciones, para tomar su verga en mis manos y pajearlo al ritmo en que él mismo subía y bajaba desplazándose en mí. Así estuvimos largo rato, sus meneos fueron haciéndose más controlados y precisos, comenzó entonces a hacer movimientos circulares con sus caderas y a apretar el esfínter para ahocar mi polla entre sus paredes, eso me enloquecía y yo bufaba como un toro, me sentía poderoso estando dentro de él, dominándolo, aunque era curioso que quien controlaba todo el acto era él, quien ante la insistencia de la masturbación que le aplicaba se corrió a borbotones que se estrecharon en mi abdomen, perfumando el ambiente con el olor de su simiente derramada. El efecto eyaculatorio se prolongo por casi ocho disparos de lefa tibia que lentamente se chorreaba sobre mí y con cada una de sus poluciones apretaba con tanta fuerza que me fue imposible evitar venirme dentro de él, llenándolo de mí leche, a lo cual Isaac respondió abriendo sus ojos y mirándome entre sorprendido y divertido. Se vino sobre mí, quedando ambos recostados en la cama, abrazándonos...
-Hoy me has hecho el hombre más feliz del mundo... Me dijo.
-no más que tu amor... te entregaste por completo y sin restricción... Siento que te amo Isaac.
-Yo también te amo Eduardo.
Exhaustos, más que por el acto, por la pasión y la energía que ambos invertimos en él, nos dormimos abrazados el uno al otro... yo con las ganas de que fuera para siempre así, pero de nuevo la punzada en mi pecho me recordaba que se acercaba la hora de decir adiós.
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Madrid, Julio 2012
Madrid tiene una magia especial que ninguna otra ciudad europea ha sabido captar. Vibrante, así es Madrid. Sus noches de eterna marcha y sus soleadas mañanas veraniegas, aunque con un calor sofocante, no hicieron mella para que Eduardo y yo recorriéramos sus calles, museos, tiendas, la Gran Vía de arriba abajo. A nuestro paso por Barcelona, que también nos enamoró, había adquirido la costumbre de tomarlo de la mano mientras paseábamos por la calle, lo que en un principio pareció descolocarlo un poco, pero luego era él quien estiraba su mano para yo lo tomara o pasara mi brazo tras su espalada y camináramos, tal y como lo diría Drexler “mi mano en tu cintura copiando a tu mano en la cintura mía”... http://www.youtube.com/watch?v=waPRRzoRq_4
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Aquella mañana desperté con la firme intensión de obsequiar a mi chico con un rico desayuno en la cama. Así me levante y rápidamente salí a comprar las cosas que necesitaba. Vanessa nos había reservado en un departamento de alquiler temporal, pero la muy villana lo localizó en el barrio de Chueca, vamos el barrio gay de Madrid, pero es un lugar muy mono y especialmente divertido en las noches.
Entré en un café dispuesto a comparar cosas ricas para desayunar, en especial para alimentar a un Isaac que noche tras noche, se revelaba como un insaciable amante, al que yo me moría noche tras noche, por complacer. Ya estaba por terminar la compra cuando sobre el mostrador de la cafetería, que era poco mas como una pastelería venezolana, encontré el diario de ese día, 17 de Julio... sentí desfallecer... era nuestro ultimo día, mi vuelo salía mañana a las 6 de la mañana con destino a Venezuela, a mi vida real y en pocos días continuaba a Buenos Aires. Se acabó, todo se acabó.
Subí como pude al departamento y me lo encontré medio desnudo y medio despierto en mitad del salón. Finalmente la punzada se había convertido en un dolor constante que se replicada en cada terminación nerviosa, en cada poro de la piel. Intenté una sonrisa que seguramente pareció más una mueca, que él mismo miró y se sorprendió por lo difícil que resultaba para mí armonizar en ese momento una simple sonrisa...
-¿Qué paso bebé? Pareciera que se ha congelado el rostro en medio de un intento frustrado de sonrisa...
Caminé lentamente hasta quedar a su lado, y lo abrace... sentí que el mundo se me venía abajo en la medida en que sus brazos me apretaban más y más fuerte...
-Antes de que digas nada, se bien lo que te pasa... Mañana es tu fecha de regreso a Caracas. Pero la buena noticia es que no te vas a ir....
Lo miré con ojos de profunda tristeza.
-Tonto, sabes muy bien que eso no es posible... Que tengo que regresar a Caracas. Desde el principio sabíamos que esto tenia fecha de cierre, y esa fecha es mañana... a las... a las tres de la tarde se nos acaba el idilio.
Lo bese tiernamente.
-Tengo días buscando la oportunidad de decirte esto, y creo que es el momento... Eduardo ¿Quieres quedarte a vivir conmigo aquí en España?
-Creí que ya no preguntarías más nunca nada sobre mí…. Pero sabes que eso es imposible Isaac, que yo tengo mi vida en Caracas, que debo cerrar ciclos importantes en Buenos Aires. Están mi familia, mi trabajo, mi vida… y aquí…
-Aquí me tienes a mí, al amor, a la felicidad. Tu familia siempre será tu familia, estés donde estés, y aquí podrás trabajar y conocer nueva gente… No busques excusas porque no las tienes… Quédate conmigo.
Las lagrimas llegaron nuevamente a inundar el borde de mis parpados, últimamente salían con mayor facilidad de lo que me agradaba. Un nudo se tensó en mi garganta y apenas si pude hablar.
-Nuestras vidas tienen proyectos y metas que van por caminos distintos Isaac, me pides que renuncie a todo lo que he construido, a mi mundo… Por algo que ni tu ni yo sabemos lo qué es y lo que será…. No es una decisión que me sienta capaz de tomar en este momento, con las emociones en plan revoltillo como las tengo. Claro que quiero quedarme, pero también sé que tengo compromisos que me obligan a regresar. Cualquier respuesta que te dé en este…
-Solo buscas una forma menos dolorosa para decirme que no te quieres quedar…
-No es eso Isaac, por favor… es que no puedo, ahora no por favor…. Compréndeme
-Lo siento, no puedo….
Isaac dio media vuelta y me dejó solo en el living, a cada segundo que pasaba el peso del intuir estar cometiendo el peor error de mi vida me hacía cada vez más difícil respirar. Estuve de pie, en el mismo sitio no se por cuanto tiempo, hasta que él paso a mi lado, con los ojos enrojecidos por haber estado llorando también…
-Vuelvo más tarde.
Dijo, viéndome a los ojos. Se acercó lentamente y me estampó un beso con rabia, con dolor, con frustración, aunque para mí fue un beso amargo, con el triste sabor de la despedida. Apenas cerró la puerta con un portazo que me llegó al alma, mis piernas temblaron, me sentí débil casi al borde del desmayo. Me senté en la cheslong y traté de recobrar el aliento, fue entonces cuando lo supe, un ataque de pánico se apoderaba de mí, y nunca reaccionaba de la mejor manera cuando eso sucedía…
-Centro de Atención al Cliente de IBERIA, ¿en qué puedo servirle?
-Señorita necesito cambiar mi vuelo al más próximo que salga a Caracas…
-Un momento por favor….
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No iba a permitir que Eduardo se fuera así como así, no podía dejar pasar lo mejor que me ha sucedido en la vida, resignándome a perderle. Le propondría matrimonio hoy mismo.
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No sé ni cómo recogí mis cosas y aun tuve pulso para escribir una triste nota de despedida. Sabía que no soportaría una despedida en plan Casablanca en pleno aeropuerto, así que lo más sano era cortar de raíz y acabar con tanto sentimentalismo absurdo. Mientras escribía, en mi mente sonaba insistentemente la triste canción de Reyli http://www.youtube.com/watch?v=009NeZrzOMs Perdóname en silencio:
Pedirte perdón es una desfachatez de mi parte….
No hay excusa posible para lo que estoy haciendo, porque además sé que estoy cometiendo el peor error de mi vida.
Isaac, te amo como nunca que amado a nadie, y como creo jamás lo haré nunca, y es ese amor el que me hace soñar con un mundo perfecto a tu lado, pero también me llena de miedo perderte, despertar un día y darme cuenta que todo era un sueño, un imposible, o que simplemente se nos ha acabado el amor. Soy un cobarde y no puedo obligarte a la tortura de mis inseguridades, de mis pánicos absurdos, de mis persistentes ganas de sabotearme la felicidad.
Te mereces algo mucho mejor.
No te pido perdón… solo quiero que seas feliz….
Te amo.
Adiós.
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Entré en el departamento con el anillo guardado en una pequeña cajita en mi bolsillo y unas flores en las manos, unos girasoles, sus favoritos, no podía perder tiempo, tenía todo en contra… Pero no lo encontré, solo silencio, la cama revuelta, más silencio, soledad… y una maldita nota escrita a mano en sobre las sabanas.
Se había ido….
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La inmensidad de Barajas me abrumaba, mis lentes de aviador servían para ocultar mis ojos hinchados y enrojecidos de tanto llanto, hasta que tuve que quitármelos al pasar por inmigración:
-¿Se encuentra usted bien caballero?
- ¿Por qué lo pregunta oficial? ¿No había visto usted nunca antes a un hombre llorar? Pregunté con desgana.
Abordé el avión que salía con destino a Caracas sin mirar siquiera a los lados. Lentamente las imagenes de las ultimas semanas se iban agolpando en mi memoria, en una especie de ultima estrategia de mi mente en hacerme desistir de lo que hacia... besos, abrazos, caricias, sonrisas, las caminatas tomados de las manos; Marión, Paolo, Vanessa, todo parecía tan lejos y proximo, las lagrimas, el deseo, la pasión, los errores.... Me postré en mi asiento y enseguida encendí el ipod, no quería escuchar nada, menos el ruido del avión mientras despegábamos. Y como una triste jugada del destino la primera canción que sonó sirvió para terminar de romperme el corazón en pedazos. Happy Ending, de Mika: http://www.youtube.com/watch?v=pxA26LGI2Mc&feature=related
Definitivamente este era cualquier cosa, menos un final feliz… el unico consuelo que me quedaba es que en el fondo de nuestros corazon, Isaac y yo siempre tendremos París para revivir nuestra historia...
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Es un asco de capitulo, ni corto, ni largo, ni expresivo, ni nada, he perdido la musa y el toque... Me han pedido que no termine la historia aqui y así, la verdad es que en original quedan aun unos dos o tres capitulos más... pero depende de sus animos, los mios y de otras cosas para decidir si continuarlo... espero sus comentarios y sugerencias! Saludos