Siempre te he deseado
Desperté en la enfermería del hospital, un foco se me había caído sobre la cabeza, menos mal que mi primo chris, estudiaba medicina y estuvo allí para cuidarme.
- Siempre te he deseado -
Abrí los ojos lentamente para darme cuenta de que nada había sido un sueño. Estaba tumbada en la camilla de la enfermería de la universidad con un fuerte dolor de cabeza.
- Me alegro de que estés bien, menudo susto me has dado -
Una voz masculina resonó a mi lado, era chris, mi primo. Habíamos coincido en la misma universidad, el estaba estudiando medicina y yo derecho, apenas nos llevábamos un par de años, pero nunca habíamos tenido demasiado contacto el uno con el otro, nuestros padres no se caían muy bien
- estoy bien, solo ha sido un rasguño -
Trate de incorporarme en la camilla y rápidamente las manos de chris me ayudaron a hacerlo sin problema alguno, acomodo la almohada detrás de mi espalda y sonrió dulcemente. Chris siempre había sido el chico tímido, a mi parecer, era bastante atractivo, moreno, pelo largo y rizado, piel tostada, ojos pardos, sonrisa dulce ... pero en cambio a mis primas siempre les pareció un tirillas sin futuro
- Que se te caiga un foco en la cabeza no es un rasguño -
Rió por lo bajo, se inclino sobre mi y retiro el pelo de mi frente, cuando paso sus cálidos dedos sobre mi ceja derecha apreté los dientes y di un respingo, me dolía
- ¿Era un foco? -
Bromee, como si no lo supiera, estaba en medio de la prueba de ingreso para acceder al grupo de baile cuando uno de los focos crujió en el techo, lo vi caer pero no tuve los suficientes reflejos como para apartarme de su trayectoria
- ¿te duele? -
Apretó suavemente de nuevo sobre mi ceja, si, me dolía, un pinchazo me recorrió toda la frente, de nuevo, di un respingo retirando mi cara
- Déjame que te vea, es una contusión craneal -
Sonrió, su sonrisa siempre me pareció sincera y hermosa, no todas las personas podían sonreír de la misma forma que el, enfundando confianza y desprendiendo algo que hacia que tu estomago se retorciese, como si cientos de mariposas volaran en todas direcciones
- no uses esa palabrería medica conmigo chris -
Alzo la mano y cojo la suya para evitar que siga presionando sobre la zona de mi cara que me duele, su mano es casi el doble de grande que la mía, la verdad es que ya no era el tirillas que fue de niño, era todo un chico de 24 años realmente atractivo
- solo quiero asegurarme de que no te pasa nada -
Quiso librarse de mi mano para seguir toqueteando mi frente hinchada pero forcejee con el hasta que acabo desistiendo, me cogió de la barbilla con su dedo indice y elevo mi cara para que le mirase a los ojos. Esos ojos pardos, marrones y verdes que eran capaces de hacerme volar con solo mirarme
- que -
Salte a la defensiva, apenas fue un susurro, temí que si preguntaba en alto, mi voz temblase demasiado
- que eres igual que siempre, cabezota, terca y preciosa -
Susurro besando mi zona herida y volviéndome a mirarme a los ojos ¿preciosa? ¿me había dicho preciosa?, la sangre de mi cuerpo se acumulo toda en mi cara, la desvié temiendo que pensase que se me estaba coagulando la sangre y quisiera hacerme pruebas innecesarias
- No lo soy -
Masculle entre dientes, note sus manos rodeando de forma delicada mi cara y haciendo que suavemente volviera a mirarle, esa sonrisa tan increíble seguía en sus labios
- Lo eres -
Se quedo en silencio, cogiendo mi cara entre sus manos, encorvado sobre la cama para mirarme, su respiración comenzó a hacerse profunda, suave, dulce. Me acariciaba la cara de un modo que antes no hacía, como si aquella respiración tranquila hiciera algo que el no pudiera hacer, recorrer cada centímetro de mi rostro de forma callada e invisible.
Yo no era capaz de hablar, temía estar hiperventilando, su cara no estaba a mas de 5 cm de mi cara y eso era muy poco espacio, un pitido empezó a retumbar en mi cabeza, la respiración se me escapaba entre los labios sin poder hacer nada por retenerla en mis pulmones. Mis manos se posaron sobre las suyas, aun en mi cara, sentí que tenia las manos frías, el cerro los labios un par de segundos y luego los abrió, como si quisiera decir algo y no supiera como
- que -
Volví a susurrar, me ponía de los nervios sus silencios, sus miradas, sus caricias leves y ligeras
- Que tienes unos ojos realmente bonitos -
Ahora fue el quien susurro, acaricio mi mejilla con una de sus manos y beso mi nariz sutilmente, no pude evitar reprimir una sonrisa
- y tu una boca embustera -
Baje la mirada, ¿porque me decía aquello? si no fuera porque sabía que era mi primo, pensaría que ... que ... estaba tratando de seducirme con sus miradas, sus palabras y sus suspiros, pero eso era imposible.
- ¿puedo seguir oscultandote? -
Se separo y pude ver que tenia puesto el uniforme de la enfermería de la universidad, no estaba allí porque fuera un primo preocupado, estaba allí porque era el medico en practicas, eso no ayudo nada ... mi primo y medico ... medico, una de mis grandes fantasías, de nuevo, la cara se me puso colorada, toda la sangre se acumulaba allí cada vez que sentía que algo me daba " morbo "
- estoy bien, de verdad -
Me queje, pero chris no me hizo caso, quito la almohada de detrás de mi espalda y se sento el. Con una mano sujeto mi hombro derecho para que pudiera mantenerme recta, con la otra mano desato la parte de atrás de la bata hospitalaria y dejo mi espalda al aire, cruce mis brazos delante mía para evitar que el camisón cediera lo suficiente como para que se me vieran los pechos.
Instantáneamente note algo frío y redondo sobre mis costillas, era esa cosa que usaban ellos para escuchar mejor, estetoscopio creo que se llamaba ..., cerré los ojos y respire lo mas profundamente que pude.
La mano de chris resbalo suavemente desde mi hombro hasta la cala, proporcionando una suave caricia a toda mi espalda, abrí los ojos y me tense un poco, en ese mismo momento, todo el aire de mis pulmones desapareció, huyo de mi boca dejándome sin respiración, pero peor fue cuando la mano volvió a subir por mi espalda y se coloco tras mi nuca, retirando mi pelo hacia un lado.
Mordí mi labio inferior, esto no podía estar pasando, no era posible que mi propio primo ...
Todos mis pensamientos desaparecieron cuando note su cálida respiración sobre mi nuca y luego unos labios dulces y carnosos besando mi hombro izquierdo, el objeto frío seguía sobre mis costillas, pero ya no me parecía tan frío. Sus labios dieron un segundo beso a mi espalda, esta vez en mi hombro derecho y luego sentí sus labios cerca de mi oreja, podía notar como respiraba y como casi estaba hiperventilando, abrazaba mis pechos con fuerza para que la bata no se me callera y no sabía que decir. Un calor extraño trepo desde mis tobillos hasta mis ingles instalándose en mi entrepierna , un cosquilleo cálido y húmedo que luego se extendió a mi vientre y termino despertándose en mi boca, eso era deseo, estaba sintiendo deseo ahora mismo, deseo por mi propio primo.
- Chris -
Susurre, pero su mano, la que sujetaba el objeto redondo, rozo mi columna y se poso sobre mis labios dulcemente
- tienes que descansar -
Me susurro rozando sus labios con mi oído, mi piel se erizo por completo e inconscientemente mire a mi alrededor, era de esperar, estábamos solos, de no ser así, no creo que chris se tomara la libertad de ... estar tan cercano a mí.
Se levanto y se puso delante mía, tenia una mirada extraña en el, toda su dulzura se había transformado en deseo, podía ver el deseo en sus ojos, me acaricio la cara suavemente y me ayudo a recostarme de nuevo ¿era a mi a quien deseaba? . Volvió a ponerse el estetoscopio y apoyo el objeto metálico en mi cuello, su dedo mequiñe rozo mi piel y solté un profundo suspiro, eso pareció gustarle, o hacerle gracia porque cuando cambio el lugar del objeto, volvió a acariciarme.
- Veamos como va tu corazón -
Su voz tembló suavemente y con una mano, deslizo suavemente mi bata hasta quedar justo por encima de mis pezones, los tapaba, pero el volumen de mi pecho estaba al alcance de su vista, una vez mas, coloco el objeto sobre mi cuerpo, esta vez sobre mi corazón, y su dedo meñique acaricio la base de mi pecho, cerré los ojos sintiendo aun mas deseo del que sus ojos me mostraban
- como esta -
Susurre agitada, mis labios se abrían y se cerraban paulatinamente, tratando de contener la respiración para que no fuera evidente que estaba nerviosa
- Agitado -
Se sento en el borde de la cama y siguió posando el objeto por todo mi pecho, como si quisiera encontrar algo, o simplemente acariciar disimuladamente mi cuerpo, pensé que me estaba imaginando todo aquello, no dejaba de ser mi primo, era una completa locura que pensase que mi primo me daba morbo, que la situación me excitaba, pero era así, me daba morbo y me excitaba mucho.
Chris se quito el objeto dejándolo sobre la mesita de noche y miro hacia la puerta, entreabierta, la habitación estaba en silencio, un silencio que solamente era roto por su respiración agitada y la mía, agitada, sonora e irregular
- ¿te encuentras bien? -
me miro a los ojos mientras su dedo indice y corazón se posaba en mi cuello, como si estuviera tomándome el pulso, seguro que lo tenía por las nubes, asentí, pero no conteste, no me creía capaz de ello. No dejaba de repetirme una y otra vez que eran imaginaciones mías, que esto no podía estar pasando o que simplemente yo estaba malinterpretando sus acciones, pero la cama crujió y cuando abri los ojos vi como chris se arqueaba sobre mi hasta que poso sus labios nuevamente sobre mi cuello, justo donde tenia los dedos, donde tomaba mi pulso.
Los dejo allí un par de segundos para luego retirarlos suavemente. Agarre la sabana con fuerza como si eso me ayudara a controlarme, pero la solté de golpe cuando sus labios rozaron desde la base de mi cuello hasta debajo de mi oreja, donde volvieron a posarse y esta vez, lo beso con dulzura, luego, subió un poco mas y volvió a susurrarme mientras sus labios rozaban una vez mas mi piel
- respiras muy rápido -
Me susurro y luego me aferre de nuevo a la cama porque si no lo hubiera echo, no se que hubiera pasado. Después de esas palabras, note algo húmedo, cálido y dulce acariciando mi oreja .... recorrió el lóbulo suavemente para luego sentir como sus dientes mordían suavemente mi carne, me había acariciando con su lengua y luego me había dedicado un mordisco juguetón, para acabar besando mi oreja, después hizo lo mismo detrás de esta, lamió suavemente mi cuello, lo acaricio con los dientes y beso con dulzura, así lo hizo, descendiendo de mi oreja a mi hombro, por el contorno de mi cuello.
Apreté los dientes, eso no era una mal interpretación, me estaba besado, me estaba excitando y me estaba haciendo desearle.
Una vez llego a mi hombro, siguió repitiendo los tres mismos pasos hasta llegar al otro, pasando por mi nuez invisible, lamió, mordió y beso y cuando llego al hombro izquierdo de nuevo lo mismo hasta llegar al derecho, después, subió hacia mi barbilla y se detuvo allí entreteniéndose a morderla suavemente hasta que sentí su aliento en mis labios, estaba a menos de un centímetro, podía rozar sus labios cada vez que cogía aire con fuerza para mantenerme con viva.
Su aliento, dulce y cálido me embriagaba, dudaba que alguna vez me hubiera sentido mas excitada que aquella
- ¿te falta el aire? -
Cuando soltó aquellas cuatro palabras, asentí lentamente, al hacerlo, mis labios buscaron inconscientes los suyos y el lo noto
- No te muevas -
Sonrió, no pude ver su sonrisa, pero lo note en sus ojos, estaba sonriéndome, le gustaba que me faltase el aire por su culpa y debía estar sorprendido de que no le hubiera contestado con un puñetazo o algo por el estilo. Asentí de nuevo y sonrió aun con mas dulzura, aquello era impresionante.
Su lengua, tan cálida y húmeda como siempre, acaricio el contorno de mis labios, era dulce, muy dulce y húmeda, cerré los ojos con fuerza y luche por no quedarme sin aire, por no moverme, por no rodear su cuello y besarle desesperadamente, acaricio el contorno de mi labio inferior, luego el superior, luego el resto del labio hasta que sus labios se posaron sobre los míos, resbalaron por la humedad que su lengua había dejado sobre ellos. Entreabrí la boca suavemente y su lengua paso a través de mis labios hasta llegar a mi interior, acaricio mis labios por dentro y busco mi lengua, que parecía estar escondida, estaba tan impresionada que no era capaz siquiera de moverla.
No tardo en encontrarla, cuando lo hizo, acaricio la punta de mi lengua suavemente, haciendo pequeños circulitos una contra otra, en la vida había disfrutado con algo así, ahora si, mi lengua pareció reaccionar y se acerco a la suya lentamente, se acariciaron, primero por arriba, luego al lado, luego mas círculos ..., mis labios tambien acariciaban los suyos, entreabriendolos, su lengua dejo de estar en mi boca, y se escondió en la suya, esta vez fui yo quien alargo el miembro para volver a sentirla, una vez la encontré dentro de su propia boca, empezó de nuevo una danza donde ambas lenguas se rozaban y humedecían mutuamente.
Sin dejar de besarnos de esa forma tan excitante, su mano bajo por mi hombro hasta encontrar mi muñeca y la subió hasta que mi brazo derecho quedo por encima de mi cabeza, luego hizo lo mismo con mi brazo izquierdo, juntando mis muñecas sobre mi cabeza, me sentía como si estuviera esposada, pero para nada me incomodo, dijo de besarme un segundo la boca para volver a descender por mi cuello.
Se aseguro de que mis manos seguirían en esa posición aunque el me soltase y con la yema de los dedos acaricio mis antebrazos, llego a mis hombros y los acaricio, después descendió por mi axila y llego a mis costillas, eso me agito nuevamente la respiración, sus manos curtidas acariciaron mis costillas por encima de la bata hospitalaria, sus labios seguían jugando con mi cuello, alternando caricias, succiones, lametones ...
quise bajar mis brazos para acariciar su pelo pero rápidamente me lo impidió volviendo a poner las manos en la misma posición, sobre mi cabeza. Después, volvió a descender por mis costillas hasta llegar a mi cadera, a mitad de muslo la bata hospitalaria termino y acaricio mi piel ardiente, mis rodillas se doblaron y la bata resbalo, no me di cuenta de ello hasta que senti sus manos sobre mi cadera directamente, cogió la bata, debió hacerlo porque note como la tela ascendía hasta terminar pasando por mi cabeza, dejándome completamente desnuda sobre la cama hospitalaria.
Respiraba muy rápido, tenia la boca seca y el aire libre hizo que mis pezones se endurecieran de una manera sobrenatural, mis pechos tambien se endurecieron y mi abdomen se contrajo con mas rapidez que hasta ahora, no dejo de besarme, pero sus besos descendieron hasta mi pecho derecho, siempre lamiendo, mordiendo y besando.
Cuando note la punta de su húmeda lengua rodear mi pezón, apreté mis piernas sintiendo un placer extraño, después, sus dientes mordieron el contorno de mi pezón y gemí suavemente, luego lo beso, lo volvió a lamer, notando su dureza, lo mordió, comprobando su tamaño y lo beso succionando suavemente, lamió de un pezón a otro y con el izquierdo hizo exactamente lo mismo, lo lamió, para ver cuanto podía endurecerse, lo mordió, para saber como era su tamaño y lo beso succionando, como si quisiera comprobar cuanto de mi pecho entraba en su boca.
Lamió el contorno de mis pechos y descendió por mi abdomen mientras sus manos subieron a mis pechos. Mis manos, inquietas, se agarraban a la almohada luchando por no bajar hasta su cara y acariciarla.
Sus manos eran casi tan excitantes como su boca, acariciaron mis pechos, sus dedos buscaron mis pezones y cuando los encontraron, jugaron con ellos, primero los acaricio, endureciéndolos mas si era posible, luego, los apretó y por ultimo, tiro de ellos, siempre en ese orden.
Su lengua estaba ahora acariciando el contorno de mi ombligo, sus labios mordían mi vientre y luego lo besaba, estaba muy excitada y según descendía, mas aun, sus manos continuaron la ruta de sus labios, descendieron por mis costillas hasta llegar a mi vientre y se pasearon por allí, no se como lo hizo pero cuando me quise dar cuenta, estaba de rodillas en la camilla mirándome desde allí, en cuanto vi sus ojos supe lo que iba a pasar, iba a disfrutar como nunca lo había echo.
Arrodillado a mis pies, acaricio el contorno de mis muslos, mis piernas estaban flexionadas y beso ahora mis rodillas, con sus manos, grandes y fuertes, acaricio nuevamente mis piernas, separandolas suavemente. Al principio, mi cuerpo se resistió, pero no tarde en ceder, lo deseaba, deseaba que siguiera besando, mordiendo y lamiendo mi cuerpo. Sus manos descendieron de mis rodillas, lo hicieron por la cara interna de mis muslos, apretando suavemente con los dedos, cuando llegaron a mi ingle bordearon hasta llegar a mis caderas.
Su boca beso primero mi rodilla derecha, luego la mordió y luego la lamió, los mismos tres pasos, pero con el orden contrario. beso la mitad de mi muslo, lo mordió un par de veces y lo lamió, sus manos se posaron nuevamente en mis rodillas y las entreabrieron mas, para que su cara no se quedara encajada entre mis piernas, di un respingo cuando note la respiracion de chris sobre mi sexo.
No sabía como iba a reaccionar el, pero no tarde demasiado en comprobarlo, posos sus labios sobre el y lo beso dulcemente, luego lo mordió, esto me estremeció y gemí de nuevo, pero lo mejor fue cuando lo lamió.
Primero, la punta de su lengua bordeo mis labios inferiores, recorriendo su extension de arriba abajo. Subiendo por el labio derecho, bajando por el izquierdo. Al llegar abajo, lamió por el centro, de abajo a arriba. Esto me hizo nuevamente gemir, lamió con toda la extensión de su lengua, recorriendo todos y cada uno de los pliegues de mi sexo y después, hizo lo mismo pero de arriba a abajo. Esta vez, cuando llego a abajo, bordeo la entrada de mi cuerpo, donde estaba concentrado todo mi calor, me pregunte como se sentiría, ¿estaría tan excitado como yo? debió ser que si porque su lengua se introdujo por aquel orificio y lo lamió por dentro, apreté mas la almohada entre mis manos, tambien los dientes, sus manos apretaron mas mis muslos manteniendolos separados.
Saco su lengua de mi interior y volvió a lamer mi sexo, deteniéndose esta vez en el clítoris, lo bordeo, lo mordió, lo beso, lo volvió a morder, parecía que le gustaba morderlo y notar como mis nalgas se contraían y hacían que mi cuerpo se elevara suavemente, después, volvió a lamerlo y de nuevo bajo hacia la entrada de mi cuerpo para volver a introducir la lengua por el.
Era una sensación maravillosa, notar como su lengua estaba dentro de mi cuerpo, como lamia mi interior, como disfrutaba haciendo eso, una de sus manos acaricio mi sexo mientras el seguía entretenido con mi interior. Acaricio el clítoris con la yema, lo palpo y luego, al igual que hizo con mis pezones, apretó mi clítoris y tiro de el, aun teniendo los dientes apretados, gemí, gemí con fuerza.
Saco la lengua de mi interior y jugo unos segundos a pellizcar y lamer mi clítoris, luego su mano descendió y acaricio la entrada de mi sexo, el gemid que solté cuando note la punta de su dedo introducirse por aquella abertura, fue el mas sonoro hasta ahora, introducido la primera falange de lo que debía ser su dedo indice y al igual que con su lengua, exploro el interior, luego introdujo el dedo de golpe, mi cuerpo se envaro soltando otro gemido de placer indiscutible, su dedo salio y volvió a entrar lentamente, lo que mas deseaba ahora es que no parara de lamer mi clítoris mientras me penetraba con su dedo indice, su mano se estiro hasta que alcanzo mi pecho izquierdo, era placer triple. Con su mano izquierda, pellizcaba mi pezón izquierdo, con su lengua, masajeaba mi clítoris y con la derecha, me penetraba manualmente.
No se cuanto estuvo así pero desee que nunca parase y me lamento cuando paro, subió amiento todo mi vientre hasta llegar a mis labios, me beso con fuerza y pude sentir el sabor de mi propio sexo en sus labios, en su lengua, mordió mi oreja con dulzura y susurro
- ¿estas mejor? -
Asentí rápidamente, quería que aquello continuara, no podía parar .. quería mas, quería sentir de nuevo como su mano entraba en mi cuerpo y como su lengua masajeaba mi sexo.
Sus manos volvieron a subir a mis brazos y me las guió hasta si cintura, una de ellas la coloco sobre su pantalón blanco de medico en practicas y la otra sobre su entrepierna, la note dura y palpitante, me excite mas, ¿como era posible? a cada segundo que pasaba, me excitaba mas, no quería que aquello parase, no, no quería ...
Su mano izquierda, sobre la mía derecha, tiro de el pantalón hacia abajo, capte la idea, quería que liberase a su prisionero erecto y así lo hice, mientras que con mi mano izquierda lo tocaba, con la derecha trataba de librarle de su jaula, el dio un pequeño gemid cuando su miembro palpitante rozo la piel cálida de mi vientre.
Tímidamente, lo acaricie, tantee su tamaño, era bastante grande y grueso, cálido, muy cálido y sobre todo, duro. El lo masajeo entre mi mano, moviendo su cadera y después, lo cogió con su propia mano
- Esto te hará que te sientas bien, no te preocupes -
Su voz tembló suavemente, bese sus labios mientras el, con su mano redirigió su miembro hacia mis piernas, al principio, pensé que iba a penetrarme y solo la idea, ya me hacia desearlo, pero no, aun no lo hizo. Acaricio la punta de su miembro contra mi clítoris, mi cuerpo dio un respingo y si no hubiera sido porque le estaba besando, hubiera gemido muy alto, tanto como para que nos hubieran pillado. Masajeo mi clítoris con su miembro durante unos minutos, haciendo círculos, dando golpecitos y todo cuanto se le ocurrió, pero realmente supe que iba a sentir lo que era el placer cuando note como lo encaminaba a la abertura de mis piernas, lo coloco allí y lo dejo quieto, encajado pero no dentro, solo apoyado
- quizás puedas ayudarme -
Dijo mientras mordía mi labio inferior, aprovechando que tenia las piernas flexionadas, hice presión en la planta de mis pies para elevar mi cadera. Apenas entro un par de centímetros cuando tuve que parar, era muy ancha para mi cuerpo pero entraba poco a poco, le presión hacia que casi gimotease de placer, tubo que besarme para que no lo hiciera.
Lo intente de nuevo, volví a elevar mi cadera y en ese momento, el bajo la suya de modo que todo su extenso miembro entrase de golpe en mi cuerpo. Arquee la espalda gimiendo dentro de su boca y sintiendo un placer sin igual, deje caer mi cadera haciendo que la mitad de su miembro quedase fuera, pero el, la bajo otra vez haciendo que volviera a entrar y mi espalda se arqueo de nuevo. No me había dolido, al contrario, casi con ese movimiento había tenido un orgasmo.
Saco su miembro totalmente y lo volvió a meter, lentamente hasta la mitad y rápido hasta el fondo, repitió eso todo el rato, lento, rápido, lento, rápido, en cuanto sus labios se separaron de los míos, gemí, gemía rápido, fuerte, pronunciando su nombre, nombrando al placer, pidiéndole mas, con mas fuerza, mas rápido, el besaba mis labios, mis pechos, mi oreja, mordía mis hombros, succionaba mi cuello, sus movimientos de cadera cada vez eran mas rápidos, mas fuertes, mas profundos
- ¿Te gusta? -
Me pregunto, asentí, gimiendo sin parar
- me encanta, no pares, no pares -
repetía, mis manos ascendían y bajaban por su espalda, casi arañandola del placer que sentía, me di cuenta de que cada vez que arañaba su espalda, la metía con mas fuerza, eso debía darle placer y así lo hacia, le arañaba solo para que me penetrase con mas fuerza, una y otra vez, una y otra vez ...
No se cuanto paso hasta que me di cuenta de que acababa de encontrar la carretera que guiaba hasta el orgasmo, mis uñas se enterraron en sus hombros y mis gemidos se hicieron mas cortos, fuertes y seguidos, sus movimientos se acentuaron y sentí lo mas maravilloso del mundo, un placer embriagador, una convulsión extrema que me hizo sentir todo el calor del mundo, estaba teniendo mi primer orgasmo y el conmigo, de pronto, note algo cálido en mi interior, eso me hizo llegar inmediatamente a mi segundo orgasmo, había llegado y lo había echo dentro de mi ... de su prima menor ...
Poco a poco, los movimientos se hicieron mas lentos hasta que se quedo inmóvil sobre mi ... al poco se separo suavemente, cuando si miembro salio de mi interior, con el lo hizo nuestros fluidos, notaba como caían de mi sexo a la cama, debía haber disfrutado mucho pues los fluidos eran abundantes ...
Me miro y sonrió acariciando mi cara
- Siempre te he deseado -
Susurro besando mi rodilla, me sentía la mujer mas feliz del mundo, me miro y puso cara de travieso
- Me temo ... que voy a tener que limpiarte -
Me saco la lengua y se fue a buscar un poco de agua y una esponja, no se porque, intuí que la cosa no había terminado ahí, me limpiaría y volvería a hacerme disfrutar de un nuevo orgasmo.