Siempre Sere de TodoRelatos
Regrese.... Esta historia nació de esta misma pagina, espero les guste... y pues si, tiene algunas rosas...
Disculpen el abandono forzado que me alejo de las páginas de TodoRelatos, tuve una desagradable experiencia con mi cuenta de correo electrónico, y no podía acceder a ella.
Pienso continuar con mi serie “Amor en Tiempos de Protesta” próximamente, creo firmemente que es una historia que merece ser terminada, ya que me ha dejado muchas enseñanzas.
Pero vamos al tema, este relato nace gracias a esta misma página, como sabrán, dejo mi correo público para contactos, porque si algo me enamora de la escritura, es poder interactuar con las personas que son capaces de soportar mis relatos.
Desde mis primeros relatos, siempre me ha escrito una lectora (que me pidió no hiciera público su nombre), pendiente de cada uno de mis relatos me daba mucho orgullo saber que existían personas que disfrutaban de mis letras.
Una noche, o mejor dicho, madrugada que estábamos conversando, me confesó que me conocía, tengo que decir que fue algo que me sorprendió, pero realmente poco me importa que la gente sepa o no mis gustos sexuales, soy abiertamente lesbiana, y pues desde hace 11 años soy independiente.
Cuando pregunte de donde, o quien era realmente, no quiso responderme, solo me dijo que ella deseaba poder hablar conmigo libremente, sin restricciones, sin tabú, pero no se sentía lo suficientemente valiente para hacerlo.
Ese día en la mañana mi novia… ejem… si Mi Nena…me llevo a mi trabajo con mis habituales lentes hiper-oscuros (la luz de las 6am aunque no lo crean es fuerte para alguien que duerme 3-4 horas al día), todavía no éramos novias oficiales, pero estábamos en camino a serlo.
Mi jornada laboral estaba siendo más aburrida de lo normal, pero no puedo quejarme, por lo menos estaba sentada con aire acondicionado, cuando se hizo la hora de almuerzo me fui a mi habitual restaurant vegetariano (no soy vegetariana ni cerca, pero de vez en cuando me siento gordita y me miento un rato a mi misma).
Cuando entre no habían mesas desocupadas, así que me disponía a pedir para llevar cuando la dueña, una mujer trigueña de unos 40 y tantos años muy bien llevados, algo ancha de cadera pero con su vientre plano y unos cuantos muchos, muchísimos centímetros más alta que yo, me saludo.
Yo era cliente habitual en ese negocio, y siempre mantenía conversaciones normales con ella, las usuales entre los venezolanos, (se fue la luz, no hay tal cosa, hice cola 3 horas para tal cosa, etc).
Le conté que me disponía a pedir para llevar porque no había donde sentarme, y para mi sorpresa ella me respondió que si quería, comiera dentro, en su oficina, que ella sabía lo mucho que me disgustaba comer en el trabajo.
Al principio pensé en rechazar la oferta, pero por primera vez en algo más de 2 años que tengo comiendo en ese negocio, me detuve a mirar detalladamente a esa hermosa trigueña, sus ojos negros, sus labios gruesos y su cabellera larga azabache le daban una sensualidad deleitante.
La trigueña me tomo de la mano y me llevo hasta dentro de su oficina, bueno, las personas que leen mis relatos saben que con mis 1,51mts de blanca figura, no soy de las personas que saben decir no… claro… cuando no quiero....
Al entrar ella se sentó en su escritorio y dio vuelta a la pantalla de su computador, dejándome ver la pagina de TodoRelatos, y eso me ayudo a deducir quien era, Mi lectora, esa persona con quien tanto hable por correo, era la dueña de ese restaurant de comida vegetariana.
Cuando pude darle la cara, tengo que decir, que por primera vez en muchísimo tiempo me sentí intimidada al punto de temer, me sentía súper pequeña delante de ella, y a decir verdad, no tenía muchas ganas de una nueva historia cuando todo iba tan bien con Mi Nena.
Mi lectora me miro a los ojos, y me pregunto que le parecía haberme conocido, y le conteste la verdad, que me alegraba mucho, que era muy linda y que de haber sabido hubiera venido a comer acá mas a menudo para poder conversar con ella.
Mi entre pierna se agito al sentirme tan indefensa por ella, hacía mucho tiempo que no me sentía tan “sumisa”, pero me calentó el pensamiento de sentir sus manos en mi.
Mi lectora me pidió que me acercara a ella y yo como una autómata lo hice, cuando estuve lo suficientemente cerca me agarro de uno de mis brazos poniendo mis senos pegados a su rostro, sus manos me rodearon y apretaron mis glúteos.
Comencé a jadear cuando ella empezó a voltearme para bajar mis pantalones, con un rápido movimiento de sus manos me tuvo en hilos con los pantalones en mis tobillos y mis glúteos a su completa disposición.
En ese momento me entro pánico, realmente no quería enredarme con nadie en estos momentos, pero en ese momento de mas duda, su mano se levanto para darme uno de los azotes más fuertes que me han dado en mi vida, tan fuerte que no pude evitar gritar ahogadamente.
Creo que ese azote fue un detonante en mí, me agarre de su larga y negra cabellera y la jale tan fuerte que la hice ponerse de pie, a pesar de su altura y tamaño tuve fuerzas suficientes para mantener mi agarre.
La acosté duramente boca bajo de su propio escritorio, y subí su vestido para descubrir sus grandes y carnosos glúteos que constataban con un hilo blanco de pequeñísimas proporciones.
Mi lectora parecía no salir de su asombro, e intento luchar, pero antes de poder perder el control pude azotarla con tanta o más fuerza que el suyo propio, para mi sorpresa dejo de luchar, e incluso levanto un poco mas sus glúteos como esperando el siguiente azote.
Pero esta vez el control lo llevaba yo, subí mis pantalones, acomode mi cabello, y me fui, dejándola tal cual estaba en su oficina, pidiéndome por favor que no me fuera.
Cuando pude coger aire fresco me sentía enormemente orgullosa de mi misma, no solo por haber podido dominar a una dominante, sino que había huido sin haberle sido infiel a mi Nena, y eso era lo más importante.
Al día siguiente fui de nuevo al local a comer, y trate a mi Lectora como si nada hubiera pasado, ella entendió porque no había pasado nada, pero creo que quedo con ganas de ser sumisa por primera vez en su vida, tal vez, algún día, pueda ayudarla con eso, porque si algo me ha enseñado la vida, es nunca decir “de esta agua no beberé”…