Siempre me han gustado las mujeres mayores Parte 2

De como una tarde de sabado termino con la mejor mamada que me habian hecho hasta entonces

Cuando escribí el anterior relato no esperaba el éxito que este tuvo así que os recomiendo que si no lo habéis leído le deis un repaso ya que este es una continuación del anterior.

Como os decía la otra vez conocí por el chat a una chica bastante mayor que yo que resulto ser amiga de una prima mía. Se llamaba Chelo, era delgada y su piel denotaba el paso de la edad pero aún se mantenía tersa debido a que practicaba deporte y algo que no podemos pasar de largo, era pelirroja, no pelirroja de tinte como después me encontraría a lo largo de mi vida si no pelirroja de verdad.

Hago hincapié porque desde ese día tuve una obsesión pornográfica por las pelirrojas a la vez que por las mujeres maduras.

Después de hablar varias veces por el chat y por teléfono decidimos dar el paso adelante y quedar por fin.

He de decir que mis citas en aquellos tiempos no eran muy historiadas ya que no buscaba el amor ni mucho menos, solo aumentar la lista de conquistas que ya empezaba a tomar forma, por suerte aunque perdí mi virginidad bastante tarde, a los 18 años después fue como una carrera de fondo hasta que finalmente eche el freno a los tres años ya que o echaba el freno o descarrilaba el tren.

Volviendo a nuestra historia quedamos una tarde de sábado, yo cogí el autobús que va de mi pueblo a la ciudad y después el que iba de la ciudad a su pueblo. Eran las 3 de la tarde justo después de comer cuando llegue a su casa toque el timbre y allí estaba ella.

Al estar en su casa no se había arreglado demasiado y llevaba un pantalón corto que mostraba sus muslos y una camiseta negra de manga corta. Me invito a una copa y nos fuimos al sofá “a ver una peli” (Ahora se le llama ver Netflix), nada más caer en el sofá empezó a besarme con maestría echándose encima de mí a lo que yo respondí rodeándola con mis brazos y aunque intento llevarme a su terreno yo como buen Cáncer tenía que llevar las riendas de la situación. Iluso de mi…

En aquel momento nuestras lenguas se juntaron y nuestras manos acariciaban cada centímetro de nuestra piel, aun llevábamos la ropa puesta por lo que empezó a desabrochar mi pantalón, atascándose como siempre desde que tengo uso de razón con el cinturón que llevaba y es que por aquel entonces yo utilizaba un cinturón un poco extraño cuya hebilla era un abridor por el que se pasaba la punta del cinturón por tanto había que girar el cinturón en una postura especial para quitarlo.

Finalmente desistió en su empeño y la tuve que ayudar a que se deshiciera de aquel complemento del demonio si quería pasar a mayores. Una vez desprendido del cinturón desabotono mi pantalón vaquero en el  que ya empezaba a notarse mi erección en crecimiento. Después de terminar metió su mano y la agarro con fuerza y empezó a masturbarme por debajo del bóxer, a lo que respondí haciendo lo mismo con sus pechos.

Con una mano los masajeaba y con la otra desabrochaba su sujetador, tarea que nunca me ha costado trabajo ya que he tenido bastante maña con eso y nunca he entendido que se atranque ahí la gente.

Cuando sus pechos estaban libres empecé a comérselos, apretándolos con mis manos, lamiendo y mordisqueando su pezones que eran grandes como galletas, la primera vez que veía unos así.

Ella se sentó encima de mí en el sofá y empezó a restregarse encima de mi paquete moviéndose adelante y atrás, poniéndomela cada vez más y más dura, después me termino de quitar el pantalón vaquero y me dejo en bóxer, de pie delante de ella. Saco su lengua y empezó a lamerme el paquete por encima del bóxer lo cual me éxito mucho. He de decir que siempre me ha excitado mas los roces furtivos que ir al grano.

La situación estaba ya a punto de explotar cuando finalmente me quito el bóxer y libero mi pene deseoso de probar esa lengua y esa boca que se acercaba a él con cara de golosa y eso fue lo que hizo, empezó a lamer desde el glande hasta los huevos, otra situación que era la primera vez que sentía, esa lengua húmeda recorriendo toda mi polla mmmm que placer, no puedo pensarlo sin excitarme y es que fue una de las mejores mamadas que me hicieron en mi vida y ya llevaba unas cuantas, después vinieron otras mejores pero eso es otra historia.

En este momento me percate de un espejo de cuerpo entero que había en el salón y pude ver a aquella mujer engullendo mi verga y chupándome hasta el último centímetro de mi entrepierna como si fuese una película porno, lo cual sumado a la maestría de aquella diosa pelirroja hizo que no tardará mucho en vaciarme y llenar toda su boca.

Como nunca me ha gustado dejar a nadie a medias y no hay cosa que me guste más que practicar el sexo oral, le devolví la jugada a ella, bajando sus braguitas y hundiendo mi lengua en aquel recién depilado coñito. A un a pesar de su edad, de haber estado casada y de su experiencia no tardo mucho también en regalarme el primero de sus orgasmos lo cual me dejo toda la cara empapada en sus jugos los cuales saboree con placer.

Este fue el primero de varios momentos íntimos de aquella tarde pero como no me gusta extenderme dejare los siguientes para el próximo relato.

Estos relatos son totalmente reales y son recuerdos que comparto con vosotros, me gustaría que me escribierais comentarios dándome consejos y diciendo que podría mejorar.