Siempre fuimos amigos..

Eramos tres amigos, que buscaban disfrutar de un cuarto, a veces hombre, a veces mujer

Hola

Esa noche que conocí a Myriam y a Gonzalo, se formó una amistad hermosa. Salíamos a cenar o a bailar, y a veces buscábamos en los boliches un cuarto, que podía ser hombre o mujer.

Algunas veces desperté en mi casa, rodeado de dos tipos y Myr; y a veces era Myr, una amiga y yo, porque Gonza desaparecía.

Cierta noche fuimos a bailar a Puerto madero, y Myr se engancho con una chica. Se fueron a un rincón, y se pusieron a apretar. Vinieron a decirnos si nos podíamos ir, ya que Myr queria cogérsela en su casa. Arrancamos los 4.

Al llegar Gonza y yo preparamos algo para comer y tomar, y las chicas se fueron al balcón. Entre risas y charlas, se pusieron a apretar y se fueron poniendo más locas.

Entraron de la mano, pasaron al dormitorio, y se quedaron alla. Al rato fuimos con Gonza, para ver que hacían.

Estaban ambas enroscadas, haciendo un hermoso 69. Paola (que asi se llamaba la chica del boliche) tenia unas tetas impresionantes, que chapoteaban sobre el abdomen duro de Myr.

Con Gonza nos acomodamos, cada uno en un sillon, y nos pusimos a pajearnos, mientras las chicas cogían entre ellas.

Myr se paró, fue hasta su mueble preferido, donde guardaba todos los juguetes, y saco un consolador doble, que debía medir unos 70 cms. Pao abrió grandes los ojos, y se metió los dedos en su concha. No esperaba que apareciera ese juguetito en escena. Mientras con Gonzalo, nos habíamos acomodado y desnudados, esperando poder participar de eso.

Se acostaron enfrentadas, Myr chupo ambas puntas, y le paso una a Paola, que en pocos segundos logro metérsela en su concha. Myriam hizo lo mismo. Asi quedaron enganchadas, y masturbándose con el consolador bien metido

Me desnudé completamente, y me subí sobre Paola. Le puse mi pija en su boca, que ella chupo con ganas. Me corrió hacia arriba, y metió su lengua en mi culo. Seguía con su consolador metido, yo jugaba con mi culo sobre su cara, y de paso le tocaba sus hermosas tetas (¿100? 110?, eran enormes).

Gonza estaba dejándose mamar por Myriam, y asi estuvimos un largo rato. Cuando ya parecía que estábamos por acabar, ambos nos bajamos, y dejamos a las chicas que siguieran con el jueguito. Aproveché y me acerqué a Gonzalo y comencé a mamársela. A pedido de Myr y mio, se había depilado en forma total, es decir que sus huevos eran lampiños, al igual que su culo.

Me arrodille entre sus piernas, y mientras lo mamaba, lo miraba a los ojos, tambien le metía un dedo en el culo, porque sabía que Gonza disfrutaba mucho con esto.

Las chicas ocupaban toda la cama, asi que nosotros nos mantuvimos parados. Ellas decidieron que querían que las cogiéramos, y se pusieron detrás de nosotros. Asi que sin perder tiempo nos tiramos sobre la cama. Durante unos minutos nuestras manos tomaron los penes del otro, para masturbarlo, mientras nos besábamos apasionadamente.

Gonza se abalanzo sobre mi pija, y giro sobre su eje, ofreciéndome su culo, abierto y pedigüeño, y con su agujero rosado, casi como el de una quinceañera. Metí mi lengua dentro suyo, mientras seguía mamándome.

Con una mano, le apretaba los huevos, y por momentos metía su pija dura, como una piedra, dentro de mi boca.

De repente, aparecieron unas manos apoyadas sobre el culo de Gonza, eran Myriam y Paola que buscaban chuparle el culo a Gonza. Este se giró, vio la escena y dejo mi pija de lado, absorto recibiendo nuestras manos y lenguas en todo su culo.

Paola se fue de la escena, y solo quedamos con Myr compartiendo la pija de Gonza, no queríamos hacerlo acabar aun, esa era la idea. Por momentos nos besábamos y nos pasábamos todo el líquido preseminal que Gonza ya despedía.

Reapareció Paola, con el dildo colocado. Myr, evidentemente se lo había dado. Las mujeres (eso lo aprendí con el tiempo) aman hacerles el culo a los hombres.

Pao se acercó, apoyo el dildo sobre el culo de Gonza, y fue metiéndolo poco a poco. En la posición que yo estaba, tenia la concha de Paola sobre mi boca, y aproveche. Fue solo meter mi lengua, que su vagina comenzó a largar jugos, mi boca no daba abasto para poder tragar. Y mientras, la dueña de esa vagina húmeda cogía a nuestro amigo con todas las ganas.

Myr se había quedado sin nada que hacer, y se fue para delante de la cama. Se acostó, y empezó a mamar mi pija, y por momentos compartía la misma con Gonza.

Cada uno daba y recibía placer. Estábamos todos muy calientes, Paola apuraba las embestidas, Gonza y Myr chupaban mi pija, sabiendo que en cualquier momento iba a acabar, yo chupaba la concha de Paola y con una mano masturbaba a Gonzalo.

No se cuanto tiempo habrá pasado, solo sé que Gonzalo no aguanto mas y me lleno la mano de semen caliente y espeso. Yo estuve un poco más, hasta que pude acabar dentro de la boca de Myr, y esta le paso mi leche a Gonzalo, en un beso sonoro, y a todo esto Paola no paraba de gritar, y tambien lleno mi boca con su leche. Fue apoteósico.

Cuando los últimos estertores del hermoso polvo se iban, fuimos desarmando aquella llave que habíamos formado.

Caímos en la cama, en forma desordenada. Paola no paraba de besarme, sintiendo su leche en mi boca y Gonza estaba sobre Myr chupándole las tetas, que aún tenían gotas de mi semen.

Otra noche hermosa había pasado.