Siempre es mejor si estas acompañado
La complicidad de mi hermana me ayuda a ligar, ¿sabes cómo?
El novio de mi hermana no puede hacer vacaciones al mismo tiempo que nosotros y por tanto ella se pasa las tres semanas tratando de apartar los moscones de playa que siempre aparecen tratando de ligar con ella.
Debo reconocer que a sus veinte años está mejor que bien y no es extraño que tenga tanto éxito. En cambio, yo paso suelo pasar bastante desapercibido y me cuesta ligar durante las vacaciones fuera de mi entorno habitual donde conozco los sitios habituales para ir de ligue. En vacaciones a pesar de que las circunstancias pueden parecer más favorables no se me da nada bien.
Todo cambio drásticamente cuando el año pasado aparecimos en la zona de recreo juntos y los presentes creyeron que éramos pareja. Para mi hermana supuso un gran alivio el no tener que explicar una otra vez que tenía novio y que no le apetecía nada estar con otros chicos. Conmigo aparentando que era su novio estaba a salvo de tanto moscón.
Esta circunstancia para mí fue como tener una credencial para presentar a las demás chicas. Todas las chicas libres pensaron que yo debía tener algo especial para ligar con una chica tan maja. Las más retorcidas enseguida pensaron que tener una aventura un chico que ya tiene novia, además de tener el morbo de robar lo que pertenece a otra, también podría resultar mas discreto y seguro, al presuponer que el principal interesado en que no se sepa nada iba a ser yo mismo.
Son esas chicas que gustan pensar que pueden seducir a cualquier hombre, sea soltero o casado, esas que se sienten tan sexy que no dudan en medirse con “cualquier novia” para saber si son capaces de seducir al hombre que está por ahí distraído y que se puede cazar al estar desprevenido.
Tanto mi hermana como yo dimos sustento al mal entendido y ambos sacamos partido de la situación. Ella estaba tranquila, tomando el sol, leyendo o soñando despierta con su verdadero novio. Yo le comenté que desde que las demás chicas pesaban que éramos novios, había tenido muchas más oportunidades y que parecía que estaban deseando encontrarme a solas para tirarme los tejos.
Esta confidencia entre hermanos le hizo mucha gracia la situación e intentó echarle una mano. Al fin y al cabo, yo soy su hermano y estaba bien que ella me ayudase en todo lo que me haga feliz. Además, echar un poco de picante a las insulsas vacaciones podría llegar a ser realmente divertido.
Andrea me veía muy feliz fingiendo la incomodidad que supone estar con la pareja y sentir como algún bomboncito se acercaba con claro interés por provocarte un calentón de bragueta.
Poco a poco fuimos coleccionado situaciones llenas de morbo y cuando agotamos las situaciones corrientes, pusimos a trabajar nuestra imaginación para crear nuevas escenas llenas de erotismo. Con la ventaja de estar compinchados y trabajar en equipo podíamos manejar las situaciones a nuestro antojo y hacer bailar a las chicas al son de nuestra música.
No cabe duda que el más beneficiado de esta historia era yo y por eso le estoy profundamente agradecido a mi hermana menor. Algunas veces recordamos aquellas tardes, los detalles, las argucias y lo que nos llegábamos a inventar para “cazar” a todas las que iban de listillas, como las hacíamos caer en nuestras trampas y nos reímos mucho.
Siempre recordare la primera noche que salimos juntos. Al entrar al pub creo que todas las chicas y chicos se volvieron para vernos entrar. Mi hermana llevaba unos pantalones y camisa blancos que le sentaban de maravilla, causo sensación al entrar.
A los pocos minutos ya estábamos rodeados de curiosos y curiosas. Mi hermana mantuvo a raya a los pretendientes y yo me deje seducir por las chicas que se acercaron, aunque manteniendo las formas para alimentar la confusión.
En pocos minutos pasaron por delante todas las chicas que andaban buscando rollo para que yo pudiese compararlas con mi acompañante. Algunas eran realmente hermosas y otras no pasaban de una puntuación mediocre, pero todas querían saber mi valoración en relación a mi “supuesta novia”.
Las más atrevidas buscaron alguna excusa para hablar con nosotros y para palpar el “genero” de forma discreta. A alguna la premié con un apretoncito furtivo en la nalga o con alguna mirada de admiración hacia su cuerpo.
Mientras hablaba con mi pareja mirando hacia la zona de baile, sentí como una mano impúdica se entretenía en sobarme el culo. De reojo pude ver a las dos chicas que había a continuación de la barra. Seguro que estaban convencidas que ellas podían ser mis acompañantes con más méritos que mi pareja, y trataban de captar mi atención a toda costa.
Quizás solamente estaban buscando el morbo de meterle mano a un chico acompañado de su novia. Deben pensar que nuestra carne es muy débil y no somos capaces de resistirnos si una chica se pone a tiro.
Pensé que si cedía pronto a sus pretensiones se terminaría el juego. Así que me hice el duro y fingí no darle importancia a su desvergonzada acometida, y adopté una postura en la que se lo ponía francamente difícil para seguir tocándome el culo sin levantar sospechas. Lejos de darse por vencida la chica se hizo más osada y busco la forma de llamar mi atención.
Se puso a bailar detrás de mí. El frote de su trasero con el mío siguiendo el ritmo de la música fue su primera tentativa. Después me clavo el pecho en la espalda haciéndome sentir lo duro que lo tenía. Yo solo tenía que fingir cierta incomodidad y dejar que ella siguiera con el ataque. Aprovecho un descuido de mi hermana, para ella mi novia, para susurrarme al oído algo así como si quería salir con ella a dar un paseo inolvidable.
- Gracias monada… pero ¿no ves que estoy bien acompañado? – le dije haciendo ver que no me interesaba nada su juego.
Esa contestación no era la que esperaba y la encorajino todavía más para conseguir su objetivo, tenía que seducirme y conseguir captar mi atención quitándosela a mi novia. Visto que las técnicas empleadas hasta entonces no daban el resultado apetecido, las dos amigas optaron por ir hasta el fondo.
Una de ellas se acerca nosotros con un cigarrillo entre los dedos para pedir fuego. Mientras mi hermana rebusca en el bolso el encendedor distraída, la chica que estaba junto a mi alarga la mano y me coge el paquete de forma descarada.
Después del rato que llego conteniéndome no he podido ocultar que mi polla está completamente erecta y el pantalón disimula con dificultad su tamaño. Después de darle fuego a la otra chica mi hermana se percata de lo que pretende la otra chica y decide ir a bailar un poco en la pequeña pista que hay a unos metros.
En cuanto estoy solo sufro el acoso de la chica del costado. Me lanza una serie de piropos mas propios de un peón que de una chica. Me hago el desentendido y doy unos pasos hasta llegar a un lugar desde donde puedo ver a mi hermana bailando, aparentando que quiero alejarme de las dos chicas y ponerme en posición en que mi novia me pueda ver.
La chica me sigue y encuentra una oportunidad nueva para apretar el pecho contra mi brazo y ponerme la mano sobre el paquete. Ahora dejo que continué y que complete su plan. Su ímpetu llega tan lejos que no duda en bajar la bragueta y meter la mano dentro.
Cuando mi hermana vuelve acalorada por el baile prácticamente nos pilla en medio de una pajilla muy rica. Cruzamos las miradas y es suficiente para que ella descubra de inmediato lo que está pasando más abajo. Finjo cierto malestar, me revuelvo nervioso y trato de remediar la situación. La chica no se da por vencida y nos sigue hasta la barra donde hemos elegido un sitio más disimulado para que pueda terminar su aventura… y la mía.
En una alarde de picardía y para terminar de apañar la situación, mi hermana le pide tabaco a la chica que antes nos pidió fuego y se pone a hablar con ella haciéndose la distraída. Yo quedo al alcance de la otra chica esto desprotegido…mi novia esta distraída, tengo la polla bien dura, y eso indica que estoy a punto de caer.
Esta tras comprobar “el buen género que hay debajo del pantalón”, me invita a que la siga hacia la zona de los lavabos. Sin importarle que las otras chicas nos vean entrar en uno de los reservados, me empuja dentro en medio de un morreo espectacular. Yo aprovecho para meterle mano por todos los lados y dar rienda suelta a mi calentón, hacia un buen rato que estaba deseando poder hacerlo pues la rica está bien rica. En otras circunstancias quizás no se habría ni parado a mirarme, pero tal como lo hemos planteado para ella es un auténtico triunfo.
Consciente de que apenas tenemos unos minutos para consumar mi supuesta traición y su victoriosa seducción, se sienta sobre la taza y me desabrocha el cinturón y la bragueta con ansia desmedida. Me saca la polla, y tras comprobar que la dimensión no le ha defraudado se pone a darle chupadas y meneos como si estuviese en medio de una competición de velocidad.
“a ver quién consigue una corrida en la boca en el menor tiempo posible” parece que debe estar pensando. Esto me provoca una sensación ambivalente. Por una parte, las caricias no son de todo placenteras y esta sensación de alocada carrera no me gusta.
Por otra parte, que una chica guapa te haga una mamada sin conocerla de nada tiene un morbo muy especial. Ella se empecina en hacerme correr lo antes posible y yo en aguantar todo lo que puedo, por lo tanto ella se esfuerza cada vez más en la faena.
Se la mete hasta la garganta, luego juguetea con la lengua son la punta y con la mano no deja de sacudirme el pellejo y acariciar las pelotas. Parece una profesional, se las sabe todas…pero yo no soy un principiante y me resisto todo lo imaginable por no correrme en su boca como ella pretende.
Llega en momento de correrme y le aviso que ya me viene. Se retrasa un instante y la primera bocanada de semen la sorprende con su cara a varios centímetros. Las primeras gotas van a caer sobre su pecho y le manchan el vestido.
Lo le da mucha importancia…debe conseguir su objetivo, que nos es otro que sacarme hasta la última gota y para ellos se esfuerza al máximo…meneos lametones y garganta profunda todas las veces que haga falta. Cuando ya cree que lo ha conseguido se retira y contempla el resultado de su obra, una polla morcillona y completamente limpia.
Ahora repara en las manchas sobre su vestido, las mira con desdén, al tiempo que se arregla la melena y dice:
- No importa. A Mónica Lewinski le paso exactamente lo mismo y se hizo famosa por ello –
- Volvamos a la sala antes de que nos echen en falta – le digo.
- Mañana mi novia estará toda la mañana en la playa. Si quieres podemos quedar y se enseño lo que le hago… te aseguro que le encanta –
- Uhmmm! que pendón estas hecho…te dejo mi numero y me llamas – dice convencida que está conquistando su terreno al enemigo.
Deverano.