Si tu eres Romeo quiero ser tu Julieta 2
Mi hermano me ama como mujer, y yo estoy enamorada de el, dispuesta a darle todo de mi.
Muchas gracias por los comentarios, iré un poco más lento y contare mas a detalle, aquí está la segunda parte.
El sonido de llaves en la puerta me hizo reaccionar parecía que nuestros padres habían llegado a casa, tome su mano y la hice a un lado, nos quedamos mirando unos segundos, volvio a abrazarme, cuando lo hizo pude notar la erección en su entrepierna, él quería que lo sintiera pero fue cuando escuchamos pasos en la escalera y como la puerta del cuarto estaba abierta ya que por tanto alboroto no la habíamos cerrado, permanecimos abrazados, uno para que no se notara la erección de él y para que nuestros padres no sospecharan nada, mire el reloj de la pared del cuarto y vi que habían pasado unos 40 minutos a que subí a su habitación, no podía creer nada de lo que acababa de pasar, fue demasiado rápido pero a la vez tan lento, mi madre nos observo atenta en la puerta, yo tenía una expresión de sorpresa y nerviosismo, mi madre lo notó y como vio a Dan abrazándome supuso que algo me había pasado y mi hermano me estaba consolando.
- ¿Qué tienes Ale?
- Yo nada mamá, lo que pasa es que…
- Laura termino conmigo y mi hermana me estaba consolando, es la mejor hermana del mundo.
- Ay hijo, no estés así, ya verás que llegara otra chica especial a tu vida.
- Creo que ya hay una.
En ese momento sentí muchas cosas, alegría porque yo sabía que ella solo jugaba con mi hermano y el comentario de la chica especial hizo que mi corazón se pusiera al mil por hora, pero entonces lo segundo que sentí fue rabia, porque lo más probable era que mi hermano quisiera que yo fuera su premio ahora que no tenia novia, me aparte de mi hermano y dije que iba a comer, aunque después de todo esto la comida ya estaba más que fría, pero Dan no tardo ni un minuto en decir que me acompañaba, nuestro padre subía las escaleras para ir al cuarto con mamá , Dan espero a que se metieran al cuarto para ir corriendo conmigo , me tomo de la cintura a lo que yo no reaccione bien y lo aparte bruscamente con un empujón.
- Dante ¿qué carajo te pasa? ¿Quieres que yo sea el premio de consolación? Tu propia hermana, sangre de tu sangre ¿Cómo se te ocurrió besarme y aparte manosearme?
Lo último lo dije en un tono bajo por si llegaban a escuchar mis padres, aunque en el piso de arriba no se escucha nada de lo que pasa en el de abajo pero quería tomar precauciones, si nuestros padres se enteraban, seguro que me mandaban a un internado.
- No chaparrita eso no es verdad, yo te quiero, hace años que me atraes pero por el hecho de ser hermanos pensé que estaba mal el cómo me sentía, y verte cerca de ese tipo me hizo estallar en celos, saber cómo lo adoras y proteges a cada segundo aunque tú no le importes a él, verte como te la pasas metida en su salón cuidándolo, como platicas por el chat con él a diario, demonios Ale haces que me vuelva loco.
- ¿Chaparrita? Si no mal recuerdo hace un rato yo era Alejandra, y creo que ya estas completamente loco, tu sabes lo que siento por él y yo también se que no le importo más que como amiga, pero tu si eres mi hermano de sangre y lo que hiciste está mal.
- Hicimos Ale, tú respondiste a mis besos, te sentí acelerada, debes sentir algo más por mí que solo un amor de hermanos, hace unos momentos parecía que eso no te importaba.
Y él tenía razón ya que hace unos momentos yo era la que respondía esos besos apasionados que hacían que sintiera que me quemaba por dentro, esas caricias en mis piernas me gustaron muchísimo, me prendieron demasiado ya que mi ropa interior estaba completamente mojada por la excitación de saber que nos podían encontrar así, pero estaba confundida por todos estos sentimientos, ¿podría ser que estaba enamorada de mi hermano sin haberme dado cuenta de ello?, o quizá podría sentir atracción física por él, no me quedaba del todo claro que era lo que sentía en esos momentos así que me di la vuelta y encendí el fuego de la estufa y puse a calentar la comida, me gire de nuevo hacia él y le conteste:
- Dante… yo no sé que siento hacia ti en estos momentos, solo has logrado confundirme, necesito pensar las cosas.
- Está bien Ale yo no te voy a molestar mas este día, te sirvo la comida linda.
Y así lo hizo, me sirvió la comida, yo seguía caliente por lo que acababa de pasar, cuando nuestros padres bajaron rápidamente me dirigí al baño y empecé a tocarme, no podía ser que las caricias y besos de mi hermano me pusieran así, sentía que ardía, que me estaba quemando, me vine 3 veces de lo excitada que estaba.
Pasaron 3 días en los que me di cuenta de que mi hermano ya no era el crio con el que jugaba en el jardín, se había vuelto un hombre, podía verle hacer ejercicio por las mañanas, su amplia espalda, ver sus músculos, me encantaba observarlo correr, el se percato de esto porque lo miraba embobada desde la ventana, al irnos a la escuela nos echábamos una que otra mirada y yo me sonrojaba, de verdad me estaba enamorando de mi hermano, incluso había dejado de buscar a Alan, ahora era él quien me buscaba a mí en el chat pero casi no hablábamos, ya no tenía tema para sacarle a platica y no pretendía contarle lo que me estaba pasando con mi hermano, y con Dan solo hablábamos a la hora de la comida, para contarnos nuestro día.
Terminando de comer aproveche para darme una ducha para aclarar un poco mi mente, me depile mi conchita porque jamás me ha gustado tenerla peluda, me hace sentirme sucia, en eso escuche que se cerró la puerta de la entrada, eso me puso nerviosa de mil maneras, por la hora debieron ser nuestros padres, siempre salían los fines de semana y nos dejaban solos hasta la tarde del siguiente día, parecía que me había quedado sola con mi hermano, envuelta en una toalla salí corriendo a mi habitación pero él estaba en la puerta de la suya, tenemos la suerte de que nuestras puertas están frente a la otra. Vi como su mirada recorría cada centímetro de mi cuerpo, con esa mirada profunda parecía querer arrancarme la ropa, abalanzarse sobre mí, yo me sentía avergonzada, era la primera vez que me pasaba, debo decir que yo aun era virgen y él había sido el primer hombre en verme en ropa interior y recién salida de la ducha, no dije nada y corrí a mi cuarto, puse el seguro ante el miedo a que mi hermano fuera a entrar a continuar lo que sucedió aunque la idea empezaba a excitarme.
Me puse mi pijama que consistía en un camisón rosa de manga larga pero muy corto, y como suelo dormir sin sujetador así baje a la sala y vi que mi hermano estaba viendo una película de terror, a mi me encantan ese tipo de películas, regreso a verme, vi como sus ojos volvían a devorarme entera, me empecé a poner nerviosa, pero no podía ocultar que algo en el me atraía, quizá el saber que esto era prohibido, que nadie lo vería con buenos ojos, que tendría que ser algo oculto a todos. El traía puesta su pijama favorito, un short negro y una playera de manga corta blanca.
Me senté a su lado, el se quedo observándome unos momentos, me ofreció palomitas y yo tome un puñado, estábamos a mitad de la película cuando recargue mi cabeza en su hombro, pareció sorprenderle pero entonces acaricio mi cabello, mis mejillas, estiro el brazo y lo puso alrededor de mi hombro.
- Dante la verdad es que me gustas mucho.
- Y tú me gustas mucho a mi Ale, te adoro con todas mis fuerzas, solo te quiero a ti.
Seguido a esto me beso, de nuevo esos besos tan dulces, apasionados y tan excitantes, sabíamos que teníamos la noche para nosotros solos, se abalanzo sobre mí, no paraba de darme besos, decirme al oído que me amaba, empezó a masajear mis senos por encima de mi camisón hasta que mis pezones se pusieron duros, como lo tenía encima de mi pude sentir su verga dura encima de nuestra ropa, jamás había tocado ninguna, ni siquiera visto realmente exceptuando los videos pornográficos que había llegado a ver , yo soltaba ligeros gemidos de placer , me encantaba la forma en la que me tocaba, sus manos recorrían ahora mis piernas, levantando ese pequeño blusón hasta que me lo saco.
- Siempre has sido hermosa Ale.
- Dan haces que me sonroje, eres el primer hombre que me ve así.
- ¿Eres virgen?
- Si, si lo soy, me he masturbado pero solo eso…
- ¿Entonces voy a ser el primero Ale? Gracias por darme el honor de serlo, de verdad te amo.
- Tengo miedo Dan, mis amigas dicen que duele mucho.
- Yo hare que no te duela linda.
Entonces vi como su mano se deslizaba por debajo de mi braga, solté un gemido fuerte, el seria el hombre de mi vida ahora, empezó a frotar mi clítoris lento, e introdujo uno de sus gruesos dedos, no me dolió, al contrario esto me encantaba pero yo no podía dejarlo así a él, se veía que el short le apretaba y entonces me senté para poder sacarle la verga tiesa, y la vi, era una cosa enorme y gruesa, como de 19 cm, la verdad me asuste, solo por ver el tamaño no pensé que me pudiera entrar, la tome con mi mano y empecé a hacerle una paja, pero él me indico el modo correcto de hacerlo ante mis movimientos torpes, se quito la playera, pude ver su hermoso torso desnudo, termine de bajarle el short, me recostó en el sillón poniéndose de nuevo encima de mi dispuesto a meterme la verga, pero me notó nerviosa.
- ¿Qué pasa Ale? ¿No quieres hacerlo?
- La verdad es que me ha entrado miedo, creo que no estoy totalmente lista para hacerlo.
- Yo te respeto porque eres mi todo chaparrita, puedo hacerte disfrutar sin quitarte la virginidad.
Después de estas palabras bajo su cabeza hasta mi conchita recién depilada y empezó a lamer mi clítoris mientras metía un dedo dentro de su interior, yo empecé a gemir como loca, me encantaban estas nuevas sensaciones, me hizo venirme casi dos veces seguidas, pero ahora yo quería hacérselo a él aunque no lo hubiera hecho nunca, cambie de lugar con él, tome su verga y empecé a introducirla a mi boca dándole pequeños besos y lamidas, el me pedía que lo hiciera más lento y yo obedecía, en cierto momento el empezó a mover mi cabeza y yo a ir más rápido.
- ¡Ale me voy a venir!
Diciendo esto sentí como mi garganta era inundada por su leche, tenía un sabor algo amargo pero no desagradable, me lo tome.
- Ale de verdad eres muy buena en esto.
- Es la primera vez que lo hago Dan, te quiero.
- Y yo a ti mi Ale hermosa.
Me beso y de nuevo fuimos a la ducha, nos metimos juntos, platicamos, jugamos un poco con el agua, bajamos a arreglar el desastre que hicimos y nos fuimos a dormir juntos a cama de mi hermano, a la mañana siguiente no escuchamos que nuestros padres habían llegado temprano.
Continuara...