Si quedamos, prométeme que no follamos...
Lo conocí en la curiosa la red social de laisladegreta.com y le advertí que no tengo intención de acostarme con él por mucho que me excite....
Hola Héctor,
He estado un poco ocupada y sabes que no te escribo si no encuentro un momento de tranquilidad en el que pueda tocarme mientras lo hago.
Lo de tu visita a mi ciudad, no me asusta, tranquilo, simplemente no voy a quedar contigo, no te lo tomes a mal, pero sabes que lo especial de nuestra relación es el anonimato que nos brinda internet y que nos permite contarnos como extraños que somos, sin temores nuestras fantasías en los mails que nos cruzamos, esto es lo bueno, y el precio a pagar es no poder conocernos... resulta tan dramático, casi romántico ¿no crees?
Si quedáramos estoy segura de que pasarían esas cosas que tanto temo; nos veríamos en un lugar público para que yo me sintiera tranquila, me besarías en la mejilla al verme y de este modo ya me habrías tocado, incumpliendo de entrada nuestro acuerdo, dejarías que me confiara antes de acariciarme la pierna por debajo de la mesa, te conozco bien y tú a mi demasiado, sabrías que, mientras hablamos de cosas banales, mi aspecto calmado sólo esconde una mujer nerviosa, indefensa y probablemente excitada. Decididamente no podemos quedar Héctor, me conoces demasiado, a buen seguro sabrías del momento exacto en que susurrar en mi oído rogando por probar mi humedad, de la que ya estarías seguro, sin esperar mi respuesta acaricias mi rodilla y te deslizas por mi muslo, dejado tu mano un reguero de piel erizada tras de si, el temblor de mis piernas es mi cuerpo dando su permiso, la poca fuerza que aún me queda, no la malgasto en resistirme, con ella me esfuerzo en disimular mi placer ante todos los que nos rodean, bebo un sorbo de cerveza, ocultando con la jarra mi rostro mientras tus dedos expertos hacen a un lado mi ropa interior, que elegí por si esto pasaba; el efecto del alcohol se mezcla con el el morbo justo en el momento en que tu dedo me viola, y noto el sabor del placer en el cielo de la boca mezclado con espuma de cerveza.
Sin aviso retiras tu mano, y siento el gran vacío que me has dejado; en su retirada, tus dedos arrastran mis bragas para abandonarlas a medio camino de mis piernas erizadas y vuelves a encontrar el momento de rogarme al oído:
-Quítate las bragas.
Miras a mis ojos mientras, chupas tu dedo y sonríes con descaro. Me conoces demasiado, y de no habérmelo pedido me habrías decepcionado.
Hago como que leo la carta del bar mientras bajo mis brazos cuanto puedo sin doblarme demasiado, sobrepaso al fin las rodillas y la prenda cae al vacío, lees en mi rostro, entiendes y te agachas a buscarlas, mis piernas te esperan abiertas respondiendo a tu descaro, mírame, estoy mojada.
Tu rostro resurge encendido, tras recoger tu premio.
Me tomas la mano bajo la mesa, mi lánguida resistencia se diluye del todo al reposar sobre tu verga, el corazón me late y me retumba en los pezones, dolorosamente excitados y duros cristales quebrados; solo dejar de respirar en este instante me mantiene un poco la calmada; compruebo que nadie repara en nosotros y entonces palpo y respiro con ganas, nerviosa la sopeso y estudio su tacto, su calor, su estado, se me antoja más gorda que en las fotos, amo cómo palpita entre mis manos, casi sincronizada con los latidos de mi entrepierna y mis pezones, pienso en lo hermoso que parece un pene duro reposando entre unos dedos femeninos, en cómo su rudeza se transforma en delicado abandono, pienso en cómo la delicada caricia de mis dedos rodeando amorosos a ese tronco caliente se van transformando en abrazo desesperado que acaba estrangulando, apretando… y ordeñando.
Tu voz me saca de mis pensamientos
-Te gusta ¿verdad?
No esperas respuesta, ya sabes que si, te sonrío volviendo mi rostro hacia ti. Mi mirada te atraviesa y atraviesa al mundo, mis sentidos están todos ocupados en sólo sentir tu polla en mi mano.
-Está dura por ti.
Esta frase revolotea en mi cabeza mientras en trance sigo sopesando tu miembro.
-Quiero que la sueltes.
Rompes el hechizo y te interrogo con la mirada, tu respuesta en forma de sonrisa intenta inútilmente consolarme.
-Sólo voy al baño, estoy muy excitado, en un minuto estaré de vuelta con tus bragas empapadas en leche, y quiero que te las pongas.
¡Sabía que no debíamos haber quedado!, este pensamiento acude de nuevo mientras miro cómo te alejas, eres un cabrón, sabía que no te conformarías con sólo una cerveza, y yo tampoco. ¿Qué estoy haciendo?!! estoy de camino a los servicios, me tiemblan las rodillas mientras enfilo el pasillo oscuro y estrecho, el leve olor a orín hace casi innecesarios los carteles del “servicios”, paso de largo la puerta de “caballeros”, me detengo ante el de “señoras”, sigo sin saber que estoy haciendo, son mis piernas las que retroceden del nuevo hasta el de caballeros, un hombre sale del wc, me acelero, busco algo en mi bolso, quizás un poco de tiempo para pensar, tomo conciencia de mi cuerpo, una corriente de aire me refresca, noto la humedad y el calor en la desnudez de mi sexo; dejo de pensar y entro, camino con prisa, una cabina, dos… sólo la última está cerrada, llamo nerviosa y me abres.
Tu cara es un poema, cierras tras de mi la puerta. Recupero algo de calma y mucha de la excitación, tu mano está agarrada con fuerza a tu polla envuelta en mis bragas, retomas tu paja mirándome a los ojos, ahora que estoy aquí vuelvo a no saber qué estoy haciendo, ¡no tenía que haber quedado contigo!, en esto pienso mientras miro tu mano recorriendo lenta tu tronco, en un bucle excitante tu glande se asoma y se oculta entre el encaje de la poca tela de mis bragas. Apoyo en la pared mi espalda y mis manos suben como autómatas mi falda, mis dedos me separan los labios mostrando mi gruta abierta y desnuda; te acompaño y nos masturbamos frente a frente conteniendo los gemidos.
-Cómo te conozco cabrón, ¡sabía que no teníamos que haber quedado!.
Liberas tu miembro de la leve prisión de mis encajes, llevas tus dos manos a tu cara y aspiras mis bragas como un perfume sagrado, te acercas a mi, y sin tocarme te dejas caer en la pared a mi lado y susurras a mi oído.
-Ambos hemos incumplido el pacto, si estás arrepentida, nos vamos.
Me miras quieto a los ojos esperando mi respuesta.
-Lo estoy pensando. - Logro decir en un ahogado suspiro.
No puedo dejar de masturbarme, esto me excita demasiado, mientras lo hago deseo que me mires a los ojos. Sigues inmóvil, mi pierna se mueve, se produce un primer roce casual con tu pene, los demás dejan no son accidentales y cada vez más frecuentes.
-¿Y bien? ¿Qué contestas?
-Creo que lo mejor es que nos vayamos
Aumento la intensidad en mi masturbación, quiero correrme, deshacerme de la excitación que me mantiene obscenamente a tu lado, mis movimientos antes sensuales ya son burdos, de mal gusto y descarados, me penetro con rabia, mis dedos empujan sin piedad, la otra mano agarra con fuerza mi muslo tratando de evitar lo imposible hasta que al fin me rindo y me agarro a tu pene con ansias, mmmm, por fin sucumbo, perdí la batalla y me rindo ante el deseo!!Al carajo con todo! pienso, mmmm me abandono y cierro los ojos, me recreo en tu calor, en tu textura, ooohhh, ¡cuántas veces he deseado su tacto desnudo!
Abren mis ojos la presión de tus dedos en mi sexo, a penas tengo tiempo de tomar consciencia y mirar hacia abajo antes de ver como se pierden mis bragas dentro de mi coño empujadas por tus dedos.
-Ahhhh
Cierro los ojos y vuelvo mi cara al techo, instintivamente se abren mis piernas y mi pelvis busca la postura para facilitar la profundidad de tus dedos, mmmm me agarro fuerte a tu polla, es lo único que tengo en el mundo ahora mismo para no perder el equilibrio, ohhhh, que dulce abandono, no quería quedar contigo por temor a que pasara esto, mmmmm, abro los ojos y te miro, me estás observando. Das un paso más y me agarras por el talle, me besas y mi boca se abre, nada en mi cuerpo resiste a tus ataques, soy débil y tuya en este instante. Me agarras la mano que ase tu rabo y lo liberas para apoyarlo en la entrada de mi vagina, un temblor me recorre el cuerpo, a falta de donde agarrarme lo hago a mis propios pechos, los aprieto buscando dolor, buscando despertar de este sueño, pero es tu polla quien me despierta empujando a mis puertas, abro los ojos y recupero por un instante un gramo de cordura, aparto mi sexo y ahora yo susurro en tu oído.
-Por favor no! no me folles…
Pero mis bragas arden en mi coño y quiero algo que me sacie.
-Lo estás deseando…
-Lo estoy deseando Héctor, estoy rendida y espero como una perra en celo deseosa tu follada, te suplico a ti que no lo hagas…
Por fin veo compasión en tus ojos, tu polla asomando por tu cremallera me mira orgullosa y mojada , desabrochas tu cinturón y tu botón, bajas tus pantalones veo tu sexo en su máximo su esplendor com en las fotos, te sientas en el water, me tomas de la mano, me arrodillas ante ti.
-Tranquila, no voy a follarte.
Tu mano tras mi nuca empuja innecesariamente mi cara hasta tu glande, estoy tranquila porque no vas a follarme, agarro con avaricia tu rabo encendido, amaso tus huevos, y beso, y lamo y chupo con desesperación por donde puedo, el lugar huele a orina, estás sentado sobre la taza del water, no tiene tapa, y puedo ver el pis mezclado de no sé cuantos hombres que habrán pasado por aquí sin tirar de la cisterna, pienso en todas esas pollas y me excito más aún si cabe.
Desabrochas mis botones de la camisa mientras ya mamo tu verga sin control y enloquecida, pellizcas mis pezones, tiras de ellos, mi mano busca mis bragas dentro de mi vagina, mmmm, estoy en el cielo, me trago tu polla, y siento la mezcla de sensaciones que me invaden, el dolor y el placer de mis pezones retorcidos, el dulce sabor de tu polla mezclado con el de la derrota, la dulce rendición con el morbo de este sucio lugar, me clavo los dedos, noto acercarse mi placer, mmmm, empujas con fuerza en mi boca, me gusta cómo me utilizas, noto el frío del suelo en mis rodillas y el calor de mi coño en mis dedos, mmmm, ohhh, me voy a correr, lo noto!!, mi coño está inflamado y se me escapa un poco de pis, ohhh, me avergüenza pero no puedo evitar otra pequeña fuga al tiempo que gimo, lo has visto y te pone caliente, sabía que eres un cerdo, ohhhh me aflojo por fin y me abandono a mi orgasmo, mi mano empuja las bragas adentro, mmmm, comienza el orgasmo!!! temblores, mi cuerpo se tensa, ohhh, el dolor de mis pezones baja convertido en una ola de placer hasta mi vientre, mientras mil olas más suben desde mi coño recorriendo mi cuerpo en las mil direcciones…
-Si… ohhhh, sigue cabrón, mmm me estoy corriendo, ohhhh
La puerta de fuera se abre, alguien está entrando, entra en wc de al lado, me tapo la boca rodeando con mis labios tu rabo, estoy en el punto sin retorno, me estoy corriendo tratando de no gritar y sin querer detener mi orgasmo, sin poder ni querer evitarlo me meo, y me corro, y me sigo meando, mmmmm, ya no logro ahogar mis gemidos en tu polla, mmmm, sé que nos oyen, pero ya no me está importando, y me sigo corriendo, es un orgasmo intenso y largo que dura tanto casi como mi meada plácida, estoy en medio del charco caliente, ahora ya estoy hundida en mi placer y necesito que me folles pero es tarde, estoy en medio de mi imparable borrachera de placer, me saco de dentro las bragas, la aspereza del encaje recorre mi vagina, tiro de la tela hacia arriba en su salida sobre excitando dolorosamente mi clítoris y coronado la intensidad de mi orgasmo, libero mi boca de tu sexo y de mi garganta brota al mundo un prolongado alarido de agradecimiento y placer, tras unos instantes, se le suma el sonido de la cisterna de nuestro vecino, entonces me acuerdo nuevamente de él y sumo el morbo de ser descubiertos, me excita ser oída, me gustan los testigos, en este momento todo placer y el morbo del mundo se me antojan poco y no me importa exhibirlo.
Mis últimos gemidos se transforman poco a poco en ronroneos mientras froto amorosamente tu polla por mi cara, por mis pechos, me voy recuperando acurrucada entre tus piernas, mis ojos cerrados mientras y te huelo, beso tus testículos con agradecimiento unos segundos y al fin me pongo de pie temblando. Te agarro de la polla y te obligo a levantarte para ocupar tu lugar, así sentada en el water, te masturbo mientras me seco las rodillas de pis con las bragas, jadeas y me miras, te mantengo la mirada, te acaricio entre las piernas con las bragas y resoplas, me apartas la manos y te agarras el pene, te masturbas con muchas ganas, pellizcas con tu mano libre dolorosamente mi pezón... aumentan tus sonidos, sueltas mi pecho y me agarras la cara, situándola ante tu miembro, que golpea mi boca durante tu masturbada
-Que buena polla tienes cabrón... mmm
Y al oírme gimes, te corres, y me pillas distraída, el primer chorro cae en mi cara el resto lo recibo en mi boca mmmm me vuelve loca tu leche, mmmmm
-Si.... dame toda tu leche cabrón.
Sé que te gusta que te exponga con palabras mis vicios, mmmm te corres abundantemente mientras me sujetas la cabeza.
-Mmmm que rica mmmm
Te lo digo, tratando de retener tu semen en mi boca, para que lo sepas, pero también porque lo siento y necesito oírmelo a mi misma, pocas cosas me excitan tanto como un hombre derramando su deseo en mi boca.
-MMm que gusto….
Relamo tus últimas gotas de placer, con mi boca repleta, me siento plena y satisfecha.
Comiezas a subir tus pantalones.
-Quiero que te lo tragues.
Pero no te hago caso, escupo la leche en las bragas, es espesa y abundante, la sujeto en mi mano y te miro a los ojos, mientras llevo a mi boca las bragas y sorbo ruidosa tu semen, ahora si me lo trago con gusto. Con las bragas empapadas en semen y orina, me limpio los restos de semen de mi cara, me recompongo la falda y me pongo de nuevo las bragas.
-¿Lo ves Héctor? Te dije que no tenía que haber quedado contigo