Si no quieres incesto ciérrate de piernas.

Una madre descubre que su hijo y un amigo se han masturbado encima de ella y no parara hasta follárselos, con el consentimiento de su marido.

Una madre descubre que su hijo y una amigo se ha masturbado encima de ella, y no parara hasta follárselo.

Hola me llamo Carmen, tengo 52 años, soy morena y muy caliente. Todo el mundo me dice que me conservo muy bien y que soy una mujer muy sexy. Si pudiera os pondría una foto, pero creo que no se puede.

Mido 1.60, mi culo tiene los kilos justos, pero sin estar gordo y mis tetas con una talla de 110, tienen el poder de atraer las miradas de todos los hombres con los que me cruzo, eso ha hecho que entre nuestras amistades haya pocos matrimonios. Las mujeres somos bastante posesivas y detectamos enseguida a las zorras.

Me encanta calentar al personal, suelo ir con escotes muy generosos que dejan muy poco a la imaginación, además de no llevar ropa interior casi nunca.

Desde hace un  año más o menos mantengo relaciones sexuales con mi hijo. El tiene 20 años, y la fuerza y deseo propios de su edad, además de un miembro digno de un actor porno, con el que me hace gozar muchísimo. Ahora soy la puta de mi hijo y me utiliza a su antojo, entregándome a sus amigos con el consentimiento y participación de Carlos, mi marido.

Mi marido Carlos y yo somos muy activos sexualmente, aunque lo correcto sería decir que la activa soy y que el simplemente no está a mi altura, y mas de una vez se conforma con hacer de mirón o de esclavo, además de gustarle. Yo intento ser la más puta, y él, el más cornudo. Su obsesión es verme con otros hombres, que el mismo se encarga de buscar y traérmelos,  y mientras me utilizan sexualmente él disfruta haciendo de mirón.

Pero lo mejor será empezar por el principio.

La cosa empezó una día que mi hijo Antonio dijo que al iba a pasar la noche fuera de casa y que no vendría a dormir.

Esa tarde habíamos tenido sexo con un grupo de amigos que suelen venir regularmente, con el pretexto de ver el futbol en mi casa, después suele terminar en a una orgia en la que yo soy la protagonista. Esa tarde eran cuatro, más mi marido y  el perro, que también suele participar y de hecho fue la causa del comienzo con este grupo, pero eso es parte de otra historia, si lo deseáis.

La noche a la que hago mención, después de la sesión de sexo a la que me refiero, quede plenamente satisfecha y llena de leche por todos los agujeros. Cuando se fueron todos, me duche y me puse un camisón corto, me gusta ir ligera de ropa cuando duermo. Mi marido se fue a la cama y yo me quede un rato viendo la tele. El Camisón no tapaba absolutamente nada, los pechos se me salían al estar tumbada y mi culo y coño estaban completamente a la vista, pero como no esperaba que volviese Antonio, me dormí tranquila.

A la mañana siguiente me desperté dolorida después de toda la noche en el sofá, al incorporarme y estirar el camisón me di cuenta de que tenia restos de semen a la altura del culo, me extraño mucho, porque me acordaba de que me lo había puesto limpio. Pensé que se habría manchado con algún resto de semen que habría en el sofá de la juerga de la tarde anterior, y sobre el que me acostaría.

Cuando iba hacia la cocina salió de repente mi hijo Antonio de su habitación, dándome un buen susto. Lleve las manos al camisón intentando tapar todo lo que asomaba, pero era imposible, había más carne que tela. Si tiraba hacia abajo se me asomaban las tetas, casi para salirse. Si lo subía enseñaba el coño casi en su totalidad, depilado, y con los labios destacando.

-          Joder Antonio que susto me has dado, ¿no se suponía que estabas durmiendo en casa de tu amigo?

Antonio no decía nada, absorto en mirar lo que yo intentaba tapar.

-          Sí, pero como habíamos tomado unas copas decidimos quedarnos a dormir aquí.

-          ¿Qué Luis está durmiendo en casa, donde? Grite.

-          En mi habitación.

Para pasar a le habitación era obligatorio pasar por el salón y cerca del sofá donde yo me quede dormida. Eso quería decir que me habían visto prácticamente desnuda.

A mi cabeza vino rápidamente mi imagen el sofá y a mi hijo y a su amigo mirándome.

Mientras que hablábamos, que no paraba de mirarme con descaro

-   Deja ya de mirar que se te van a salir los ojos.

-   Si mama, pero no es tan fácil cuando ese camisón no tapa prácticamente nada. Y al fin y al cabo soy tu hijo.

-   Sí, pero no me miras como tal. Su pantalón estaba empezando a delatar su excitación.

-   Mama no sería mejor que te vistieras con algo más apropiado, podría salir Luis en cualquier momento.

Di me vuelta y me dirigí hacia mi habitación, por el espejo del pasillo me fije que no me quitaba ojo de encima, y eso hizo aparecer la puta que hay dentro de mí. Deje caer el cepillo que llevaba en la mano, y me agache sin  prisas a recogerlo, fijándome por el espejo como abría la boca y los ojos mientras los fijaba en mi coño completamente al aire. Me incorpore y seguí hasta mi habitación, donde nada más entrar me quite el camisón y  tumbándome en la cama,  empecé a tocarme.

Carlos se despertó y se quedo observándome.

-   ¿Qué te pasa, estás caliente?

-   Pues sí, acabo de despertarme en el sofá, y me he encontrado que tenía el camisón lleno de restos de semen, y no puede ser de la juerga de ayer, porque me lo puse limpio después de ducharme. Por lo que, o has sido tú mientras dormía, o bien tu hijo.

-   ¿Quieres decir que se ha masturbado encima de ti mientras dormías?

-   ¿Has sido tú?

-   No.

-   Pues ha tenido que ser él o su amigo, o los dos.

Mientras hablábamos su mano aparto la mía e introduciendo dos dedos dentro de mi coño empezó a menearlos completamente lubricados con mis jugos.

-   Parece que no te disgusta mucho la idea, teniendo en cuenta lo mojada que estas. Es cierto, ¿te gusta?

-   No puedo negar que me excita mucho.

Se subió encima de mí e introduciéndome su pene empezó a bombearme salvajemente mientras que me seguía hablando.

-   Parece que a quien excita mas, es a ti.

-   Si, no puedo negar que me excita mucho pensar que te folla nuestro hijo.

-   Y estarías dispuesto a dar ese paso, una vez que lo des no hay marcha atrás.

-   SI, lo deseo mucho. Me gustaría verte follar con él.

-   A mí también me excita mucho.

Le conté lo que había pasado en el pasillo y lo que había hecho dejando que me viera el coño, y como había reaccionado.

-   Seguro que ahora mismo está masturbándose en su habitación dijo Carlos.

-   No creo, esta su amigo con él.

Se levanto sobre los brazos, y dijo que entonces lo más probable es que se hubieran masturbado los dos encima mía. Y cogiendo el camisón miro la cantidad de semen que tenía.

-   Esto no tiene pinta de ser de una sola corrida, está perdido. Mira y lo puso delante de mis ojos.

-   Todavía huele. Dije.

-   Si, te gustaría chuparlo.

Lo puso en mis labios. Y me dijo.

-   Lámelo puta, saborea el semen de tu hijo.

Saque mi lengua y empecé a pasarla por la mancha del camisón, sentía su olor, y no pude aguantarme, explote en un orgasmos salvaje mientras que me imaginaba a mi hijo masturbándose encima mía.

Carlos también exploto dentro de mí inundándome de semen. Metió dos dedos en mi vagina y sacándolos con restos de su corrida me los metió en la boca, diciendo.

-   Lámelo, y piensa que es de tu hijo que se ha corrido en tu coño.

Le obedecí y mientras  limpiaba sus dedos con mi lengua imaginaba lo que me había dicho y explote en un orgasmo aún más fuerte que él, anterior.

-   Cuando lo vas a hacer, me pregunto Carlos.

-   Lo dices en serio, mira que es una cosa muy fuerte.

-   Lo pensare.

Me fui a duchar, en mi cabeza no paraban de dar vueltas imágenes de mi hijo y su amigo masturbándose encima mía hasta correrse. Y decidí que de alguna manera o de otra conseguiría hacer realidad que me follara.

Me puse una camiseta de tirantes, las tetas se asomaban por arriba y por los costados a punto de salirse, y mi culo se marcaba debajo de la camiseta, dejando bien claro que no había nada más. Y con esa vestimenta me fui a hacer el desayuno.

Cuando termine pegue un grito.

-   Todo el mundo a desayunar.

Los primeros en llegar fueron mi hijo y su amigo, y al momento Carlos. Todos venían en pijama.

-   Buenos días señora Carmen. Dijo Luis.

-   Hola mama.

Sus ojos me devoraban, yo estaba caliente nada más que de pensar en esos jovencitos y sus pollas. Me entretenía cuando me inclinaba sobre la mesa para servirlos y la camiseta se ahuecaba dejando ver mis tetas al completo con los pezones erectos y marcándose provocativos delatando mi estado.

Notaba como sus pollas crecían debajo de sus pantalones, ardía en deseos de lanzarme sobre ellas, mis jugos corrían por mis muslos. Me incline a coger algo del cajón del frigorífico regalándoles una visión completa de mi coño.

Decidí que o paraba o esa misma mañana acabaría con sus pollas dentro de mí.

Bueno, os dejo desayunando. Voy a asearme. Mientras decía esto me estire con lo que la camisa subió dejándome a la vista de los tres, que ni contestaron.

(Continuara)…si gusta.

Carolo.x@hotmail.com