Si no quieres incesto, ciérrate de piernas 5ª Part

Carmen por fin cede ante su hijo y su amigo.

Ante la insistencia y la buena acogida de mis lectores,  a los que tengo que agradecer sus buenas críticas y porque no, también las malas, de todo se aprende, aquí pongo el final de la historia.

Vuelvo a insistir en que no me pidáis agregaciones a facebook , no lo utilizo, y  las peticiones que recibo directamente las borro, así como aquellas de Messenger que no llevan foto . También quiero decir que este relato es verídico, y así fue como pasaron los hechos, yo lo único que intento es plasmarlo de la mejor manera posible, queda a vuestra discreción creerlo o no, de cualquiera de las maneras espero que lo disfrutéis y sepáis perdonar los errores de  una escritora novata.

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Si no quieres incesto, ciérrate de piernas 5ª Parte y final.

Realmente no sabía cómo provocar la situación. No sabía si Antonio vendría solo o acompañado de Luis,  casi prefería que vinieran los dos después de haberles visto en el video con sus hermosas pollas regándome, quería sentir su semen encima mía y disfrutarlo, ya que la otra vez ni me entere.

En resumidas cuentas estaba hecha un lio y cada vez más caliente.

Llego la noche y mi hijo seguía sin aparecer. Me puse el camisón con el que me vieron la primera vez y me dispuse a esperar en el sofá con la esperanza de que cuando vinieran me pillaran así. Sobre las cuatro de la mañana me desperté y Antonio no había venido. EL cuerpo me dolía y decidí irme a dormir a la cama.

Por la mañana Carlos se levanto temprano para ir a trabajar, y dándome un beso en la nalga me pidió que si pasaba algo le llamase contándoselo.

A las 10 de la mañana me levante y me fui a la cocina desayunar, me puse un pantalón corto y una camiseta de manga corta nada sexy en realidad, lo único era que no llevaba sujetador, por lo que las tetas se me marcaban bastante, pero eso es algo que en mi fisonomía no se puede disimular, da igual donde quieras meter unas tetas de talla 110, no pueden desaparecer. Me gustan mis tetas, son como el cebo para pescar  y el punto de mira de todos los ojos.

Estaba desayunado sentada y pensando en Antonio y el porqué no había venido, ya que  la invitación que le hice era muy sugerente.

Oí abrirse la puerta de la calle, se oían pasos aproximándose a la cocina. Aparecieron Antonio y Luis.

-   Buenos días mama- Me decía Antonio dándome un beso en la mejilla.

-   Hola Carmen- Dijo Luis dándome un beso en la comisura de los labios, note que había quitado el señora que siempre me decía, quizás sentía que ya tenía más confianza conmigo o era un intento de aproximación, los dos olían un poco a alcohol.

-   Me quede esperando anoche- dije.

-   Ya, pensé venir, pero no quería cruzarme con papa.

-   Ya te dije que no te preocupases por eso, papa no está disgustado, entiende que tienes las hormonas un poco disparadas, y que mi vestimenta no contribuyo a calmarte.

-   Entonces todo está bien, seguro que no está cabreado. Ayer salí por piernas porque no sabía cómo iba a terminar.

-   No, olvídate de eso ya, hasta se rio cuando subía a la habitación, le hizo gracias que intentaras sobrepasarte conmigo. Pero tampoco lo hiciste, ¿no?, o meterle los dedos a tu madre en el coño, ¿se puede considerar sobrepasarse?

-   Mama, si papa no hubiera aparecido te hubiera follado, me tenias  a mil.

-   Nos tienes a mil. - Recalco Luis. -  Cuando me lo conto Antonio me tuve que masturbar, lo siento Carmen pero es que llevas unos días que nos tienes matándonos a pajas.

-   Vosotros lo que pasa es que sois unos salidos. ¿Queréis desayunar?

-   ¿Salidos?, vamos mama si resoplabas como una yegua en celo. Seguro que lo deseabas tanto como yo. Note lo mojada que estabas cuando te toque.

-   Es cierto, reconozco que si no hubiera aparecido tu padre, no sé lo que hubiera pasado, cuando me pusiste esto en medio del culo,- le cogí su pene por encima del pantalón-,  quería que me hicieras tuya, en ese momento perdí los papeles y te hubiera dejado que hicieses lo que quisieras.

-   Ahora estamos solos, puedes ser mía, nuestra si quieres. Nos harías muy felices. Venga ¡porfa!

-   Vais muy deprisa, desayunemos. ¿Queréis el desayuno, o no?, estaba chorreando. Le di un beso en los labios a Antonio, le pasaba la lengua buscando que abriera su boca. Cuando lo conseguí nuestras lenguas se buscaron en un beso húmedo y prolongado. Su mano entro por la pernera del pantalón hasta llegar a mi sexo, donde dos de sus dedos me penetraron.

-   Y a mí no me das un beso, dijo Luis.- Me acerque y cogiéndole la cara le morree introduciendo mi lengua en su boca, nuestras lenguas se retorcían. Su mano me había cogido una teta que colgaba por la posición. Estuvimos así un momento mientras que mi hijo Antonio no perdía detalle.

-   ¿Café y tostadas?- Dije incorporándome.

-   Sí, pero sírvenos como el otro día. Dijo Antonio. Me refiero al uniforme, el de camarera del otro día.

-   No debes de estar muy preocupado cuando me pides eso después de lo hemos hablado.

-   Solo te estoy pidiendo que te pongas mi camiseta preferida, nada más.

En mi cabeza barajaba todas las posibilidades, seguir para adelante con lo que saliera, o por el contrario, frenar y no dar un paso tan atrevido y de resultados inesperados.

-   Vale, ahora vengo – Mientras que se lo decía le di un beso en los labios y le revolvía el pelo con la mano.

Salí de la cocina y al girar, me pare y me quede escondida escuchando sus comentarios.

-   Tío, has visto como se ha dejado meter mano, hoy me la follo. Me tiene a reventar, mira – Abriendo la cremallera se saco su pene con mucha dificultad.

-   Si alguien se folla a mi madre seré yo, tú tendrás que esperar.

-   Cabrón el otro día se la metiste tú.

-   Si, mientras que tú te dedicabas a echar tú corrida en su boca.

-   Vamos a cambiarnos nosotros también. Dijo Antonio.

Salí corriendo para mi habitación, para que no me vieran.

El oírles me puso aún más caliente si cabe, subí a la habitación y me cambie  poniéndome la famosa camiseta, mire mi imagen en el espejo y decidí ser más provocativa. Elegí otra camiseta igual, pero que a fuerza de lavarla había encogido, se quedaba a mitad de mis nalgas, dejando el tanga a la vista, cogí la tira y la aparte un poco como dando la sensación de que se me había descolocado, así de esa manera enseñaba parte de los labios del coño ya húmedos. Las tetas, al estar más apretadas pugnaban por salir por todos lados, por arriba asomaban parte de la aureola de los pezones, difícilmente conseguían las tetas quedarse dentro de la camiseta, se salían por arriba y por los lados.  Volví a mirarme y no tuve la menor duda de lo que iba a provocar en las dos jóvenes pollas que me estaban esperando abajo.

Entre en la cocina. Allí estaban los dos en pijama. Sus ojos me exploraban, parecían dos peces con la boca abierta buscando aire. Al instante su pantalones empezaron a levantarse, se arrimaron a la mesa intentando disimularlo, pero eso no era posible, la mesa de era de cristal y yo seguía viendo como sus pollas crecían, mi coño empezó segregar jugos.

-   Porque os habéis puesto los pijamas, es que os vais a la cama.

-   Si tú quieres, dijo Luis.

-   Acostaros si queréis, estaréis cansados- .Me hice la tonta con su insinuación.

-   Sí, claro. Nos vamos a acostar y perdernos verte ten sexy. Joder mama me tienes caliente.

-   No me has pedido que me lo pusiera, pues ahora aguántate y se buen chico.

Me volví, y e intente coger el café que previamente había puesto en la estantería más alta. Al hacerlo mi culo se quedo completamente a su vista, y el coño con los labios asomando y la aureola del ano. Una de mis tetas apretada contra el mueble se asomo en su totalidad por el lado, la volví colocar despacio en  su sitio. Los expiaba por el cristal del horno, los dos se tocaban sus pollas: Luis más osado se la saco meneándosela rápidamente.

Yo hacía como que no llegaba al bote.

-   ¿Me ayudáis alguno?

Se oyó como golpeaban las dos sillas al volcarse. Luis fue el más rápido y se situó justo detrás de mí apoyándose contra mi culo y poniendo una mano en mi nalga derecha mientras que se apretaba contra mí. Notaba su erección entre mis nalgas.

-   Qué bien hueles Carmen- Puso su nariz en mi cuello, se demoraba intentando mantener el máximo de tiempo el contacto.

-   Siéntate ya Luis. Dijo Antonio.- Se aparto, su pene empujaba su pantalón mojando en la punta.

Me baje la camiseta, y recoloque el tanga, o mejor dicho lo descoloque aún más, como por despiste, dejando todo mi coño fuera del tanga.

-   Déjame ayudarte- dijo Antonio. Y cogiendo el tanga por los dos lados tiro del hacia abajo, levante los pies y me lo saco dejándome desnuda de cintura para abajo. Eso también lo sé hacer yo. Vaya ayuda.

-   Estas mejor así.- decía mientras me pasaba la mano por el coño húmedo.

-   Antonio, me alcanzas el azúcar.

Aplastándose contra mí, hacia como si intentase alcanzarlo. Su pene cada vez que se estiraba se deslizaba en medio de mis nalgas. Yo sacaba el culo hacia atrás intentado buscar el mayor contacto. Mientras él seguía disimulando, eche las manos hacia atrás y agarrando el pantalón de su  pijama con las dos manos, tire de el hacia abajo, su polla liberada se encajo en medio de mis nalgas. Echo el culo un poco para atrás para encajar mejor su polla que separo mis nalgas y su prepucio apunto directamente a la entrada de mi vagina. Con mis manos en su culo, le dije.

Métemela hijo, fóllame. No se hizo de esperar, dando un empujo hacia arriba me la metió entera de golpe.

-   Si cabrón fóllame, córrete dentro de tu madre, Me agarraba de las tetas mientras bombeaba una y otra vez, su boca me besaba y mordía la nuca.- Luis no te preocupes después me ocupo de ti, le dije entre jadeos.-

Luis se había quitado el pantalón y se estaba masturbando. Se levanto y metiéndose en medio de nuestras piernas, se sentó en el suelo y empezó a lamernos a los dos. Se lengua recorría el tronco del pene de Antonio cada vez que entraba y salía de mi, saboreaba la mezcla de nuestros jugos.

-   Si supieras la de veces que te he imaginado dentro de mí, ah.., sigue, sigue.. no pares. La lengua de Luis la notaba en mis labios y clítoris mientras nos chupába.

Me doble por la cintura, así veía como Luis seguía lamiéndonos a los dos. Antonio me tenía agarrada de las tetas que se bamboleaban a cada empujón. Lo note próximo al orgasmo.

-   Follas mejor que tu padre, espera, espera. - Levantándome me incorpore saliendo la polla de mi interior. – Luis seguía en el suelo con su polla en la mano y mirándome el coño desde abajo mientras que me metía dos dedos.- Esperar un momento. Le cogi la mano a Luis y saque sus dedos de mi vagina.

Salí corriendo del comedor y fui a buscar mi portátil. Cuando llegue a la cocina Luis seguía sentado en el suelo y tenía la polla de Antonio en su boca haciéndole una señora mamada. Antonio le agarraba la cabeza y le follaba la boca, regueros de saliva salían de su boca.

Mientras les miraba me quite la camiseta quedando completamente desnuda, conecte el ordenador y le mande un mensaje por el móvil a  Carlos mi marido, diciéndole que se conectase por Messenger y pusiera la webcam.

Situé el ordenador de lado de modo que Carlos pudiera ver cómo me follaban y  que viera como sus pollas entraban y salían de mi coño.

Me apoye con los codos en la mesa y les dije.

-   No me queríais follar, pues demostrarle a Carlos como lo hacéis.

En el ordenador salió la ventana emergente de que Carlos había iniciado sesión, y su invitación a iniciar la Cam.

Acepte, al momento salió sentado en su despacho todo trajeado.

-   NO querías verme follar con tu hijo, pues pídeselo. Se quedo cortado viéndome desnuda y ante esa petición.

Antonio que no se lo esperaba, se agacho y aproximándose a la pantalla del ordenador le dijo.

-   Papa si es eso lo que querías, habérmelo dicho. Ahora vas a ver cómo nos follamos a la puta de mi madre por todos los agujeros. Venga Luis, demuéstrale a mi padre lo puta que es su mujer.

Eso fue como el pistoletazo de salida. Luis se abalanzo sobre mí y situándose a mi espalda, cogió la polla con la mano y sin preámbulos me la encajo hasta el fondo. Inicio un mete saca salvaje como si fuera un perro. Su polla me llenaba entera, a cada embestida se me escapa un gemido mientras que yo miraba en la pantalla la cara que ponía mi marido.

Se vio como se levantaba, oimos la puerta y algo que le dijo a su secretaria, pero que no entendimos. Después echo el pestillo y volvió a sentarse delante del ordenador. Se bajo la cremallera y saco su pene con gran dificultad. Se le veía completamente erecto y con la cabeza morada.

Luis seguía bombeándome mientras Antonio se situó delante de mí y me puso su polla tocando mis labios. Abrí la boca y rodee su prepucio con mis labios, cogiéndola con la mano abarque su tronco. Me parecía mentira tener su polla en la mano, me la había imaginado en cantidad de orgasmos de esa manera y ahora la tenía delante mía para saborearla a mi placer. Mientras que la metía en mi boca el me tocaba las caderas y culo, su dedo se poso en mi ano, toco un poco el coño mientras su amigo me penetraba.

Luis seguía follándome salvajemente, note por sus jadeos y por los latidos de su polla que estaba a punto de correrse. Me corrí entre jadeos y convulsiones, mi coño estaba siendo inundado de una abundante corrida. Luis se derrumbo sobre mi espalda, mientras que me besaba entre los omoplatos.

-   Puta que eres una puta. Joder como me gusta verte así. Decía Carlos a través del portátil.

-   Carmen, gracias. No sabes la de veces que me he masturbado pensando en que te follaba. Y hacerlo ahora ha sido lo más. Correrme dentro de ti ha sido increíble.

Si polla salió de dentro de mí, arrastrando parte de su corrida, que bajo resbalando por mis muslos.

-   Si pero no es la primera vez que te corres en mi, ¿verdad?

-   No sé qué quieres decir.

-   He visto el video y el resto de vuestras corridas del otro día. Pero me habéis hecho disfrutar de buenos orgasmos viéndolo.

Mi hijo reclamo mi atención.

-   Chupamela, puta. Saboréala bien.

Mientras que me metía su pene en la boca oía a mi marido por la Cam que me decía.

-   Disfrútala guarra, ya tienes lo que tanto deseabas.- Su mano estaba en su pene masturbándose salvajemente. Tenía un primer plano de su polla en la ventana. La cabeza le brillaba de la saliva que le echaba. De buenas a primeras su polla empezó a lanzar chorros de semen manchándole todo el traje desde el pantalón al pecho. Cuando se dio cuenta empezó a limpiarse rápidamente.- Esperadme que ahora mismo voy.

-   Espera un momento, no te vayas- Me incorpore, y le dije a Antonio.-Quiero que me folles delante de tu padre y que te corras dentro de mí.

Le cogí de la mano y poniéndolo de pie el baje los pantalones a la vez que me arrodillaba. Su pene quedo a la altura de mi cara. Abrí la boca y agarrándolo con una mano me la empecé a meter en la boca intentando abarcarla toda. Luis arrodillado a mi lado me tocaba el coño y culo, se dedo intentaba penetrarme el ano. Lo relaje y mojándomelo yo mismo con saliva cogí su dedo y fui introduciéndolo mientras que seguía con la mamada a Antonio. Su pene poco a poco iba entrando más dentro en mi garganta.

Luis ya había conseguido meterme dos dedos e el ano. Y los metía y sacaba, consiguiendo calentarme.

Conseguí tragarme por entero la polla de Antonio y conseguir que sus huevos me golpeasen en la barbilla, seguí así un poco disfrutándolo, sabiendo que lo que tenía en la boca era la polla de mi hijo, quería sentir su corrida en la boca, pero mi marido me volvió a recordar que me lo follara.

-   Carmen, fóllatelo ya. Quiero ver cómo te la mete y se corre dentro de ti.

Me levante y sentándolo en la silla, me puse de espaldas a él. Cogiendo su polla la puse en la entrada de mi coño y me fui sentando despacio mientras se iba introduciendo en mi coño, su polla me separaba las paredes del útero y poco a poco iba introduciéndose más y más. Luis no sabía cómo sacar tajada. Me magreaba las tetas, me las chupaba, mordía, pero yo estaba concentrada en sentir como mi hijo me follaba. Era el colmo de mis imaginaciones yo ahí follándomelo mientras que mi marido nos miraba por webcam mientras se masturbaba salvajemente.

Sonó un timbre de un teléfono en el portátil. Era la secretaria de Carlos anunciándole una visita. Carlos se recompuso rápidamente y quito el sonido al PC.

-   Dígale que ahora no puedo atenderle, que tendrá que esperar una media hora-. Todavía tenía restos de la corrida en su pecho.- se vio como volvió a sacársela- Y se la meneaba mientras mi veía como nuestro hijo me follaba.

La polla de Antonio había hecho su trabajo, y encajaba a la perfección dentro de mí. Se insertaba en mi vagina completamente cada vez que bajaba. Nuestros flujos resbalaban por el tronco de su poya provocando un sonido húmedo cada vez que nos despegábamos. Luis seguía de lado me magreaba las tetas intentando abarcarlas con su mano.

Antonio jadeaba mucho cerca del orgasmo, me cogió de los hombros tirando de mi hacia abajo dejándome completamente ensartada y sin poder moverme, notaba como dentro de mí se derrama a golpes su esperma. Estalle en un orgasmo salvaje dejándome caer hacia atrás, me cogió las tetas y me besaba el cuello y mientras, Luis se comía mis pezones.

En el PC Carlos volvió a correrse.

-   Como me gusta lo que acabáis de hacer, eres la más guarra, me encantas so puta. Cuando llegue a casa lo tenéis que hacer delante de mí. Putaaaaa. Cierro que tengo gente esperando. Un Beso mi puta.

El pene de Antonio se relajo saliendo de mi coño con su corrida

-   Venga Luis lo prometido es deuda- Mi mano cogió su polla y me la lleve a la boca. Y Tú vete recuperándote que voy a hacer una mamada que te voy a dejar los huevos secos.

-   Me encanta como eres, te prefiero a ti antes que a todas mis amigas, me gusta que una mujer sea como tú de guarra. SI chúpamela, puta. Trágate mi polla.- Su mano me cogía la cabeza acompañando el movimiento mientras su pene entraba y salía de mi boca todo ensalivado.

-   Ponte a cuatro patas quiero follarte.

Me arrodille y poniéndome en posición me di un cachetazo en el culo invitándole a que me penetrase.

-   Venga méteme eso.

Cogiéndome por las caderas apunto la cabeza de su verga a mi coño y empujo despacio hasta tenerla toda dentro, entraba fácilmente ayudada por los restos de la corrida de Antonio. Poco a poco iba acelerando el ritmo creciendo más y más dentro de mí. Un dedo empezó a hurgar en mi ano.

-   Me dejas que te folle el culo.

-   SI, hazme lo que quieras.

Saco el miembro todo mojado y lo apunto a la entrada de mi ano. Empujaba poco a poco, notaba como su cabeza pugnaba por abrirse paso dentro de mí, cada vez más. Centímetro a centímetro su pene fue penetrando mi culo. Cuando tendría la mitad más o menos dentro empezó a bombearme despacio, sacándola casi entera y volviendo a meterla mientras que seguía empujando una y otra vez. Apoye los codos en el suelo y me concentre en disfrutar de la porculada que me estaba dando. Con la cabeza de lado en el suelo veía como Antonio nos miraba y se masturbaba, haciendo que su pene volviese a estar erecto.

-   Dámela- Le dije.-

Levantándose se arrodillo delante mí y me la metió en la boca. Sabía a restos de semen que me supieron a gloria. Éramos una maquina sincronizada, pistoneando adelante y detrás, entrando y saliendo dentro de mí. Cuando Luis me empujaba la polla de Antonio me llegaba hasta la garganta tocando con los huevos mi barbilla. Luis había conseguido metérmela por completo y a cada envestida notaba sus roce por dentro causándome muchísimo placer. Deseaba que no acabase.

Seguía disfrutando de la follada que me estaba dando en la boca mi hijo. Notaba el glande y sus palpitaciones  en el fondo de mi garganta, cada vez más grande.

-   Me corro, me corro.

Antonio exploto dentro de mi boca cuando la tenia dentro del todo, provocándome que me atragantara, la saque y sus chorros siguieron golpeándome en la cara una y otra vez. Me la volví a meter en la boca absorbiendo su corrida y exprimiéndola con mis labios. Luis, al verlo también se corrió dentro de mi culo, llenándome por dentro. Luis salió de mí y nos quedamos los tres tirados en el suelo.

Los dos me besaban en la boca mientras me daban las gracias. Nuestras bocas se intercambiaban una y otra vez con los restos de semen que tenía en la cara y la boca. Tenía sus pollas en las manos mientras se desinflaban, también era placentero saber que era yo quien lo había provocado.

-   Gracias mama ha sido mejor de lo que me podía imaginar, a partir de ahora voy a desayunar todos los días.

-   Y tu Luis, ¿vas a venir a desayunar?

-   Todas las veces que me invites Carmen, yo traigo la leche. Jajaja.

-   Seguro que de eso no me falta.

Este fue el comiendo de una relación con mi hijo, que dura hasta ahora, pero que tarde o temprano se acabara. Pero intentare disfrutarlo mientras pueda.

Espero vuestros comentarios, besos. Carmen.