Si fueras mi madre... papá dormía en la calle!

Inspirada en un piropo que me pone a mil ;)

CAROLINA

La verdad es que soy bastante zorrita...

Porque una cosa son las fantasías típicas y otra muy distinta empapar las bragas con el hijo de tu marido. Ese niño me pone tanto que si tuviera diez años menos (tengo treinta y cinco) mandaba a su padre a tomar por saco y me lo follaba hasta reventar.

Mis amigas no dejan de repetirme que lo haga o se me adelantarán ellas. El problema es como salgo ahora de esta...

Isabel se lo está pasando en grande, se aprovecha de que es de su edad (veinticinco) y la solterita de la pandilla para calentarlo. Y a juzgar por el pedazo de rabo que se le marca a Toni a través del vaquero lo está consiguiendo de lo lindo. Estoy a punto de arañarla presa de los celos, cuando suelta:

-¿A que no sabes lo que acaba de decirme este cabronazo? -Isa y Toni estallan en una carcajada, el intenta taparle la boca a esa minifurcia en minifalda pero ella se lo impide con un mordisco- ¡Que si Marina fuera su madre, su padre dormiría en la calle!

La cuarta en concordia sonríe ante el piropo y se ruboriza un poquito...

Marina sí que podría ser su madre (si lo hubiera tenido a los quince) pero está más que acostumbrada a provocar esa reacción en los chicos más jóvenes. Se rumorea que sus alumnos del instituto tienen lesiones en la muñeca, de tantas pajas que se hacen viendo fotos en su perfil de Facebook.

Y ella que es tan cariñosa, no tiene prejuicios en agregarlos a todos ni en subir sus imágenes en bikini a la red. Me da que lo hace, mitad para joder a su marido, mitad para sentirse guapa, y no la culpo. Pero el orgullo (yo sí que estoy buena de verdad) me puede y entonces se me escapa:

-Tranquilas, que a Toni se le va la fuerza por la boca... yo soy su madre y todavía no me ha follado.

Silencio sepulcral (seguido de más risas) ante la barbaridad que acabo de decir. Por suerte, el alcohol y las bromas justifican casi todo. De todas formas me pongo algo colorada y miro alrededor por si en otro reservado hubieran oído esa frase digna de la reina Mesalina...

Entonces siento la mano de Toni subiendo por debajo de mi falda y su mirada muy cerca de mis ojos cuando me dice:

-Eres mi madrastra, pero puedo llamarte Mamá si es lo que te pone...

Guiña un ojo y todas estallamos en carcajadas.

GABRIEL

Escucho gemir a Carol y me empalmo de inmediato...

Estar casado con un bombón de treinta y cinco (alta, rubia y con ese cuerpazo) es una suerte inmensa. Los capullos de mi oficina babean cada vez que la ven. Es el Ferrari de las mujeres y tiene una voz... Así que cuando me despierta con uno de sus sueños húmedos, la viagra se queda en el cajón de la mesilla.

Extiendo la mano pero no la toco. Enciendo la luz y me encuentro la cama vacía. Joder, qué raro...

Un grito ahogado me llega por el pasillo. Otra vez se ha quedado dormida viendo la tele y se ha puesto a soñar. O se está haciendo un dedo mientras mira porno para chicas, lo cual me parece cojonudo (y confieso que me encanta espiar cuando lo hace) pero no con la puerta abierta, coño... Que si Toni se despierta y la ve, menudo corte...

Me paro ante su puerta (la de Toni) y me quedo helado. Los gemidos de Carol vienen de ahí. Así que cojo el pomo con decisión, pero lo que veo sobre la cama de mi hijo me impide acabar de abrirla. Miro a través de la abertura y lo que veo me escandaliza. Pero mi polla tiene una opinión diferente...

Carol arquea su espalda, apoyando las manos y la mejilla contra la pared. Su cuerpo está empapado en sudor y grita con cada embestida de mi hijo. Su hijastro. La cama se va a hundir. Toni gruñe como un animal y toma a mi mujer sujetándola por las caderas. Parece que vaya a partirla en dos...

-¿Te gusta, Mami? -pregunta Toni con lascivia. Ella responde asintiendo contra la pared, casi sin aliento- ¿Te vas a beber toda la lechecita? -Añade mi retoño.

Ella responde -Sí mi niño- y entonces se corre. Se corre gritando y lamiendo paquete de un guapo cantante de rock, justo antes de morder el papel del poster y desgarrarlo con furia entre las convulsiones de un orgasmo brutal. Cuando recupera el aliento se aferra al pollón de Toni y demuestra que prefiere mil veces lo real.

Mientras su mami (el cabronazo la llama así) se traga su rabo casi hasta la empuñadura él la acaricia, disfrutando de la belleza de Carol con la boquita abierta al límite. Justo antes de correrse, le pregunta si quiere su merienda. Ella asiente con la garganta ocupada. El sonido hace que yo también me corra, aferrado al marco.

Entonces Carolina se saca la polla de mi hijo de la boca, y ofreciéndole su cara le dice:

-Dame de mamar, cariño. Dale a Mami tu leche -Y mi hijo estalla sobre ella rugiendo.

Cuando toman conciencia de cuanto les rodea, me ven. Una expresión de asco indescriptible asoma a sus jóvenes rostros cuando se dan cuenta de que me he masturbado mirándoles. De que me he calentado viéndoles follar como el viejo verde y pervertido que soy.

Me han echado. Ahora estoy en la calle, bajo la lluvia y más solo que la una. Carolina va a pedir el divorcio y lo más probable es que termine casándose con Toni. Química no les falta, la verdad, y el caso es que no hacen mala pareja. Esto me recuerda a un piropo que escuché alguna vez.

Algo sobre una madre que estaba muy buena y un padre que dormía en la calle.

Vaya, ya les oigo follar otra vez. Es que no paran...