Si es al aire libre Mejor

Una chica de paseo por la selva descubre los placeres de tener sexo al aire libre... En brazos de un "nativo".

Les voy a contar una historia que me paso cuando viaje a Perú, necesitaba conocer Iquitos. Varias amigas de Italia me habían hablado de la gente, de la fiesta, de la gran diversidad de cultura, de esa mezcla se brasileños e "indígenas" que tenían las personas de esa ciudad, que cuando termine este año la carrera, tenia algunos ahorros y decidí hacer el viaje, por ese entonces había cumplido los 23 años. Viaje sola, ya que no era temporada de vacaciones en mi país (soy Madrileña).

A las seis de la tarde, a mediados de junio arribe al aeropuerto Jorge Chávez de Lima. Previamente había hecho contactos con un amigo que tenia conocidos en Perú y quedaron en recogerme. Para mi esa hora en Perú eran la una de la mañana y estaba exhausta, tenia solo deseos de ir a dormir, con un cartel grande y con mi foto, Marcela y Juan me recogieron del aeropuerto y me llevaron a su casa. No hablamos mucho, mas me fui a dormir. Lima me pareció preciosa, pero una ciudad mas.

Dos días después, que me adecue mucho mejor al cambio horario, compre mis boletos a Iquitos, viaje sola. Previamente había averiguado lo del cambio de moneda, y algunas "jergas", para no sentirme tan fuera del lugar. Llegue a Iquitos por la tarde, el aire estaba cargado, hacia mucho calor, pero se respiraba fresco, mucho verde por todos lados, y afuera del aeropuerto mucha gente vendiendo "chaquiras" y artesanías, Marcela también me hizo contactos con alguien de allí y me recogió. Pero decidí conocer por mi misma, le pedí solo que me lleve a un hospedaje cómodo y limpio.

Todo en Iquitos era distinto, sus moto taxis (trimotos) que iban de aquí y de allá, las chicas con ropas tan pequeñas y tan escasas, los hombres sin polo de aquí y de allá, se les veían apacibles, un aire de casonas europeas, pero con mucho verde, ríos y plantas. Ese dia solo salí a comer, deseaba probar los sabores de la selva, su cecina, tacacho, inguiri, suris (gusanos asados), Zip Zapas (hormigas asadas), y muchas cosas que nunca había imaginado se comían. La samba se oía por todos lados, los hombres eran como me los había descrito los que ya conocían, me gustaban, verlos pequeños, de piel bronceada, de cuerpos delgados, y paquetes ajustados a sus pantalones cortos, parecía un eterno verano.

El día viernes, fin de semana, la chica que atendía el cuarto respondió a mi pregunta de a donde ir de marcha, indicándome que el "Noa" era la mejor opción, yo me puse las ropas mas pequeñas que tenia, mi piel blanca, mi pelo castaño, mis celesta, llamaban la atención cuando llegue a la discoteca, y confirmando lo que me habían contado de los selváticos, eran tan mandados, que uno cuando llegue me saco a bailar. "estas sola, podemos bailar", el hombre era delgado, de piel tostada, facciones varoniles, pelo muy corto, el merengue sonaba e instintivamente mis pies parecían que se querían mover, y lo acepte. En la pista de baile pude comprobar que no solo era lindo, sino que bailaba bien, termino ese merengue y una lambada sonó, me tomo de la cintura y su pelvis con la mia se juntaron, su paquete estaba durísimo, lo podía sentir, y yo estaba excitadísima y su forma de bailar me gustaba mucho, mi cintura la ajustaba a su cuerpo con fuerza, y hacia que yo me mueva a su compás, poco hablaba, y mucho actuaba. " y eso ahí, danca com me ... " escuchaba y me dejaba ir. Así cinco canciones seguidas, se llamaba Daniel. Me invito un par de cervezas y estaba besándolo a la hora de conocerlo. Bailamos un rato mas y el me dijo que la bahía estaba preciosa de noche, y que había mirador para poder ver las estrellas.

Yo necesitaba sexo y se que con lo pasaría muy bien, el debería rodear los 25 años, de un cuerpo firme y musculado, y un paquete que prometía. Me subió a su moto lineal y me llevo al mirador. Eran cerca de las dos de la mañana cuando llegamos, no había gente y el se estaciono en la parte mas alejada. El rió Amazonas se veía precioso con la noche, la luna, y las luces de la ciudad reflejadas en el.

"Me gustas" me dijo, así seguro de que era correspondido y que no tendría rechazo de mi parte. Me volvió a besar y esta vez sus manos se pusieron en mi culo, el cual apretó con la fuerza adecuada, que solo gemí del gusto. Yo con mis manos en su rostro, deje que sus manos recorran mi cuerpo, me sentía excitada de estar en ese lugar, de tenerlo alli manoseándome, la falda que traía puesta por el aire se levantaba y ahora por sus manos, que subían por mis muslos, yo ahora que el estaba jugando a eso, también decidi sobarlo y excitarlo mas, puse mi mano en su entrepierna y sobaba con fuerza ese paquete, que sentía mas duro a cada roce, sus dedos hicieron de lado la parte de delante de mi calzoncito y unos deos juguetones me hicieron estremecer, sentia que las piernas se me doblaban, un dedo dentro mio estaba que juagaba y conseguia que yo me aferre mas a el, y haga que gima, mi chuchita se humedecia mas y mas, y el seguia, alli parada a su lado en el mirador tuve un orgasmo, "te gusta mi gringuita??" yo no le conteste, y seguia gimiendo, tenia ganas de decirle que no saque sus dedos de alli, que siga, que estaba a punto de venirme otra vez, pero ahora el se bajo el pantalón hasta las rodillas y me recostó de espaldas a una baranda y con sus piernas separo las mias, y su verga entro en mi ya humeda conchita, el no dejaba de besarme y con una mano sobarme los pechos, lo veia como me bombeaba fuerte, mordia por mi oreja, y asi solo de tener esa verga caliente en mi chuchita me vine otra vez, pero el no estaba dispuesto a dejarme ir sin el tercer orgasmo. Me tomo de la cintura y sus movimientos circulares se acelararon, el silencio de la calle, el estar alli expuesta a que me vean disfrutando de ser follada, de que una polla como esa este dentro mio, me hizo quizas que por tercera vez venirme, yo lo veia a el con los ojos cerrados, y no dejaba de besarle el rostro. Tres estocadas fuertes de su verga en mi chuchita y senti como se inundo de su tibieza mi interior. Me beso y salio de mi, cuando vi que su verga aun estaba dura y chorreante de su lechita, me arrodille y se la deje limpia, sentia que estaba en deuda con el, por todo lo que me hizo pasar. Yo me quede asi, hasta que vi que esa verga perdia su dureza, me puse de pie y lo bese.

Nos acomodamos las ropas y me llevo a tomar unos tragos mas, yo quería mas, y de seguro el también, ese día amaneció en mi cuarto, y tuvimos sexo, y yo me vine muchas veces mas. Ahora ya lejos de Iquitos me doy cuenta que lo que se cuenta de que la selva es mágica y te hace despertar tus instintos primarios es verdad, la música, la gente, el aire, el agua, el ambiente en si, te hace regresar a sentir a flor de piel que el sexo te da vida y te lleva muchas veces a tocar el cielo. Los cinco días que pase allí, hice todo con el, hasta me presento unas amigas y amigos con los que todos nos divertimos a lo grande.

  • Espero que les haya gustado...