Sí dos Pascual, lo que le apetezca a Don Pascual 8
Hay quien va al pueblo a por jamones, yo voy a por jamonas
Mi nuevo coche era casi un monovolumen, tenía capacidad para transportar a 7 personas y un amplio maletero. Nos subimos todos al coche, cuando digo todos me refiero a mis hijas y Sol (La antigua soledad) quería tenerla bien cerca no fuese que sufriese un nuevo colapso y no pudiese ayudarla nadie. Había comprobado que la perdida de neuronas por culpa de la droga le había afectado a la memoria inmediata, se había convertido en una gran despistada, se olvidaba de tomar la medicación, de donde había dejado las cosas, de las citas en definitiva que le tuve que obligar a llevar una agenda y apuntarse cada día lo que tenía que hacer para que no se le olvidase.
Yo cogí un traje oscuro, porque era evidente que la vieja la palmaba y dos o tres mudas que cabían en una maleta de mano, las chicas llevaban dos grandes maletas y porque me negué a que llevasen una más obligándolas a dejar cosas, en fin mujeres…
Mi suegra había sido una auténtica arpía, nunca le había caído en gracia desde novios intentó que me dejase. Era mala hasta la médula, consideraba que yo era un mantenido desde que me había quedado sin trabajo, cuando hablaba con mi mujer no hacía más que repetirle que me dejase ya de una y buscase a alguien de más provecho. Tenía que dar gracias, la cabrona, de que no vivíamos en el mismo municipio pues antes la habría matado.
El viaje de lo más monótono la verdad salimos pronto para llegar antes de la hora de comer y poder estar junto a Bego antes de que muriese la mala puta esa.
Cuando íbamos al pueblo nos alojábamos en la casa de los abuelos paternos de mi mujer, pues mi suegra vivía alquilada en un pequeño piso con mi cuñada y la hija de esta. La casa, cuando murieron los abuelos de Bego, la compraron unos primos suyos, pues nadie más de la familia quería hacerse cargo de sus gastos. Tenían un restaurante en las afueras del pueblo, como las cosas les fueron bien, compraron una enorme parcela de terreno en las afueras y se construyeron allí una casa de campo, donde se fueron a vivir; por lo que tenían la casa del pueblo cerrado. Mi mujer siempre había tenido una buena relación con sus primos y es por eso que nos dejaban la casa, los escasos 15 días que estábamos en el pueblo.
El pueblo era muy bonito enclavado entre montañas, grandes parajes naturales y rutas de senderismo, el turismo rural era lo que había impedido que desapareciese como tantos otros pueblos. Apenas tenía 2500 habitantes su futuro era siempre incierto. La mayoría de los jóvenes se veían obligados a marchar a otros pueblos más grandes en busca de trabajo ya que el del pueblo era estacional. Tenía una escuela de primaria, porque estaba rodeado de aldeas y con todas juntaban los nenes mínimos para mantenerla abierta. Carecía de las extravagancias típicas que en las ciudades imperan, eso sí todos los habitantes se conocían a la familia de mi mujer los apodaban los viajeros pues su abuelo, en su tiempo, tenía el único camión del pueblo y era el encargado de llevar los productos frescos de la tierra a los mercados y traer todos los demás al pueblo. Hizo mucho dinero luego se lo legó a su hijo, el padre de Bego que era un borracho pendenciero que se mató en la carretera dejando a la mujer con 3 hijas pequeñas y desde entonces las cosas les han ido de mal en peor. Por eso Bego salió del pueblo en busca de trabajo. Así mientras trabajaba por el día estudiaba, por las noches, o al revés, y así se sacó la carrera. La hermana mediana también emigró del pueblo, con lo que allí solo quedaba la hija de puta de mi suegra y la hermana pequeña de mi mujer. La mala suerte también persigue a mi cuñada la dejaron preñada a los 16 años, tuvo una hija, podéis imaginar que del padre de la niña nunca más se supo. Tuvo que dejar los estudios, su vida es dura pues trabaja los seis meses del año que hay turismo en el pueblo y de lo que saca ha de vivir los otros 6. Si no fuese por la pensión de mi suegra no habría podido mantenerse ni ella ni a la niña. La niña ya no es tanto pues cumplió los 18 hace un par de meses, aunque es muy inteligente su madre no puede pagarle estudios superiores y como casi toda la juventud del pueblo está sin trabajo.
Nada más llegar y saludar a mi mujer nos contamos lo que había pasado en las casi dos semanas sin vernos Bego dijo.
- Pascual vamos fóllame que el coño me arde de la cantidad de veces que me masturbo al día. Y por lo que más quieras olvídate de los prolegómenos y métemela como un auténtico animal
Había convertido a mis chicas en auténticas adictas al sexo, bueno mejor dicho a mi sexo y estar tanto tiempo sin follar habría sido una tortura para ella
Así que ni corto ni perezoso la puse a cuatro patas, en la enorme y mullida alfombra del salón le arranqué las bragas y se la endiñé. Se corrió en el acto, con un grito de satisfacción plena que lo debió oír medio pueblo. Fue una auténtica serie de orgasmos. Cada dos o tres embestidas tenía otro, al cabo de diez o quince minutos perdió el sentido de tantos orgasmos que había tenido.
- Mira la guarra de la mama, ahora deja a papi empalmado como un buey._ Dijo María
- ¿Quieres tu ponerle solución?._ Le dije
- Por supuesto papi._
Y se me acercó me tumbó boca arriba y se empaló en mi polla tiesa, cabalgó como una auténtica amazona hasta conseguir que nos corriésemos los dos.
- ¿Papi y yo que?._ Dijo Marta con un mohín en la cara
- Ven aquí mi vida._ Le dije
Y empezamos a basarnos y achucharnos hasta que mi polla volvió a estar en posición de firmes, a Marta hay que hacerle el amor, no puedes follártela como a su hermana pues adora el sexo dulce, por lo que requiere más atención y tiempo que la otra. Cuando se corrió estaba aún empalmado, pues al no forzar la máquina el empalme dura más. Estaba tumbado sobre la alfombra cuando noté que alguien me mamaba la polla. ¿Quién era? Mi mujer aún estaba sin sentido y mis hijas a mi lado. Levanté la cabeza y vi a Sol mamándome la polla.
- Sol Cariño aún no estás repuesta del todo, tranquila que reventaré el culo de la guarra de María
- Ni de coña papi que ayer nos pasamos de la raya y en una temporada no entrará nada por ese agujero._ Dijo. Acordaos que fallamos a diario aunque aquí no escriba todos los polvos
- Pascual déjame hacer, no puedo meterme tu monstruo aun, pero mamártela si puedo._ Contestó Sol
- Pues trae aquí tu coño y haremos un 69
Cuando tuve al alcance de mi boca su coño, descubrí que estaba densamente poblado, no se lo habría depilado en la vida pues su mata era impresionante, tenía mucho pelo, y además ensortijado lo que dificultaba mucho mi tarea. Sol a pesar de su fama de puta drogadicta, tenía muy poca experiencia en el sexo, María tuvo que darle indicaciones para conseguir que me corriese. Así y todo nos corrimos los dos a la vez. Después nos contó que cuando se drogaba quedaba tan hecha polvo que lo único que atinaba era a ponerles el condón a los tíos y tumbarse mientras la follaban, por lo que no solía repetir con el mismo ya que a poca gente le gustan las mujeres tan pasivas en el sexo.
- Sol cariño vas a tener que depilarte el coño pues tu mata de pelo es tan densa que no te deja jugar a gusto._ Le dije
- Sí Pascual, lo que quiera…
La susodicha frase
Después de la follada colectiva fuimos al hospital, ya que se encontraba a 30 kilómetros del pueblo, en otra población más grande, allí estaba mi cuñada Sonia . La pobre con 35 años que tenía parecía mayor que Bego, siendo mi mujer la hermana mayor que le sacaba casi 8 años su cara denotaba una desesperación absoluta, toda su expresión corporal daba a entender que era una mujer derrotada por la vida. Nada más verla la abracé con fuerza, mi cuñada era la antítesis de la guarra de mi suegra, ella era todo pura bondad y me quería como a un hermano. Cuando la abracé rompió a llorar y estuvo así casi diez minutos cuando se calmó un poco, me dijo
- ¿Hay Pascual que va a ser de nosotras?
- ¿Cómo que, que va a ser de vosotras?
- Nos quedaremos en la miseria no podremos vivir sin la pensión de mi madre.
Era curioso, estaba más preocupada por su futuro que por la próxima muerte de su madre. Cuando siembras vientos recoges tormentas vieja bruja, pensé complacido.
Sin consultarlo con nadie, le dije
- Tu hija y tu os venís a mi casa que tenemos sitio de sobra ahora que vamos a unirnos con la casa de al lado._ Le dije
En otra época me habría contestado que no quería ser una carga o cosa parecida, pero su respuesta fue.
- Lo que Pascual quiere….
Era útil que no pudiesen llevarte la contraria. A mi mujer la cara se le iluminó de alegría, estoy segura que había pensado lo mismo que yo, pero no sabía cómo decírmelo.
La expresión del rostro de mi cuñada se relajó por completo, cuando vio que su porvenir estaba resuelto. Imagino que querréis saber cómo es mi cuñada, pues una mujer, de pueblo, acostumbrada al trabajo duro, las manos estropeadas, con ojeras marcadas, los brazos y las piernas duros y fuertes un sobrepeso acumulado en la barriga, estatura media y pelirroja, como sus hermanas, ah y unas enormes tetas.
A la media hora de estar en el hospital, apareció mi sobrina Claudia, la hija de Sonia, borracha como una cuba, si exceptuamos las ojeras y que su sobrepeso era menor que el de su madre, era un calco de ella a los 18 años. Nada más verla en ese estado pensé que tenía otra adicta en la casa. Así que me acerqué a ella la cogí del brazo y la saqué del hospital a rastras.
- ¿Tienes problemas de alcoholismo?._ Le pregunté sabiendo que no podía mentirme
- No tío, solo estaba ahogando las penas._ Contestó.
- ¿Cuánto sueles beber?._ Le pregunté recordando que los alcohólicos no saben que lo son.
- Muy poco tío, no tengo nunca dinero para salir y menos aún para gastarlo en alcohol, pero hoy en el bar donde he comido, en el menú entraba el vino y empecé a beber pensando en nuestro porvenir cuando me di cuenta más de media botella, había caído._ Dijo, no de forma tan inteligible claro.
El resto de lo que dijo no pude entenderlo, pero cinco minutos después devolvió y empezó a llorar como una magdalena.
Una persona que no está acostumbrada a beber puede coger una melopea con medio litro de vino peleón.
- Tranquila niña, antes o después todos cogemos una buena curda, lo que has de hacer es aprender de ella y no volverla a repetir, hay que beber siempre con moderación._ Le dije en plan padre.
- Sí tío._ Me dijo
- Venga te llevaré a casa y allí te duchas y duermes la borrachera.
Avisé a todos de lo que pensaba hacer, la llevé a su piso la duché yo, porque ella no se mantenía en pie y la acosté. En ese momento comprobé que mi sobrina tenía las tetas más grandes de toda la familia y es mucho decir, la grasa acumulada en su barriga no las dejaba ver bien. Pensaba ponerla régimen nada más llegar a casa. De regreso al hospital me llamó mi mujer, anunciándome que la vieja se había ido al infierno. Bueno lo del infierno es licencia mía
Las recogí a todas y nos dirigimos al tanatorio del pueblo. Mi suegra no es que fuese muy querida, pero como en los pueblos todo el mundo se conoce pasarían a dar el pésame a la familia mucha gente.
La hermana mediana de mi mujer, la madre de Rut vino al entierro y cuando este acabó se volvió a ir, tenía un bonito recuerdo de su madre y del pueblo.
Para que contar más, el único incidente curioso fue que al no conocer nadie a Sol y estar ésta entre la familia, aún vino más gente por ver a la chica flaca que acompañaba a la hija mayor de Maruja. Porque, eso también es verdad en los pueblos pequeños, sólo reconocen a los nacidos allí, yo soy el marido de la Bego la hija mayor de la Maruja, totalmente invisible para ellos.
Nos quedamos dos días más en el pueblo empaquetando las cosas de Sonia y su hija Claudia nos llevamos la ropa en el coche y lo demás lo llevó una empresa de transportes. No quisieron llevarse ni muebles ni electrodomésticos, pues todos eran viejos y de escaso valor. Al casero tuve que ordenarle que les devolviera la fianza y por ponerse gilipollas devolvió el doble de la fianza y le ordené que fuese todos los domingos durante un año a mear la puerta de la iglesia.
Sí un cabrón con pintas, pero la chulería contra mi o contra alguien de los míos se paga cara. Presenté a Sol a mi cuñada y su hija diciéndoles que la había adoptado como hija. Esto alegró tanto a Sol que un mes después nos pidió a Bego y a mi poderse cambiar legalmente sus apellidos por los nuestros, así fue como Sol es a día de hoy hija nuestra. ¿Que opinaron los padres de Sol al respecto? Pues no lo sabemos pues como no quieren ni verla, ella ha desistido de intentar contactar con ellos.
Al llegar a casa comprobamos con satisfacción que las obras de unión de las dos casa estaban ya en marcha. Luisa gracias a su marido tenía muchos contactos en el ayuntamiento y consiguió muy rápido los permisos de obras. Habíamos decidido que las casas se unirían de dos formas. Las cocinas están unidas pared por pared por lo que haríamos de ella una enorme cocina. Además los comedores estaban de la misma forma unidos, pero las paredes no podían tumbarse totalmente pues tenían pilares por lo que hicimos una cristalera entre los pilares convirtiendo el otro comedor en un salón más confortable y hogareño.
La casa pues acabó teniendo 4 habitaciones, una para mi y mi mujer, otra para Marta, para María para Sol. Y el despacho lo convertimos en otro dormitorio para Luz pues tras el susto no pudo volver a vivir sola nunca más. La otra parte tuvo 4 más, para Julia, Luisa, mi cuñada Sonia y su hija Claudia. La perra vivía en el trastero aún no se había ganado el derecho de vivir entre seres humanos. Mientras duraron las obras tuvieron que ir vestidas con ropa por lo que a mi cuñada no le comentamos nada de nuestro estilo de vida. Además fuimos muy ocupados, ella yendo y viniendo del pueblo arreglando los papeles de su madre y apuntando a su hija a un modulo de informática. Los de más teníamos colegio o trabajo por lo que solo Luisa y la perra estaban en casa. Le dijimos a mis cuñadas que la perra era el servicio doméstico y se le debía tratar así, como fui yo el encargado de decírselo les pareció lo más normal del mundo.
Durante ese tiempo estuve ultimando los últimos detalles de mi nueva empresa, pero como es algo largo y quiero centrarme en la adaptación de mi cuñada y mi sobrina a nuestro modo de vida os lo contaré en el próximo relato.
Cuando acabaron las obras y cuando los obreros salieron por la puerta todas las mujeres se quedaron en bragas, si hasta la perra que debe ir siempre desnuda, andaba con la regla y cochinadas las justas. Entonces fue cuando mi cuñada dijo.
- Exhibicionistas. ¿Qué hacéis?
- ¿Qué no es obvio tía? Enseñamos nuestros melones a nuestro hombre._ Dijo María
- ¿Que hombre?._ Preguntó Sonia
- Pues papi, no sabes el pollón que se gasta, nos hace llegar al cielo a todas._ Dijo Marta
- ¿Qué os follais a vuestro padre?
- Sí por supuesto._ Dijo Bego
- Y ¿tú se lo permites?._ Dijo cada vez más escandalizada Sonia
- Bueno es que nos folla a todas._ Dijo Luisa que empezaba a lucir un pelo más femenino
- ¿Pero os habéis vuelto todas locas?._ Dijo Sonia
- Porque tú no sabes cómo folla, si no, no dirías eso._ Dijo Luz que se estaba dejando más largo su pelo rubio.
- Claudia nos vamos._ Dijo Sonia girándose hacia su hija y comprobando que también se había quedado solo en bragas.
- Mami lo siento, pero aquí vivo como una diosa, a comparación de la vida que llevábamos en el pueblo, si el precio es ir en pelotas por la casa, pues en pelotas iré, y si hay que follar con el tío pues se folla.- Dijo Claudia.
- Pero tú estás loca, no sabes lo que dices.
- Mamá no me seas hipócrita, si tú estás enamorada del tío desde siempre, no te lanzas o por el por respeto a tu hermana, va desnúdate y que te follen bien follada que al menos hace diez años que no catas polla._ Dijo.
Su madre fue a darle una bofetada pro en ese momento intervine yo.
- En esta casa está prohibida la violencia a menos que sea parte del juego sexual. Desde ahora sois las dos mis esclavas sexuales, así que desnúdate cuñada que te voy a follar.
- Sí Pascual lo
Tuve que preparar mucho a mi cuñada, era cierto que llevaba muchos años sin follar y mi pollón la habría desgarrado. Ese primer día el sexo fue normal mi intención solo era marcarla como una de mis putas.
Cosa diferente fue mi sobrina. Era todavía más guarra que María, le reventé el culo hasta de forma sádica, el coño se lo puse rojo, casi granate de las embestidas que le di. Nos llenamos de mordeduras y arañazos y al acabar me pidió dos cosas, la primera fue que me corriese en su boca y la segunda que me mease sobre su cara y boca pues adoraba mojase la cara y beberse las meadas de un macho como yo. Una guarra en potencia me haría sacar mi lado más salvaje. Ya os contaré con más detenimiento uno de nuestros encuentros sexuales y os podréis hacer una idea de cómo es la linda gatita.
Eso sí la mandé a hacer régimen, pues su sobrepeso no la favorecía. En cambio la barriga de Sonia me volvía loco era perfecta como era, metérsela viendo bambolear sus grandes tetas y su barriga a la vez me trastornaba, una vez la tuve una eternidad cabalgando sobre mi tan solo por ver su panza y sus tetas botar a la vez esa mujer me volvía loco de pasión. Pero eso ya os lo contaré en otro relato.