Sí Don PAscual, lo que diga Don Pascual 4
Se completa el harén de Pascual
Tras instalar a la drogadicta Soledad en la habitación y ordenarle que no tomase más drogas, la invitamos al cumpleaños de María. Mi mujer al disponer de toda la tarde libre se había esmerado preparando la fiesta, comimos unos platos exquisitos, y una tarta de cumpleaños memorable. Tras la comida mandé a la cama a la susodicha Soledad, podía ordenarle que no consumiese más drogas, pero los efectos del mono no se los quitaría nadie, y en muchos casos podían ser muy peligrosos para la salud, por eso quería vigilarla de cerca no sea que mi orden le causase un ataque al corazón.
Pues como decía la enviamos a dormir, y empezamos la fiesta, la verdad en esto fuimos muy poco imaginativos, lo reconozco, pero no por ello disfrutamos menos, os pasaré a relatar lo que hicimos:
Tumbamos en el suelo a María totalmente desnuda y con botes de nata montada le llenamos las grandes tetas y su coño de nata, por turnos fuimos comiéndonos la nata, el primero fui yo, tras comerme a lametones toda la nata, le tocó a mi mujer que tras volverla a llenar de nata hizo lo mismo y Marta acabó esta primera fase. Es curioso, la única parte de su cuerpo que quedó totalmente limpia de nata fue su coño. Después metimos a María en la bañera, nos desnudamos todos y los tres la limpiamos por entero de la nata y las babas que cubrían su cuerpo, claro mientras la limpiábamos no paramos de besarnos, meternos mano, eso si mi polla estuvo atendida en todo momento por una de las tres, ya fuese a base de mamadas, besos, lametones, caricias. Continuamos con el baño sensual, que acabó siendo comunal, pues no paramos hasta que todos nos corrimos. Tras el baño y más calientes de cómo habíamos entrado fuimos a nuestra cama donde me folle a las tres una tras otra, empezando por María era la del cumpleaños. Cuando habíamos acabado de follar y estábamos descansando María me dijo.
- Papi quiero que seas tú el que me reviente hoy mi culo virgen, con tu pollón.
Me sorprendió mucho, porque en ningún momento se lo había sugerido, y en ese momento me di cuenta también, que no les había ordenado en ningún momento que hiciesen nada de lo que habían hecho. Me llené en ese momento de felicidad, tenía una familia de pervertidas, a las que no hacía falta decir nada para que follasen como auténticas lobas.
- Por supuesto que te voy a follar el culo, Bego trae lubricante._ Y mi mujer inmediatamente, trajo un bote.
Pasé más de 20 minutos preparándole el culo. Era su primera vez y mi polla es tremenda. Se la metí muy despacio, para mi sorpresa, su culo se abrió como mantequilla, casi no se quejó, como si la hubiesen follado por el culo en múltiples ocasiones. Cuando ya la tenía dentro me soltó
- Papi joder, no me seas tan remirado, va reacciona que quiero marcha salvaje y tu vas a paso de tortuga
- Mira mi hija pervertida quiere que trate su culo como lo trataría un animal
- Por supuesto quiero sexo del bueno no sexo de Disney
- Pues tu lo has querido
Los siguientes 10 minutos fueron de sexo brutal, sacaba por completo mi polla y se la metía como si estuviese enloquecido, María gritaba como loca, que por fin la follaba un macho de verdad.
- Papi pégame que soy muy mala, hazme el culo rojo._ Soltó en uno de sus alaridos
Empecé a darle nalgadas a la vez que la follaba, al poco de empezar note que se meaba, esta chica cundo le dabas caña de la buena soltaba la vejiga. nos corrimos los dos casi a la vez ella, cayó sin sentido y yo la verdad no podía ya ni moverme, tuve las energías justas para subirla a la cama y así nos dormimos los cuatro, arremolinados en la cama yo aún con mi polla morcillona dentro del Culo de María. Una auténtica cochinada.
Al día siguiente estaba muerto, el cuarto olía a una mezcla de orín, sexo, sudor y lefa que tiraba para atrás, quería follar con distintas mujeres, pero habría que dosificarlas o moriría en el intento. Nada más irse mis hijas a sus respectivos colegios, me dispuse a llamar a Julia, quería consejo, sobre la forma de conseguir dinero. Quería utilizar mis poderes, para ello, pero sin llamar mucho la atención. Pero en su despacho me dijeron que se había tomado una semana de vacaciones y que no volvería hasta la próxima. La llamé al móvil y tampoco contestó, así que la dejé, podría aguantar aún con los 10000 de la indemnización un tiempo, teniendo en cuenta que ya no debía nada al banco.
Salí a dar un paseo, hacía buen tiempo y no me apetecía estar en casa, a los 15 minutos de caminar pasé por la tienda de mi amiga Marichel, se dedicaba a la costura, ella y su socia eran muy buenas y sus precios eran asequibles por lo que trabajo no les faltaba. Estuvimos 10 minutos hablando de que tal nos marchaba la vida y que tal estábamos, esas cosas que hablas con una persona que hace tiempo que no ves. Cuando de repente me fijé en su socia Reme, era una chica castaña clara, pelo muy largo, recogido en una gran cola, sobre la treintena ni guapa ni fea, vamos del montón, no muy alta pero tampoco baja, no estaba delgada pero tampoco obesa, eso sí, con unas grandes tetas. Era de un pueblo cercano a Albacete a unas 4 horas y media en coche de aquí, se había venido siguiendo a un chico de esta ciudad, les fue bien durante un par de años, pero mira un buen día se dieron cuenta que ya no se querían. Ella no quiso volver a su pueblo ya que aquí había montado el negocio con Marichel y les iba bastante bien, pero todos los amigos que tenía eran del círculo de amistades de su ex novio y de repente se quedó sin amigos, encima era extremadamente tímida y no se le daba muy bien hacer nuevas. En un momento que Marichel estaba atendiendo a un cliente me acerqué a ella y le dije
- A partir de ahora estás bajo mi poder, cuando el sábado cierres el taller, vente a mi casa vivo en….
- Sí Don Pascual, como diga Don Pascual
- Mientras tanto sigue con tu vida normal, sin cambiar un ápice y sin decir a nadie lo que te he dicho.
- Sí Don Pascual, como diga Don Pascual._ Y siguió cosiendo, como si yo nada le hubiese dicho
Antes de que Marichel me viese cerca de Reme, volví a su lado y cuando acabó con el cliente le dije
- Bueno chica te dejó que tenéis que trabajar.
- Ya sabes Pascual hay que ganarse los cuartos
Y salí por la puerta.
Continué mi paseo, decidí pasear por la principal calle comercial, para ver los escaparates y las novedades que enseñan en ellas. Cuando de repente me encontré una cola de gente frente a la librería con más renombre de la ciudad, intrigado me acerqué y le pregunté al último de la misma el motivo de tal revuelo.
- Es que hoy firma su último libro, el escritor más conocido del país.
Había leído las críticas de ese libro, tachándolo, puramente de basura, pero como era un escritor de tanto renombre se había vendido como rosquillas. Pensando en estas cosas, se me encendió una bombilla, cuando era joven escribí un novela de ficción, inspirada en el mundo celta. No es que fuese una gran novela, pero si la vendía por mi cuenta, haciendo creer a todo el mundo que se la vendía que era extraordinaria, podía vender cientos, o miles y ganar así el dinero suficiente, como para mantenerme con cierta comodidad. Podría escribir otras también creando una saga. Además si la vendía persona a persona fuera de los medios habituales no llegaría a la crítica especializada. O también podía obligar a los cabrones con mucha pasta de estas comarcas a comprar un centenar de novelas cada mes, con lo que no llegarían demasiadas a la gente de a pie. Era un buen plan, tenía aún que madurarlo. Lo primero era buscar una editorial que se dedicase a hacerlo por encargo, sin fijarse en la calidad de la novela.
Era hora de volver a casa y empezar a poner el plan en marcha. Así que me paré me di la vuelta y choqué con una mujer que venía en la dirección contraria.
- Perdone, estaba distraído._ Me disculpé
- Maldito estúpido si mirase por donde va esto no le pasaría._ Dijo
En ese momento la reconocí era una funcionaria del ayuntamiento, siempre con cara de amargada, trataba mal a todo el mundo que se dirigía a pedir información. Estoy seguro que todos conocen a alguien así, mujer que rebasa los 40, con gafas de pasta enganchadas con una cadenita al cuello, sobrepeso y mucha mala leche. Yo había tenido la desgracia de que siempre me atendiese ella, cada vez que tenía que hacer gestiones en el ayuntamiento.
- Perdone, sea un poco más educada que yo le he pedido disculpas.- Le dije
- Perdone señor._ Contestó
- A ver y porque es usted tan desagradable
- Porque estoy soltera, tengo más de 40 años y estoy gorda. Hace tres años que no follo con nadie, además la mayoría de mis amigas han dejado de llamarme porque no aguantaban mi mala leche. Y encima mi familia vive tan lejos que los veo en fechas señaladas._ Dijo casi llorando
- Me llamo Pascual, cuando el viernes acabes de trabajar come y ven a mi casa vivo en…..
- Sí Don Pascual, como diga Don Pascual
Realmente no sabía que haría con ella, no era una mujer que me atrajese, pero me había dado pena su situación. Vaya no le había preguntado el nombre, bueno ya lo haría el viernes.
Estaba a unas pocas calles de casa cuando me encontré a Soledad sentada en el suelo pidiendo limosna. Le había ordenado que dejase de consumir drogas, pero no le había dicho nada sobre los otros aspectos de su vida y ella continuaba con sus viejos hábitos.
- Soledad levántate
- Si, Don Pascual
- ¿Porque llevas esa ropa tan sucia y rota?
- Porque no tengo otra Don Pascual
Lo sé, pregunta estúpida por mi parte ya que yo le había acogido en mi casa llevando lo puesto.
- Sígueme a casa, que voy a darte tu nuevo plan de vida. Sí Don Pascual
Es curioso Soledad había acortado la frase.
Llegamos a casa en pocos minutos y tras decirle que se sentase en el sofá enfrente del mío le di las direcciones básicas de lo que sería su comportamiento.
- Bien Soledad a partir de ahora se ha acabado mendigar, si necesitas dinero para algo me lo pides a mi.
- Sí Don Pascual
- Ahora deberías estar en clase, no quiero que vuelvas a faltar a ninguna sin justificación y vas a estudiar para recuperar todo lo que te han suspendido.
- Sí Don Pascual
- No me mientas jamás, aunque yo no te lo ordene siempre has de decirme la verdad.
- Si don Pascual
- No quiero que vistas así, esta tarde te vas con Marta y María y que te compren un vestuario nuevo, más adecuado al de una joven normal y corriente. Además que te lleven a la peluquería para ver si pueden arreglarte ese pelo. Y por favor el esmalte negro se ha acabado para siempre
- Sí Don Pascual
- Vas a comer sano y equilibrado, no te saltarás ni una comida sin mi permiso.
- Sí Don Pascual
- Dentro de un mes pedirás hora a tu médico y te vas a hacer un análisis completo, quiero ver si estás bien físicamente tras haber pasado lo peor del mono
- Si Don Pascual
- Habla a la gente con la educación y el respeto que se merecen
- Si Don Pascual
- Sube y dúchate, y procura quitarte toda la mugre que puedas llevar encima.
- Sí Don Pascual.
Entonces me surgió una duda.
- Eres alérgica a algo._ No sea que le mandase comer algo que pudiese matarla
- No Don Pascual
- Pues sube a ducharte y cámbiate de ropa y tira esa a la basura
- No tengo más ropa.
Ostras es verdad, menuda memoria, tendré que comer pasas.
- Cógele unas bragas a María que tenéis la misma altura y ya está. Las mujeres de esta casa, dentro de ella y sin espectadores, visten sólo así
- Sí Don Pascual
Puse a hervir pasta, en el momento que llegó mi mujer , hice una salsa para acompañar y cuando estaba sirviendo bajó Soledad. Su estado desnuda era peor que vestida. Se marcaban todos sus huesos, lo único que conservaba volumen eran sus pechos. Que si así eran de buen tamaño cuando comiese mejor serían imponentes. Tenía varios tatuajes, pero en sitios bastante escondidos ya que hasta ese momento yo no se los había visto. Después me dijo que en su casa le habían prohibido hacérselos y se los hizo a escondida de ellos. Menuda perla había sido hasta entonces.
Cuando acabamos de comer le mandé que lavase los platos y quitase la mesa. Tenemos lavavajillas, pero quería comprobar si sabía hacerlo. Ni idea tenía la tía, esta no había pegado golpe en su vida: Bueno pues ya aprendería, tendría tiempo de sobra.
Nada más llegar mis hijas, les comenté la falta de ropa que tenía Soledad y que había que solucionarlo. Marta me recordó que tenía que ir a trabajar por lo que María se ofreció encantada.
- Cuando volvamos quiero la paga._ Dijo María mientras me sobaba la polla
Confirmado mis chicas son unas pervertidas y me encanta que lo sean
- Mientras tanto yo la tendré entretenida._ dijo mi mujer sacándomela y empezando a mamarla
- Mama mira que eres puta._ Dijo María entre risas
- No te quedes toda la leche que las demás necesitamos nuestra ración medicinal ._ Dijo Marta mientras salía rumbo al trabajo
- Ven aquí drogadicta, vamos a ponerte algo decente y a salir a comprar ropa. Papi necesitaré pasta._ Dijo María
- En mi cartera hay 600 euros, cógelos y ponla en condiciones
- Sí papi._ Me dijo dándome un beso y metiéndome la lengua hasta la garganta a la vez
Puse a Bego a cuatro patas y empecé a fallármela, fuerte mientras le daba nalgadas. Gemía de placer como una desesperada. Me sorprendía cada vez más
- Puta ¿desde cuando te gusta el masoquismo?
- No sabía que me gustaba hasta que tú me empezaste a tratar como una zorra, ahora no concibo el sexo si no me tratas como una ramera barata
En ese momento decidí que quería explorar esa vena que había descubierto en mi mujer, pero no se lo mandaría, quería que ella misma me indicase hasta donde quería llegar. Al igual que mis hijas, también quería que descubriesen su sexualidad por ellas mismas, por lo que a mis chicas no volvería a ordenarles nada sobre el sexo. El resto que se preparasen. Al acabar de follar con mi mujer, nos sentamos en el sofá y empezamos a hablar.
- ¿Cómo ha ido el trabajo?._ Le pregunté
- Extraordinario, ya sabes que ahora hago media jornada y cobro el doble de lo que cobraba antes, pero además los pervertidos que antes me acosaban, me tratan como a una reina y no me dejan hacer prácticamente nada._ Dijo
- ¿Y que tal con tu jefe?
- Chico pues extraordinario, valora mis opiniones, me respeta y no me impone tareas draconianas como antes.
- Me alegro por ti
- Pascual hoy al tener tanto tiempo libre estuve pensando en Lucia mi amiga la ninfómana comepollas, podría ser una de las candidatas.
Lucía en efecto era una auténtica ninfómana, había perdido a todas sus amigas porque se había tirado a la mitad de sus maridos y lo había intentado con la otra mitad. La llamábamos comepollas, porque tenía una fama de hacerlo exquisitamente. ¿Cómo era físicamente? Tremenda decir que estaba buena era quedarse corto, era alta rubia Natural con ojos azules, un cuerpo envidiable tetas grandes, tenía la edad de mi mujer y no aparentaba más de treinta. Se había casado con un viejo millonario al que exprimió hasta matarlo, no tuvo hijos porque no quería estropear su figura. Pero con el tren de vida que llevaba las rentas de sus propiedades no le bastaban y tenía que hacer tratamientos faciales por las casas.
- Es una gran idea si en su casa notan algún cambio en su actitud no le darán mayor importancia, pues saben que por conseguir una polla hace lo que haga falta._ Le comenté
- Lo se, es una candidata perfecta
- Llámala mañana y dile que el viernes por la mañana quiero hacerme un tratamiento facial completo y le dejas caer que estaré solo
- Vendrá seguro, sabe cómo es tu pollón de grande y se le va a licuar el coño.
Estábamos aún desnudos en el sofá cuando llegó Marta, en su trabajo habían hecho una reducción de personal y una de las que se habían ido a la calle era ella.
- No te preocupes, ahora céntrate en los estudios que por suerte económicamente ahora nos va bien.
- Si papi, pero me gustaba trabajar en el taller.
- Mira tu acaba los dos años que te quedan, y los papás te montarán un taller, con tus manos y la propaganda que te daremos estoy seguro que te irá bien._ Le dije yo
- Gracias papi._ Dijo lanzándose a mis brazos.
- Lo que haga falta por mis nenas se hará
- Papi, quiero mi ración de polla._ dijo mientras me masturbaba lentamente la polla poniéndomela a cien
- Bien pero quiero que me digas mientras follamos que es lo que te gusta que te hagan._ Dije yo
- Vale papi
Empezamos besándonos como posesos, acariciándonos todo el cuerpo
- Papi lámeme los pezones que me vuelve loca, pero no me los muerdas o pellizques porque me duelen.- Dijo Marta
Hice lo que me pidió y sus gemidos pasaron a ser chillidos. Después me centre en su coño y le hice una gran comida de coño, eso sí despacio de forma sensual, pues así me explicó que era como le gustaba
- Papi métemela, pero empieza follándome dulcemente y poco a poco aumenta la velocidad hasta que me corra.
Dicho y hecho, estaba claro que Marta no era como su hermana o su madre, le gustaba el sexo más dulce, más hacer el amor que follar.
- Papi déjame comerte la polla que tu leche me vuelve loca.
Se pasó 10 minutos comiéndome la polla, aquí sí que tuve que darle indicaciones pues su inexperiencia se notaba en exceso. Durante todo el proceso mi mujer nos estuvo mirando sin decir nada. Cuando acabamos dijo
- Pascual, a mí no me puedes follar a diario, me duelen todos los músculos del cuerpo, no soy como tus hijas que están en la flor de la vida.
- Pues cuando quieras sexo no tienes más que pedírmelo, no voy a obligarte a follar si no quieres.- Dije, al menos a partir de ahora
- Eso no quiere decir que fallemos como antes un par de veces por semana, pero sí días alternos.
- Me parece estupendo mami, menos cansado estará papi y más tendremos nosotras.- Dijo Marta
- No creas cariño, ahora cuando empiece a meter a más mujeres en nuestras sesiones sexuales tendrá que repartir más._ Comentó mi mujer
- ¿Que opináis, sobre el tema de que me folle a más mujeres?.- Pregunté, aunque su respuesta en este tema me traia al pairo
- A mi mientras me des ración de polla diaria, a quien se la metas me importa poco.- Dijo Marta.
- Yo opino igual._ Dijo María que entraba en casa en esos momentos y había escuchado la pregunta.
- ¿Y ti Bego?
- A mí gracia, no me hace mucha, pero prefiero que lo hagas en familia, que no a escondidas mía.
Esas respuestas no me entusiasmaban, quería que todas ellas participasen con agrado, quería ver escnas lésbicas en mi casa y si lo hacían por complacerme a mí no lo harían con gusto. Pero bueno eso lo solucionaría más adelante
María se acercó a mi me sobó bien la polla para ponérmela a punto y ella misma se empaló.
- Quiero mi paga._ Dijo mientras empezaba a cabalgar.
- ¿Dónde has dejado a Soledad?.- Dije mientras le pellizcaba un pezón
- La he dejado en la pelu, parece ser que el pelo lo tiene tan dañado que van a hacerle un tratamiento completo y tardarán. Le he dicho que cuando acabe vuelva.
- Te has dejado a la drogata en la pelo chica mala._ LE dije mientras mordía su otro pezón.
- No lo sabes tu bien, pero irás descubriéndolo._ Y sin decir nada se sacó la polla del coño y se la fue metiendo por el culo
- Niña que no te lo he preparado, te va a doler._ LE dije
- Y ¿quien te ha dicho que quiera que me lo prepares?._ Y entonces se metió mi glande, su cara de dolor era muy evidente
- Va niña sácatela y te lo dilataré
- Que no papi joder que grande que es, sólo hay una solución._ Entonces se dejó caer y se la metió entera de golpe.
- Que haces loca
- Dios mío papi me he partido en dos y me encanta, joder si me estoy meando ya
En efecto `por mis piernas empezó a caer un líquido amirillo muy abundante. Cuando acabó de mear empezó a cabalgar como una posesa y en poco tiempo nos corrimos los dos.
Soledad entraba en ese momento por la puerta, estaba cargada de bolsas, el pelo lo llevaba muy corto, pero corto corto. Lo tenía tan dañado que no tuvieron otro remedio que actuar drásticamente. Bueno así empezaría de cero.
Esa noche cenando pensé que con mis tres chicas y las mujeres que ya tenía bajo mi control eran suficientes mujeres y les dije a las tres.
- Dejad de buscarme más mujeres que con las que tengo hay suficientes.
- Vale papi lo que tu digas.- Dijeron mis hijas
- Vale, además ya no se me ocurría nadie más.- Dijo mi mujer
Y tras estallar en una carcajada que Soledad no entendió, continuamos cenando