Si de verdad me quieres (I)

La vida es complicada cuando intentas ignorar al amor.

Sonó el despertador a las 8:45 de la mañana. Se levantó arrastrando los pies y atenta con cual de ellos pisaba el suelo primero.

-Mierda.. -Dijo al ver que piso primero con el izquierdo. Ella había tenido ese ritual de despertar desde que era pequeña, no sabía el por que, solo era costumbre. Sus pequeñas manías y ella vivían juntas, con un perro hasky llamado ''Climmer''. Su historia era muy distinta de lo que vive la gente normal. Ella tenia 17 años y estaba sola, excepto por dos de sus amigas. Vivía en un pequeño piso cerca de su instituto, iba a estudiar por que no podía depender toda su vida de la paga que le daban por ser huérfana, no fue un accidente o algo parecido, su padre mató a su madre y a ella la abandonó después de violarla. Esa era su vida, monótona y sin metas. Nunca tubo una relación seria, mas bien, nunca la tubo por asco al tacto de los hombres, sencillamente, odiaba su estupidez y ganas de sexo a todas horas, no lo podía soportar.

Se dirigió a su armario y cojio su chaqueta de cuero negra, sus botines addidas y un vaquero roto. Hizo su cama y miro el reloj, las 8:05, entraban a las 8:15.

-MIERDA -Volvió a decir elevando la voz. Recogió su maleta y salió corriendo cerrando de un portazo. Su cabello negro se revolvía con el viento y la velocidad de su carrera, sus ojos verde esmeralda resaltaban sobre el día oscuro. Era una chica guapa, de mas o menos uno sesenta y nueve de altura, 51 kilos y 32-24-34, nada mal para su edad. Sintió una mano que la retenía, obligandola a pararse.

-¿Que haces? ¡No me toques!- Levantó la vista y era Yolanda, una muchacha de pelos rojo oscuro, con algunas mechas negras y ojos amarillos. Le sonreía picara.- Oh, ¿Ya vienes a darme la lata?-Dijo en tono irónico.

-Duh, te acabas de levantar y ya estas de mala ostia- Dijo a modo de queja- Debes aprender a levantarte con mas animo..-Continuo hablando. Se conocían de años atrás, teniendo algún que otro beso fugaz.- El examen es hoy, y por tu bien que hayas estudiado.

-¿QUE? ¿Que examen?- ¿Cuando habían llegado a ese punto de la conversación? Miro el reloj de nuevo, las 8:20, no merecía la pena seguir dándose prisa. Ralentizo un poco el paso.- Te he echo una jodida pregunta Yolanda.

-Esa lengua, niñata de pueblo- Yolanda no se lo decía con mala intención, solo lo hacia para picarla.- Ya nada, se nos a pasado la hora, después vamos.

Se dirigieron a un bar cercano para pedir dos chocolates calientes y churros. Kendra saco su Xperia y comenzó a hablar por whatsapp. Yolanda se acerco a ella y se acurruco a su lado.

-Yolanda...-Dijo a modo de susurro.- ¿Se puede saber a que viene este brote de cariño?

-A nada..- Se acerco mas a ella, sentándose en su regazo rodeada por sus brazos.

-A mi no me engañas -Sonrió- ¿Que quieres de mi? -Dijo acercando sus labios a la oreja de Yolanda.

-Besame, ahora- Dijo en tono suplicante y con algo de orden- Ahora, o lo hago yo.

-Yolanda, no me montes el numerito del besame, sabes que no lo voy a hacer.

-Si ya, ¿Vas a negarme lo que paso el pasado sábado?- Ese sábado en concreto, no fue solamente un beso lo que se dedicaron. Después de varias copas, Kendra llevó a Yolanda a su piso e hicieron el amor. Después de todo, Yolanda le había confesado su amor por ella, pero no se atrevía a empezar algo serio con ella.

-Si...-Kendra no estaba arrepentida en absoluto, había sido la mejor noche de su vida.- pero aquí no, ¿vale?

-¿Te da vergüenza besar a alguien que esta loca por ti? Cobarde. -Otra vez estaba ahí la Yolanda que la picaba, con ese brillo en los ojos que llamaban al deseo de Kendra, con esa mirada picara. Kendra la beso, pero fue un beso corto, por las miradas que se levantaron, Se retiro.

-¿Estas conforme?

-No, ahora vamos a tu casa...

-Pero ya ahí que volver al instituto -Contesto recordando que tenia que aprobar este curso.

-Ya, pero me tienes que llevar a tu casa a la hora de comer, ¿Ok? -Kendra dijo que si con la cabeza, y le dio un beso en la frente. Salieron del bar rumbo a su instituto. Nadie les pregunto que por que llegaban tarde. Subieron las escaleras en dirección a su aula. Entraron, y como siempre, llegaron tarde.

-Señoritas Ranieri y Farrell, ¿SE PUEDE SABER POR QUE LLEGÁIS A ESTAS HORAS? -Grito el profesor de física. Era un hombre amargo, viejo, de unos 50 años. Tenia un odio extremo a Kendra, ella no se dejaba regañar por nadie, y menos por un profesor.

-Perdona, ¿Me lo puede preguntar sin chillar? -Respondió Kendra veloz- No estoy sorda todavía.- Yolanda la halo junto a ella hacia los últimos asientos. Yolanda empezó a deslizar su mano hacia la entrepierna de Kendra, haciendo que se estremeciera.- ¿Que haces?- Susurro al oído de su compañera.

-Divertirme un poco...

-Ya tendrás tiempo de divertirte esta tarde jeje -Contestó retirando la mano de Yolanda. Esta le hizo una mueca graciosa, lo que le provocó una sonrisa. Encendió su Xperia y se puso los cascos. Pasó las clases escuchando música y con Yolanda acurrucada a su lado, con la escusa del mal tiempo. Sonó la campana que indicaba que las clases habían terminado. Kendra se levanto rápida.

-Señorita Farrell, levántese -Esbozó una sonrisa contagiosa y le dio un palmeta al trasero de Yolanda mordiéndose los labios. Al salir, la canción de Pan y mantequilla de efecto pasillo sonaba en su móvil.

-Camina, cada paso tuyo me contamina, mueve tus caderas como gelatina, cintura divina, te comería con pan y mantequilla -Le cantaba a Yolanda, que no podía parar de reír de vergüenza y alegría, al ver que su chica le dedicaba unos versos tan insinuantes. Caminaban dando tumbos y gritando por los nervios de llegar a casa de Kendra. Al llegar, subieron las escaleras en silencio forzoso. En la puerta del piso de Kendra, estaba su vecino con caras de pocos amigos.

-Eh tu, ¿Cuando vas a llevarte a ese chucho de aquí?

-Mañana, gilipollas -Contestó provocando una carcajada a Yolanda. Abrió la puerta y entraron. Les recibió Climmer moviendo la cola y saltando junto a Yolanda.

-Hola Climmer ¿Que tal chico?

-Ya veo que quieres mas al perro que a mi -Rio Kendra

-Si.. al perro no le hago el amor...

-Rawr -Rugió Kendra. Se abrazaron en un efusivo beso que las llevo a la cama, donde se quitaron las camisas y Yolanda quedo en su tanga negro. Kendra la abrazó y la embistió una y otra vez haciendo que Yolanda jadeara por el roce de sus vaqueros con su entrepierna. La cosa iba subiendo de temperatura hasta que quedaron en 69. Kendra se apartó para respirar ella y dejar respirar a Yolanda.

-Ha estado bien..-Dijo Kendra encendiendo un cigarrillo.

-No fumes..-Dijo Yolanda abrazándola.- Sabes... me gusta estar así.

-¿Así como? -Pregunto extrañada, dándole una calada a su Mallboro.

-Así, abrazada a ti, que me des tu calor, sentirte así de cerca..

-Siempre me vas a tener cerca tonta

CONTINUARA...