Si amo [Parte 1]

La serie ''Si amo'' está presentada y escrita desde el punto de vista de una sumisa que describe la convivencia con su amo.

Voy montada en el coche de vuelta a casa, ha sido un buen partido el de hoy. Estoy acostumbrada a ganar después de llevar entrenando más de tres años en los que el voley ha sido mi vida. Me detengo en un semáforo- momento prefecto para darle vueltas a varias cosas-. Al llegar a casa me ducharé, pienso. Ay, adoro la ducha, se me hace imposible recordar cuantos orgasmos he tenido en ese lugar, demasiadas corridas... Recuerdo la de la semana pasada, fue una de las mejores. Alex frotándome la esponja repetidas veces por mi coño, rozando mi clítoris una y otra vez... umm. El pitido del coche de detrás me hace despertar de mi ensoñación y me apresuro a avanzar.

Estoy aparcando y veo que no está el BMW de Alex, habrá salido. Entro en casa y el silencio envuelve el entorno. Estoy sudada y necesito quitarme cuanto antes la ropa así que cojo una toalla y me meto en el baño. Enciendo el grifo del agua caliente. Me deshago de la camiseta y las mayas y me quedo solo con el sujetador. Cuando voy a quitarlo, me encuentro frente al espejo y puedo ver a través de él mis pezones empalmados. Umm... creo que estaría bien jugar un poco... Los rozo con mis dedos y la piel se eriza. Pellizco fuerte y no puedo evitar soltar un leve gemido. Me quito las bragas y rozo con mi dedo corazón la entrada de mi coño -húmedo como a mí me gusta- y paso el dedo por el clítoris. ¡Ahh! que exquisita sensación. Decido entrar a la ducha y el agua está tibia, perfecta. El agua sale a chorros medianamente fuertes y van directos a mi coño, oh que bien sienta esto. Cojo el champú y enjabono la larga melena y masajeo lentamente. De repente, escucho la puerta del baño abrirse para seguidamente cerrarse. Aparto la cortina y ahí está él, con su típica cara de controlador. Empieza a desnudarse rápidamente y en un abrir y cerrar de ojos solo lleva sus calzoncillos, esos que me hacen ver su erección apretando fuerte. Joder, que ganas me dan de chupársela. Se deshace de ellos y se introduce en la bañera sentándose frente a mí. Su seriedad a veces me asusta pero otras, me pone cachonda, es tan autoritario.. Apaga el grifo y la bañera aún no está muy llena, por lo que puedo ver su polla sobresalir, asomada como la mirilla de un tanque submarino... Deduzco que está bastante dura. Me muero de ganas por llevar mi boca hasta ahí y pasar mi lengua una y otra vez por el rosado capullo que adorna el final.

-¿Quieres mamarla, zorrita? -me pregunta mientras me mira a los ojos y mueve la polla con su mano.

-¡Sí! -respondo eufóricamente.

-Umm... -se la menea felizmente -creo que no es el momento.

Tras decir esto, coge el bote de gel y empieza a enjabonar sus brazos, su pecho, su polla... su mano sube y baja lentamente, frotando con delicadeza. Noto que ha crecido, ahora es más grande que antes. Cojo la alcachofa y empiezo a enjuagar el jabón en mi pelo.

Poco después, él sale de la bañera cuando yo termino. Me tiende la mano para ayudarme a salir y me cubre con la misma toalla que se encuentra rodeando su espalda. Me abraza por detrás para que no coja frío y puedo sentir su gran erección empujando mi espalda y en ese momento, puedo notar las pulsaciones acelerándose.

Cuando estamos más secos, él toma mi mano, me dirige por el pasillo y me hace entrar en nuestra habitación. Me besa con fuerza, intensamente, y decido ser yo quien mande ahora. Lo empujo y él se tira sobre la cama. Está tumbado boca arriba completamente desnudo. Su polla ha bajado pero eso no es ningún problema, yo lo arreglo. Subo a la cama y me coloco de rodillas entre sus piernas. Lo miro y veo la ansiedad en su rostro. Agarro sus huevos y empiezo dándoles un lento masaje. Su polla endurece y decido agarrarla de una vez por todas. Tengo demasiadas ganas de tenerla en mi boca así que no me detengo ni un segundo. Doy pequeños lametazos a la punta. Está salada, sabe deliciosa. La introduzco poco a poco pero él me empuja bruscamente y me la mete hasta la garganta de un solo tirón. Enseguida la saco de mi boca junto con una buena arcada. Él sonríe, orgulloso de su acto. En este segundo intento yo misma la meto hasta el fondo rápidamente antes de que él pueda volver a hacer lo de antes. Muevo mi lengua, rodeo la polla con ella, le doy vueltas y la paso de arriba a abajo. La saco y está mucho más crecida que antes. Empiezo a pajearla rápido y observo su cara de placer. Vuelvo a meterla en mi boca para sacarla y volverla a meter repetidas veces. La chupo a los lados y succiono con fuerza la punta. Él me agarra de los pelos y me hace subir la cara hasta que mi vista choca con la suya.

-Para. -me agarra de las muñecas y me sube encima de su torso.

Se da la vuelta y me deja boca abajo, se levanta de la cama y lo veo rebuscar en la mesilla del lado derecho de la cabecera. Saca unas esposas. Umm esto me gusta...

-Estira los brazos -me ordena.

Lo hago pero me mira con enfado,

-¿Qué se dice? -enseguida reacciono -Sí, amo.

-Buena chica -me dice mientras sonría orgulloso.

Me ata a los barrotes de la cama, estoy indefensa. Se sube a la cama y se coloca justo detrás de mis piernas, que se encuentran dobladas hacia arriba.

-Ahora te voy a follar rápido, ¿entendido?

-Sí, amo.

Con su mano sostiene el capullo pegado a la entrada de mi coño, tocando con mis labios mayores. Lo acaricia con ella, la pasa de arriba a abajo hasta que finalmente me la mete bruscamente y un fuerte gemido escapa de lo más profundo de mi garganta. La saca solo un poco, lentamente. La vuelve a meter con fuerza y esta vez empieza una carrera de embestidas una tras otra sin descanso. Siento mis entrañas estremeciéndose, se aproxima, estoy cerca. Los gemidos no dejan de oírse en la habitación, cada vez más fuertes. Estoy ansiosa, quiero tocarlo pero no puedo, las esposas me lo impiden.

-¿Quieres correrte, zorrita? -pregunta sin dejar de follarme.

-Sí, por favor amo -contesto ligera.

-Umm... creo que mejor no -dice mientras me mira maliciosamente y saca su enorme y dura polla.

Él también está cerca. Se aproxima por mis piernas hasta mis tetas, agarra ambas y las aprieta con fuerza. Gimo. El dolor y el placer es una de las mejores sensaciones que haya experimentado jamás y él lo sabe. Rodea sus labios alrededor de mi pezón izquierdo y mueve su lengua de un lado a otro sin cesar, da leves mordiscos y succiona hasta dejarlo rojo, mientras que con la otra mano pellizca el pezón derecho. Cuando cree que es suficiente, se detiene para irse al otro pezón y repetir la misma acción que con el izquierdo. El coño me palpita y lo noto ardiendo. Por fin cesa y vuelve a la posición inicial.

-Te vas a correr cuando yo te lo ordene, ¿vale?

-Sí, amo -pongo mi mejor cara de santa para que se apiade de mí y me deje correrme rápido. Introduce la polla lentamente y gimo. Noto la sangre subiendo a mi cabeza y no quiero esperar más. Empieza a follarme rápido y noto que de nuevo estoy cerca. Él sigue dando embestidas y yo ya no aguanto.

-Córrete ahora- ordena.

Sin duda alguna, a la segunda embestida exploto en mil pedazos y el placer desborda mi cuerpo. Ya está, me corrí pero él me sigue follando. El sudor se refleja en su frente. Acelera el ritmo, se va a correr ya. Poco después, sostiene mis caderas con fuerza y saca y mete su polla rápidamente hasta que finalmente se corre dejándome toda su leche en mi interior. Retira su polla de mi coño, al tiempo que algunas gotas salen de él, y se aproxima de rodillas a mi cara. Me quita las esposas, me besa los labios pausadamente y me sonríe.

-Buena chica...

Segunda parte y resto de la serie (según se vaya escribiendo) en: relatosdominacion.blogspot.com