Sí, Amo III

Último de la saga, en este Amo le propone un reto a laica, si lo supera tendrá placer.

Todo y haber vaciado, Amo le seguía bombeando.

—Tienes un buen culo, zorra. Acostumbrada a hacerte lavativas, así no se me ensuciarás. Me gusta que mis perras me la chupen luego de correrme.

Angélica empezó a temblar, no quería que la primera vez que le hiciesen un culo-boca fuera con mierda incluida. Jaime al oírlo puso cara de superioridad, creía que no iba a pringar. Amo le acarició la nalga a Angélica y acercó la boca a la oreja para empezar a darle suaves nórdicos.

—Hoy sería un castigo, y tú eres una buena perrita. En cambio, el cornudo de allí —dijo señalando a Jaime.

Angélica rió y recibió un suave cachete en una nalga. Amo se retiró, y parte del semen salió del recto de ella. Andó hasta Jaime con paso firme y le cogió la cabeza.

—Pensaba que eras una perra obediente. Límpiala. —Le puso la polla de golpe en la boca—. Si noto tus dientes te corto los huevos.

Luego de la amenaza Amo miró hacia el sofá y observó a Angélica con cara de miedo.

—Tu pareja la chupa mejor, eres un desastre, cornudo.

Amo empezó a clavársela hasta el fondo produciéndole arcadas. Ella empezó a disfrutar de la situación, de verlo humillado. Al final se la sacó y lo desató. Jaime de rodillas en el suelo y con la cabeza agachada.

—Siento mi comportamiento, Amo, no lo volveré a repetir.

—Te queda limpiarle el coño a tu mujer. ¿Cuánto tiempo hace que no le chupas?, ¿recuerdas cómo se hacía?

Angélica se puso a cuatro patas en el suelo, esperando notar la lengua de Jaime en su raja, deseaba que se esforzara y la dejase bien satisfecha.

—Al estar juntos delante de mí voy a fijar las normas de orden. Si cornudo consigue que laica se corra en menos de cinco minutos la tendrá de esclava. Sino lo consigue laica mandará. Los dos estaréis en mis órdenes.

Jaime se puso detrás del culo de ella y lamía con asco, había restos marrones. Le decidió ponerle un dedo en el coño mientras que con la lengua le perfilaba el ano. Ella decidió controlarse, no gozar. Él se esforzaba para darle placer y cada momento encontraba a su pareja más seca. Entonces Amo habló:

—Cornudo, has fallado. Laica es buena. Piensa que ha sabido estar más de un año sin correrse contigo. —Jaime hizo una mirada de duda—. Piensa que siempre te lo he dicho, siempre has sido mi cornudo. Laica lleva años a mi lado y te quería hacer la prueba de si te la mereces. ¿Crees que una mujer como esta podía estar sin sexo bueno tanto tiempo?

—¿Entonces fue ella la que organizó la quedada en el vestuario? —Amo afirma— ¿Ella sabía que me partías el culo?

—Sí y nunca quiso verte llorar, no lo ha querido ni hoy.

Amo se puso al lado de Angélica y empezó a jugar con los pezones. Al ver esto a Jaime se le puso dura.

—cornudo es mío y ahora me preocupa su excitación si viene a mi lado se la casco con la mano.

—Si no lo consigues en cinco minutos, dos días a la semana te mandará él.

A ella no le hizo gracia, no quería estar bajo la sombra de esa cucaracha otra vez. Se puso de rodillas delante de Jaime y se la introdujo hasta el fondo. Cada vez que la sacaba notaba como las venas le crecían, iba acelerando. Hasta que notó que Jaime le ponía las manos en la cabeza y empezaba a marcar el ritmo. Entonces ella con la mano derecha empezó a tocar el plug. A él no le costó nada correrse.

—laica no te lo tragues. Ponte de pie para besarlo.

Cuando lo besó Jaime se tragó la propia corrida.

—Ahora seré un espectador. Vigilaré que la perrita no estropee su juguete nuevo. Por cierto laica si necesitas algo pídelo.

—Todos estamos cansados. ¿Quiere un café Amo?

—Sí con hielo.

—Chucho prepárale uno y para mí uno solo. La leche la tendrás luego de que se ponga dura, si tienes valor para hacerlo sin mi permiso.