Show para albañiles, parte 3

La sensación me derritió aun más, y esta vez comencé a frotar mis nalguitas sobre su paquete el cual era capaz de sentirse. Toño pasó sus manos a la parte de enfrente, para ser exacta colocó sus manos en mis pechos.

Tercera parte

de mis pequeñas aventuras, las primeras dos pueden encontrarlas en mi perfil.

Escuché a mi madre tocar la puerta, para despedirse y pedirme que estuviera atenta a la construcción, espere al sonido del carro arrancar para poder ponerme la prenda que se me había ordenado, me coloqué mi blusa de tirantes color blanca y un cachetero de color rojo. Salí a la cocina para preparar mi desayuno, escuché la voz de Alberto llamándome por lo que salí al patio donde se encontraba junto con Toño, el cual me indicó que calentara sus meriendas y en cuanto me di la vuelta me dio una fuerte nalgada, mientras seguía caminando marqué más mis movimientos de cadera para que disfrutaran de la vista. Llegué a la cocina y empecé a calentar todo, escuché unos pasos y me di cuenta que Toño estaba ingresando a la cocina, este se colocó detrás mio, sentí su cuerpo pegarse al mío y su respiración en mi cuello.

Toño: Que bien te queda este color rojo, bebé. - dijo colocando sus manos en mis nalgas.

Simplemente cerré mis ojos y me concentré en el tacto de sus manos y su respiración, lo cual me estaba calentando aun más. Tomó la parte trasera de mi ínterior y la subió de modo que pasara de ser un cachetero a una tanguita, sentí como se metía la tela entre mis nalgas y estas quedaban más expuestas.

Toño: Vaya culito que tienes muñequita. - dijo dándome otra nalgada firme.

Simplemente pronuncié un ligero gemido, sentía mi entrepierna completamente humeda.

Toño: Te gustan las nalgadas, ¿verdad muñeca?

Un nuevo gemido salió de mi, esta vez más pronunciado a causa de una nueva nalgada, sentí la respiración de Toño en mi cuello y mis ojos seguían cerrados, no sabía si mi entrepierna podía mojarse aun más, pero eso lo descubrí cuando sentí los besos de Toño en mi cuello.

Sam: aaaay si. - gemi.

La sensación me derritió aun más, y esta vez comencé a frotar mis nalguitas sobre su paquete el cual era capaz de sentirse. Toño pasó sus manos a la parte de enfrente, para ser exacta colocó sus manos en mis pechos, por encima de mi blusa los apretaba y presionaba ligeramente mis pezones, los cuales estaban más que duros. Yo simplemente cerraba mis ojos y me enfocaba en su manoseo, sus besos y su paquete que sentía contra mis nalgas.

Sam: aay sii sigue aaay.

Toño: Sácate la blusa. - dijo tirando de mi cabello.

Sam: Si papi.

Sin darme cuenta había caído en un juego de sumisión, me gustaban las órdenes que me daba  y como me las daba. Me quité la blusa y me di la vuelta para quedar de frente a él, únicamente con mi cachetero. No lo pensó mucho y se abalanzó contra mis pechos desnudos, sentía su lengua recorrer mis pezones y eso me calentaba aun más, no aguantaba más con su juego, y dirigí mi mano a su entrepierna, sentía su verga completamente dura y la empecé a presionar con mi manita, se despegó de mis pechos y ahora era mi boca la que sentía sus besos y su lengua. Comenzó a besarme con tal desesperación lo cual me indicaba que estaba excitado. Con mis manos baje el cierre de su pantalón y libere su verga, la cual tomé con mi mano y comencé a masturbarlo, sentía ese pedazo de carne muy caliente, mientras los besos seguian. Dejé de besarlo solamente para ponerme de rodillas, tenía de frente su verga, no era tan grande ni tan chica, pero si estaba un poco gruesa y con algunas venas, comencé a masturbarlo pero Toño me tomó del cabello y la hundió en mi boca, comencé a sentir su verga llegar a mi garganta.

Sam: Agh agg agh agg - es lo único que pronunciaba.

Toño: Aaa que rico la comes muñeca, sigue así, asta el fondo.

Me sujetaba de mi cabello y hundia mi cabeza en su verga hasta tenerla toda en la boca, la sentía en mi garganta.

Sam: Aaaay si, que rica la tienes.

Comencé a masturbalo con mis manitas, pero Toño insistía en meterla toda a mi boca, ahora era yo quien hacía mis movimientos de cabeceo, su verga entraba y salía de mi boca.

Sam: Aghh agg aggg

Toño sacó su verga de mi boca y una descarga de su semen salió en dirección a mi rostro, de inmediato tomé su verga con mi mano y comencé a masturbarlo con tal desesperación para que siguiera derramando su espeso semen en mi rostro, lo sentía en mis mejillas y en mis labios, sentía su caliente semen deslizarse hasta mis pechos.

Toño: Que rico lo haces, limpia mi verga muñequita. - dijo introduciendo nuevamente su verga a mi boca.

Me levanté y vi a Toño tomar sus alimentos y dirigirse al patio, ahí fue donde mi di cuenta que Alberto había estado todo el tiempo en la ventana, observando como Toño me bañaba con su semen. Todo lo que pasó y el hecho de que Alberto nos había estado observando me había excitado aún más, mi entrepierna estaba que chorreaba, sin pensarlo introduje mi mano en mi interior y comencé a masturbarme frente a Alberto, el cual solo me miraba fijamente, los movimientos de mis dedos aumentaban, estaba por correrme, cuando Alberto ingresó a la cocina. Nos mirábamos fijamente a los ojos hasta que una de sus manos se colocó en mi cuello, sujetándome con fuerza, mientras que introducía su otra mano en mi interior, está vez era él quien hundía sus dedos en mi vagina completamente mojada, nuevamente cerré mis ojos y disfrute de los movimientos de Alberto.

Sam: aaay sii no pares sii aaaay

No pasó mucho tiempo cuando comencé a correrme en la mano de Alberto, sentí la descarga y una ola de calor recorrer mi cuerpo, mis piernas comenzaron a templar y por poco caigo al suelo. Alberto retiró su mano de mi entrepierna, y me dio media vuelta para quedar de espaldas contra él, me recargo sobre la barra de la cocina y sentí sus manos tocar y apretar mis nalgas.

Alberto: Que niña tan rica eres. - me dio una fuerte nalgada. - ¿te gusta?

Sam: Ay sii, dame más por favor.

Toño nuevamente soltó 2 nalgadas más, sentía como mis piernas temblaban, Alberto me tomó del cabello fuertemente y procedió a darme 2 nalgadas más.

Sam: ay si papi, que rico.

Tiró de mi cabello hacia atrás y lo que me dijo provocó un incendió dentro de mi.

Alberto: ¿Quieres coger, putita?

Sam: Aay siii cogeme por favor, si.

Mi entrepierna nuevamente estaba como una fuente, a causa de las palabras de Alberto, en el fondo tenía tantas ganas de que me cogieran, quería sentir sus vergas dentro de mi. Alberto me azotó con otra nalgada fuerte, derrepente escuché una risa a carcajadas de Toño, el cual estaba observando todo lo que pasaba, Alberto igual comenzó a reírse.

Toño: Vaya que eres una putita muy hambrienta.

Alberto: Está más que caliente la zorrita esta.

Alberto me soltó, los mire como se reían de mi, no comprendía que sucedia, hasta que me di cuenta que solo me provocaban para caer en sus juegos, prácticamente ahora era yo quien estaba enrredada en su juego de provocación. Tenía tantas ganas de que me cogieran, lo necesitaba, pero ellos poco a poco me dejaban con las ganas.

Toño: Vamos hacer unos cambios, putita. - dijo acercándose a mi. - ahora en adelante estarás así y nos servirás así como estás.

Dijo mirando mis pechos, se refería a que ya no estaría con la blusa, sino que ahora estaría solo con mi interior.

Toño: ¿Entendiste? - dijo tomándome del cuello.

Sam: Ay si, como tu ordenes.

Ambos se retiraron al patio cuando escucharon el carro de Mauro, al parecer todo esto lo hacían a escondidas de él, por mi parte me dirigí al baño que está dentro de la casa, me lavé la cara y me compuse mi cabello.

El resto de la mañana transcurrió de manera normal, hasta llegar a la hora en la que comienzo alistarme para ir a la escuela.

Hasta aquí termina esta tercera parte, gracias a sus comentarios que me hacen, pronto estaré subiendo el resto. Pueden dejarme sus comentarios en mi correo tarvix321@gmail.com

Besitos.