Show para albañiles, parte 2

Sam conoce más a los albañiles, por lo que el trato con estos es mas cercano, y sin darse cuenta la pequeña Sam se encamina en la dirección de la sumisión.

Segunda parte

de mis pequeñas aventuras, la primera pueden encontrarla en mi perfil.

Esto sucedió hace un tiempo, cuando yo tenía 18 años. Adolescente delgada, alta y de cuerpo pequeño, pechos pequeños y un culo redondito, cabello ondulado, largo y castaño.

Habían pasado ya unos días después de lo sucedido, días en los que mi coqueteo había estado avanzando, en cuanto me quedaba sola con los 3 albañiles mi único atuendo era un bluson largo que me llegaba a medio muslos y un calzoncito de encaje, sin sostén ni nada. Sus miradas de acoso ya eran más descaradas, en cuanto salia o pasaba cerca de ellos sus miradas se colocan encima de mi, eso significa que todo iba más que bien.

Eran al rededor de las 12 pm del dia, por lo que me metí a bañar para irme a la escuela, estaba debajo del chorro de agua que caía, con los ojos cerrados y estimulando mi vagina. Mi mente estaba concentrada en mis dedos que se hundían dentro de mi, derrepente sentí esa sensación de cuando alguien te está mirando, abrí ligeramente mis ojos y alcance a ver de reojo que habían 2 albañiles asomados por una ventana que conducía al patio.

Senti varias sensaciones, entre ellas enojo, pero siendo sincera, nunca había decidido cerrar dicha ventana, en el fondo quería que esto pasara, quería que ellos me viera completamente desnuda, era un paso más en mi pequeño juego. Por un momento decidí parar, pero ya estaba por terminar, así que decidí seguir. Era un verdadero show que les estaba dando, incluso mucho mejor que las veces anteriores que me veían con poca ropa.

Lo que ellos veían era una adolescente, recargada en la pared del baño mientras con una mano se frotaba su vagina y con la otra presionaba sus pezones. Comencé a retorcerme ahí mismo, cerré mis ojos y me concentré en ese pequeño orgasmo que estaba teniendo.

Sam: aay aaaa sii aaay. - ligeros gemidos pronunciaba.

Abrí mis ojos nuevamente, me di cuenta que los tipos se había ido, por lo que seguí con mi baño para poder irme a clases, salí a mi cuarto para arreglar mis cosas, estaba lista para irme, iba saliendo de mi casa cuando uno de los que me había visto se me acerca.

"Que buena que estás he, soy Mauro"

Me dijo estendiendome su mano.

Sam: Gracias, soy Sam. - le dije acompañada una sonrisa coqueta.

Emprendí mi camino a la escuela... Había sido un día interesante, el hecho de exhibirme de la manera que lo hice fue una sensación increíble y estaba más que emocionada por lo que podría pasar al día siguiente...

Al día siguiente mi mamá me despertó de costumbre, para que saliera a supervisar que todo fuera bien. Espere a que se fuera para poder salir, realice mis rutinas de siempre, incluso serví vasos de agua y salí al patio para ofrecerles.

Sam: Holi, les traje un poco de agua por si gustan.

Mauro: Gracias muñequita, te presento a mis compañeros Alberto y Toño.

Sam: Holi, mucho gusto, soy Sam. - dije sonriendoles a cada uno.

Alberto: Hola preciosa, que gusto conocerte. - se me acercó y me dio un beso en mi mejilla.

Alberto era un tipo de unos 25 años, alto y moreno claro, mientras que Toño se veía joven, como de unos 20 años, estaba a mi altura y era un poco más moreno.

Toño: Hola guapa - dijo de igual forma dándome un beso.

De inmediato me di cuenta que este último era un poco más descarado, se paró a lado mio y con su mano derecha me tomó de la cintura.

Toño: Ya queríamos conocerte más así, pensamos que eras la típica niña fresa que no nos hablaría.

Alberto: Bueno, quizás no nos hablaba pero si nos daba más que eso.

Todos se empezaron a reír, me sentía una poco nerviosa, Alberto y Toño se referian al show que les había dado en el baño.

Toño: Vamos a seguir en el jale, traenos otra jarrita de agua para que no te estemos molestando mucho.

Alberto: O talvez si quiere que lo hagamos. - todos se empezaron a reír nuevamente.

Sam: No hay problema, enseguida les traigo más agua.

Entre a la cocina y sentí como mi cara estaba más que ruborizada, pero todo esto me estaba gustando, llené una jarra de agua y salí nuevamente.

Toño: Que bien Sam, que bueno que seas atenta con nosotros. - dijo tomándome nuevamente de la cintura.

Sam: Cualquier cosa estaré adentro, chicos.

Les di la espalda y camine para entrar, pero enseguida se acercó nuevamente Toño tomándome de la cintura.

Toño: Ey nena, ¿cuando será que me aceptas una salida?

Su pregunta me tomó por sorpresa, no supe que responderle, por lo que solo respondí con una sonrisa.

Toño: Tienes una bonita cintura, muñeca.

Coloco ambas manos en mi cintura y con movimientos ligeros subió un poco mi bluson pero fue lo suficiente para que los de atrás pudieran ver mis nalguitas en ese cachetero color negro.

Sam: Oye espera jaja - bajé mi bluson nuevamente - no hagas eso jajaja

Toño: Esta blusita está un poco larga, será mejor que te pongas una mas corta - dijo en tono serio.

Sam: Claro, buscaré algo.

Toño: Así me gusta.

Comencé a caminar hacia adentro, tan solo di 2 pasos cuando sentí como Toño me dio una nalgada. Los 3 empezaron a reír y yo me metí a la casa, debo admitir que esa nalgada y todo lo que había pasado me había prendido un poco, pero lo que me había dicho Toño, o lo que me había ordenado me había puesto más que caliente. Me dirigí a mi cuarto y busque lo que se me había ordenado, encontré una blusita de tirantes color blanco de hace tiempo, me la puse y me vi al espejo.

De largo me quedaba normal, es decir que mi ropa interior de cachetero quedaba expuesto, y también me quedaba un poco ajustada, por lo que mis pechos resultaban más, eso hacia que mis pezones se marcaran de igual forma.

Me dirigí a la sala para terminar unos pendientes, pero algo dentro de mi sentía entusiasmo ¿entusiasmo de que esos 3 me vieran vestida así? Al parecer si, me asomé por la ventana cuando vi que Toño se dirigía hacia mi.

Toño: Queremos calentar nuestros desayunos.

Sam: Claro, yo se los caliento - dije con una sonrisa en mi rostro.

Sin darme cuenta mi lado sumisa iba saliendo poco a poco. Comence a calentar lo que me habían dado, Toño entró a la cocina y se paró recargo sobre la barra, mirándome de frente.

Toño: Que bueno que seas una muñequita obediente Sam. - dijo mirándome de arriba hacia abajo. Pero date una vuelta, a ver que tal te ves.

Se acercó a mi, me tomó de la cintura y me dio la vuelta, dándole la espalda.

Toño: Vaya que estás bien rica, Sam. - dijo dándome una ligera nalgada.

Tan solo emiti un ligero gemido, mi excitación estaba subiendo más y más, en ese momento solo quería que me cogiera, justo ahí. Toño salió nuevamente al patio, terminé de calentar sus alimentos y me dirigí hacia afuera. En cuanto sali, los 3 colocaron sus miradas en mi, le entregué y me regresé hacia el interior de la casa ya que tenía que alistarme para irme a la escuela, mientras estaba en mi cuarto, abrí nuevamente mi ventana para que pudieran verme, pero me di cuenta que no lo estaban haciendo, tenía tanto deseo que se asomaran por ahí de modo que pudieran verme, pero no ocurrió. Ahora era yo quien estaba cayendo en un juego de sumisión, las indicaciones o la orden que me había dado Toño me había excitado tanto, y estaba dispuesta a recibir más ordenes.

Terminé de alistarme y salí en dirección a mi escuela...

Aquí termina la segunda parte, saben que pueden darme sus comentarios tarvix321@gmail.com

Besitos.