Show en Cam Four... (Parte 2)

Un relato más de las aventuras de Julio, ¿quieren saber ahora con quién tuvo un show? los invito a leer.

Show en Cam Four… Parte 2.

Hola otra vez, bueno pues han pasado 7 semanas de lo que sucedió con Mauro en su casa, desde entonces no había dejado de fantasear con él, hasta que pasó algo que igual deseaba con ansías sucediera, esta vez con mi primo Israel el cuñado de Mauro; o sea hermano de mi prima, aclarando; siempre desde que tenía seis años, sentía atracción por mi primo Israel; aún no sabía bien que sí yo era gay o no; disfrutaba jugar con él; más jugando a las peleas, eso me gustaba por qué tenía contacto con él corporalmente y eso me gustaba; fueron pasando los años y ambos fuimos “madurando” físicamente, mentalmente no tanto; él se comporta inmaduro y eso que tiene 27 años; él es algo distraído y algo tonto, pero ese día me demostró todo lo contrario.

Estaba en mi casa totalmente solo, en mi laptop buscando en cam four alguien que se animará hacer algo por skype; no tenía suerte, ya que la mayoría sólo pedía mujeres o travestis; me encontraba excitado, deseoso de tener sexo; me sentía como un ninfómano, urgido de un pene lechoso; tenía puesta una playera blanca, bóxer de licra rojo, short y sandalias; me había terminado de bañar para bajarme las “ganas” de tener sexo; en eso tocaron la puerta y luego la ventana; me acomodé asustado mi short; ya que me encontraba masturbando; y cauteloso me fui a asomar quién era, cuando vi a mi primo Israel sudado, en short, playera verde y tenis.

Le abrí y me dijo cansado. – Wey no seas gacho, déjame pasar a tu baño.

– Yo le di el paso y pregunte. – Claro que sí pasa, ¿de dónde vienes?

– Él entraba y me dejaba en el aire el rastro de su sudor de macho; me excité y me mojé un poco.

Me respondía él en lo que se recargaba en la pared. – Jugando una cascarita con unos cuates, ya sabes el futbol de calle es más padre.

– Sonreí diciendo. – Sí me imagino y con este calor más, anda pasa al baño en lo que te doy agua.

– Él entraba al baño cruzando el pasillo, mientras yo iba a la cocina por un vaso con agua para él.

Al pasar al comedor, dejé el vaso sobre la mesa y escuchaba el gran chorro de orina que emanaba; pensé. – “sí así es el chorro cómo será la manguera” .

– Me puse a imaginar su gran penezote y me saboreaba su olor; me excitaba mucho la verdad.

Me senté frente a la lap y en lo que salía él del baño, me puse a buscar algún usuario disponible para tener “ciber-sexo” ; encontraba a un usuario llamado “Act-Mad” ; un activo maduro, bisexual de 47 años, ejercitado, dotado y bien sabroso, vello en pecho, brazos, pene y unas manos dignas de ser tocado por ellas y sus pies umm… deliciosos; él estaba haciendo lo que le pidieran en el chat de su perfil, yo sólo miraba y me tocaba sobre el short mi pene y me acariciaba mis nalgas.

De pronto él me dijo en broma. – Andas viendo porno, goloso, cachondo.

– Me sonrojé pero no minimicé la página ya que con él tenía confianza y después de lo que sucedió más confianza nos tuvimos.

Le dije que sí, estaba caliente, que quería tener sexo, pero no había encontrado con quién; a lo que él jalando una silla, acomodaba la lap y me decía. – Falta de confianza primo.

– Comenzó a ver la verga del “modelo” y me dijo. – Me gana en tamaño, pero en grosor no.

– Se comenzaba a tocar y yo lo comenzaba a ver con deseo.

Él al verme un poco nervioso me decía. – No pasa nada, te recuerdo que hace dos años nos quedamos en casa de Mauro a cuidarla, nos masturbamos juntos y probaste un poco de mi trozo, ¿si recuerdas verdad?

– Mi mente comenzó a regresar “la cinta” , rebobinando los recuerdos.

Sí, me acordaba de que esa madrugada, viendo el canal erótico, ambos nos tocábamos; claro era porno heterosexual, pero yo me excitaba de ver al hombre y a Israel en acción.

Sonreí diciendo. – Sí me acuerdo, también de que no me dejaste probar más.

– Sonreía diciéndome. – Pues era probada no llenada, pero sí gustas, la puedes probar ahorita.

– Sin pensarle más, él se desabrocho el short y se sacó su miembro flácido y un poco húmedo por el orín y el precum que tenía.

Yo hice lo mismo, me saqué el mío y me comencé a tocar; cómo yo suelo lubricar bastante, con mi mano derecha llena de mi precum, se la untaba en la de él y comenzaba a jugarla.

Él me dijo mirándome a los ojos. – ¡Ponte a mamar!

– Sosteniéndole la mirada jugueteaba con su pene que se ponía erecto y acercando mi boca, comencé a soplarle la cabecita ya descubierta.

Él saboreando me decía. – Sss… umm… umm… que rico, me vas a poner como fierro.

– Me detuve diciéndole. – Pues con gusto te quito las ganas, estoy solo y estaré solo hasta en la noche, así que tú dirás.

– Lo provoqué e incité, pues él se quitaba la playera y se bajaba el short, quedando su calzón azul cubriéndole.

No usa bóxer, usa de esos calzones tipo trusa; lo miraba y él a mí, me decía. – Mámalo, no que tienes antojo de mamarlo.

– Yo sonreí diciendo. – Sí, sí claro, pero que te parece sí hacemos show en vivo por cámara.

– Le expliqué como estaría el asunto y de cómo serían las cosas; al principio me dudo, pero luego de convencerse me dijo que sí aceptaba, pero que no saliera su cara.

Teniendo luz verde para ese momento, saqué mi nueva cámara inalámbrica que me compré con el premio ganado con Mauro y la coloqué de tal manera que no se le viera su cara.

Primer estado de la cámara era, “30 fichas y le lengüeteo su sudor” ; estaba un poco floja la página, ya que como era Martes, muchos no entraban a menos que fuera fin de semana, además de que era temprano las 3 de la tarde; ambos nos estábamos desesperando, cuando al fin luego de esperar, un usuario donó 30 fichas; amablemente le agradecí y comencé realizar el acto.

Él sostenía la cámara con su mano izquierda encuadrando mi lengua; comenzaba a lamer su cuello, bajando poco a poco a sus tetillas, las chupaba, las mordía y les soplaba hasta ponerlas paraditas; Israel es lampiño del pecho, pero tiene vellos alrededor de su ombligo hacía abajo.

Él agitado me decía. – ¡No mames, sabes poner caliente a un hombre!

– Sonreí diciendo. – De lo que te pierdes.

– Me decía él. – Sigue, continua me está gustando.

– Obedecí y seguí lamiendo su sudor; estaba pegajoso de la piel, salado su sudor, pero delicioso; pasé a sus axilas y umm… ese olor a macho varonil me prendía mucho.

Me quitaba la playera, haciendo que nuestros cuerpos rozaran y se excitaran más; su corazón latía mucho; con su mano derecha me tocaba la espalda; su mano rasposa como lija, sus dedos gruesos tocaban despacio centímetro por centímetro mi piel; la metía bajo el short y el bóxer, comenzando a agarrarme fuerte y salvaje mis nalgas con poco vello; mi ano estaba húmedo de sudor y de ansiedad por probar de él; sus dedos índice y medio fueron introducidos cómodamente en mi recto; jadeaba y suspiraba a gusto.

Me incorporé y cambié el estado por “100 fichas y hay sexo oral”; como dije era entre semana y no había muchos usuarios, así que no aspiraba a tener fichas más de 500, por qué eran usuarios de cuenta sencilla y pocos con cuenta “gold” ; aun así teníamos 135 visitas y 200 usuarios viéndonos.

Las fichas llegaron a la meta; él se levantó de su asiento y me colocó frente a mí su verga; al verla totalmente erecta, me daba cuenta que se levantaba sin irse de lado; estaba derecha apuntando a su ombligo; su verga es chica como de 15 o 16 centímetros, pero muy, muy gruesa, creo eran como 5 centímetros de grosor y plana, venosa, peluda, oliendo a sudor y a pescado; sus huevos cubiertos de pelos, calientes se sentían; su precum estaba brotando ligeramente.

Con algo de temor a ahogarme, lo introduje en mi boca, comencé a lamerlo, besarlo, sentirlo, saboreando su precum salado y con olor a orina; poco a poco entraba y se humedecía de mi saliva; él con su mano derecha me sostenía la cabeza y me guiaba a hacerlo poco a poco y lento; con la otra mano sostenía la cámara que me grababa mi boca y papada siendo mojadas de mi propia saliva y su precum; nuestras miradas eran una conexión importante; pues él se excitaba y yo igual; era como su pasivo sumiso, que miraba atento a su patrón.

Me detuvo diciendo entre jadeos. – Espera, espera, para, por qué si seguimos me voy a venir en tu boca.

– A lo que le dije tragándome la saliva acumulada. – No tengo ninguna enfermedad, espero tú tampoco, creo no hay riesgos que me dejes embarazada por la boca, mucho menos por el culo.

– A lo que en broma me decía. – En la caca no cuaja, así que tú dices si te la clavo.

– Me dio temor cuando dijo eso; pues con Mauro no pude ser penetrado y eso que el grosor de su pene era menor al grosor de la verga de Israel.

Le pensé mucho y le dije. – Me va a doler, está muy grueso.

– A lo que sonriendo me dijo. – Le echamos un chingo de saliva y te preño el culo.

– Confiado acepté, cambiando el estado a; “500 fichas y me penetra”; nos sentamos un rato, cada quien en su silla.

Se masturbaba un poco en lo que esperábamos a que llegáramos a la meta; tan solo media hora después, la meta fue lograda y algo nervioso le dije. – Espero no me duela.

– A lo que él quitándose los tenis y calcetines llenos de sudor, me decía. – No te dolerá, veras que no, hasta te va a gustar.

– De ver sus pies sudados, desnudos y emanando un olor a patas, me excite mucho.

No tiene los pies perfectos, ya que parece que tiene dedos de marimba, sin embargo soy fetichista de pies, me excitaba su olor, verlos, sus piernas semi-velludas torneadas de tanto jugar futbol y andar en bicicleta; no pude más y le decía jadeando. – Me voy a venir wey.

– El chorro de semen salió disparado y fue grabado para mis visitantes; mi semen salpicó al teclado, la pantalla y la mesa.

Él con su mano derecha recogió un poco y se la untó en su verga diciendo. – Buen lubricante vas a tener.

– Sonriendo y decidido, me puse en cuatro sobre la silla; sosteniéndome del respaldo, me untaba el poco semen de mi mano en mi recto y apretaba mi ano para que se mojara bien; poco a poco él me iba acercando su gruesa y venosa verga.

Con voz suave me decía. – Ahí te va, lentamente lo meteré.

– Me sentía nervioso; pues creía que me dolería, pero no fue así.

Israel me tomaba con mucho cuidado de mi pecho, maniobrando con la otra mano la cámara; él suspirando me decía. – Ya va, ahí va.

– Sentía un poco de molestia, pero eso no era obstáculo para tener sexo.

Colocaba la cámara sobre la mesa y me dijo sosteniéndome ahora con ambas manos de la cintura. – Te lo estoy metiendo despacio ya llevas la mitad dentro.

– Increíble, a pesar de que sentía molestia, no me dolía como cuando Mauro intento penetrarme.

Yo le dije pujando. – Mételo de golpe.

– Israel estaba sudando nuevamente; ya que el sudor de su frente me caía en la espalda; y cómo fue, me empujo su verga y ¡auch, dolor!, pero ya lo tenía dentro.

Comenzó a penetrarme de a perrito, sus testículos golpeaban con mis nalgas haciendo sonido de “clap, clap, clap” ; su pene me entraba como cuchillo en mantequilla, eso me hacía sentir mucho placer; como estaba gritando mucho, él tomo uno de sus calcetines y me lo coloco en la boca; eso me excito demasiado, pues oler su calcetín y tenerlo en la boca era ¡uff, genial!

Hipnotizados por la lujuria y el fuego entre nosotros, ambos ni prestábamos atención a los comentarios de mi perfil en cam four; cambiábamos de posición, nuestros cuerpos estaban al límite de tan calientes que estábamos, sudamos demasiado; él se sentaba en mi silla y yo dando la espalda a la cámara y la computadora, me acomodaba su pene en mi ano y comenzaba a sentarme en él de forma lenta pero excitante, evitando que su cara fuera salir a cuadro.

Él me decía jadeando. – Tienes un culito rico flaquito, quién lo iba a pensar que te la tragarías toda.

– Sonreía y mirando la expresión de sus ojos tan excitantes, le decía. – Vamos préñame déjame tus mecos dentro de mí.

– Israel jadeaba, yo pujaba mientras con sus manos tomaba mi cintura controlando mis sentones.

Tanto sudor hacía que me resbalará de sus manos, pero me abrazaba con sus brazos apretándome sin lastimarme; sus venas se marcaban de la fuerza que estaba haciendo él.

Ambos hirviendo de lujuria y deseo, seguíamos así cuando él con su lengua comenzaba a lamer las gotas de sudor que rodaban por mi cuello; bajaba lentamente con sus labios y me mamaba mis tetillas, las mordía, las jalaba, las apretaba, las hacía suyas.

Nuevamente hicimos conexión con nuestras miradas y subiendo sus manos por mi espalda de forma lenta, me sostuvo la cabeza y con esos labios carnosos que tiene, los sembró en los míos para besarnos apasionadamente; su aliento, su saliva y su lengua se entre mezclaban con la mía; una fantasía excitante y exquisita.

Moviéndome lento en círculos, él me preguntaba jadeando. – ¿Dónde los quieres?

– A lo que yo pujando le respondía. – Échamelos dentro, no hay peligro de que quede embarazada.

– Colocando sus manos en mis hombros me comenzaba a guiar a que me moviera más y más rápido; accediendo a sus deseos, me sentaba una y otra vez más rápido.

Me estaba cansando, acalambrando de los muslos; pero valía la pena; bajaba sus manos a mis tetillas para tocarlas y luego tomarme de la cintura diciendo en un gran grito de placer. – ¡Ahí te van mis mecos!

– Sentía su verga emanar su leche en mí, sentía como se corría dentro de mí.

Él me dijo exhausto. – No te vayas a parar, espera.

– Cómo él había quedado frente a la computadora, cambiaba el estado con lo siguiente; “600 fichas y verán el semen salir del culo”.

Fatigado preguntaba. – ¿Qué haces?

– A lo que me respondía agitado. – Cambie el estado y la meta, ahora son 600 fichas, si llegamos, quiero que saques toda mi leche que te deje dentro.

– Le sonreí y con mis manos le quitaba el sudor de la frente para luego chuparla; le tomaba de la cara y lo besaba como nunca; dándole a probar el sabor de su propio sudor.

La meta fue cumplida con éxito, así que debíamos de cumplir; lentamente fue sacando su verga de mi culo, un poco flácido y con un poco de sangre, él sostenía la cámara con ambas manos enfocando directo a mi ano.

Me puse en cuatro y le dije. – Ahí van tus mecos de regreso.

– Comencé a echarme pedos, uno a uno, mi ano estaba muy dilatado, salían sin esfuerzo y luego de un pedo, salían sus mecos a chorros.

¡Vaya que tenía mucha leche acumulada!; los mecos cayeron al piso, junto con un poco de excremento.

Sin mostrar la cara Israel se despedía y yo con una sonrisa cerraba sesión, para luego decirle a él. – Cuando el dinero sea depositado te daré tu parte.

– A lo que él me tomo de la cintura diciendo. – Mejor déjate coger otra vez, pero esta vez sin cámara.

– Sonreí, miraba el reloj y le decía. – Podremos echarnos uno rápido en lo que nos bañamos, ¿te parece?

– Israel me mordía el hombro diciéndome. – Me parece bien rico flaquito, vamos.

– Ambos nos dirigimos al baño, dónde me agarro a nalgadas en lo que nos bañábamos, para penetrarme y dejarme su leche de nueva cuenta dentro de mí.

Ese día dudo mucho que se me olvide así de fácil, espero que haya otra buena sesión en cam four con algún maduro, algún peludo o algún otro de mis primos; aunque me incita mucho tener sexo con Mauro, Israel y un vecino maduro que me encanta y me fascina verlo en short, sudando mientras él hace ejercicio en el patio de su casa; pero en lo que eso sucede...

Hasta entonces.

Ojalá les haya gustado, les invito a seguirme en FB, enviar sus opiniones vía mail o en comentarios, recomienden y/o valoren, se los agradeceré mucho, que tengan excelente día.